Dentro de las
múltiples tragedias que nos ha acarreado el régimen socialista y corrupto del
camarada Aureliano, la que reviste gravedad es –sin lugar a dudas- la
inseguridad de las personas y de sus bienes, la permanente alteración del orden
público, la ausencia de condiciones normales para la convivencia y el
predominio de la criminalidad.
No en vano aparece
Colombia con Birmania y México con la mayor puntuación en materia de
criminalidad, según estudio de Global Initiative. Refrenda esta vergonzosa
calificación el juicioso estudio del Observatorio de Seguridad del Consejo
Gremial Nacional que señala entre otros aspectos:
*En 2023 se
registraron 100 masacres.
*De acuerdo con Indepaz,
en 2023 fueron asesinados 178 líderes sociales y defensores de los derechos
humanos.
*Según la Fiscalía
General de la Nación el número de procesos por secuestro pasó de 957 en 2020 a
2388 en 2023 (un aumento del 150 %).
*Como lo reporta el
Ministerio de Defensa. las extorsiones por cada 100 000 habitantes pasaron del
10.6 % en 2014 al 21.2 % en 2023 (un aumento del 100%).
*Según reporte de
la Fiscalía, el número de procesos iniciados por actos terroristas tuvo un
incremento del 30 % entre 2022 con 279 procesos, y 2023 con 365 (lo que
equivale a un acto terrorista por cada día del año).
*Información
actualizada de la Defensoría del Pueblo muestra que las narcoguerrillas y
grupos criminales han aumentado su presencia en los municipios, así: las
autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (ACG) pasaron de 213 en
2019 a 392 en 2024 (aumento del 84 %); del ELN pasaron de 149 en 2019 a 232 en
2024 (aumento del 56 %); de disidencias de las FARC pasaron de 124 en 2019 a
299 en 2024 (aumento del 141 %); de otros grupos de crimen organizado pasaron
de 114 en 2019 a 184 en 2024 (un aumento del 61 %).
*Los retenes
ilegales, en los 4 primeros meses de 2024 tuvieron un aumento del 75 % en el
Cauca y del 50 % en el Valle con respecto al mismo período de 2023.
La
negligencia de Gustavo Petro y sus graves consecuencias para la seguridad
nacional
En
los últimos días los municipios de Briceño y Yarumal sufrieron el drama de la
crisis de seguridad que atraviesa Antioquia, la cual es un reflejo de la
inoperancia y negligencia del presidente Gustavo Petro en cumplir con los
deberes que la Constitución le impone.
En
lugar de garantizar el orden público y proteger la soberanía nacional, el
mandatario ha permitido que grupos narco terroristas consoliden su poder en
amplias regiones del país, como el Catatumbo, y ha profundizado una alianza
ideológica con el régimen de Nicolás Maduro, señalado internacionalmente por su
colaboración con el narcotráfico.
El
artículo 189 de la Constitución Política de Colombia establece que el
presidente debe “conservar el orden público en todo el territorio nacional”.
Sin embargo, la realidad es que vastas zonas de Colombia están bajo control de
estructuras criminales que extorsionan, desplazan y asesinan a los ciudadanos
sin que el Gobierno intervenga de manera efectiva. Petro prácticamente ha
renunciado a su rol de comandante en jefe de la fuerza pública, debilitando su
capacidad operativa, mientras cede ante intereses políticos que priorizan el
caos, la polarización y la ideología.
La
alianza con Maduro: una amenaza directa a la soberanía
La
relación cercana de Petro con el régimen de Maduro contradice el mandato
constitucional de preservar la soberanía nacional. El artículo 226 obliga al
presidente a dirigir las relaciones internacionales con base en principios de
independencia y respeto a los derechos humanos, pero su alianza con un régimen
cómplice del narcotráfico y que comete crímenes, como la persecución política y
asedio a contradictores, no solo viola estos principios, sino que también pone
en peligro la seguridad del país y la estabilidad regional.
Esta
alianza ha facilitado la expansión de estructuras criminales transnacionales
que operan en las fronteras y dentro de nuestro territorio, sin que Petro tome
medidas para contrarrestarlas. En lugar de combatir estas amenazas, su Gobierno
parece más interesado en normalizar relaciones con un régimen narco dictatorial
que representa un claro riesgo para Colombia.
Negligencia
que debería tener consecuencias
El
presidente Gustavo Petro no puede seguir ignorando las obligaciones que le
impone su cargo. Su incumplimiento de los deberes constitucionales tiene
consecuencias directas para el bienestar de millones de colombianos y no debería
quedar impune. El Congreso y las instituciones de control deberían actuar con
firmeza frente al actual panorama.
Por
las omisiones y pésimas decisiones que ha tomado como gobernante frente a la
preservación de la seguridad del territorio colombiano, además por el no
cumplimiento del deber constitucional de simbolizar la unidad, de garantizar
los derechos y libertades de los colombianos, y por hacer alianzas con
regímenes narco dictatoriales, debería ser sometido a un juicio político.
¡Actuemos!
Cada
día me preocupa más la inoperancia del Gobierno nacional en materia de
seguridad y no me extrañaría que todo este caos esté siendo orquestado con el
guiño del mismo presidente, para desestabilizar al país y dar un autogolpe.
Si
el Gobierno nacional no cumple con su deber de proteger a los ciudadanos o
incluso pretende con ayuda de grupos narco terroristas, perpetuar su nefasto gobierno
o ahondar la crisis del país, los departamentos deben tomar medidas para
garantizar su seguridad. En Antioquia, la propuesta valiente y polémica del
gobernador Andrés Julián Rendón de una sobretasa a los servicios públicos para
financiar la seguridad regional, es una muestra de que los líderes locales
están dispuestos a buscar soluciones ante la falta de apoyo del Gobierno
central. Debemos rodear a los mandatarios departamentales para que asuman un
rol protagónico en la defensa de sus territorios e implementen estrategias
autónomas e innovadoras para proteger a la ciudadanía.
Antioquia
ha sido ejemplo de resiliencia y para contener a un Gobierno adverso a los
intereses de la región debemos estar unidos la ciudadanía y el empresariado
respaldando las iniciativas necesarias para proteger el territorio. Esto es una
responsabilidad compartida y el distrito de Medellín también debe estar presto
a brindar apoyo. Si no es la sobre tasa, pues dar solución con otra iniciativa,
eso sí, que sea expedita, el tiempo no está de nuestro lado.
Los
gobernadores no pueden seguir de manos atadas sin poder dar solución a las
crisis provocadas por el Gobierno nacional del caos. Antioquia puede mostrar el
camino, actuando con determinación y siendo bastión de libertad y progreso.
Establece
el art 189 de la Constitución Política: “Corresponde al presidente de la República como jefe
de Estado, jefe del Gobierno y suprema autoridad administrativa: (….) 4. Conservar
en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado.”
Es un desarrollo del preámbulo
de la Constitución que predica : “El pueblo de Colombia,en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios
a la Asamblea Nacional Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el
fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida,
la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la
libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que
garantice un orden político, económico y social justo, (….)"[1]
Es claro para cualquier ciudadano, ya sea que
habite en los centros urbanos o en las áreas rurales, que el orden público se
ha deteriorado y que la inseguridad se ha apoderado del país no solo
estadísticamente, sino mediante el generalizado temor por la desprotección de
la población. El Gobierno tampoco, en este vital renglón, ha cumplido con sus
obligaciones fundamentales. Así se lo hicieron saber los congresistas al ministro
de Defensa[2].
Nuevamente el economista agrícola, empresario, abogado y rejoneador Luis Guillermo Echeverri Vélez, vuelve ser protagonista en la entrevista de El Pensamiento al Aire en la que se habla de los distintos intereses de la nación.Hijo de fallecido empresario Fabio Echeverri Correa quien presidió por varios años la Asociación Nacional de Industriales. Se graduó como abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana, y luego hizo una maestría en economía agrícola en la universidad de Cornel, en los Estados Unidos, además de varias especializaciones.Fue jefe del presidente Iván Duque en el BID y desde allí cultivaron una muy buena amistad.
Cuenta con más de 20 años de experiencia en el desarrollo, mercadeo, promoción y conducción de negocios internacionales, exportaciones e importaciones y se le reconoce su interés por promover la agricultura colombiana y en general la agricultura tropical en los mercados mundiales.Profesionalmente se ha desempeñado como empresario privado, intermediario comercial, consultor independiente en negocios internacionales, consultor del Fondo Nacional del Café y la Federación Nacional de Cafeteros, como empleado público y diplomático en calidad de agregado agrícola, comercial, como rejoneador y domador de caballos e inspector de policía, entre otras actividades.Ha vivido en Argentina, Colombia, España, Portugal y Estados Unidos.
La descomposición
moral que ha permeado los niveles directivos del Estado conduce al país, de
manera acelerada, a la más dramática catástrofe en la historia de la
sociedad colombiana.
Mírese cualquier
aspecto de la vida nacional para encontrar solamente caos, desbarajuste,
destrucción y retroceso. La seguridad, primordial obligación del Estado,
ha sido sustituida por la impunidad para los criminales, el desmoronamiento de
las fuerzas del orden, la financiación de grupos ilegales con los remoquetes de
“gestores de paz” o de “guardias campesinas o indígenas”, y la consolidación de
las empresas criminales, comenzando por el narcotráfico.
La oferta
de empleo y de una sólida seguridad social para la protección de las clases
trabajadoras y de sus familias se ha venido a pique, merced a unas normas laborales que
desestimulan la contratación de personal, unas absurdas reformas al sistema
sanitario y al régimen pensional, y unas perjudiciales medidas que sepultarán
en la inflación y en el déficit fiscal toda posibilidad de crecimiento
económico.
La justicia, más interesada en perseguir a los militares y a los contradictores
del régimen que en proteger a los honrados ciudadanos y resolver
oportunamente sus conflictos, se ha sumido en la parcialidad, la politización y
la corrupción. Nada han contribuido para el cumplimiento de su trascendental
tarea los inmensos presupuestos al servicio de la JEP, los organismos de
control y la Rama Jurisdiccional.
Crecen
desaforadamente los gastos estatales con aumento inconsulto de la
burocracia, y viajes faraónicos sin ninguna necesidad, salvo la de invitar
masivamente a los áulicos del régimen a hacer turismo con el dinero de los
contribuyentes. Entre tanto, se disminuyen las partidas para obras de
infraestructura que el país requiere con urgencia y para atención de las
necesidades urgentes de la comunidad.
Las
relaciones exteriores no podían caer más bajo. Desorden y
errores monumentales en la designación de diplomáticos con antecedentes de
dudosa ortografía y sin la preparación necesaria para el desempeño de sus
cargos, bajo la batuta del aliado de las FARC elevado extrañamente a dirigir
las relaciones internacionales del país. Por supuesto, la política se enmarca a
hora en cubrir los desmanes de los dictadores de izquierda como Maduro o la
defensa de los terroristas de Hamas, la alabanza al genocida Mao, la promoción
de la cocaína por encima de la explotación del petróleo, o la lucha contra el
supuesto cambio climático en el cual, en caso de que existiera, la
participación del país sería mínima.
Se ha
desterrado la inversión nacional o extranjera para crear empleo
y contribuir al desarrollo, mediante el fatídico discurso del odio contra la
clase empresarial, las amenazas de expropiación, la falta de seguridad y el
aumento de los gastos fiscales y laborales.
Temas de la más
aterradora gravedad no pueden quedar en el tintero:
¿Cómo será la vida
en Colombia a partir de la vigencia de la reforma a la salud, en la que este fundamental
servicio quede en manos de la corrupción estatal y se arrase con la
infraestructura que en la actualidad cubre casi al 100% de los colombianos?
¿Cuál será el
futuro de Colombia cuando en el anunciado acuerdo con el ELN se eleven a la
categoría de normas constitucionales todas las propuestas aprobadas en los
llamados “comité nacionales de participación”, compuestos en un 80% por
elementos de la izquierda radical, cuyas recomendaciones tienen fuerza
vinculante en el acuerdo de paz?
¿Hasta cuándo
resistirán los compatriotas la falta de justicia evidenciada en una Comisión de
Acusaciones que se niega a adelantar el proceso contra el guerrillero Petro
por exceder los límites de gastos en su campaña, el cual está sancionado con la
separación del cargo?
Si nuestra clase
política ha sido indiferente a la solución de estos cruciales problemas, como
se está demostrando día a día, no así el pueblo colombiano que sigue
manifestándose con el grito de “Fuera Petro” desde todos los rincones de
Colombia.
Todas las encuestas
en los últimos años desnudan como los entes más desacreditados al Congreso, a
los políticos y la administración de Justicia.
Es hora ya de que
actuemos según la lógica y nos desprendamos de quienes han sido responsables de
esta oscura coyuntura en que nos encontramos.
Formemos todos los
que no creemos en nuestra corrupta dirigencia política un “Frente Cívico”,
no sólo para derrocar a Petro, sino para reconstruir a Colombia,
comenzando por corregir los errores de este régimen y archivar sus
funestos proyectos. Ya las bases están concientizadas y se han tomado las
calles, los estadios, las encuestas. Esa es la solución que a todos nos une. No
hay que discutir sobre posiciones ideológicas ni modos de ver al Estado. Basta
con que corrijamos lo que está mal y elijamos nuevos líderes que nos gobiernen
pensando en el Bien Común, no en sus propios intereses.
¿Por qué son necesarias para gobernar una ciudad o un país?
2. Generador
deconfianza
* Base fundamental para crear lazos estables y perdurables.
* Es la seguridad que tiene el ciudadano que su vida,
patrimonio y futuro están en buenas manos.
3. Lealtad
Que entre el gobernante y el ciudadano se creen vínculos
basados en la verdad, asertividad, dignidad, y respeto por el otro.
4. Planeación
* Trabajar desde el inicio con elementos claros de administración
y planeación por objetivos, en cada una de las áreas y uno general que incluya
todos.
* Evaluarlos en forma periódica, por lo menos tres veces al
año y corregir inmediatamente el rumbo, sin dudar.
5. Presencia cotidiana con los ciudadanos
Implica comunicación visual permanente y constante con la
ciudad, hacer presencia en las obras, en los problemas y en la búsqueda
constante de soluciones.
6. No es imprescindible
Ello conlleva el respeto por los demás. Es un simple
ejecutor de programas aprobados todos en beneficio de la comunidad y si fallece
o se retira, la ciudad debe tener claras las condiciones de perdurabilidad en
el tiempo de las acciones pendientes y continuar el rumbo, como si nada pasara.
No depende una ciudad o un país de un hombre, depende del equipo de trabajo que
acompaña con diligencia y cuidado los compromisos sociales adquiridos, para
ello la transferencia del conocimiento documentada es importante, así siempre
habrá una guía y norte que seguir.
7. Resiliencia
Es la capacidad de superar la adversidad que en el diario
vivir de una ciudad, región o país siempre sucede; acontecimientos no previstos
que llevan a que el gobernante se multiplique, se crezca y supere esa
dificultad convirtiéndola en algo positivo para la comunidad.
8. No improvisación
Cuando el gobernante improvisa, el resultado es negativo y
afecta a muchas personas, por ende, se debe tener claro el plan de gobierno,
con parámetros medibles y tiempos de resultados, así ocurrirá que pareciese que
todo fue fácil, además es la forma en que se reconoce la habilidad
administrativa, técnica, financiera y social de un gobernante. La improvisación
es fuente de fracasos. Nada se deja al azar, sin preparación, evaluación,
corrección y desarrollo. Y si así lo
pensare la gente, no importa, el éxito es así.
9. Prioridades sociales
Es claro que todo gobernante debe
tener fijado en su mente cuáles son las grandes necesidades de los ciudadanos y
de la ciudad. Enuncio, las que considero son en la actualidad:
* Empleo: el
mayor problema social, afecta al ser humano individualmente por cuanto el que
no tiene trabajo se siente aislado, sin ingreso, frustrado por cuanto se
preparó y cree que con los estudios que tiene técnicos, tecnológicos,
profesionales o de formación en artes u oficios, puede lograr una mejor
condición económica para él y aportar a la familia.
Aquí la búsqueda de alternativas no solo depende del Gobierno
nacional de turno, o de las grandes empresas que se asienten en la ciudad, porque
hay mucho por hacer para formalizar el trabajo y generar ingresos. Por ejemplo,
tenemos todo lo relacionado con el medio ambiente y su protección, por ello
todo lo que tiene que ver con las riberas de los ríos, quebradas, caños,
cuidado de los parques, puede generar trabajo diario formal y de calidad a los
bachilleres y mujeres cabeza de familia.
Capacitar en saberes que tengan pertinencia en la ciudad o
región, no llenarnos de personas con lo mismo y que no tenga mucha aplicación
en la región en la que se realiza. Por ello, sin duda, existe el SENA y debo
reconocer que está haciendo una gran labor en formación.
Universidades, instituciones técnicas y tecnológicas, deben
modificar sus pénsum de tal manera que sean más prácticos para que los
estudiantes adquieran herramientas para incorporarse fácil al trabajo.
El trabajo de aquel que emprende proyectos es muy
importante, pero, debe ser apoyado financieramente porque las ideas son muy
buenas, las posibilidades muchas, pero los tiempos de desarrollo y ejecución
son demorados y sin capital fácilmente se aborta el proyecto. Por ello debemos
motivar a los emprendedores, pero con la verdad, hacer empresa no es tarea
fácil, requiere además de trabajo, cumplimiento de muchas obligaciones con el Estado,
los trabajadores y proveedores, y sin adecuado financiamiento se complica la
vida de muchos otros sectores de la economía.
10. Servicios públicos
Los servicios públicos básicos de acueducto,
alcantarillado, luz, recolección de basuras, oportunos y constantes, son en
Antioquia, bien atendidos en la mayoría de los municipios y capital, pero en el
resto del país existen graves fallas o hay inexistencia de estos lo cual hace
difícil la vida de sus habitantes. Un gobernante debe gestionar, construir y
administrar esos servicios básicos que no son gratuitos.
Si se quiere avanzar en desarrollo de las ciudades se debe
sanear estos aspectos, no prometer para no cumplir, ejecutar sin corrupción.
11. Seguridad
Sin seguridad no habrá tranquilidad. Si el ciudadano se
siente seguro, es decir que ve la presencia protectora del Estado a través de
sus diferentes órganos de control y policivos, tendrá mejor ánimo, el miedo
desaparece y ello genera oportunidades de trabajo.
No he podido entender nunca porque se premia al
delincuente, se le envía a una cárcel y allí vive alimentado, con salud,
visitas conyugales, teléfonos, parrandas, en fin, es un ideal para muchos estar
allí y por eso delinquen tranquilos, allá estarán protegidos y si no los mismos
jueces los sueltan al día siguiente de un ataque a los ciudadanos por
hacinamiento o considerar que no es peligroso para la convivencia. Por ende,
como dije al inicio, sin disciplina y orden no tendremos un mejor país.
12. Salud
Hoy más que nunca está en boca del ciudadano los cambios
que se presentaran por el nuevo mandatario en lo referente a la salud. Habrá
que analizar en detenimiento su propuesta, pero un país sin salud es colapso
seguro. Hoy tenemos y gozamos de una cobertura del 96.5 %, de manera que el
cambio debe encaminarse a llegar al 100% de cobertura y a evitar la corrupción.
13. Recreación
Es vital para motivar a la
juventud a tener calidad de vida, a formarse mental y físicamente, y a los
adultos para a que tengan forma de caminar, hacer ejercicio más intenso de
acuerdo con su propia capacidad. Pero se debe encontrar el modo en que todos
los ciudadanos participen, gocen y disfruten de la recreación si es física.
Pero, la música, el arte, la
cultura, el cine, debe ser para todos con seguridad y disfrute. Los artistas deben
promover invitados por el municipio y los empresarios a mostrar el talento, la
alegría y la expresión musical de las diversas regiones colombianas… nuestros
artistas, en general, suenan hoy en todo el mundo.
Por último, digo que existen otros temas de igual
importancia para los gobernantes que deben ser tratados, estudiados con
seriedad y asertividad como movilidad, infraestructura, tecnología, alimentación
y sus centros de acopio en la ciudad, a los cuales me referiré en próxima
oportunidad.
También hablaremos de la política
y los políticos, que son parte vital en este entramado de la buena
gobernabilidad, que será exitosa sin corrupción y con personas que ejerzan el
cargo como aporte a la sociedad y en beneficio exclusiva de ella.
Bien es cierto que Colombia tiene un gran
respeto por la democracia, que los ciudadanos queremos y protegemos el sistema
de gobierno que lleva 203 años de vigencia, a pesar de las guerras civiles en los
años medianos y finales del siglo IXX, de la violencia cruenta y cruel de
mediados del siglo pasado entre liberales y conservadores, de las guerrillas,
terroristas, bandidos, bandoleros, paramilitares y corruptos, que han tratado
de acabar no solo con las personas, sino con los bienes públicos, el erario y la
naturaleza, convirtiéndose en verdaderos criminales del medio ambiente.
El ejército
de Colombia, ha dado muestras de seriedad, amor por la patria,
responsabilidad, sensatez y entrega en la defensa del país, honor y gloria para
ellos.
Los que han entregado la vida por defender la
democracia son los soldados de Colombia, desde los generales vilmente
asesinados hasta el último de los soldados que vistiendo el uniforme murió en
emboscadas, secuestros, tomas guerrilleras, atentados a los oleoductos, a las ciudades;
ellos sí son los verdaderos salvadores, que entregaron su vida por nosotros y los
que sobrevivieron sufren las consecuencias de las lesiones que las minas y los
ataques aleves que se hicieron contra ellos. Los cobardes se esconden, el ejército
colombiano va de frente.
Tengo el honor de hacer parte del ejército de Colombia
en compañía de otros muchos profesionales antioqueños, que asumimos el reto de
conocer, prepararnos y hacer parte de esta institución nacional. Ascendí hasta
el grado de capitán, de lo cual me
enorgullezco y agradezco a la vida el haber conocido oficiales y suboficiales
que engrandecen su historia.
No se puede aceptar que las viudas, los
huérfanos, los secuestrados que regresaron a la vida después de años de
sufrimiento, no tengan hoy un reconocimiento nacional y una protección adecuada
del Estado, recordándolos a diario y enalteciendo sus vidas.
Sería muy bueno que nos informaran que hay de
la vida de sus herederos, esposas sufridas y luchadoras, cómo viven y quién los
apoya. El Estado debe actuar hoy y siempre protegiendo el recuerdo y honra de
los fallecidos; el soporte de la democracia es el ejército.
Si el ejército nos falla, nadie podrá salvar la
patria.
Ahora
entendí lo que es la viralidad. Un modesto artículo semanal, sin más pretensión
que comunicar a mis amigos lo que pienso, de pronto resulta acogido por una
multitud que se identifica con esas ideas. Tamaña responsabilidad en la actual
coyuntura, porque se trata de aportar y construir, ofrecer luces y generar
esperanza, cuando todo parece perdido, oscuro y sin futuro.
Una
crítica constructiva que recibí fue esta: “muy bueno, muy claro, hace
pensar, pero no propone nada”. Me sentí retado entonces no solo a criticar,
sino también a ofrecer pistas sobre cómo llegar al meollo de la crisis
estructural que vivimos, sin buscar chivos expiatorios y más bien siendo proactivos.
Estamos sobrediagnosticados y se requiere menos discursos y más gestión. Es el
cuarto de hora para el liderazgo auténtico. Me quejaba de la ausencia de
liderazgo y no es verdad que no haya. Líderes sí hay, sí existen. El problema
es que se quiere ser políticamente correcto y muchos son esclavos de mantener
su rating de popularidad, evitando posturas que los comprometan pues corren el
riesgo de quemarse. Por eso esta es la hora de los grandes retos para gente
noble y con grandeza de espíritu. Líderes que afronten los problemas, llamen
las cosas por su nombre y se sienten a dialogar sin agendas ocultas, con
trasparencia y con vocación de servir a la patria.
He
visto propuestas concretas para ir a ese meollo. Me ha gustado que la gente piense
y se exprese propositivamente. Hay puntos donde convergemos todos. Eso es importante
porque hay que dejar de lado los intereses egoístas y mezquinos. Me preocupa sí
que el tiempo corra y los diálogos no avancen. Protestas sí, bloqueos no. Reitero
mi rechazo al saqueo, el vandalismo y la violencia, pues es como escupir hacia
arriba. Hay que construir, no destruir.
Me
he detenido en el listado de temas que el Comité de Paro y los rectores de las
universidades más importantes del país han planteado. Comparto sus propuestas:
*
Rescate ético: la vida es sagrada. Honestidad y transparencia como estrategia frontal
contra la corrupción en todas sus manifestaciones. Cumplir el mandato popular. Los
mejores líderes deben conducir y recuperar las instituciones.
*
Estado de derecho: reformar el Congreso en cuanto a composición, tiempos y costos;
recuperar la credibilidad en la justicia impoluta y eficiente, que impida la impunidad.
No más asesinatos de líderes sociales, derecho a la divergencia y la protesta,
fuerza pública no represiva.
*
Fortalecimiento de la democracia: equidad de género y respeto a la diversidad. Mayor
participación ciudadana: escuchar las voces de los estudiantes y cumplir los
compromisos pactados.
*
Economía. Presupuesto que invierta en los temas neurálgicos: menos para defensa
y más para salud, educación, justicia. Sistema pensional razonable. Reforma tributaria
justa, Recorte en el gasto público.
*
Acuerdos de paz: implementarlos, cumplirlos, no hacerlos trizas. Avanzar en
nuevos diálogos.
*
Educación de calidad y para todos, con currículos integrales, gratuita o de
bajo costo para estratos 1 al 3. Mantener al menos por una década la inversión
sistemática en ella.
*
Salud para todos, concebida como derecho, no como negocio.
*
Ecología: cuidado de la casa común, del agua que necesitamos, de especies
animales en extinción y de evitar acciones destructivas como deforestación,
explotación minera indiscriminada y contaminación.
*
Tema agrario: restitución de tierras, apoyo agrícola al campesino, precios
justos, incentivos que motiven invertir en el campo.
Si
el listado de problemas es enorme, otro tanto son las propuestas para darles
respuesta. Hay que hacerlo. No valen los paños de agua tibia, ni buscar ganarles
a los otros. Hay que ceder y conceder, pero nunca retroceder. Hay que pensar en
grande. La historia nos juzgará por haber hecho bien las cosas También en el
juicio final nos van a evaluar no tanto por lo que pensamos, sentimos, dijimos,
las buenas intenciones que tuvimos. Lo que cuenta fue lo que hicimos. Es
nuestra hora.
Definitivamente todas las mediciones nacionales
y locales, colocan como prioritaria para la sociedad, la seguridad.
Pero es de la seguridad de los ciudadanos, no
la de los altos funcionarios del estado en los tres poderes, que cuentan con
esquemas costosos, exagerados y muchas veces innecesarios; pero como eso es
muestra de poder con la plata ajena, qué carajos.
Parece que tenemos la fuerza pública (policía y
ejército) suficientes y parece que tenemos los jueces suficientes (magistrados
y jueces), pero carecemos de unos códigos penal y de procedimiento penal, y de
cárceles que permitan hacerle frente al tema.
A todo lo anterior le debemos sumar la falta de
voluntad y el desgano de la ciudadanía por denunciar; si todos denunciáramos,
las estadísticas de inseguridad no serían tan aterradoras.
De estos simples y lógicos planteamientos se
desprenden cientos o mejor, miles de tareas que requieren de ser listadas,
ordenadas, priorizadas, viabilizadas y ejecutadas, designando responsables que
se encarguen de poner de acuerdo, en lo fundamental, a las fuerzas políticas y
sociales (academia, gremios, iglesias, etc.) y que permitan las acciones
integrales requeridas, definitivas a ejecutar.
Mucho tilín y pocas campanas.
Todo está súper diagnosticado, súper estudiado,
¿por qué sigue atrancada su ejecución?, ¿por qué ni el gobierno, ni el congreso, ni los partidos
y grupos políticos, ni los gremios, ni las iglesias, ni la academia, han
querido hacerlo?, ¿definitivamente se nos olvidó que todo nuestro trabajo debe
estar orientado a satisfacer el interés general?
Ahora que estamos en temporada de elecciones
territoriales o locales, se repite el grave error, los candidatos prometiendo
lo que no es de su resorte y lo que no cuenta con los recursos para hacerse;
prometiendo sin priorizar, acomodando a sus intereses personales, su vanidad,
sus egos elevados, su capacidad de polarización, buscando el voto visceral,
pasional, que no permita llevar a los mejores al poder.
La seguridad depende de todos, por favor pongámonos
de acuerdo, saquen las normas correctas que permitan eficiencia en los actuares
de las autoridades, construyan cárceles dignas, resocializadoras y suficientes.
No pierdan más tiempo en pendejadas, para eso les estamos pagando súper bien,
para eso los elegimos, no sean irresponsables, concéntrense, vuélvanse serios,
no sean tan descarados.
Sean austeros, no gasten la plata pública en
lujos y comodidades pasajeras, utilícenla en lo que ayude a salir del
atolladero.
No sigan creyendo que el sector privado
normalito, el que no le saca en contratación al Estado lo que invierte en los
políticos, puede cargar con el peso que implica el pesado sector público.
El tiempo corre muy rápido, avanza el narcotráfico
y por ende, el lavado de activos, que hacen crecer la informalidad, lo que
acaba con los sectores formales de la economía en los sectores urbanos y
rurales.
Pilas, nadie sabe para quién trabaja y los que
saben se hacen los bobos. Bobitos no.
Está aún por
verse si el muerto encontrado en una nevera la semana anterior, es la “firma”
de alguna de las más de 100 bandas que delinquen en Medellín y el Valle de
Aburrá. El año pasado fueron varios cadáveres envueltos en sábanas blancas: killing
by signature. Medellín, además de ciudad innovadora y sede para
Latinoamérica de la cuarta revolución industrial, integra a su realidad un
crimen juvenil urbano parecido al de México, Río, Buenos Aires, Lima, Caracas y
otras capitales del continente. El 41% de los capitalinos opinan que estamos
mal en seguridad pública, la peor percepción desde 2008, a pesar de los
esfuerzos del alcalde por publicitar una idea exitosa en este aspecto, y se
proyecta un registro de 26 homicidios por cien mil habitantes hacia finales de
este año. El microtráfico es el principal combustible de esta violencia.
Existe,
además, la probabilidad de vínculos entre estos grupos narco criminales con
células del ELN, preparadas para lanzar algún tipo de ofensiva terrorista
urbana, cuando lo consideren adecuado y oportuno, desde Cuba y Venezuela, y lo
analicen conveniente sus quintacolumnistas. Esta alianza entre jóvenes
gatilleros de ambas narco estructuras, sería gravísima para Medellín y la
creciente población desplazada y desempleada venezolana, agudizaría la
perspectiva.
Ya
Antioquia, el departamento de mayor valor estratégico de Colombia, el único con
tres brigadas militares en su territorio, está siendo afectado por la tenebrosa
alianza Caparrapos-ELN confrontando al mexicanizado Cartel del Golfo, mientras
la Oficina se unta de Hezbolá y de mafia italiana. Los expertos en seguridad y
defensa del Bloque de la Reserva Activa de Antioquia- BRANT-, consideran que el
Modelo Integral de Gestión Local, se quedó corto para lidiar con el problema y
recomiendan un acuerdo estratégico entre Medellín, el Área Metropolitana y
Antioquia, que contenga y eventualmente reduzca el creciente deterioro de la
seguridad. Un organismo regional superior, advierten los especialistas, deberá
armonizar, coordinar y supervigilar los objetivos y metodologías, no solo de
las tres entidades político-administrativas mencionadas, sino articular a
Córdoba, Bolívar y Chocó, y enlazar todo el proyecto con Panamá. Planes
aislados e independientes serán ineficaces frente a un adversario transnacional
y organizado, para quien las gobernanzas desconectadas son su mayor ventaja. “Están enfrentando una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares,
Internet, armas modernas (…) Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras
armas y productos vienen de afuera, somos globales”, como denuncia en una polémica
entrevista alias Marcola, capo brasileño.