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lunes, 12 de mayo de 2025

Primero la seguridad

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

Dentro de las múltiples tragedias que nos ha acarreado el régimen socialista y corrupto del camarada Aureliano, la que reviste gravedad es –sin lugar a dudas- la inseguridad de las personas y de sus bienes, la permanente alteración del orden público, la ausencia de condiciones normales para la convivencia y el predominio de la criminalidad.

No en vano aparece Colombia con Birmania y México con la mayor puntuación en materia de criminalidad, según estudio de Global Initiative. Refrenda esta vergonzosa calificación el juicioso estudio del Observatorio de Seguridad del Consejo Gremial Nacional que señala entre otros aspectos:

*En 2023 se registraron 100 masacres.

*De acuerdo con Indepaz, en 2023 fueron asesinados 178 líderes sociales y defensores de los derechos humanos.

*Según la Fiscalía General de la Nación el número de procesos por secuestro pasó de 957 en 2020 a 2388 en 2023 (un aumento del 150 %).

*Como lo reporta el Ministerio de Defensa. las extorsiones por cada 100 000 habitantes pasaron del 10.6 % en 2014 al 21.2 % en 2023 (un aumento del 100%).

*Según reporte de la Fiscalía, el número de procesos iniciados por actos terroristas tuvo un incremento del 30 % entre 2022 con 279 procesos, y 2023 con 365 (lo que equivale a un acto terrorista por cada día del año).

*Información actualizada de la Defensoría del Pueblo muestra que las narcoguerrillas y grupos criminales han aumentado su presencia en los municipios, así: las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (ACG) pasaron de 213 en 2019 a 392 en 2024 (aumento del 84 %); del ELN pasaron de 149 en 2019 a 232 en 2024 (aumento del 56 %); de disidencias de las FARC pasaron de 124 en 2019 a 299 en 2024 (aumento del 141 %); de otros grupos de crimen organizado pasaron de 114 en 2019 a 184 en 2024 (un aumento del 61 %).

*Los retenes ilegales, en los 4 primeros meses de 2024 tuvieron un aumento del 75 % en el Cauca y del 50 % en el Valle con respecto al mismo período de 2023.

lunes, 27 de enero de 2025

Blindemos a Antioquia de la “toma guerrillera Petro”

Cristina Isaza
A Colombia la salvamos desde las regiones

Cristina Isaza

La negligencia de Gustavo Petro y sus graves consecuencias para la seguridad nacional

En los últimos días los municipios de Briceño y Yarumal sufrieron el drama de la crisis de seguridad que atraviesa Antioquia, la cual es un reflejo de la inoperancia y negligencia del presidente Gustavo Petro en cumplir con los deberes que la Constitución le impone.

En lugar de garantizar el orden público y proteger la soberanía nacional, el mandatario ha permitido que grupos narco terroristas consoliden su poder en amplias regiones del país, como el Catatumbo, y ha profundizado una alianza ideológica con el régimen de Nicolás Maduro, señalado internacionalmente por su colaboración con el narcotráfico.

El artículo 189 de la Constitución Política de Colombia establece que el presidente debe “conservar el orden público en todo el territorio nacional”. Sin embargo, la realidad es que vastas zonas de Colombia están bajo control de estructuras criminales que extorsionan, desplazan y asesinan a los ciudadanos sin que el Gobierno intervenga de manera efectiva. Petro prácticamente ha renunciado a su rol de comandante en jefe de la fuerza pública, debilitando su capacidad operativa, mientras cede ante intereses políticos que priorizan el caos, la polarización y la ideología.

La alianza con Maduro: una amenaza directa a la soberanía

La relación cercana de Petro con el régimen de Maduro contradice el mandato constitucional de preservar la soberanía nacional. El artículo 226 obliga al presidente a dirigir las relaciones internacionales con base en principios de independencia y respeto a los derechos humanos, pero su alianza con un régimen cómplice del narcotráfico y que comete crímenes, como la persecución política y asedio a contradictores, no solo viola estos principios, sino que también pone en peligro la seguridad del país y la estabilidad regional.

Esta alianza ha facilitado la expansión de estructuras criminales transnacionales que operan en las fronteras y dentro de nuestro territorio, sin que Petro tome medidas para contrarrestarlas. En lugar de combatir estas amenazas, su Gobierno parece más interesado en normalizar relaciones con un régimen narco dictatorial que representa un claro riesgo para Colombia.

Negligencia que debería tener consecuencias

El presidente Gustavo Petro no puede seguir ignorando las obligaciones que le impone su cargo. Su incumplimiento de los deberes constitucionales tiene consecuencias directas para el bienestar de millones de colombianos y no debería quedar impune. El Congreso y las instituciones de control deberían actuar con firmeza frente al actual panorama.

Por las omisiones y pésimas decisiones que ha tomado como gobernante frente a la preservación de la seguridad del territorio colombiano, además por el no cumplimiento del deber constitucional de simbolizar la unidad, de garantizar los derechos y libertades de los colombianos, y por hacer alianzas con regímenes narco dictatoriales, debería ser sometido a un juicio político.

¡Actuemos!

Cada día me preocupa más la inoperancia del Gobierno nacional en materia de seguridad y no me extrañaría que todo este caos esté siendo orquestado con el guiño del mismo presidente, para desestabilizar al país y dar un autogolpe.

Si el Gobierno nacional no cumple con su deber de proteger a los ciudadanos o incluso pretende con ayuda de grupos narco terroristas, perpetuar su nefasto gobierno o ahondar la crisis del país, los departamentos deben tomar medidas para garantizar su seguridad. En Antioquia, la propuesta valiente y polémica del gobernador Andrés Julián Rendón de una sobretasa a los servicios públicos para financiar la seguridad regional, es una muestra de que los líderes locales están dispuestos a buscar soluciones ante la falta de apoyo del Gobierno central. Debemos rodear a los mandatarios departamentales para que asuman un rol protagónico en la defensa de sus territorios e implementen estrategias autónomas e innovadoras para proteger a la ciudadanía.

Antioquia ha sido ejemplo de resiliencia y para contener a un Gobierno adverso a los intereses de la región debemos estar unidos la ciudadanía y el empresariado respaldando las iniciativas necesarias para proteger el territorio. Esto es una responsabilidad compartida y el distrito de Medellín también debe estar presto a brindar apoyo. Si no es la sobre tasa, pues dar solución con otra iniciativa, eso sí, que sea expedita, el tiempo no está de nuestro lado.

Los gobernadores no pueden seguir de manos atadas sin poder dar solución a las crisis provocadas por el Gobierno nacional del caos. Antioquia puede mostrar el camino, actuando con determinación y siendo bastión de libertad y progreso.

¡Salvemos a Colombia, desde las regiones!

lunes, 17 de junio de 2024

Deterioro del orden público y la seguridad

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

Establece el art 189 de la Constitución Política:Corresponde al presidente de la República como jefe de Estado, jefe del Gobierno y suprema autoridad administrativa: (….) 4. Conservar en todo el territorio el orden público y restablecerlo donde fuere turbado.”

Es un desarrollo del preámbulo de la Constitución que predica : “El pueblo de Colombia, en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, (….)" [1]

Es claro para cualquier ciudadano, ya sea que habite en los centros urbanos o en las áreas rurales, que el orden público se ha deteriorado y que la inseguridad se ha apoderado del país no solo estadísticamente, sino mediante el generalizado temor por la desprotección de la población. El Gobierno tampoco, en este vital renglón, ha cumplido con sus obligaciones fundamentales. Así se lo hicieron saber los congresistas al ministro de Defensa[2].

miércoles, 31 de enero de 2024

Entrevista con Guillermo Echeverri Vélez

Antonio Montoya H.
Nuevamente el economista agrícola, empresario, abogado y rejoneador Luis Guillermo Echeverri Vélez, vuelve ser protagonista en la entrevista de El Pensamiento al Aire en la que se habla de los distintos intereses de la nación.

Hijo de fallecido empresario Fabio Echeverri Correa quien presidió por varios años la Asociación Nacional de Industriales. Se graduó como abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana, y luego hizo una maestría en economía agrícola en la universidad de Cornel, en los Estados Unidos, además de varias especializaciones. Fue jefe del presidente Iván Duque en el BID y desde allí cultivaron una muy buena amistad.
Cuenta con más de 20 años de experiencia en el desarrollo, mercadeo, promoción y conducción de negocios internacionales, exportaciones e importaciones y se le reconoce su interés por promover la agricultura colombiana y en general la agricultura tropical en los mercados mundiales. Profesionalmente se ha desempeñado como empresario privado, intermediario comercial, consultor independiente en negocios internacionales, consultor del Fondo Nacional del Café y la Federación Nacional de Cafeteros, como empleado público y diplomático en calidad de agregado agrícola, comercial, como rejoneador y domador de caballos e inspector de policía, entre otras actividades. Ha vivido en Argentina, Colombia, España, Portugal y Estados Unidos.

jueves, 21 de diciembre de 2023

Hacia el frente cívico o hacia la hecatombe

Por: Luis Alfonso García Carmona

Luis Alfonso García Carmona

La descomposición moral que ha permeado los niveles directivos del Estado conduce al país, de manera acelerada, a la más dramática catástrofe en la historia de la sociedad colombiana.

Mírese cualquier aspecto de la vida nacional para encontrar solamente caos, desbarajuste, destrucción y retroceso. La seguridad, primordial obligación del Estado, ha sido sustituida por la impunidad para los criminales, el desmoronamiento de las fuerzas del orden, la financiación de grupos ilegales con los remoquetes de “gestores de paz” o de “guardias campesinas o indígenas”, y la consolidación de las empresas criminales, comenzando por el narcotráfico.

La oferta de empleo y de una sólida seguridad social para la protección de las clases trabajadoras y de sus familias se ha venido a pique, merced a unas normas laborales que desestimulan la contratación de personal, unas absurdas reformas al sistema sanitario y al régimen pensional, y unas perjudiciales medidas que sepultarán en la inflación y en el déficit fiscal toda posibilidad de crecimiento económico.

La justicia, más interesada en perseguir a los militares y a los contradictores del régimen que en proteger a los honrados ciudadanos y resolver oportunamente sus conflictos, se ha sumido en la parcialidad, la politización y la corrupción. Nada han contribuido para el cumplimiento de su trascendental tarea los inmensos presupuestos al servicio de la JEP, los organismos de control y la Rama Jurisdiccional.

Crecen desaforadamente los gastos estatales con aumento inconsulto de la burocracia, y viajes faraónicos sin ninguna necesidad, salvo la de invitar masivamente a los áulicos del régimen a hacer turismo con el dinero de los contribuyentes. Entre tanto, se disminuyen las partidas para obras de infraestructura que el país requiere con urgencia y para atención de las necesidades urgentes de la comunidad.

Las relaciones exteriores no podían caer más bajo. Desorden y errores monumentales en la designación de diplomáticos con antecedentes de dudosa ortografía y sin la preparación necesaria para el desempeño de sus cargos, bajo la batuta del aliado de las FARC elevado extrañamente a dirigir las relaciones internacionales del país. Por supuesto, la política se enmarca a hora en cubrir los desmanes de los dictadores de izquierda como Maduro o la defensa de los terroristas de Hamas, la alabanza al genocida Mao, la promoción de la cocaína por encima de la explotación del petróleo, o la lucha contra el supuesto cambio climático en el cual, en caso de que existiera, la participación del país sería mínima.

Se ha desterrado la inversión nacional o extranjera para crear empleo y contribuir al desarrollo, mediante el fatídico discurso del odio contra la clase empresarial, las amenazas de expropiación, la falta de seguridad y el aumento de los gastos fiscales y laborales.

Temas de la más aterradora gravedad no pueden quedar en el tintero:

¿Cómo será la vida en Colombia a partir de la vigencia de la reforma a la salud, en la que este fundamental servicio quede en manos de la corrupción estatal y se arrase con la infraestructura que en la actualidad cubre casi al 100% de los colombianos?

¿Cuál será el futuro de Colombia cuando en el anunciado acuerdo con el ELN se eleven a la categoría de normas constitucionales todas las propuestas aprobadas en los llamados “comité nacionales de participación”, compuestos en un 80% por elementos de la izquierda radical, cuyas recomendaciones tienen fuerza vinculante en el acuerdo de paz?

¿Hasta cuándo resistirán los compatriotas la falta de justicia evidenciada en una Comisión de Acusaciones que se niega a adelantar el proceso contra el guerrillero Petro por exceder los límites de gastos en su campaña, el cual está sancionado con la separación del cargo?

Si nuestra clase política ha sido indiferente a la solución de estos cruciales problemas, como se está demostrando día a día, no así el pueblo colombiano que sigue manifestándose con el grito de “Fuera Petro” desde todos los rincones de Colombia.

Todas las encuestas en los últimos años desnudan como los entes más desacreditados al Congreso, a los políticos y la administración de Justicia.

Es hora ya de que actuemos según la lógica y nos desprendamos de quienes han sido responsables de esta oscura coyuntura en que nos encontramos.

Formemos todos los que no creemos en nuestra corrupta dirigencia política un “Frente Cívico”, no sólo para derrocar a Petro, sino para reconstruir a Colombia, comenzando por corregir los errores de este régimen y archivar sus funestos proyectos. Ya las bases están concientizadas y se han tomado las calles, los estadios, las encuestas. Esa es la solución que a todos nos une. No hay que discutir sobre posiciones ideológicas ni modos de ver al Estado. Basta con que corrijamos lo que está mal y elijamos nuevos líderes que nos gobiernen pensando en el Bien Común, no en sus propios intereses.

domingo, 17 de julio de 2022

Aspectos vitales para todo gobernante que quiera tener éxito

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

1. Disciplina y orden

¿Qué entendemos por disciplina?

¿Qué entendemos por orden?

¿Por qué son necesarias para gobernar una ciudad o un país?

2. Generador de confianza

* Base fundamental para crear lazos estables y perdurables.

* Es la seguridad que tiene el ciudadano que su vida, patrimonio y futuro están en buenas manos.

3. Lealtad

Que entre el gobernante y el ciudadano se creen vínculos basados en la verdad, asertividad, dignidad, y respeto por el otro.

4. Planeación

* Trabajar desde el inicio con elementos claros de administración y planeación por objetivos, en cada una de las áreas y uno general que incluya todos.

* Evaluarlos en forma periódica, por lo menos tres veces al año y corregir inmediatamente el rumbo, sin dudar.

5. Presencia cotidiana con los ciudadanos

Implica comunicación visual permanente y constante con la ciudad, hacer presencia en las obras, en los problemas y en la búsqueda constante de soluciones.

6. No es imprescindible

Ello conlleva el respeto por los demás. Es un simple ejecutor de programas aprobados todos en beneficio de la comunidad y si fallece o se retira, la ciudad debe tener claras las condiciones de perdurabilidad en el tiempo de las acciones pendientes y continuar el rumbo, como si nada pasara. No depende una ciudad o un país de un hombre, depende del equipo de trabajo que acompaña con diligencia y cuidado los compromisos sociales adquiridos, para ello la transferencia del conocimiento documentada es importante, así siempre habrá una guía y norte que seguir.

7. Resiliencia

Es la capacidad de superar la adversidad que en el diario vivir de una ciudad, región o país siempre sucede; acontecimientos no previstos que llevan a que el gobernante se multiplique, se crezca y supere esa dificultad convirtiéndola en algo positivo para la comunidad.

8. No improvisación

Cuando el gobernante improvisa, el resultado es negativo y afecta a muchas personas, por ende, se debe tener claro el plan de gobierno, con parámetros medibles y tiempos de resultados, así ocurrirá que pareciese que todo fue fácil, además es la forma en que se reconoce la habilidad administrativa, técnica, financiera y social de un gobernante. La improvisación es fuente de fracasos. Nada se deja al azar, sin preparación, evaluación, corrección y desarrollo.  Y si así lo pensare la gente, no importa, el éxito es así.

9. Prioridades sociales

Es claro que todo gobernante debe tener fijado en su mente cuáles son las grandes necesidades de los ciudadanos y de la ciudad. Enuncio, las que considero son en la actualidad:

* Empleo: el mayor problema social, afecta al ser humano individualmente por cuanto el que no tiene trabajo se siente aislado, sin ingreso, frustrado por cuanto se preparó y cree que con los estudios que tiene técnicos, tecnológicos, profesionales o de formación en artes u oficios, puede lograr una mejor condición económica para él y aportar a la familia.

Aquí la búsqueda de alternativas no solo depende del Gobierno nacional de turno, o de las grandes empresas que se asienten en la ciudad, porque hay mucho por hacer para formalizar el trabajo y generar ingresos. Por ejemplo, tenemos todo lo relacionado con el medio ambiente y su protección, por ello todo lo que tiene que ver con las riberas de los ríos, quebradas, caños, cuidado de los parques, puede generar trabajo diario formal y de calidad a los bachilleres y mujeres cabeza de familia.

Capacitar en saberes que tengan pertinencia en la ciudad o región, no llenarnos de personas con lo mismo y que no tenga mucha aplicación en la región en la que se realiza. Por ello, sin duda, existe el SENA y debo reconocer que está haciendo una gran labor en formación.

Universidades, instituciones técnicas y tecnológicas, deben modificar sus pénsum de tal manera que sean más prácticos para que los estudiantes adquieran herramientas para incorporarse fácil al trabajo.

El trabajo de aquel que emprende proyectos es muy importante, pero, debe ser apoyado financieramente porque las ideas son muy buenas, las posibilidades muchas, pero los tiempos de desarrollo y ejecución son demorados y sin capital fácilmente se aborta el proyecto. Por ello debemos motivar a los emprendedores, pero con la verdad, hacer empresa no es tarea fácil, requiere además de trabajo, cumplimiento de muchas obligaciones con el Estado, los trabajadores y proveedores, y sin adecuado financiamiento se complica la vida de muchos otros sectores de la economía.

10. Servicios públicos

Los servicios públicos básicos de acueducto, alcantarillado, luz, recolección de basuras, oportunos y constantes, son en Antioquia, bien atendidos en la mayoría de los municipios y capital, pero en el resto del país existen graves fallas o hay inexistencia de estos lo cual hace difícil la vida de sus habitantes. Un gobernante debe gestionar, construir y administrar esos servicios básicos que no son gratuitos.

Si se quiere avanzar en desarrollo de las ciudades se debe sanear estos aspectos, no prometer para no cumplir, ejecutar sin corrupción.

11. Seguridad

Sin seguridad no habrá tranquilidad. Si el ciudadano se siente seguro, es decir que ve la presencia protectora del Estado a través de sus diferentes órganos de control y policivos, tendrá mejor ánimo, el miedo desaparece y ello genera oportunidades de trabajo.

No he podido entender nunca porque se premia al delincuente, se le envía a una cárcel y allí vive alimentado, con salud, visitas conyugales, teléfonos, parrandas, en fin, es un ideal para muchos estar allí y por eso delinquen tranquilos, allá estarán protegidos y si no los mismos jueces los sueltan al día siguiente de un ataque a los ciudadanos por hacinamiento o considerar que no es peligroso para la convivencia. Por ende, como dije al inicio, sin disciplina y orden no tendremos un mejor país.

12. Salud

Hoy más que nunca está en boca del ciudadano los cambios que se presentaran por el nuevo mandatario en lo referente a la salud. Habrá que analizar en detenimiento su propuesta, pero un país sin salud es colapso seguro. Hoy tenemos y gozamos de una cobertura del 96.5 %, de manera que el cambio debe encaminarse a llegar al 100% de cobertura y a evitar la corrupción.

13. Recreación

Es vital para motivar a la juventud a tener calidad de vida, a formarse mental y físicamente, y a los adultos para a que tengan forma de caminar, hacer ejercicio más intenso de acuerdo con su propia capacidad. Pero se debe encontrar el modo en que todos los ciudadanos participen, gocen y disfruten de la recreación si es física.

Pero, la música, el arte, la cultura, el cine, debe ser para todos con seguridad y disfrute. Los artistas deben promover invitados por el municipio y los empresarios a mostrar el talento, la alegría y la expresión musical de las diversas regiones colombianas… nuestros artistas, en general, suenan hoy en todo el mundo.

Por último, digo que existen otros temas de igual importancia para los gobernantes que deben ser tratados, estudiados con seriedad y asertividad como movilidad, infraestructura, tecnología, alimentación y sus centros de acopio en la ciudad, a los cuales me referiré en próxima oportunidad.

También hablaremos de la política y los políticos, que son parte vital en este entramado de la buena gobernabilidad, que será exitosa sin corrupción y con personas que ejerzan el cargo como aporte a la sociedad y en beneficio exclusiva de ella.

domingo, 24 de abril de 2022

Gloria al ejército de Colombia

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.

Bien es cierto que Colombia tiene un gran respeto por la democracia, que los ciudadanos queremos y protegemos el sistema de gobierno que lleva 203 años de vigencia, a pesar de las guerras civiles en los años medianos y finales del siglo IXX, de la violencia cruenta y cruel de mediados del siglo pasado entre liberales y conservadores, de las guerrillas, terroristas, bandidos, bandoleros, paramilitares y corruptos, que han tratado de acabar no solo con las personas, sino con los bienes públicos, el erario y la naturaleza, convirtiéndose en verdaderos criminales del medio ambiente.

El ejército de Colombia, ha dado muestras de seriedad, amor por la patria, responsabilidad, sensatez y entrega en la defensa del país, honor y gloria para ellos.

Los que han entregado la vida por defender la democracia son los soldados de Colombia, desde los generales vilmente asesinados hasta el último de los soldados que vistiendo el uniforme murió en emboscadas, secuestros, tomas guerrilleras, atentados a los oleoductos, a las ciudades; ellos sí son los verdaderos salvadores, que entregaron su vida por nosotros y los que sobrevivieron sufren las consecuencias de las lesiones que las minas y los ataques aleves que se hicieron contra ellos. Los cobardes se esconden, el ejército colombiano va de frente.

Tengo el honor de hacer parte del ejército de Colombia en compañía de otros muchos profesionales antioqueños, que asumimos el reto de conocer, prepararnos y hacer parte de esta institución nacional. Ascendí hasta el grado de capitán, de lo cual me enorgullezco y agradezco a la vida el haber conocido oficiales y suboficiales que engrandecen su historia.

No se puede aceptar que las viudas, los huérfanos, los secuestrados que regresaron a la vida después de años de sufrimiento, no tengan hoy un reconocimiento nacional y una protección adecuada del Estado, recordándolos a diario y enalteciendo sus vidas.

Sería muy bueno que nos informaran que hay de la vida de sus herederos, esposas sufridas y luchadoras, cómo viven y quién los apoya. El Estado debe actuar hoy y siempre protegiendo el recuerdo y honra de los fallecidos; el soporte de la democracia es el ejército.

Si el ejército nos falla, nadie podrá salvar la patria.

viernes, 14 de mayo de 2021

Al meollo del asunto 2, propuestas

Pedro Juan González Carvajal
José Leonardo Rincón, S. J.*

Ahora entendí lo que es la viralidad. Un modesto artículo semanal, sin más pretensión que comunicar a mis amigos lo que pienso, de pronto resulta acogido por una multitud que se identifica con esas ideas. Tamaña responsabilidad en la actual coyuntura, porque se trata de aportar y construir, ofrecer luces y generar esperanza, cuando todo parece perdido, oscuro y sin futuro.

Una crítica constructiva que recibí fue esta: “muy bueno, muy claro, hace pensar, pero no propone nada”. Me sentí retado entonces no solo a criticar, sino también a ofrecer pistas sobre cómo llegar al meollo de la crisis estructural que vivimos, sin buscar chivos expiatorios y más bien siendo proactivos. Estamos sobrediagnosticados y se requiere menos discursos y más gestión. Es el cuarto de hora para el liderazgo auténtico. Me quejaba de la ausencia de liderazgo y no es verdad que no haya. Líderes sí hay, sí existen. El problema es que se quiere ser políticamente correcto y muchos son esclavos de mantener su rating de popularidad, evitando posturas que los comprometan pues corren el riesgo de quemarse. Por eso esta es la hora de los grandes retos para gente noble y con grandeza de espíritu. Líderes que afronten los problemas, llamen las cosas por su nombre y se sienten a dialogar sin agendas ocultas, con trasparencia y con vocación de servir a la patria.

He visto propuestas concretas para ir a ese meollo. Me ha gustado que la gente piense y se exprese propositivamente. Hay puntos donde convergemos todos. Eso es importante porque hay que dejar de lado los intereses egoístas y mezquinos. Me preocupa sí que el tiempo corra y los diálogos no avancen. Protestas sí, bloqueos no. Reitero mi rechazo al saqueo, el vandalismo y la violencia, pues es como escupir hacia arriba. Hay que construir, no destruir.

Me he detenido en el listado de temas que el Comité de Paro y los rectores de las universidades más importantes del país han planteado. Comparto sus propuestas:

* Rescate ético: la vida es sagrada. Honestidad y transparencia como estrategia frontal contra la corrupción en todas sus manifestaciones. Cumplir el mandato popular. Los mejores líderes deben conducir y recuperar las instituciones.

* Estado de derecho: reformar el Congreso en cuanto a composición, tiempos y costos; recuperar la credibilidad en la justicia impoluta y eficiente, que impida la impunidad. No más asesinatos de líderes sociales, derecho a la divergencia y la protesta, fuerza pública no represiva.

* Fortalecimiento de la democracia: equidad de género y respeto a la diversidad. Mayor participación ciudadana: escuchar las voces de los estudiantes y cumplir los compromisos pactados.

* Economía. Presupuesto que invierta en los temas neurálgicos: menos para defensa y más para salud, educación, justicia. Sistema pensional razonable. Reforma tributaria justa, Recorte en el gasto público.

* Acuerdos de paz: implementarlos, cumplirlos, no hacerlos trizas. Avanzar en nuevos diálogos.

* Educación de calidad y para todos, con currículos integrales, gratuita o de bajo costo para estratos 1 al 3. Mantener al menos por una década la inversión sistemática en ella.

* Salud para todos, concebida como derecho, no como negocio.

* Ecología: cuidado de la casa común, del agua que necesitamos, de especies animales en extinción y de evitar acciones destructivas como deforestación, explotación minera indiscriminada y contaminación.

* Tema agrario: restitución de tierras, apoyo agrícola al campesino, precios justos, incentivos que motiven invertir en el campo.

Si el listado de problemas es enorme, otro tanto son las propuestas para darles respuesta. Hay que hacerlo. No valen los paños de agua tibia, ni buscar ganarles a los otros. Hay que ceder y conceder, pero nunca retroceder. Hay que pensar en grande. La historia nos juzgará por haber hecho bien las cosas También en el juicio final nos van a evaluar no tanto por lo que pensamos, sentimos, dijimos, las buenas intenciones que tuvimos. Lo que cuenta fue lo que hicimos. Es nuestra hora.

domingo, 4 de agosto de 2019

La seguridad


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
Definitivamente todas las mediciones nacionales y locales, colocan como prioritaria para la sociedad, la seguridad.

Pero es de la seguridad de los ciudadanos, no la de los altos funcionarios del estado en los tres poderes, que cuentan con esquemas costosos, exagerados y muchas veces innecesarios; pero como eso es muestra de poder con la plata ajena, qué carajos.

Parece que tenemos la fuerza pública (policía y ejército) suficientes y parece que tenemos los jueces suficientes (magistrados y jueces), pero carecemos de unos códigos penal y de procedimiento penal, y de cárceles que permitan hacerle frente al tema.

A todo lo anterior le debemos sumar la falta de voluntad y el desgano de la ciudadanía por denunciar; si todos denunciáramos, las estadísticas de inseguridad no serían tan aterradoras.

De estos simples y lógicos planteamientos se desprenden cientos o mejor, miles de tareas que requieren de ser listadas, ordenadas, priorizadas, viabilizadas y ejecutadas, designando responsables que se encarguen de poner de acuerdo, en lo fundamental, a las fuerzas políticas y sociales (academia, gremios, iglesias, etc.) y que permitan las acciones integrales requeridas, definitivas a ejecutar.

Mucho tilín y pocas campanas.

Todo está súper diagnosticado, súper estudiado, ¿por qué sigue atrancada su ejecución?, ¿por qué ni el gobierno, ni el congreso, ni los partidos y grupos políticos, ni los gremios, ni las iglesias, ni la academia, han querido hacerlo?, ¿definitivamente se nos olvidó que todo nuestro trabajo debe estar orientado a satisfacer el interés general?

Ahora que estamos en temporada de elecciones territoriales o locales, se repite el grave error, los candidatos prometiendo lo que no es de su resorte y lo que no cuenta con los recursos para hacerse; prometiendo sin priorizar, acomodando a sus intereses personales, su vanidad, sus egos elevados, su capacidad de polarización, buscando el voto visceral, pasional, que no permita llevar a los mejores al poder.

La seguridad depende de todos, por favor pongámonos de acuerdo, saquen las normas correctas que permitan eficiencia en los actuares de las autoridades, construyan cárceles dignas, resocializadoras y suficientes. No pierdan más tiempo en pendejadas, para eso les estamos pagando súper bien, para eso los elegimos, no sean irresponsables, concéntrense, vuélvanse serios, no sean tan descarados.

Sean austeros, no gasten la plata pública en lujos y comodidades pasajeras, utilícenla en lo que ayude a salir del atolladero.

No sigan creyendo que el sector privado normalito, el que no le saca en contratación al Estado lo que invierte en los políticos, puede cargar con el peso que implica el pesado sector público.

El tiempo corre muy rápido, avanza el narcotráfico y por ende, el lavado de activos, que hacen crecer la informalidad, lo que acaba con los sectores formales de la economía en los sectores urbanos y rurales.

Pilas, nadie sabe para quién trabaja y los que saben se hacen los bobos. Bobitos no.

jueves, 16 de mayo de 2019

Narco elenos y la inseguridad en Medellín


Por John Marulanda*

Coronel John Marulanda
Está aún por verse si el muerto encontrado en una nevera la semana anterior, es la “firma” de alguna de las más de 100 bandas que delinquen en Medellín y el Valle de Aburrá. El año pasado fueron varios cadáveres envueltos en sábanas blancas: killing by signature. Medellín, además de ciudad innovadora y sede para Latinoamérica de la cuarta revolución industrial, integra a su realidad un crimen juvenil urbano parecido al de México, Río, Buenos Aires, Lima, Caracas y otras capitales del continente. El 41% de los capitalinos opinan que estamos mal en seguridad pública, la peor percepción desde 2008, a pesar de los esfuerzos del alcalde por publicitar una idea exitosa en este aspecto, y se proyecta un registro de 26 homicidios por cien mil habitantes hacia finales de este año. El microtráfico es el principal combustible de esta violencia.

Existe, además, la probabilidad de vínculos entre estos grupos narco criminales con células del ELN, preparadas para lanzar algún tipo de ofensiva terrorista urbana, cuando lo consideren adecuado y oportuno, desde Cuba y Venezuela, y lo analicen conveniente sus quintacolumnistas. Esta alianza entre jóvenes gatilleros de ambas narco estructuras, sería gravísima para Medellín y la creciente población desplazada y desempleada venezolana, agudizaría la perspectiva.

Ya Antioquia, el departamento de mayor valor estratégico de Colombia, el único con tres brigadas militares en su territorio, está siendo afectado por la tenebrosa alianza Caparrapos-ELN confrontando al mexicanizado Cartel del Golfo, mientras la Oficina se unta de Hezbolá y de mafia italiana. Los expertos en seguridad y defensa del Bloque de la Reserva Activa de Antioquia- BRANT-, consideran que el Modelo Integral de Gestión Local, se quedó corto para lidiar con el problema y recomiendan un acuerdo estratégico entre Medellín, el Área Metropolitana y Antioquia, que contenga y eventualmente reduzca el creciente deterioro de la seguridad. Un organismo regional superior, advierten los especialistas, deberá armonizar, coordinar y supervigilar los objetivos y metodologías, no solo de las tres entidades político-administrativas mencionadas, sino articular a Córdoba, Bolívar y Chocó, y enlazar todo el proyecto con Panamá. Planes aislados e independientes serán ineficaces frente a un adversario transnacional y organizado, para quien las gobernanzas desconectadas son su mayor ventaja. “Están enfrentando una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas (…) Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos globales”, como denuncia en una polémica entrevista alias Marcola, capo brasileño.