miércoles, 18 de junio de 2025
Conversatorio con Joel Moreno, Enrique Posada y Luis Duque
La RAE parece colombiana
Fredy Angarita
Desde hace años he sentido cierto bullying
disfrazado de corrección lingüística, sobre todo por parte de los que se creen
los sabios del idioma. O peor aún, por quienes solo repiten burlas que
escucharon en alguna parte, como si fueran verdades absolutas.
¿Quién no ha dicho alguna vez “entrar adentro”,
“salir afuera”, “subir arriba” o “bajar abajo”? y claro, enseguida llega el
coro burlón con su clásico “¡Eso está mal dicho!”
Uno responde con pena, como si hubiera cometido
un crimen contra el español:
—Ahhh, sí, perdón.
Pero resulta que hoy, la mismísima RAE, sí, la
Real Academia Española, nos sale con una perla en su cuenta oficial: “Estas
expresiones no son incorrectas. Son pleonasmos: recursos expresivos frecuentes
en el lenguaje coloquial.” Pleonasmo: anótelo bien[1].
Es cuando se repite una palabra o idea dentro
de una frase, no por error, sino para reforzar el mensaje, darle ritmo, darle
fuerza.
Los países que más usamos este recurso, según
ellos mismos, somos España, México, Colombia, Venezuela y República Dominicana.
Ahora me pregunto: ¿será que en los demás
países también se burlan de los que usan el pleonasmo en sus conversaciones
coloquiales, o es solo acá, donde corregimos por deporte?
Lo cierto es que hoy tengo un argumento de peso:
oficial, certificado, respaldado. Ahora, si alguien se atreve a corregirme,
podré responder con toda tranquilidad:
—Tranquilo, la RAE me dio permiso.
Me dejaron entrar adentro.
Gracias, RAE.
Y de paso, gracias por hablar como nosotros.
martes, 17 de junio de 2025
Frente Patriótico: anhelada panacea para nuestra desgracia
Luis Alfonso García Carmona
Son abundantes las razones
que imponen el surgimiento de un gran Frente Patriótico que nos libre
del régimen que nos trae por la calle de la amargura, pero, en tributo a la
brevedad, mencionaremos solamente las que siguen:
1. Ha
desenmascarado el sátrapa sus reales intenciones de perpetuarse en el poder y
conducirnos por la fuerza hacia un Estado social comunista y
totalitario, en el que prima el objetivo revolucionario sobre el orden
constitucional.
2. No se conforma
ya con sus incendiarias alocuciones ni con el ilícito uso de los recursos del
Estado con fines políticos. Ha pasado ahora a la escalada de la violencia incitando
a sus fanáticos seguidores a asesinar a sus oponentes y a desatar una
incontenible ola de violencia y terrorismo en diferentes puntos de la geografía
nacional.
3. Nuestra
dirigencia, tan pacata a la hora de actuar, se ha convencido por fin de que, si
no nos unimos ya, mañana será tarde para sacar al país de esta horrorosa
catástrofe, la más grave de nuestra historia como país independiente.
4. Las espontáneas
manifestaciones de las mayorías revelan sin ninguna duda que el pueblo
colombiano quiere un acuerdo de voluntades enderezado a derrocar al tirano,
cambiar la funesta orientación que nos gobierna y reconstruir el
legado de despojos morales y materiales que su pésima gestión nos deja.
Angustiados como
todos los ciudadanos de bien de este atribulado país, invitamos a todos
aquellos que rechazan la camarilla de gobierno y sus cómplices a que constituyamos
un gran Frente Patriótico, cuyas tareas primordiales serán:
1. Derrocar al
dictador mediante la aplicación del art. 109 de la Constitución,
presionando a los congresistas para que finalicen sin más demoras el juicio por
indignidad iniciado contra el guerrillero presidente por haber violado las
normas de financiación de su campaña.
2. Vincular a los
partidos políticos que se han declarado en oposición al Gobierno, a los
precandidatos que sigan idéntica tendencia y a un grupo significativo de
ciudadanos para que formemos una gran coalición denominada Frente Patriótico.
En ese grupo significativo incluiremos a las organizaciones de oposición
que trabajan en la promoción de marchas y en las redes sociales, a los
reservistas de la fuerza pública, a los formadores de opinión que escriben en
medios tradicionales y virtuales, a los gremios económicos y a los grupos de
ciudadanos víctimas de las maléficas decisiones del Gobierno.
3. La coalición Frente
Patriótico solicitará a la Registraduría Nacional la convocatoria de una
consulta popular para elegir un candidato a la Presidencia y candidatos al
Senado en representación de la coalición. Estos estarán comprometidos con los
objetivos de la Coalición y recibirán el apoyo de todos los opositores al
régimen.
4. Recuperado el poder,
la coalición Frente Patriótico se compromete a reversar la pésima gestión
del régimen en aspectos tan vitales como la seguridad, el derecho a la vida,
la corrupción, el desempleo, la salud y la seguridad social.
Proponemos, ya que
nuestra crítica situación ha tocado fondo, reconstruir el país en todos los
órdenes en busca del bien común de la población, la convivencia social y el
bienestar económico. Nos entusiasma el proyecto de convertir a Colombia en “el
milagro económico de América”, para lo cual tenemos un plan concreto de
acción que se cumplirá en dos décadas (5 períodos presidenciales).
En una palabra,
mediante el acuerdo de voluntades de los colombianos de bien, dentro
de las normas constitucionales y legales, aspiramos a cambiar de un tajo
esta funesta coyuntura y brindar una oportunidad que pocas veces se presenta
para recuperar el país que hemos perdido en manos de los criminales y
sus aliados.
De cara al porvenir: ¡qué vivan las pelotas!
En el mundo del deporte, del
cual yo me mantengo a prudente distancia salvo por mi fanatismo hacia el fútbol
y alrededor del Atlético Nacional, se distingue entre juegos de equipo y juegos
individuales, siendo ambos ejercicios de alta exigencia.
Un común denominador, salvo
excepciones como las regatas, es que en los juegos de equipo la mayoría se desarrolla
alrededor de una pelota. Veamos por ejemplo el fútbol, el baloncesto, el
béisbol, el tenis, el ping pong, el voleibol, el cricket, el fútbol americano,
el golf, el hockey, el sóftbol, el polo, el balonmano, el waterpolo, entre
otros tantos.
Los juegos individuales, con algunas
excepciones como el tenis, el billar o el golf, no: boxeo, natación, atletismo, gimnasia, tiro,
arco, lucha, karate, judo, esgrima, ecuestres, surf, esquí, entre otros varios,
entre los cuales se encuentran el ciclismo y el patinaje que pudieran ubicarse
en los dos escenarios.
Lo cierto es que, en un país
como Colombia, con nuestra propia idiosincrasia, con nuestros factores
positivos y negativos, los éxitos deportivos los alcanzamos con juegos
individuales, es decir, con esfuerzo personal y no grupal.
Los deportes individuales no
convocan ni mueven multitudes como sí lo hacen los grupales.
Los mayores éxitos deportivos de
Colombia los hemos obtenido a través del ciclismo, el patinaje, el atletismo,
la lucha, el boxeo, el tiro, las pesas y la gimnasia. Esporádicamente se dan
algunos triunfos aislados en otras disciplinas.
Por su parte, el fútbol genera
pasiones, expectativas, esperanzas y fuerzas socio culturales de unión y de
amalgamación a través de un equipo profesional o de una selección nacional.
Lamentablemente, hablando de la Selección,
los triunfos se han tornado esquivos y debemos contentarnos –hasta la fecha–
con ser buenos animadores de torneos, pero sin ningún título importante en
nuestra historia.
Alguien argumentará que es
cuestión cultural aquello de que no sabemos trabajar en equipo, que somos
egoístas e indisciplinados, que no respetamos las reglas ni los planteamientos
y que finalmente todo esto lleva a que seamos unos sempiternos segundones.
Lo que es cierto es que el deporte
hoy, aporta los “nuevos gladiadores” modernos y que de alguna manera el deporte
se ha convertido en una especie de “opio” que no solo entretiene, sino que,
además, distrae, compromete y hasta enloquece a las masas, en gran medida
debido al crecimiento e influencia de los medios de comunicación.
En los últimos años hemos
alcanzado alguna visibilidad a nivel olímpico, trabajo que con plena seguridad
se irá al traste debido a la negligencia y a la desatención que el actual Gobierno
le ha dado a este importante aspecto social.
Lamentablemente la preparación
para un certamen olímpico requiere tiempo y el cumplimiento de las diferentes
jornadas y calendarios que van desde lo local, lo departamental, lo nacional,
lo bolivariano, lo suramericano, lo panamericano y lo mundial.
Bueno, digamos que este ir y
venir va acompañado de una falta de continuidad, que es otro de los factores
que nos distingue como país subdesarrollado.
Esperemos que nos vaya mejor en
la próxima reencarnación.
lunes, 16 de junio de 2025
Editorial: sucesos de la semana No. 101
Antonio Montoya H., en su nuevo editorial de El Pensamiento al Aire para esta semana, reseña los siguientes acontecimientos: en el ámbito internacional, la guerra entre Israel e Irán; las protestas en Estados Unidos por las redadas contra inmigrantes; la condena a Cristina Fernández de Kirchner; le sobreviviente del accidente del avión en India; la reconciliación entre Elon Musk y Donald Trump. En Colombia, la consulta popular por decreto; el terrorismo en el Valle del Cauca y Cauca; el estado de salud de Miguel Uribe, y concluye con Antioquia que celebra su crecimiento económica de 3.7 % superando el crecimiento nacional. No dejes de verlo.
No más hipocresía: ¡llamemos a las cosas por su nombre!
Luis Alfonso García Carmona
El profundo dolor
que nos embarga por el horroroso atentado en contra del senador Miguel Uribe
Turbay no puede impedirnos pensar con serenidad sobre el futuro de nuestro
país, agobiado por la violencia y el terror bajo el yugo del corrupto
régimen social comunista.
Entendemos que la
mayoría de los colombianos, atribulados por el impacto del miedo y la
impotencia frente a la tiranía, se refugien en un solo clamor por la unidad
frente a esta infame tragedia y en la oración, tabla insustituible de
esperanza para nosotros los creyentes.
Lo que no podemos
es callar frente a la hipocresía de quienes ahora condenan el execrable
atentado, a pesar de haber mantenido una permanente hostilidad contra quienes
se oponen a su dañina gestión, tildándolos de nazis, fascistas, oligarcas,
asesinos y hampones. Como expertos en la lucha revolucionaria, conocen que es esta
la mejor vía para incendiar los ánimos y conseguir la reacción violenta de los
más fanatizados.
Su discurso de
odio y de estigmatización a todo el que no comulgue con sus demenciales
iniciativas se ha ido intensificando ante la derrota del proyecto de
consulta popular en el Congreso, el rotundo fracaso del paro nacional
convocado para el 28 y 29 de mayo, el abandono de sus huestes que ya ni
con amenazas de despido a los funcionarios ni con el pago de gratificaciones a
los marchantes salen a respaldar tan desprestigiado Gobierno, y la profusa sucesión
de escándalos que involucra a 12
funcionarios del régimen y a entidades como el Congreso, el Ministerio de
Hacienda, la Unidad de Riesgos, y muchas más.
Como es bien
sabido, la izquierda radical, fiel a la cartilla marxistaleninista, no tiene
ningún freno moral, ético o legal para utilizar todas las formas de lucha,
todos los medios ilícitos, inclusive el asesinato, para aferrarse al poder.
Su condena a la violencia no deja de ser una simple trampa, una mentira más,
una herramienta de uso común para mantenerse en el poder. Ya se intuía este
desencadenamiento de la violencia desde las amenazas de Petro al Congreso,
“libertad o muerte”, o su aparición en la plaza pública con una espada y la
bandera de la muerte. A buenos entendedores, pocas palabras bastan. Ya no
le queda a Petro otro argumento para continuar en el poder distinto al del terror,
tarea a la cual ha dedicado gran parte de su perversa existencia.
¿Cómo
atajar este proceso de descomposición ahora que el tirano se ha quitado la
máscara?
Ciertamente no nos
es permitido en esta hora de angustia y de dolor permanecer impasibles, como si
no nos importara la destrucción del país. Todo el mundo habla de defender la
institucionalidad, pasando por alto que la mayor parte de las instituciones están
al servicio del aprendiz de dictador. Quien debe tomar la iniciativa y levar a
cabo la recuperación del orden, la convivencia, la normalidad es cada uno de
nosotros. Es la oportunidad para lograr esa ansiada unidad que parecía
lejana, coartada por la ambición y el egoísmo imperante por encima de los
intereses de la patria.
¿Cuál
es la solución a tan tremendo desafío?
1. Reunámonos
alrededor del juicio por indignidad que cursa en la Comisión de Acusaciones
de la Cámara por violación de los topes financieros, infracción que acaba
de reconocer el Consejo Nacional Electoral en proceso adelantado contra el presidente
de Ecopetrol, Ricardo Roa. Presionemos a los congresistas para que cumplan con
su deber de tramitar el juicio con celeridad y tener en cuenta la decisión que
en la materia ha tomado el Consejo Nacional Electoral, con la llamada a juicio
puede ser separado del cargo el infractor.
2. Solicitemos a
los partidos políticos y precandidatos opuestos de verdad (no de palabra) al
régimen petrista se unan en un “frente patriótico”, coalición electoral
que solicitaría al Consejo Nacional Electoral la convocatoria de una
consulta popular para la designación de un candidato único de la coalición,
por el cual votarían todos los colombianos que no estén de acuerdo con la
continuación del régimen castro chavista de Petro. Existe ya un proyecto para
constituir la coalición con la participación de un grupo significativo de
ciudadanos, en el cual se incluyen dirigentes empresariales y gremiales,
veteranos y reservistas de la fuerza pública, grupos activistas en las redes y
en las marchas de protesta contra Petro, grupos de damnificados con las
funestas decisiones y omisiones del régimen, etcétera.
viernes, 13 de junio de 2025
Lo que pienso
José Leonardo Rincón, S. J.
Lo que pienso sobre
tantos asuntos tan diversos es lo que suelo compartir en estos escritos
semanales. Me he percatado de que cuando escribo sobre temas personales o
anecdóticos, a ustedes, mis amigos, les gusta más que cuando abordo temas de
corte sociopolítico. Ahora bien, no siempre ha sido así. En algún momento me
gustó poner a mis escritos un toque de ironía y hasta de humor ácido, pero
desistí de seguirlo haciendo pues esta columna no siempre podría hacerlo dado
que había temas "serios" que debía abordar. En otro momento el
análisis de coyuntura social y política fueron de buen recibo, pero desde que
nuestro país se polarizó más fuertemente con ocasión del proceso y acuerdos de
paz, así como el plebiscito, percibí en ustedes, mis lectores, una sensación de
hartura y hasta de pereza de tocar temas sobre los que declararse a favor o en
contra de los protagonistas del momento significaba tomar partido, es decir,
optar, lo que significa igualmente dejar de lado o excluir.
Es muy lamentable que
hayamos llegado en el país a este grado de deterioro. Es verdad que estamos
cansados de tanto desencanto respecto de nuestra clase política. Obvio, no son
todos, hay gente buena, pero también hay muchos oportunistas que les gusta hacer
ruido, hacerse sentir, robarse el show mediático, aprovechar las desgracias de
los otros para lucirse, incluso también para hacer rapiña en el holocausto.
Con sus conductas, a
todas luces reprochables y que se dan por igual en ambos bandos, se genera un
estrés social que a todos nos agota y aburre. Lo grave es que su efecto es
letal porque nos duerme, nos resigna, nos hace evasivos y hasta apáticos frente
a lo que de ninguna manera se podría eludir, porque el ejercicio de la política
no es propiedad de unos cuantos que se arrogan vocerías populares sino de todos
nosotros como ciudadanos que debimos tener, tanto en la familia como en la
escuela, formación de la conciencia crítica y no todos la tuvimos, por eso
andamos como andamos, por eso nos siguen entusiasmando los caudillos radicales,
promeseros de oros y moros, e ingenuamente seguimos llevados de la nariguera,
comiendo cuentos baratos, para luego sentirnos engañados y frustrados, en tanto
llega el nuevo de turno para repetir el eterno retorno.
Qué tristeza que en vez
de avanzar retrocedamos, cuán lamentable que no podamos expresar
respetuosamente nuestro pensamiento porque inmediatamente el que no piensa
igual te rechaza, te insulta, te bloquea en sus redes, te hace sentir lo peor,
si no es que te manda eliminar. Estoy en varios chats de amigos y hay ciertos
temas vetados, de los cuales no se puede conversar so riesgo de perder la
amistad. El político es uno de ellos. Hablemos de modas, de farándula, de los
chismes del costurero, de cualquier otra cosa, menos de política. De esta
manera será más feliz la convivencia en medio de la calma chicha, así no
veremos lo evidente, no oiremos lo que no nos conviene ni nos gusta oír porque
hay crudas verdades que aceptar, así duelan. Ese río revuelto es lo que esperan
los pescadores gananciosos para sacar provecho y que esto siga igual o peor.
Pienso que estamos así porque quienes detentaron por décadas el poder fueron insensibles e indiferentes ante las necesidades de las mayorías pobres que un día no aguantaron más y a través del estallido social llevaron al poder a la cabeza de los opositores del statu-quo, más el fiasco ha sido fenomenal porque no solo resultaron siendo iguales de descompuestos que los que criticaban sino peores. ¡Qué horror, qué locura! Como quien dice: “que entre el diablo y escoja”. Así estamos en este momento. No hay de dónde. Me dirán que hay como 40, porque después de lo que hemos visto, cualquiera podría serlo, pero son 40 egos inflados que no querrán ceder su oportunidad y otros, los adalides de la suerte que no queremos para este país se subirán al poder aprovechando el río revuelto. Y eso me parece un déjà vu de lo que hace poco más de 200 años se llamó La Patria Boba. La historia se repite, pero como no dejan que se conozca, por eso estamos condenados a repetirla. Es lo que pienso.