viernes, 31 de marzo de 2023

Sin torre de control

Por: José Leonardo Rincón, S.J.

José Leonardo Rincón, S.J.

Me pregunto ¿dónde estarán la Aerocivil, la superintendencia de transportes y el mismísimo ministerio del ramo?

Uno no entiende ¿cómo pueden permitir la proliferación de aerolíneas de bajo costo cuyos tiquetes tan baratos no dan siquiera para el punto de equilibrio de la empresa? Por morderle la torta a las grandes aerolíneas trabajan a pérdida hasta que se vuelven insostenibles y quiebran. La irresponsabilidad de quienes estuvieron al frente de ellas es proverbial, pero el colmo es de quienes debiendo vigilar y hacer seguimiento a tan locos emprendimientos, dejan hacer, dejan pasar, se hacen los de la vista gorda y permiten lo que han permitido: un descarado fraude a miles de pasajeros que por su condición humilde o por querer hacer ahorros en sus viajes, compran pasajes de bajo costo con estos bandidos y a la hora menos pensada los dejan literalmente tirados en el aeropuerto.

Pasó hace unas semanas con Viva Air, quien resultó ser muy viva y estafó a sus usuarios hasta último minuto: vendió tiquetes, cobró excesos de equipaje, y de pronto, “lo sentimos, hemos cerrado nuestras operaciones”.  Cientos de pasajeros literalmente en el aire y sin avión, mendigando a otras empresas ser regresados a casa. Ahora, en esta semana fue Ultra Air, quien igualmente resultó ultra irresponsable y de un momento a otro canceló operaciones, dejando tirados igualmente a cientos de pasajeros. Caparon al perro por segunda vez. Y la gente dizque no “echando a perder se aprende”, ¡qué va!

Y las poderosas aerolíneas, esas mismas que quieren absorber las moribundas, sueñan con su monopolio para poder cobrar lo que se les venga en gana. Y uno, malicioso, se pone a pensar si para presionar la fusión no armaron toda esta película, para poner contra la pared a autoridades y usuarios y obligarlos a hacer lo que ellas quieren. Tenaz. Ya no hay nada seguro, uno paga anticipadamente un servicio, pero nadie le garantiza que efectivamente se le va a prestar, peor aún, nadie garantiza que si no se presta el servicio el dinero le será reembolsado. Perdonen ustedes, pero eso se llama estafa y es un delito punible que pareciera amenazar impunidad ante la actitud silenciosa, que pareciera cómplice, de las autoridades.

Tres de nuestros colegios fueron seriamente afectados por la jugada perversa de Viva Air. En Barranquilla se tuvieron los juegos nacionales Jesuitas y delegaciones que contrataron vuelos chárter desde Manizales, Medellín y Bogotá, se quedaron con los crespos hechos. Tuvieron que comprar de urgencia y a última hora en otras aerolíneas sus tiquetes para no faltar a la justa deportiva. Estamos hablando de cientos de millones de afectación que ahora están en el limbo. ¿Quién responde?

Estamos en un contexto social donde difícilmente se puede confiar. Ni siquiera en empresas aparentemente serias. Gente viva y ultra avispada desfalcan de frente, descaradamente y sin control. Así no podemos seguir en este país.

jueves, 30 de marzo de 2023

Lo de los pozos II

Por: Coronel John Marulanda ®

Coronel John Marulanda ®

Lo de Los Pozos volvió a saltar esta semana. La contradicción entre los ministros de Interior, de defensa y el director de la Policía, fue zanjado esa noche por el comandante supremo de la Fuerza Pública, quien dijo “Soy el único responsable de las acciones de Los Pozos, Caquetá” y que “Los mejores juristas internacionales en defensa de derechos humanos serán contratados para defender a los oficiales de policía”. Hace tres semanas el juez suspendió la orden de captura y en esto llevamos cuatro semanas.

Ante lo anunciado por el primer mandatario constitucional nos da una idea cuando en su primer acto soberano “ordeno a la casa militar me traiga la espada de Bolívar”. La tiene clara. Gran parte del discurso inicial se lo dedicó a los soldados y a los policías.

El presidente sin la espada, con la que se dio a conocer en 1974 el M-19, no es nadie. “Con el pueblo, con las armas, al poder”

Y acaba de hacer lo mismo con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia –AGC- o Autodefensas Campesinas de Colombia –AUC-, al menos en su territorio, quienes no se sometan por las buenas lo harán por las malas.

El nombramiento de un ministro de defensa que nada que ver con la seguridad - viene con el “estigma” de ser un anti corrupto-, la salida de cerca de 12 generales de las Fuerzas Militares y otro tanto de la policía, el nombramiento de un mayor general como asesor estratégico en el Mindefensa y la selección de una línea de mando obediente, explica el porqué de tantas bajas de efectivos y no es como el funcionario dice, obedecer a enemigos políticos.

La Policía es la favorita del gobernante de turno. A eso se agrega lo que recientemente dijo la alcaldesa de Bogotá, cuando echo puyas al entrenamiento de tres mil efectivos, que no se ven.

El enemigo son las FF MM, como corresponde. El robo de armas del Cantón Norte en 1979, la toma de la Embajada de la República Dominicana en 1980, el hundimiento del barco El Karina, el secuestro al avión de Aeropesca en 1981, la batalla de Yarumales en 1984, la toma del palacio de justicia en 1985, aunque la participación de la policía en este último episodio fue trágica, la conformación del Batallón América en 1986 y la de la coordinadora guerrillera Simón Bolívar en 1987.

Si lo de Los Pozos no fuera tan grave, si no hubiera habido un policía asesinado y un civil muerto a bala, la pregunta persiste ¿Quién tendría un arma de fuego en esos momentos?

Conociendo del asesinato de los 9 soldados y 9 heridos en El Carmen, la voluntad de paz de ELN está en entredicho.

 

martes, 28 de marzo de 2023

“Creemos”

Por  Andrés de Bedout Jaramillo

Andrés de Bedout Jaramillo

Todos los que nos consideramos de centro derecha, estamos invitados a pertenecer a este nuevo partido político, fundado por el exalcalde, exconcejal y excandidato presidencial, Federico Gutiérrez y autorizado por el CNE. 

Yo me voy a afiliar a “CREEMOS”, no seguiré en el partido conservador, creo en los nuevos liderazgos de centro derecha, requeridos para recuperar a Medellín y al país, de las nefastas manos de los liderazgos de izquierda, que nos están llevando al despeñadero como sociedad. 

La libertad y el orden deben reinar por el bien de todos los colombianos. 

Desde “CREEMOS”, podremos aportar todos, nuestro granito de arena, para evitar que nuestra querida Medellín, que nuestra querida Colombia, continúen por el sendero de la corrupción, del desgobierno, de la improvisación, de la irresponsabilidad, de la destrucción de lo construido. 

“CREEMOS”, nuestro nuevo partido político, cuenta con una buena cantidad de nuevos líderes a nivel local y nacional, a los que nosotros los más viejos, debemos ayudar en esta urgente tarea de reconstrucción, a la que debemos someter a Medellín y a Colombia, después del paso de la extrema izquierda por el desacertado y caótico manejo de la cosa pública al que nos han sometido. 

Federico Gutiérrez y su equipo, con Manuel Villa a la cabeza, están trabajando a gran velocidad en la estructuración de nuestro nuevo partido político. 

Cambia la dinámica de la recolección de firmas por la de los avales, para los candidatos de “CREEMOS”. 

“CREEMOS” avalará las candidaturas de Fico y de los candidatos al Concejo; Medellín debe recuperar su senda de unidad, liderazgo y crecimiento. 

“CREEMOS” avalará y acompañará líderes de otros movimientos y partidos en los departamentos y municipios de Colombia, que lo requieran. 

Que nuestro Señor Jesucristo nos ayude en este cometido.  

lunes, 27 de marzo de 2023

Editorial - Reformas

En su editorial de la semana para El Pensamiento al Aire, el doctor Antonio Montoya H. nos habla de las diferentes reformas que se adelantan en el actual gobierno, el retiro de la reforma política, las dificultades de la reforma de la salud y su posible retiro en los próximos días, el estudio de la reforma pensional y los elementos de la reforma laboral que perjudican el desarrollo empresarial y el incremento de la informalidad. No dejes de verlo.


De cara al porvenir: ejercicio profesional

Por Pedro Juan González Carvajal 

Pedro Juan González Carvajal

Una destacada profesional, lectora de esta columna de opinión, me hace una reflexión que considero válida y que quiero compartir con ustedes.

En estos días circuló un meme que tomaba cierta información comparativa donde se evidenciaba que Colombia es el país más madrugador, pero así mismo el menos productivo de los países asociados a la OCDE.

La reflexión parte del hecho de que entonces, ante los resultados, era bobada madrugar, a lo cual añadió la persona en mención: “Y que bobada ir a trabajar, si los jefes piensan que hay que ser multifuncional, y eso ya es un acto de heroísmo, termina uno haciendo de todo y no haciendo nada. Además, que piensan que el día tiene 50 horas y hay que cumplir con todo a la vez. Adicionalmente, se creen genios, su falta de foco los lleva a dar muchas ideas, y a ejecutar poco. Deberíamos aprender de los alemanes… una cosa a la vez”.

Considero que la anterior aseveración confirma lo que sucede en muchas organizaciones, de pronto no por mala voluntad, sino por falta de experiencia o de idoneidad de algunos “jefes” que, resguardados en el activismo, tratan de compensar su poca experiencia y/o solvencia profesional.

Se debe generar un ambiente de trabajo donde se trabaje con alegría, con responsabilidad y enfocados en resultados.

Muchas veces la urgencia o la restricción de recursos nos hacen hacer malabares y generamos condiciones de trabajo desfavorables donde la buena intención termina siendo contraproducente y donde lamentablemente el cortoplacismo afecta el mediano y el largo plazo.

Las cargas laborales deben ser evaluadas permanentemente, pues el uso intensivo de la tecnología nos está invadiendo y confundiendo el espacio personal con el laboral, lo cual no tiene sentido.

Son tantos los frentes por atender de manera simultánea que muchas veces el orden natural de las cosas, el 1, 2, 3 se trastoca por una serie de actividades que sirven para picotear algunos de esos frentes, pero no para atender debidamente sus características y exigencias.

Eso de ser jefe tiene su cuento. No es solo el ejercicio de una autoridad temporal, sino el hecho de orientar, motivar, hacer seguimiento y garantizar el cumplimiento de los objetivos planteados.

La tan anhelada productividad está asociada al nivel de compromiso de los individuos, así como a lograr eficiencias en los procesos y en las actividades.

El orden en las decisiones y las instrucciones correspondientes condicionan favorable o desfavorablemente el logro de los objetivos y hacen que la gente sea productiva o no.

El jefe debe ser guía y dar ejemplo en todos los ámbitos. Debe ser foco de aprendizaje para sus colaboradores. El tener un jefe del cual no se aprende nada, es un factor de enorme insatisfacción y desmotivación.

Por ahora, para cerrar el ciclo de la reflexión recordemos que “No por mucho madrugar, amanece más temprano”.   

Del caos provocado al autogolpe

Por José Alvear Sanín

José Alvear Sanín

El país, 221 días después de la posesión de Petro, ofrece el panorama más caótico. Nunca habíamos estado tan mal. Inseguridad, paros, extorsión, asesinato de líderes sociales, crecimiento exponencial de narcocultivos, desarme de la Fuerza Pública y cese unilateral de su actuación, marasmo económico, malas relaciones con gobiernos legítimos y compadrazgo con dictaduras repugnantes. Aquí lo único total es el desgobierno. Mientras el orden público desaparece, Petro habla, twittea y delira, dentro de una incontenible diarrea mental rayana en la chifladura.

Las incontables reformas que presenta son alocadas desde el punto de vista racional, pero eficaces para la desintegración del país. Hasta ahora, la oposición parlamentaria se limita a ofrecer inocuas modificaciones cosméticas a los desatinos del gobierno, lo que les permite pensar a muchos que seguimos viviendo en una democracia constitucional.

Durante estos interminables meses el gobierno avanza estimulando el desorden social, económico, legislativo y moral del país.  Frente a la ilusoria “paz total” pocos se atreven a decir que el camino hacia la verdadera concordia exige fortaleza, en vez de claudicación y entrega. El desarme unilateral del Estado solo conduce al fortalecimiento de las estructuras político-criminales.

El gobierno piensa “negociar” tanto con organizaciones “políticas” (ELN, Farc), como con los grupos de delincuencia común. Con el ELN ya hay frecuentes diálogos erráticos e inconducentes. Con las Farc de “los comunes” la cordialidad es permanente, y con los disidentes habrá también condescendientes conversaciones. Pero ni con el ELN ni con las Farc se llegará a nada, porque Petro sabe que ese no es el camino que conduce a la anhelada revolución.

Cada día es más claro que el gobierno está provocando deliberadamente el caos, para que cuando el país esté absolutamente asqueado y descuadernado se pueda dar el autogolpe de Estado (“el timonazo”), para asumir plenos poderes, cerrar el Congreso y las Cortes, con el loable propósito aparente de restablecer el orden público y contener la barbarie.

Después del timonazo y en medio del subsiguiente sentimiento colectivo que acompaña siempre a quienes quieren eliminar el caos para que retorne la normalidad, estallaría la paz con el ELN, grupo que solo se conforma con el “control del Estado en su totalidad”.

Hace pocos días, cuando esos individuos repitieron ese anuncio, las buenas gentes creyeron, con la revista Semana, que ellos “han dado pocos gestos de querer alcanzar un acuerdo de paz con el gobierno”.

Nada de eso, que es pensar con el deseo y con las categorías de 500 años en los que el Estado ha representado el orden y la legitimidad, porque tanto Petro como los del ELN son marxistas-leninistas inconmovibles, comprometidos con la revolución y teleguiados desde La Habana, esperando el momento propicio para el zarpazo definitivo. Mientras no se entienda que gobierno y ELN están unidos por un común propósito revolucionario, todo el debate político en Colombia es ilusorio. Las diferencias aparentes entre ellos son calculado teatro para desviar la atención mientras prosigue el engaño.

Las fuerzas revolucionarias saben que les falta muy poco para gozar de su macabro sueño. Ya controlan totalmente el Estado y disponen de los infinitos recursos del narcotráfico, mientras las dispersas corrientes de oposición retozan entre dulces sueños electorales de rosados horizontes, en octubre de 2023 y junio de 2026, como si bajo un gobierno comunista pudiera haber comicios libres.

Basta mirar a Venezuela para ver cómo será nuestro futuro, siempre con elecciones fraudulentas y partiditos juguetones, mientras se consolidan y perpetúan el voraz crepto-lumpen en el poder y la más aterradora miseria en el país.

viernes, 24 de marzo de 2023

¿Y cómo va esa cuaresma?

Por José Leonardo Rincón, S.J.

José Leonardo Rincón, S.J.

A una semana de la semana mayor, como la han denominado tradicionalmente, ¿Cómo va esa cuaresma?

Me imagino las caras… “hola, de veras que estamos en cuaresma, mmmm ¡se me había olvidado! Yo aquí viendo para dónde me voy a pasear, los tiquetes están tan caros, ha subido tanto todo, la comida está por las nubes, no sé. De pronto me quedo en casa descansando”.

Las cosas han cambiado. A duras penas algo se alude en las iglesias y templos con el color morado de los ornamentos y con prédicas alusivas al tema. Hasta el año pasado todavía alguna cuña radial hablaba de comer pescado. Ya ni eso. El cuento del ayuno y la abstinencia quedó atrás. La secularización es un hecho, la indiferencia religiosa crece. Los escándalos de algunos clérigos en muchas partes han contribuido al desencanto. Desde la pandemia y como uno de sus efectos, la gente va menos a misa de modo presencial, más cómoda verla por televisión acostado en casa. De los famosos sermones de las siete palabras con oradores eximios ya no se habla; hay series en Netflix con mejor rating de sintonía. Adiós, pues, a procesiones y otras manifestaciones.  Algo queda por ahí a nivel popular.

Claro, el asunto no es tanto de cuestiones externas, expresiones y signos que no dejan de ser importantes sino, sobre todo, de un trabajo interior que puede estar pendiente, que se sabe es relevante, que apunta más al fondo que a la forma y que requerimos con urgencia si se anhela que las cosas sean mejores en nuestro entorno. Ahí está el quid del asunto. Y, qué pena, pero eso no ha pasado de moda, es un asunto necesario, pertinente, si se quiere, urgente.

No es hora pues de echar por la borda lo esencial e importante. Mejor, es hora de resignificar el sentido de este tiempo y de lo que celebramos. Creo que lo dijimos ya. Así como anualmente le hacemos mantenimiento a muchas cosas en casa y en el lugar de trabajo, con mayor razón deberíamos atender nuestra propia persona, hacer un diagnóstico de nuestro actual estado espiritual y meterle mano a esos puntos que requieren especial atención y cuidado. La vida no se nos puede pasar haciendo buenos propósitos. Creo que la gente busca ahora más trabajar su interioridad que solo cumplir con preceptos.

A esas búsquedas y a esa sed de espiritualidad que muchos experimentan y sienten, deberíamos ponerle atención. Vale la pena. La vida se pasa muy rápido y podría ser mejor de lo que es actualmente si en vez de pasárnosla durmiendo o pegados del televisor y el celular, en la próxima Semana Santa nos regalamos un tiempo para la reflexión y oración encontrándonos con Jesús, como lo hizo la samaritana, para calmar esa sed que tenemos y encontrar la felicidad auténtica. Muy invitados a hacerlo.