lunes, 17 de marzo de 2025

Editorial: sucesos de la semana No. 89

En su nuevo editorial de la semana para El Pensamiento al Aire, Antonio Montoya H. comenta los siguientes sucesos de la semana: la reacción del presidente ante el posible archivo de la reforma laboral y la propuesta de adelantar su consulta popular; la corrupción en la DIAN y los puertos de Colombia, y concluye con la demanda de Medellín que embargó las cuentas del Gobierno petrista por incumplimiento de pagos; además de recomendar una reeinvención del cooperativismo en Colombia, estrategia que puede darle un norte al desarrollo del país. No dejes de verlo.

viernes, 14 de marzo de 2025

Iconoclastas

José Leonardo Rincón Contreras S. J.
José Leonardo Rincón, S. J.

En este desarrollo posmoderno, por cierto, fragmentario, individualista, neoconservador, consumista, deconstructor, donde la conciencia histórica se revalúa y la razón se cuestiona, no sorprende que reaparezca un fenómeno del siglo VIII que buscaba destruir las imágenes religiosas y políticas y que se conoció como la iconoclasia. En realidad, siempre ha existido y se alborota por épocas.

Nacido yo en plena bisagra histórica no es de extrañar que todavía tenga respeto por la tradición y la memoria de aquellos, ellos y ellas, que históricamente descollaron por algo y en su momento se les brindó reconocimiento. Por eso, no es fácil aceptar que, en mi concepto, un desadaptado rasgue, mutile, rompa, derribe, queme, un cuadro, una imagen, una estatua. Y no porque quiera yo rendir culto a una imagen. No. Con esto tampoco estaría de acuerdo, sino porque a través de una expresión artística se rinde tributo a alguien que se lo merece.

Destruir un Moisés, un David, una Pietá, una Sixtina y estoy citando solo imágenes de contenido religioso, pero también figuras de carácter histórico y político, las estatuas de un conquistador, los reyes católicos o una figura política reciente ya de derecha, ya de izquierda, pero que dejaron huella, confieso que me impresiona, me espanta, me produce rechazo. Algunas las han escondido para que no las vandalicen. Eso que pasó con la estatua de Luis Carlos Galán, inaceptable, pues supimos quién fue, el país que soñó y porqué causa ofrendó su vida. Y es ahí donde uno también entiende el reciente conflicto con los grafitis de "las cuchas tenían la razón" porque encierran un homenaje a víctimas inocentes de una guerra absurda que aún no concluye. Y no es porque se rinda culto a un pedazo de bronce o a una pintura callejera, es porque la memoria es importante, se respeta.

Claro, entiende uno también, cuando no se ha estado de acuerdo con sus posturas ideológicas, su actuar político, no fácilmente aceptaría esos homenajes. Una mayoría, creo yo, no toleraría un monumento a Hitler, Stalin, Mao o Pablo Escobar, pero hay quienes lo hacen. Cuando vimos tirar al suelo estatuas de Sadam Husein o de Chávez, quizás la cosa no dolió.

Las imágenes, hay que decirlo, son íconos, representaciones. No se les rinde culto como objetos materiales. Evocan personas, causas. Ayudan a conservar la memoria, a combatir la amnesia, particularmente de aquellos que se creen los nuevos adanes, los nuevos mesías de los que hablábamos hace ocho días. Destruirlas es fácil, buscan hacer borrón histórico. Pero la verdad, esa verdad que también la posmodernidad cuestiona, la verdad está ahí, gústenos o no. A veces grata, a veces dolorosa, pero real, contundente. A veces para inspirar como ejemplo, a veces para suscitar la conciencia de rechazo y no repetición.

miércoles, 12 de marzo de 2025

Lo que se daña por las malas no se arregla por las buenas

Luis Guillermo Echeverri Vélez
Luis Guillermo Echeverri Vélez

Este país es único, hermoso y tiene todo para salir adelante y desarrollarse en este siglo cambiante, pero hay un problema, y es que como sociedad perdimos la verraquera de la que tanto alarde hacemos como colombianos, y en menos de tres años dejamos que los ilegales terminaran de sabotear, arruinar y dejaran perder los fundamentos o las bases de toda la seguridad democrática que Santos dejó hecha hilachas al destruir la unidad democrática del país entregándole poder político a la delincuencia.

Una a una perdimos las libertades y los valores esenciales que caracterizaban el manejo de la cosa pública, y aún seguimos hablando de elecciones libres.

1. Dejamos que se destruyera la moral, la mística y la capacidad operativa de las fuerzas armadas del Estado para garantizar la seguridad ciudadana y la seguridad nacional o fronteriza.

2. En cuanto a la seguridad alimentaria y ambiental cambiamos el referente normativo, el apoyo del Estado y la reglamentación a la propiedad privada productiva, en materia impositiva y operativa, dejando desprotegidas las actividades agrícolas lícitas, la vida en el campo y el transporte regional.

3. Permitimos que el Estado destruyera el sistema de manejo de toda la seguridad energética nacional. Perdimos la soberanía y la sostenibilidad y el poderío de los sectores eléctrico y minero-energético. Se derrumban la producción lícita, el transporte, la distribución y exportación de energía eléctrica, el petróleo, el gas, carbón y otros minerales esenciales para la generación de riqueza acorde a la vocación natural del país.

4. Otro tanto ocurre con el manejo y la administración irresponsable, ignorante y equívoca de toda la seguridad económica, la de los ingresos del Estado tanto impositivos, como de sus empresas industriales y comerciales.

5. Todo lo anterior está acompañado de una proliferación sin precedentes de la corrupción y el desfalco del erario. Dejamos sin riesgo alguno a toda la criminalidad: la de la corrupción estatal y la de las organizaciones criminales.

6. Dejamos que se arruinara el acceso a la salud y su sistema económico y operativo por las vías de hecho o estrangulación por no pago del Estado a las EPS y extorsión gubernamental a las mismas.

7. Dejamos que se saboteara el sistema de ahorro, pensiones y crédito nacional, ignorando la realidad de un corralito gota a gota, producto de las mediaciones con los fondos de pensiones y el sistema financiero privado.

8. Dejamos que la seguridad del sistema laboral de mediano y largo plazo esté completamente amenazada por el deterioro en el manejo de la macroeconomía, herida de muerte ante una caída y una proyección de deterioros constantes de los ingresos públicos, y por el desplome de la inversión y de todas las actividades económicas privadas causado por la desconfianza y el riesgo que le imprime a todos los sectores productivos el cambio en el sistema operativo de la libertades de mercados, por un modelo revolucionario de narcoestado neoestalinista tipo socialismo siglo XXI.

9. Permitimos la concentración autocrática del poder político presidencial que indefectiblemente degeneró en un dictadura de hecho, así aún hayan manifestaciones de protesta o descontento de los sistemas judicial y parlamentario que no pasan de ser un saludo más a la bandera tricolor, mientras el tirano ondea su lanza destructora ideológica con los colores y las letras revolucionarias de su nuevo M-19, sus operadores políticos siguen comprando conciencias, y sus influencias ideológicas le dan impunidad absoluta por el manejo acomodado de los entes de control.

10. Nos dejamos engañar nuevamente del discurso demagógico y la dialéctica populista de la falsa paz basada en la negociación con las organizaciones criminales armadas, y por el de la falsa justicia social mediante la destrucción de los mecanismos de generación de valor y riqueza, con lo cual se divide con odio de clases y resentimiento social nuestra nación, creando las condiciones de empobrecimiento y miseria colectiva que históricamente le han permitido permanecer en el poder a todos los tiranos.

Hay más, pero aún nos falta la segunda parte de este proceso destructivo, la que no se escribe con letras y se paga con sangre, miseria y sumisión. Miremos la historia y entendamos que todo en la vida tiene un costo y lo que se daña por las malas nunca tiene arreglo por las buenas.

Conversatorio con Paula Betancourt Castaño


En el conversatorio de la semana para El Pensamiento al Aire estuvimos con la doctora Paula Betancourt Castaño, abogada y politóloga que se ha consolidado como una referente en el campo del derecho empresarial e insolvencia en Colombia y que brinda pautas a las organizaciones para superar sus crisis. No dejes de verlo.

Es egresada de la Universidad de los Andes, con una especialización en Derecho Comercial de la Pontificia Universidad Javeriana. Se desempeñó como asesora del Superintendente de Sociedades y como Superintendente Delegada de Procedimientos de Insolvencia Ad Hoc. Durante la pandemia de COVID-19, participó en la estructuración de las reformas al régimen de insolvencia en Colombia, que dieron lugar a la expedición de los Decretos Legislativos 560 y 772 de 2020 y sus decretos reglamentarios. En el ámbito académico, es profesora y coordinadora del Programa de Profesionales de Régimen de Insolvencia en la Universidad de los Andes y docente invitada en universidades como Rosario, Pontificia Universidad Javeriana (Bogotá y Cali) y La Sabana. También colabora con la Cámara de Comercio de Bogotá, Cali y Manizales en la formación sobre insolvencia y derecho empresarial. Antes de su rol en la Superintendencia de Sociedades, trabajó como litigante en temas de insolvencia y fue asociada Senior en Rivera Andrade Estudio Jurídico. Actualmente, es socia en HB Legal, donde se especializa en insolvencia empresarial y derecho corporativo.

martes, 11 de marzo de 2025

Sr., Sra., Srta. congresista: ¿cuánto cuesta su voto?

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

Siempre en los parlamentos, cuando el partido de Gobierno no tiene la mayoría absoluta, se arman coaliciones a base de ministerios, empleos y prebendas, para lograr la aprobación de los proyectos de ley que presenta el Ejecutivo.

En Colombia nunca tuvimos régimen parlamentario, pero los gobiernos completaban mayorías comprometiendo congresistas. Al representante X se le colocaba el hijo bobo; al senador Y se le nombraba la querida...

A veces el voto se compraba enviando al parlamentario a conocer Italia...

Aquellos eran “pecados veniales”, pero luego se inventaron los auxilios parlamentarios, los cupos indicativos y otros eufemismos, para disimular el soborno, hasta llegar finalmente a la mermelada.

Esta última, por su inocente nombre, empezó a repartirse cada vez con menor sigilo bajo Juan Manuel Santos, y constituye el mecanismo supremo del actual Gobierno, que la reparte ahora sin tapujos, en cifras, esas sí, galácticas.

Ahora en el Congreso hay dos grupos que no reciben mermelada: los del Centro Democrático —por estar en la oposición—, y los del Pacto Histórico —por ser del Gobierno—. Entre esos dos extremos hay muchos congresistas de partidos que se dicen democráticos y hasta “independientes”, cuyos votos están en el mercado, lo que quiere decir que su precio depende de la oferta y la demanda.

La oferta es “elástica”, en el sentido de que hay legisladores que no siempre venden el voto, sea por tardía conversión moral, sea por temor a ser señalados. Del mayor o menor número de votos ofertados, el demandante, es decir el Gobierno, determina hasta dónde puede o quiere pagar...

Lo anterior significa, ni más ni menos, que hay leyes más costosas que otras...

A partir de agosto 2022, en Colombia solo hay bonanza en dos sectores: el narcotráfico y el legislativo. El primero vende estupefacientes, y el segundo, votos.

El precio del voto parlamentario es fluctuante, porque se cotiza en una bolsa clandestina y de pocos operadores, pero en general tiende al alza, porque a mayor desgaste y desprestigio del comprador —el Gobierno—, aumenta el poder del exigente vendedor.

Por otra parte, la mermelada es adictiva y conduce a ingesta compulsiva, pero para tranquilidad de los vendedores, los proyectos de ley que la requieren son abundantes.

Las cifras de $3.000 millones para el senador Alfa y $1.000 millones para el representante Beta, están al parecer ampliamente superadas. Según indicios, los billones “direccionados” a los congresistas desde la UNGRD no son los únicos destinados a esos fines por el Gobierno, porque se siguen conociendo otras fuentes. Noticias Caracol (marzo 5/25) “conoció una lista en poder de la Fiscalía —suministrada por la señora Benavides, asistente del ministro Bonilla—, que hace parte de las pruebas que demostrarían cómo se repartieron contratos de Invías por más de $350.000 millones de pesos entre los miembros de las Comisiones Económicas del Congreso.

Si dividimos esos $%350.000 millones entre los 27 legisladores, ya señalados con nombre y apellido, da un promedio de 12.962 millones por contrato, suma que, después de compartir con el ingeniero cómplice, debe dejar una cifra apreciable de 40 o 30% del monto, en el caso improbable de que la carretera sí se construya...

La generalización anterior es, desde luego, apenas didáctica, para dar idea de lo que puede rendir la mermelada. Tocaría a la Fiscalía desmenuzar contrato por contrato y legislador por legislador, cosa que tardaría varios años antes de conclusiones, suponiendo que ese organismo fuera impoluto y no dejara precluir la investigación, etcétera.

Por eso, estas notas buscan solamente llamar la atención sobre la aterradora dimensión de la corrupción y sobre la imposibilidad de que un Congreso embadurnado detenga los letales proyectos de ley con los que el actual desgobierno llevará al país al caos y la miseria, con la eficaz ayuda de tantos congresistas, que saldrán, cuando Colombia esté como Venezuela, a gozar vida de multimillonarios en España, mientras sus compatriotas padecen el hambre y todas la carencias médicas y asistenciales que vendrán con la reforma a la salud, que acaban de aprobar.

***

¿Habrá también mermelada para magistrados, jueces y grandes medios de comunicación?

lunes, 10 de marzo de 2025

Editorial: sucesos de la semana No. 88


En esta oportunidad, en su acostumbrado editorial de la semana para El Pensamiento al Aire, Antonio Montoya H., reflexiona sobre los siguientes hechos noticiosos de la semana: Armando Benedetti logró la aprobación en Cámara de la reforma a la salud; el retiro de César Lordouy que pone en duda la decisión que debe tomarse en la investigación de la financiación de la campaña de Gustavo Petro; las pérdidas y el deterioro de Ecopetrol, y cuestionada y pública participación de Armando Benedetti en política con miras a la campaña para las elecciones del 2026. No dejes de verlo.

Pensemos en grande y en positivo

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

Como lo expliqué en reciente escrito, todos los indicios conducen a predecir el propósito del guerrillero-presidente de quedarse en el poder indefinidamente. Aún en el hipotético evento de que decidiera convocar a elecciones presidenciales su descomunal poder económico, armado, y de comunicaciones digitales hacen nugatorio cualquier esfuerzo de quienes aspiren a darle la pelea en los comicios.

Esta aseveración, basada en la realidad que palpamos a diario, no significa que estemos condenados a aceptar este frustrante destino sin intentar cambiarlo. El ser humano guarda un invaluable tesoro que, en ocasiones que parecen perdidas, puede darles un giro de 180 grados. Ese tesoro es la cooperación. En su excelente libro The Social Intinct dice Nichola Raihani: “la cooperación es el superpoder de nuestra especie, la razón por la que los seres humanos no solo han conseguido sobrevivir, sino prosperar en casi todos los hábitats de la Tierra”.

Pues bien, apelando a ese oculto tesoro, quiero invitar a mis compatriotas a que cooperemos en la erradicación de los males que nos han llevado a tocar fondo en todos los aspectos de nuestra vida como país independiente. Transformemos, como seres racionales que somos, esta desgracia nacional en un motivo para salir del subdesarrollo mental y material, y hagamos de Colombia un “milagro económico” nunca visto en el continente americano.

Detalle de la propuesta

Tomemos como modelo a Singapur, ya que en pocos años pasó de ser una ciudad-estado empobrecida, insegura e inviable a una de las grandes potencias de la tierra. Nuestras actuales condiciones superan en varios aspectos a aquellas que enfrentó Singapur al comienzo de su independencia en 1965 bajo la orientación de su primer ministro Lee Kwan Yew. Por lo tanto, no tendremos que partir de cero, pues nos basta con reorientar el uso de nuestros recursos.

“Milagro económico”. La propuesta consiste en tomar conciencia de que no nos enfrentamos a otra contienda electoral donde está en juego solamente el control del presupuesto, el poder de contratación y el manejo de abultadas burocracias. No. Ahora nos jugamos nada menos que el futuro de la Nación y no es una consigna vacía de contenido. No se oculta a ningún colombiano medianamente informado, que esa posibilidad nos conduciría irremediablemente a la instauración de la dictadura totalitaria del comunismo y a la condena de las nuevas generaciones a la miseria, la violencia y la esclavitud, como ocurre en Cuba desde hace 60 años.

Se impone ineludiblemente que mutemos nuestra actitud de indiferencia frente a lo que ocurre en la política pues a todos nos atañe lo que aquí está pasando. Al pensar en el país tenemos por fuerza que despojarnos de nuestras pasiones, nuestros rencores, nuestras personales simpatías y concentrarnos solo en lo que sea de mayor utilidad para nuestra Patria.

Si la mayoría de nosotros está de acuerdo en esta nueva actitud ¿por qué no nos unimos en contra de Petro y su camarilla, de los criminales, narcotraficantes, terroristas y corruptos que quieren destrozar nuestra sociedad? ¿Por qué no cooperamos para la construcción de una nueva Colombia manejada por nuestros mejores ciudadanos, por quienes compartan esta noble causa, no por quienes se están vendiendo por un miserable plato de lentejas mientras proclaman a los cuatro vientos que ellos también están en la oposición al oprobioso régimen?

Esta fuerza de colombianos honestos, no contaminados con la vieja politiquería tendrá como objetivo poner en marcha el “milagro económico de Colombia” en 16 años, equivalente a 4 períodos presidenciales. Se convocaría desde ahora a todas las asociaciones de resistencia al actual régimen, los que asisten a las marchas de protesta, los militares en retiro, los pensionados, el personal de la salud, los cafeteros, los transportadores, los arroceros, las amas de casa, los estudiantes, los cotizantes al riesgo de vejez, los grupos cívicos que trabajan contra el régimen, los columnistas y tanques de pensamiento opositores al gobierno, y los candidatos y precandidatos presidenciales independientes, no contaminados de la vieja politiquería.

Todos los que participen activamente en esta fuerza renovadora podrán seguir perteneciendo a sus respectivas organizaciones, pero utilizarán un distintivo que los identifique como parte del movimiento salvador de Colombia. Para Congreso, el movimiento apoyará a los aspirantes que hagan parte de esta noble causa, quienes se identificarán también con el distintivo de nuestra fuerza. Para la Presidencia el movimiento se compromete a escoger en los próximos 4 períodos al candidato del movimiento que en cada elección cuente con la mayor fuerza electoral, que se medirá mediante encuesta interna entre los afiliados.

Equivale a una experiencia como la del Frente Nacional, no consagrada en la Constitución, pero sí avalada por personas serias y honorables que precisamente se proponen eliminar las viejas trampas de los politiqueros de carrera. Se contaría así con un tiempo prudencial para la planificación e implementación del “milagro económico”, que dejaría de ser un programa para ganar las próximas elecciones para pasar a ser la más ambiciosa política de Estado que hayamos tenido desde nuestra independencia.

B. Bases para alcanzar el “milagro económico”

1. Abrir la economía colombiana en el ámbito internacional. Debemos concientizarnos en exportar nuestros recursos naturales, manufacturas y servicios a todo el mundo e importar la tecnología, los capitales y los insumos necesarios de quien pueda ofrecerlos en las mejores condiciones. Habrá que reorientar nuestra industria manufacturera hacia productos de alta creatividad y tecnología y tener como principal objetivo el mercado exterior antes que el limitado mercado nacional. Es un deber inaplazable aprovechar nuestra privilegiada ubicación geográfica en las Américas.

2. Aspiremos a crear en Colombia un Centro Financiero Global, con presencia de las grandes empresas multinacionales del sector financiero, inversionistas y grandes corporaciones de servicios tecnológicos y de comunicaciones, como lo ha logrado Singapur. Se ahorraría mucho esfuerzo y dinero si escogemos una ciudad con un comienzo de infraestructura urbana, facilidades académicas y posibilidades de desarrollo, como Medellín.

3. Para la atracción de inversionistas hay que ofrecer ventajas tributarias competitivas con el resto de los países americanos. Por ejemplo, en Singapur las corporaciones están gravadas con un máximo del 17 % y, en algunos casos, con el 13,5 %; las personas naturales pagan entre el 0 y el 20 %, y el equivalente al IVA es del 7%.

4. Se requiere una gran transformación en la educación, para contar con el recurso humano calificado para trabajar en el Centro Financiero Global y en la creación de riqueza en todos los frentes. Nos asesoraremos de territorios como Singapur, Macao (China), Japón y Taiwan, los mejor calificados en las pruebas PISA de matemáticas y ciencia para establecer el pénsum, en el cual se incluirá el bilingüismo desde el inicio de la escolaridad. Se orientará la educación a la investigación, la comprensión, el razonamiento y la utilización de tecnología para la solución de problemas. Se complementará con la formación de los alumnos en principios y valores que los conviertan en los buenos ciudadanos que el país necesita. Serán gratuitos los primeros 12 años de escolaridad para todos los estudiantes Se le dará status al personal docente con buenas remuneraciones, selección por méritos, entrenamiento permanente, y preparación en bilingüismo.

5. Desde el comienzo buscaremos la meta del pleno empleo para lo cual el Estado deberá acometer grandes proyectos que copen esa oferta, mediante empresas de economía mixta. Tal como lo puso en práctica Singapur, el Estado debe buscar inversiones de gran calado donde, además de generar múltiples empleos, se cree riqueza. Se nos ocurren sectores como el de la generación de energía, explotación de hidrocarburos y gas, sistemas de desarrollo de vivienda urbana en ciudades capitales e intermedias, parte de las cuales pueden ser arrendadas a largo plazo como se hace en Singapur, empresas para el desarrollo de sistemas y productos tecnológicos, sistemas ferroviarios de alta velocidad, comercialización internacional de productos agropecuarios y agroindustriales, etc.

La ley laboral debe servir para fomentar el empleo, no para castigarlo y, en consecuencia, deberá ser reformada para garantizar empleo digno a la mayoría de los colombianos en edad laboral. El contrato sindical que con tanto éxito se ha ensayado entre nosotros es una fórmula digna de ser fomentada para incrementar el empleo.

En forma gradual buscaremos la reducción y eliminación de cargas parafiscales que desalientan la apertura de nuevos empleos. Progresivamente tenemos que pasar de la legislación paternalista que tenemos hacia el salario integral y la flexibilidad para la contratación de personal de acuerdo con las necesidades del desarrollo.

6. Seguridad para personas y sus bienes. Esta es una condición prioritaria en un plan de atracción de inversionistas al país. Implica una reingeniería en las fuerzas militares y de policía para levantar la moral de la tropa, asignar con claridad sus metas, dotarlas con suficientes efectivos, equipos y presupuesto, modernizarlas con la asesoría de Estados Unidos e Israel para prepararlas en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el vandalismo urbano.

Las normas penales deberán ser aptas para combatir el terrorismo, el narcotráfico, el vandalismo y la corrupción, elementos generadores de violencia. Sancionar, con especial severidad, los actos de terrorismo, el asesinato de personal de la fuerza pública, el narcotráfico, el secuestro y la corrupción.

La administración de justicia debe ser reformada a fondo para librarla de los males que la aquejan, a saber: la corrupción de los jueces, el origen político de los magistrados, el conflicto de intereses en el juzgamiento de los magistrados por el Congreso y de los congresistas por la Corte, la proliferación de Altas Cortes, la usurpación de la función legislativa con el pretexto de modular los fallos de carácter constitucional, el incumplimiento de los términos judiciales, la falta de supervisión de los despachos judiciales para exigir niveles de rendimiento, los nombramientos no sujetos al mérito sino a las recomendaciones.

7. El Estado para el “milagro económico” debe ser de menor tamaño, costos más reducidos, transparente y eficaz para atender las necesidades de los gobernados. Se impone un recorte de entidades y nóminas, eliminación de gastos superfluos, simplificación de trámites, erradicación de la corrupción y la implantación de la vinculación de los funcionarios públicos mediante evaluación de méritos y no por tráfico de influencias o clientelismo.

8. Seguridad jurídica para inversionistas. Por ley debe garantizarse la vigencia en el tiempo de los beneficios ofrecidos a los inversionistas. Hay que trabajar para ganarse la confianza de los inversionistas.

9. Infraestructura para el desarrollo. En adelante no se programarán obras sin antes no establecer su contribución al “milagro económico” en términos de facilitar la operación empresarial, crear riqueza, generar empleo. Se pondrá coto a las intervenciones comunitarias que solo buscan frenar todo tipo de proyectos en busca de beneficios personales.

10. Desarrollo del campo. Contamos con amplias extensiones cultivables que no aportan nada a la economía, abundantes aguas no reguladas técnicamente, y variedad de climas y suelos que permiten una enorme oferta en la producción agropecuaria. Estudiaremos los renglones más aptos para nuestras condiciones y con mayor mercado internacional y diseñaremos un plan de desarrollo del campo. Se incluirán proyectos de manejo de las fuentes de agua como los ríos Magdalena y Cauca para dotar de sistemas de riego a los agricultores y controlar los desastres de las inundaciones. Se financiará el desarrollo agropecuario con grandes inversiones nacionales y extranjeras, aportes del Gobierno en empresas mixtas y organización de campesinos en cooperativas. Las experiencias de los productores de café, lácteos, etcétera, deben ser aprovechadas.

C. Beneficios colaterales

1. Unidad de los colombianos. Este propósito nacional genera un poderoso factor de unión entre los colombianos de bien. En lugar de seguir lamentándonos de la situación y de angustiarnos por la falta de una salida a la espantosa crisis que vivimos, se nos muestra una meta para cooperar activamente en su realización.

Obliga a que participe no sólo el Gobierno Nacional, sino las tres ramas del poder, cada una dentro de su competencia, y todos los niveles de la administración (incluyendo distritos, departamentos y municipios), de la mano de los gremios, y, en general de todo el sector privado.

Es esta una verdadera unión para mejorar, no simplemente una estratagema que utilizan los políticos de oficio para engatusar electores.

2. Cambiamos la polarización por la cooperación. El pesado ambiente de polarización, estigmatización, odio y engaños que enturbia el ambiente de nuestra sociedad lo vamos a sustituir por el entusiasmo, el patriotismo, la cooperación productiva y el compañerismo en una epopeya como la de la independencia que nos llevará a ser los forjadores de la nueva Colombia con oportunidades para todos.

3. Salir del subdesarrollo. El esfuerzo conjunto para implementar el “milagro económico” nos deja como subproducto de inmenso valor un Estado eficiente y despojado de los males que lo han mantenido atado al atraso y a la corrupta politiquería.

4. Bien común para los colombianos. La creación de riqueza y el fortalecimiento de nuestro sistema económico nos permitirá mejorar sustancialmente las condiciones de los más vulnerables y facilitar el ascenso social de la pobreza hacia estratos económicos superiores. Creemos que el desarrollo debe ser integral pues el ser humano está compuesto de materia y espíritu, y debemos atender a todas sus necesidades, no solo a las materiales. No propugnamos por un capitalismo salvaje sino por un sistema sabio y civilizado. Por ello, dentro de nuestras prioridades están las de atender al pleno empleo, que este sea digno y formalizado con todas sus garantías, que exista un sistema de seguridad social para atender dignamente a los enfermos, a los ancianos y a los impedidos para ganarse la vida por sí solos. Que los recursos de la salud y de las pensiones no queden a merced de burócratas sin control alguno.

5. Compromiso de los aspirantes al poder con el “milagro económico”. Si se logra contar con un candidato a la presidencia independiente y comprometido con el “milagro económico”, y que una buena parte de los aspirantes al Congreso se sumen a esta iniciativa, podemos tener el poder suficiente para sacar adelante las reformas constitucionales y legales para la total implementación del plan.

6. Estabilidad política. Elemento esencial del plan es la duración de 16 años programada para su planificación e implantación, menor que la empleada por Singapur en su “milagro económico”, pero suficiente si se cumple a cabalidad. Le otorgaría a Colombia un tiempo de tranquilidad de 4 períodos presidenciales para que, con paciencia y minuciosa programación, podamos llevar a cabo las profundas transformaciones que anhelan los colombianos.

Es bien diferente a lo que proponen los políticos de turno que sólo quieren ganar unas elecciones a toda costa, con triquiñuelas y mentiras, sin propuestas de fondo como las que debería formular un verdadero estadista.

7. Posibilidades de triunfo. Ya analizamos en pasado escrito que ninguna fórmula partidista o de los candidatos espontáneos tiene una real posibilidad si Petro se lanza o lo hace por interpuesta persona. El milagro económico debe arrancar ya con la debida fortaleza para impedir el autogolpe que viene preparando el sátrapa y empezar la labor de activismo digital con el respaldo del sector privado. Esa fuerza incontenible que se encuentra agazapada en las mentes y los corazones de los colombianos de bien estallará de manera arrasadora para derrumbar las intenciones de los enemigos de Colombia, ahora que vislumbra una altruista meta por la cual luchar.

Pienso, en compañía de Jacques Maritain, que en una democracia la vocación de liderazgo (…) debería normalmente ser ejercida por pequeños grupos dinámicos libremente organizados y múltiples por naturaleza, que no estuvieran interesados por los éxitos electorales, sino que se entregaran por entero a una gran idea social y política, y que actuasen como un fermento en el interior o al exterior de los partidos políticos”.

Siguiendo tan sabia admonición, estamos llamados, mis estimados compatriotas a formar ese pequeño grupo que liderará la gran fuerza ciudadana que dará vuelta a nuestro fatídico destino mediante la conversión de Colombia en el “milagro económico de América”.