miércoles, 31 de julio de 2024
Entrevista con Luis Guillermo Echeverri Vélez
Señores ya se sabía: la moda es la tiranía de las minorías
Luis Guillermo Echeverri Vélez
La región incendiada y seguimos hablando de una
lánguida democracia, de la cual todos abusan como les da la gana, muchos
protestan, pero no pasa nada.
Hay que entender que Venezuela y Colombia,
aunque tienen diferencias, conforman la misma región, tienen el mismo origen
fundacional, son naciones hermanas, comparten una gran frontera donde pasa de
todo, sufren exactamente los mismos males, y tienen al comando del Estado
gobiernos de truhanes de la misma calaña.
Venezuela ha estado arrasada por el socialismo
del siglo XXI por veinticinco años seguidos; allí y aquí, hay territorios
totalmente dominados por el narcoterrorismo encabezado por el Cartel de los
Soles, las FARC-EP, el ELN, el Tren de Aragua, el Clan del Golfo, y súmenle las
mafias de corrupción en los poderes administrativo, legislativo, judicial y en
los organismos de control del Estado.
En Venezuela toda esa delincuencia impune la
representan Maduro, Padrino, Diosdado y sus secuaces locales e internacionales.
Aquí son los narco-partidos los que conducen el Estado, con el nuevo M-19
representado por Gustavo Petro a la cabeza del poder, en abierta unión de hecho
con esas mismas inhumanas y violentas organizaciones terroristas, apoyado por
un sartal de mamertos criollos e internacionales, y respaldado por una
cleptocracia y unos contratistas estatales totalmente corruptos.
Nuestros congresistas y magistrados no se
atreven a secundar el pueblo que clama “Fuera Petro”, y eso los convierte en
cómplices. Quedó demostrado el pasado 20 de julio, cuando nadie le pidió la
renuncia, ni reclamó que se cumpla la ley ante la flagrante ilegitimidad del Gobierno
y su confesa asociación para delinquir con buena parte del Congreso, las cortes
y criminales de cuello blanco.
Muchos líderes gremiales, de la difunta
sociedad civil y los partidos políticos, dicen que quedan dos años, y que la
democracia prevalecerá en 2026 porque este es un país con una sólida
institucionalidad. Pero, como pasó en Cuba, Nicaragua y Venezuela hace ya
varias décadas, la mediocridad, la cobardía y el acomodamiento del liderazgo,
es el factor que puede permitir que Colombia pase a ser un totalitarismo de
hecho bajo la máscara de una democracia nominal.
¿Para qué nos decimos mentiras? Se expanden el
caos económico y la desesperanza social propagada por la inseguridad total, y
aquí la moda, bajo amenaza de una explosión de terrorismo urbano, es la
imposición tirana de las agendas de las minorías a la gran mayoría.
La historia da cuenta de que los tiranos sólo
caen derrocados por la fuerza. Y estamos en manos de tres tipos de bichos
políticos y gusanos burocráticos: los lánguidos mamertos voltearepas de
siempre; los corruptos que hoy conforman una cleptocracia abierta y
generalizada, y los criminales de lesa humanidad indultados por la estupidez y
la hipocresía de nuestros políticos que hablan de paz donde no la puede haber.
Aquí se terminó la entereza, la honorabilidad y
la justicia. Los principios los vendimos en el bazar de un poder estatal que no
respeta el Estado de derecho.
Somos víctimas de permitir la mediocridad
mamerta de los “políticamente correctos” que sólo hablan de democracias porque
les conviene. Cómplices por permitir la instauración de la cultura mafiosa
asociada al narcotráfico y una cleptocracia corrupta y clientelista que sólo
multiplicó los problemas que no fuimos capaces de solucionar antes de que aquí
también llegara el proyecto revolucionario bolivariano al poder en manos del M-19
y apoyado por el narcoterrorismo en 2022.
La desesperación es el producto de una ruina
estatal y de una inseguridad maquilladas e inmanejables que se multiplican
frente a una justicia y unas fuerzas armadas castradas mental y físicamente
cuando el enemigo de la ley subió al poder de manera ilegítima, y el país
político al igual que en 2017 se entregó a un narco comunismo terrorista
disfrazado de alianzas políticas democráticas.
Hoy existen todos los elementos para sacar del
poder al tirano con careta de presidente electo democráticamente. Pero aquí
nadie de los que por obligación tienen que hacerlo, se atreve a proceder
conforme a la Constitución y las leyes vigentes.
Si no nos ponemos las pilas ya mismo, anoten
bien lo que nos espera por tibios, cobardes, mediocres y cómodos: Un acuerdo
nacional entre todo tipo de delincuentes. Una constituyente a la medida del neo
estalinismo narcoterrorista, una ley de punto final, y otra elección
fraudulenta en 2026.
Lo demás es paja. Moriremos en el narco comunismo
y serán otras generaciones, tal vez después del 2050, las que vean cómo, de la
ruina total, rebroten la libertad y el orden en estos pueblos que liberó
Bolívar y que hoy han resuelto esclavizarse.
martes, 30 de julio de 2024
Gobierno del mal y la inmoralidad
Luis Alfonso García Carmona
Asistimos en medio
del estupor –y también de la ingenuidad– al denigrante espectáculo que brinda
una camarilla delincuencial instaurada en el poder para ejercer libre e impunemente
toda clase de acciones perversas e inmorales, en nombre del “cambio” que se ha
vendido a las ignaras masas despreocupadas por los temas de la política.
Con el claro
propósito de acelerar la conversión del país en otra nación esclava del sistema
marxista-leninista y, de paso, enriquecer a manos llenas, a sus aliados, el
régimen de turno se ha ideado toda clase de artimañas para extraer recursos de
la corrupción, como si de un pozo sin fondo se tratara, y aplicarlos a esas
bien definidas metas en las que se ha comprometido toda la acción
gubernamental.
E inventó “el
cacas”, los programas de las “ollas comunitarias” y de los “carro-tanques” para
suministro de agua a la población de La Guajira. Lo demás, fue coser y cantar: sobrevalorar
el costo de los contratos y equipos, escoger los parlamentarios que deberían
beneficiarse a cambio de votar favorablemente los proyectos del Gobierno o
empantanar el proceso del juicio por indignidad contra el presidente, designar
los contratistas que se prestarían para el robo descarado a las comunidades y
ordenar a los funcionarios el trámite de las transferencias presupuestales y la
elaboración de los actos administrativos y contratos correspondiente, en los
que todos a una se beneficiarían jugosamente. Mientras tanto, ¿dónde quedan las
necesidades del pueblo? Sólo como una imaginaria referencia de los buenos
propósitos del “cambio” que nunca se cumplieron. Pura mentira e inmoralidad.
Esta es la
historia, a grandes rasgos, del escándalo llamado de la Unidad de Riesgos,
una de las mayores defraudaciones conocidas en la historia criminal de
Colombia.
Inicialmente, la
actitud del camarada Petro fue la de culpar a los funcionarios, como si no
supiéramos que pertenecen a su más cercano entorno. Luego, como buen discípulo
de Maquiavelo, cambió su estrategia y pidió perdón al Congreso, admitiendo que
solo le cabe en todo este asunto una responsabilidad política por haberlos
nombrado. Pero la Constitución, la misma que juró cumplir y defender y que viola
a diestra y siniestra, es muy clara al respecto: “Art. 198. El presidente
de la República, o quien haga sus veces, será responsable de sus actos u
omisiones que violen la Constitución o las leyes.”
En consecuencia, la restauración
del orden que más temprano que tarde tendrán que avocar los altos mandos
militares en cumplimiento de su función primordial, pasa, en primer lugar, por
la separación del cargo de quien lo ejerce y de quien lo acompañó en la
extralimitación de gastos por encima de los señalados por la ley.
Pero más allá de lo que
el presidente afirme un día, o cambie de táctica al otro, a la hora de revisar
las evidencias se podría decir que hay fuertes indicios de que Gustavo Petro
es el gran responsable del descalabro. No solo por ser el jefe de Estado,
sino porque de cierta manera ha sido el articulador de todo el engranaje que
condujo a que cientos de miles de millones de pesos, y tal vez billones, que
debían dedicarse a mitigar riesgos, se hayan gastado en darles a congresistas
prebendas para aprobar reformas en el Legislativo.
Y, más grave aún, para dar
contratos al ELN en Arauca, según lo reveló el propio Olmedo López ante la
Corte Suprema y lo conoció el país gracias a Noticias Caracol.
“La plata que –parafraseando
a Petro– se debía utilizar para calmar la sed de los
niños de la Guajira, se habría destinado a darle contratos a un grupo armado
criminal.” ¿Así o más escandaloso?
Pero volviendo a la
responsabilidad más directa de Petro, una pregunta clave es ¿cómo llegó una
dependencia relativamente menor como la Ungrd a manejar una caja billonaria?
No estamos hablando de
chichiguas. Atención a este dato: en el presupuesto aprobado en 2022 para 2023
se destinaron 657.000 millones de pesos a la Ungrd, pero el cierre presupuestal
de 2023 mostró que en realidad esa unidad de riesgos se gastó 2 billones
263.000 millones de pesos. ¡Casi 4 veces más! ¿De dónde salió tanta plata?
El propio presidente
Petro fue el que movió las clavijas de la opinión y del Estado para que
llegaran billones de pesos al bolsillo de la Ungrd.
Recordemos que Petro
estaba con la idea, que para ese entonces parecía absurda, de decretar una
“emergencia económica y social” desde antes incluso de que lo eligieran. En
marzo de 2022, dijo que la “catástrofe social del hambre” debía
mitigarse decretando la emergencia económica.
Pero lo del hambre no
le cuajó. Y ya como presidente, en septiembre de ese mismo 2022, comenzó a
sugerir que debía declarar emergencia por la crisis climática que traería
muchas lluvias. Pero lo de las lluvias tampoco le cuajó.
Y después, en 2023,
sacó de la manga otra carta: el supuesto impacto del fenómeno de El Niño sobre
la Guajira. Era la emergencia más extraña que se hubiera decretado en Colombia,
porque se ha declarado ante eventos catastróficos como la pandemia del covid o
la tragedia de Mocoa. Nunca se había decretado una emergencia con base en un
pronóstico como lo hizo Petro: “Es absolutamente pertinente decretar la
emergencia porque se avecina una calamidad pública. Porque los modelos
climáticos nos anuncian la cercanía de una sequía que nunca antes se había
visto en La Guajira”.
Era tan evidente el
despropósito que la Corte Constitucional tumbó esa emergencia. Hasta ese
momento se pensaba que el embeleco de Petro en declarar una emergencia era para
poder hacer decretos sin tener que pasar por el Congreso. Pero la historia nos
demostró que tal vez lo que buscaba era poder tener plata contante y sonante
para poder gastarla según sus intereses.
En el contexto de la
narrativa de la emergencia comenzó a lloverle plata a la Unidad de Riesgos. El
senador Juan Diego Echavarría, del equipo de Julián Bedoya, propuso que le
adicionaran $200.000 millones a la Ungrd, y dicho y hecho.
El modus operandi al
parecer les quedó gustando porque luego el ministro de Hacienda, Ricardo
Bonilla, hizo dos adiciones presupuestales por $700.000 millones cada una:
una el 22 de septiembre de 2023 y otra el 11 de diciembre de 2023”. (El
Colombiano, Editorial)
Es la consecuencia
necesaria de un proceso en el cual quienes tuvieron la potestad de orientar a
la opinión pública toleraron la avanzada de las ideas materialistas, la
destrucción de nuestros valores tradiciones y el abandono de los derechos
fundamentales de la persona humana. Como bien lo expresa Jacques Maritain: “Aquí nos hallamos en presencia de ese maquiavelismo
impetuoso, irracional, revolucionario, violento y demoníaco, para el que la injusticia
sin límites, la violencia sin límites, la mentira y la inmoralidad sin límites,
son los medios políticos normales, y que extrae una abominable fuerza de ese carácter
ilimitado del mal. Y bien podemos advertir qué clase de bien común es capaz de
aportar a la humanidad un poder semejante, que sabe perfectamente cómo no ser
bueno, y cuya hipocresía es una hipocresía consciente y feliz, una hipocresía
ostentosa y gloriosamente promulgada, cuya crueldad aspira tanto a destruir las
almas como los cuerpos y cuya mentira es una perversión total de la función
misma del lenguaje”.
De cara al porvenir: opinión e información
Enorme compromiso y
responsabilidad tienen los medios de comunicación, sus dueños, sus directivos,
sus periodistas y sus comunicadores cuando se trata de divulgar sucesos,
eventos o noticias que deben reflejar la verdad de los acontecimientos y no
contentarse con divulgar rumores, consejas o situaciones no confirmadas
debidamente a través de una fuente fidedigna o de una investigación seria.
En algunos casos se debe
distinguir entre lo que es un dato y lo que es información.
En palabras simples un dato es
el registro de algo y la información es la aplicación de la inteligencia sobre
los datos.
De igual manera no se puede caer
en el error de aceptar –por más importante que sea el emisor–, que una opinión
es per se información, lo cual subjetiva y trastoca el contenido de la
realidad.
No todos pertenecemos a los
medios de comunicación ni todos tenemos acceso a ellos, lo cual genera una
postura de dependencia ante estos que no debe ser empleada en favor de nadie.
El derecho o la capacidad de
réplica no es equilibrado con respecto a la capacidad de los medios de divulgar
noticias que involucren a una persona o a una institución, partiendo siempre
del principio de la buena fe.
La creación y divulgación de
noticias falsas es un fenómeno que se ha venido incrementando en el planeta
soportado en el crecimiento desmesurado de las denominadas redes sociales,
cuyos usuarios están expuestos a recibir mensajes de cualquier tipo,
masificados a través de la vinculación a grupos que sirven como multiplicadores
casi que en tiempo real sin que se tenga la posibilidad inmediata de verificar
la veracidad o exactitud del contenido desplegado, lo cual genera pánicos
informacionales ante la avalancha de descripciones forzadas, subjetivas o
falsas de la realidad, generando para-realidades o para-verdades que
dificultan la distinción fácil entre la verdad y la mentira, lo correcto y lo
incorrecto, lo exacto y lo inexacto, lo cierto y lo incierto.
Tan grave y perjudicial es el
exceso de información como la poca información, lo cual se ve agravado si la
veracidad de dicha información es incierta.
Hoy por hoy se aboga por el
derecho a estar informado, complementariamente con el derecho a ser respetada
la intimidad.
Existe una línea muy delgada
para lograr el equilibrio y el respeto por estos dos derechos, derechos que
hacen parte del nuevo mundo, de la nueva realidad, del mundo globalizado en el
cual estamos desenvolviendo y desarrollando nuestros proyectos de vida.
La moral, la ética, la legalidad
y el respeto son principios irrenunciables que debemos acatar y ejercer a
conciencia.
Los datos y la información son
los insumos básicos para la toma de decisiones de cualquier tipo y a cualquier
nivel. A estos insumos debe sumarse el buen criterio, el buen juicio, el
conocimiento y la experiencia para poder minimizar las equivocaciones al
momento de la toma de decisiones.
Es deber de todos garantizar que
los emisores, los receptores, los medios y los canales de comunicación permitan
un fluido intercambio de información entre los distintos grupos de humanos,
permitiendo que la convivencia y la coexistencia sean un poco más amables.
lunes, 29 de julio de 2024
Editorial: sucesos de la semana No. 58
viernes, 26 de julio de 2024
Mejores días para Venezuela
José Leonardo Rincón, S. J.
Este
domingo habrá elecciones presidenciales en nuestro hermano país y debo decir
desde la barrera, el estar a la distancia y desconocer al detalle de lo que
allí pasa, que la incertidumbre es muy grande. Por un lado, el régimen chavista
está anclado, inquistado, en el poder desde hace más de dos décadas y quisiera
perpetuarse allí. Por otro lado, la oposición, a pesar de todos los obstáculos
que les han puesto, parece encontrar en esta ocasión la mejor oportunidad para recuperar
la democracia.
Cuando
yo era niño, Venezuela, para muchos, no solo era un atractivo destino turístico
y comercial, sino que muchos compatriotas emigraron hacia allá queriendo
encontrar un mejor futuro. Era un país rico y pujante. La exportación del
petróleo lo convertía en un país poderoso. Los colombianos allí, para muchos,
no éramos bien vistos y la xenofobia se enfocaba contra nosotros: estábamos
invadiendo masivamente el país, estábamos quitándole el empleo a los
nacionales, la inseguridad se incrementó por delincuentes criollos que fueron a
robar… Nunca nadie imaginó que décadas después la torta se voltearía.
Y
si hoy afirmamos taxativamente que el paso del chavismo ha sido una desgracia
para Venezuela, sería insensato ignorar que tamaña desgracia se dio porque el
capitalismo rampante, los partidos políticos tradicionales, ignoraron la
pobreza y miseria de muchos, alimentaron la corrupción en el Estado, enriquecieron
a pocos a costa del hambre de las mayorías y generaron una desigualdad social
que fue el perfecto caldo de cultivo para la así llamada revolución
bolivariana. Estuve en Caracas en los primeros años de Hugo Chávez y el júbilo
y el optimismo que se transpiraban en las calles eran generalizados. Las
intenciones primeras fueron buenas, sus primeros resultados también, pero el
poder que endulza y gusta, termina corrompiendo y dañando los corazones. Les
pasa a todos, a los de derecha y a los de izquierda. Con razón, la historia
demuestra que esas grandes ideologías, tan opuestas por fuera, son la misma
cosa por dentro. Al fin y al cabo, son ideas, constructos mentales, discursos,
teorías, detrás de los cuales están seres humanos igualmente equívocos y falibles
que las gestionan y que sucumben ante las mieles tentadoras del propio confort
por encima del bienestar común.
Aquí
en Colombia mirábamos con espanto aquel devenir, aquella desgracia, pero
imaginamos que eso era problema de ellos. El asunto es que, poco a poco, con
esa arrogancia, con esa indolencia, con esa corrupción, con esa falta de
empatía, se ha allanado el camino para que la historia pueda repetirse. Y
ahora, cuando estamos sintiendo los pasos de animal grande, nos miramos
desconcertados, porque, aunque algunos quieran negarlo, la historia puede
repetirse. Y se dirá: “se le dijo, se le advirtió, se le recomendó…”.
Venezuela
está ad-portas de sacudirse de un régimen nefasto que hizo emigrar a ocho
millones de sus ciudadanos de todas las clases sociales, que huyeron buscando
un mejor mañana. Si los patriotas con dignidad, la frente en alto y aguerrida
decisión esta vez logran superar con sus votos a los manipuladores de siempre, estoy
seguro, vendrán mejores días para Venezuela.
jueves, 25 de julio de 2024
La seguridad: valor democrático
Félix Alfazar González Mira
El concepto de seguridad ha evolucionado desde
la protección física frente a amenazas externas e internas, como invasiones y
delincuencia, hasta incluir aspectos económicos, sociales y ambientales. En
estados democráticos, también abarca la protección de los derechos humanos y
las libertades civiles, garantizando que el poder del Estado no se utilice
arbitrariamente. La relación entre democracia y seguridad es intrínseca, ya que
asegura el ejercicio de derechos y fortalece la democracia misma. En este contexto,
es fundamental para el desarrollo y estabilidad de la sociedad, y debe ser
integral, abordando tanto amenazas tradicionales como nuevas, como el crimen
organizado, la corrupción, el terrorismo, las amenazas cibernéticas y el cambio
climático.
Durante su gestión como alcalde de Medellín, el
Dr. Álvaro Uribe Vélez creó el Fondo Metropolitano de Seguridad, conocido como
"Metroseguridad", financiado mediante una sobretasa a la telefonía
fija de los 10 municipios que conforman el Valle de Aburrá. Esta medida fue
implementada a través del acuerdo municipal 025 de 1982, que lo autorizó para
tal propósito.
Recordemos que en esa época existían organismos
con dudosa institucionalidad y legalidad que ofrecían servicios de seguridad a
la ciudadanía desde el ámbito civil. Un ejemplo de ello es el Departamento de
Orden Ciudadano (DOC), encargado de la vigilancia y seguridad ciudadana. Todo
ello se consolidó en la institución Metroseguridad, que aún existe bajo el
nombre de ESU, Empresa de Seguridad Urbana. Las iniciativas con impactos
positivos en las comunidades logran sostenibilidad debido a la evidente y
persistente necesidad que satisfacen.
Durante su mandato en el Gobierno nacional, y
en medio de la crisis económica más grave que enfrentaba el país, se recurrió
al impuesto al patrimonio para fortalecer el Plan Colombia con recursos
propios. Este enfoque permitió iniciar la recuperación de territorios
controlados por el terrorismo, transformando al país de un "estado
fallido" en 2002 a una destacada "estrella latinoamericana" en
2010, en gran medida gracias a la Política de Seguridad Democrática.
El señor gobernador Andrés Julián Rendón, con
buen juicio, con la necesidad sentida ante la ausencia total de articulación
integral con el Gobierno nacional y ante el incremento permanente de actos y
hechos delictivos en el territorio; ha propuesto un esfuerzo regional colectivo
para asegurar recursos hacia el propósito superior de la seguridad, que
garantice mayores y mejores condiciones para la inversión alentadora del empleo
y el ingreso de los antioqueños. En el entendido que la seguridad es de efecto
transversal que rebota sobre todos los sectores económicos, además de la
convivencia ciudadana y la violencia intrafamiliar. No se comente por sabido en
la nueva economía que representa el turismo en ascenso, necesario para que por
todas las venas y arterias viales se inunden todos los municipios de Antioquia
de nacionales y extranjeros, en su aspiración de conocer todas estas tierras
arrugadas con sus historias, sus gentes y costumbres.
En ese sentido el señor gobernador requiere, en
estos momentos de abandono del Gobierno nacional y de dificultades en ascenso todo
el apoyo y aliento de la totalidad de la sociedad antioqueña, todos sus
sectores y gremios, para avanzar en el plan de seguridad que busca fortalecer
las instituciones, promover la participación ciudadana, prevenir el crimen,
combatir el crimen organizado, derrotar al narcoterrorismo, proteger los
derechos humanos, mejorar la seguridad cibernética, apoyar los organismos de
justicia y gestionar los riesgos de manera efectiva, asegurando así un entorno
seguro y democrático para todos los habitantes de Antioquia.
¿Cucos rosados? ¡Qué buen primor!
Luis Alfonso García Carmona
En medio de la
batahola que se armó por el incumplimiento del presidente al llegar con más de
dos horas de retraso a la ceremonia oficial más importante del año, la parada
militar del Día de la Independencia apareció por fin con facha de amanecido y
enguayabado, y con el ropaje más inadecuado para una ceremonia de homenaje a
nuestros símbolos patrios y a nuestras fuerzas militares. La ajada y casi
transparente guayabera permitía ver que usaba unos interiores femeninos o
“cucos” de color rosáceo, seguramente acordes con su reciente confesión de
heterosexualidad.
“El presidente
de la República, o quien haga sus veces, será responsable de sus actos u
omisiones que violen la Constitución o las leyes.” Es, ni más
ni menos, una nueva violación a la Constitución que juró defender y lo convierte
en reo por indignidad en el cargo.
Lo de menos es lo de
los cucos. Lo grave es que quienes tienen la capacidad decisoria para terminar
con este calvario no actúen y continúen tan campantes. Ahora, ¿quién podrá
defendernos?
La Selección Colombia al poder
Luis Alfonso García Carmona
En medio de las
terribles vicisitudes que vivimos en Colombia, fue un bálsamo de relax, de
optimismo y esperanza, la heroica actuación de nuestra selección de fútbol
profesional en el torneo de la Copa América.
Pero fue, además, la
oportunidad para extraer conclusiones aplicables a nuestro diario vivir y a los
problemas que enfrentamos.
¿Qué nos hizo llegar
tan alto y llamar la atención mundial sobre nuestro valor en un deporte tan
popular como el fútbol? Me atrevería a señalar dos factores determinantes: una
impecable dirección técnica y un desempeño extraordinario por parte de la
plantilla seleccionada de jugadores. Se demostró, una vez más, que, en el
fútbol, como en los deportes en general, el trabajo constante, la disciplina,
la entrega a la hora de participar, el coraje, el profesionalismo, el trabajo
en equipo, la lealtad, la generosidad, son las que cuentan para dar resultados.
Estoy seguro de que hoy, después de la Copa, el valor de nuestros jugadores ha
subido de precio, el respeto por Colombia deportivamente hablando, por lo menos
en el fútbol, va en ascenso y nos esperan para el futuro grandes satisfacciones
que apenas empezamos a imaginar.
Contrasta este panorama
con el de nuestro futuro en los campos de la democracia, el Estado de derecho, la
economía, la justicia, la lucha contra el crimen, la protección de los
colombianos en sus vidas y en sus bienes, la educación, la seguridad social y
otros aspectos vitales para la convivencia y el bienestar de los asociados.
Si tenemos al frente el
modelo de nuestra Selección Colombia, ¿por qué hacemos lo contrario en temas
tan fundamentales? En lugar de una dirección técnica ejemplar, elegimos un
secuestrador y terrorista como presidente. Ahora, en vez de celebrar sus éxitos
como mandatario tenemos que maldecir la hora en que fue elegido. Y, para mayor
vergüenza nuestra, lo posesionamos a pesar de que no podía ser elegido por
haber sido condenado por delito doloso y existir evidencia de que estuvo preso
y salió por pena cumplida.
Por supuesto, en el
poder, en lugar de llamar a los mejores hombres y mujeres para el manejo de los
problemas del país, se rodeó de delincuentes, corruptos, narcotraficantes,
guerrilleros y los aliados de estos. Para ministro de Defensa no designó una
persona experta en seguridad que pudiera manejar los graves problemas de
desorden y criminalidad que existen en el país. Prefirió traer a Iván
Velásquez, un oscuro personaje que solo se ha distinguido por su odio contra el
ejército y la policía, y su enfermiza persecución contra quienes se opongan a
la ideología marxista-leninista que practica. Tal como lo hizo en Guatemala
donde fue expulsado del país y declarada persona non grata. ¿A quién se le
ocurre nombrar como ministro de Defensa a un enemigo declarado de las fuerzas
del orden? Es como si Lorenzo hubiera escogido un “tronco”, pagado por sus
rivales, para que pierda los partidos, como centro delantero de la selección.
Y así sucesivamente,
quienes en esta aciaga hora para Colombia llegaron a los más altos puestos del ejecutivo
y el legislativo, no llenan las más mínimas exigencias de probidad y capacidad
de gestión. Basta con leer el siguiente informe sobre el escándalo de la UNGRD
para adivinar hacia donde se dirige nuestra amada patria en manos de quienes
tienen el mando.[1]
¿Por qué no decidimos
ya conformar una gran Selección Colombia que se tome el poder por la vía
constitucional y cambie este entable de mediocres y corruptos por un equipo
independiente de las viejas castas políticas, respaldado por los millones de
colombianos que gritan “fuera Petro” en estadios y en las vías públicas? ¿Por
qué no llevamos al poder nuestra Selección Colombia con los mejores hombres y
mujeres para manejar al país por los senderos del orden, la democracia, la
justicia, el crecimiento económico, el respeto a la familia y a la vida, la
protección de la propiedad, la generación de empleo, la protección a los
enfermos y a los ancianos con adecuados sistemas de salud y de pensiones, la
guerra al narcotráfico y a la corrupción, la ayuda solidaria a los más
vulnerables y la gestión pública al servicio del bien común y no de los
intereses políticos de la extrema izquierda?
miércoles, 24 de julio de 2024
Entrevista con Luis Guillermo Suárez Navarro
En la entrevista de la semana para El Pensamiento al Aire nuevamente conversamos con el empresario y líder cívico Luis Guillermo Suárez Navarro y hablamos sobre el reto de reconstruir Medellín en parte reconstruyendo el enfoque del vínculo entre sector público, empresa privada y academia. No dejes de verlo.
En Eafit obtuvo su título en administración y dirección de
empresas, y su carrera profesional la ha desarrollado en áreas de la
construcción, la energía y la iluminación.
Es propietario de la empresa Propymex, organización que ha
dirigido desde 2001 y que está dedicada al suministro de eléctricos,
principalmente en el campo de la iluminación, lo que le permite estar muy
vinculado al sector de la construcción.
Desarrolló proyectos de iluminación en Coper Lighting; se
vinculó con EYPO Colombia S.A.S., empresa colombo mexicana de productos de
iluminación y eléctricos; fue profesor del taller de iluminación, Universidad
Pontificia Bolivariana UPB y asesor del alcalde de Medellín. Se ha desempeñado
como miembro de juntas directivas de EPM TICSA de México, EPM ENSA de Panamá y
EPM Adasa de Chile y de sus comités de auditoría. También ha sido miembro de la
junta de la Cámara de Comercio de Medellín, presidente y miembro de la junta de
Camacol, Tecnova, SENA, Auteco, Asciende Inmobiliaria, Restrepo Hermanos,
Propymes S.A.S., Bodecol, Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, Zoológico
Santa Fe y Fundación Ferrocarril de Antioquia.
Además, ha sido columnista de opinión en el periódico El Colombiano. En Eafit obtuvo su título en administración y dirección de empresas, y su carrera profesional la ha desarrollado en áreas de la construcción, la energía y la iluminación. Miembro de juntas directivas de carácter público y privado, también ha ejercido como columnista de opinión en el periódico El Colombiano.
¡Escandaloso hasta en Sodoma y Gomorra!
José Alvear Sanín
A quienes no estén familiarizados con la
historia de “las ciudades de la planicie” (que desde un punto de vista no
bíblico han merecido dos tomos de A la recherche du temps perdu), me
permito ofrecerles un modesto recuento:
Pues bien, Sodoma —de los gays—, y Gomorra —de
las lesbianas—, eran unas ciudades tan invertidas como ahora puede ser San
Francisco (California). El castigo merecido había sido puesto en suspenso
porque Lot había obtenido merced si en Sodoma se encontrasen 50 justos.
Pero como este patriarca no los hallase, obtuvo
rebaja: primero hasta 45, y así sucesivamente, hasta que Lot dijo a Yahvé: “Tenga
a bien no enojarse mi Señor, que aún hable esta sola vez: ¡Quizá se encuentren
allí diez!” Y respondió el Señor: “No la destruiré, por amor a los diez”
(Génesis, 18, 26-33).
Mientras Lot seguía buscando justos, recibió la
visita de dos ángeles. Deslumbrados por su belleza, los sodomitas le exigieron
la entrega de los visitantes, para lo que sabemos.
A continuación, el capítulo 19 de este primer
libro de la Biblia narra los desesperados esfuerzos de Lot por defender a sus
visitantes, la intervención milagrosa de estos y la huida de Lot y su familia,
antes de que cayera la lluvia de fuego que consumió la planicie.
Ahora bien, no faltaría hoy, en Colombia, quién
esté interesado en hacer contacto con ángeles, para invitarlos a un lujurioso
balneario isleño..., según nos permiten intuir recientes acontecimientos
ocurridos en nuestro país, que serían escandalosos aún en Sodoma y Gomorra.
Solo nuestra es la responsabilidad
José Alvear Sanín
Es
muy difícil que ocurra algo nuevo en la historia universal. Varían los actores.
Los imperios poderosos declinan antes de desaparecer. Ascienden y descienden
países. La guerra, siempre presente, pero con armas cada vez más letales... y
así sucesivamente. ¡Por tanto, podemos decir que nada nuevo hay bajo el sol!
Las
guerras sacan a flote lo peor de los humanos; y hasta en las justas (bien
escasas, por cierto), las mejores causas se contaminan de salvajismo.
En
las últimas décadas se ha tratado, sin mayor éxito, a través de organismos y
tribunales internacionales bien intencionados, castigar los crímenes que en
ellas se cometen, pero a esas instancias casi siempre llegan muy tarde y solo
algunos líderes políticos y militares de los bandos derrotados. Ningún déspota,
mientras esté en el poder, tiene nada que temer, con excepción de la
desaprobación de críticos impotentes, nacionales o foráneos.
Pero
si hay alguna posibilidad de juzgamiento para líderes derrotados en conflictos
de guerra exterior o en extremos aterradores de genocidio, pocas hay para los
tiranos que condenan sus países a la esclavitud, a la persecución de los
inconformes, el destrozo de sus economías, el saqueo de sus recursos o a la
entrega del Estado a grupos criminales.
Cavilando
sobre esos asuntos me vienen a la cabeza personajes como Pol-Pot, el criminal
más aterrador, que muere tranquilo en su cama; o Maduro, campeón mundial de la
expulsión de sus conciudadanos, 25% de los cuales han tenido que salir a
mendigar en otros países, mientras Castro apenas pudo expatriar al 10% de los
cubanos.
La
“comunidad internacional”, si alguna vez ha existido, es indiferente ante los
monstruos que hacen atroz la vida en sus países. La posición triunfante siempre
es la de la “no intervención” en los asuntos de países ajenos. Al fin y al
cabo, los tiranos siempre pueden exhibir resultados de elecciones fraudulentas,
que pasan siempre como credenciales de democracia. Además, las grandes
potencias imperiales de todos los tiempos apoyan siempre los gobiernos de sus
satélites, mientras favorezcan sus intereses o los negocios, sin importarles
nada más. (No olvidemos nunca aquello de “our bastard”).
Ahora
bien, hay un catálogo de delitos de lesa humanidad que no prescriben y reclaman
la solidaridad de la comunidad internacional con los pueblos subyugados,
esclavizados, empobrecidos o hambreados por gobiernos criminales... y bla, bla,
bla...
¡Pura
paja! Los tiranos más abominables, desde la más longeva y aterradora de las
dictaduras, la de Norcorea, y las espantosas como las de Cuba, Venezuela y las
incontables de África, perduran sobre la desgracia de sus pueblos. Y esta lista
es bien incompleta.
En
Colombia vamos rápidamente a ser convertidos en otra Venezuela, a menos que el
28 de julio suceda un milagro, la salida de Maduro, porque si este se roba las
elecciones, la comunidad internacional mirará para otro lado.
Entretanto,
a nadie le aterra cómo Petro va entregando el espacio aéreo y jirones del
territorio a sus guerrillas o a los narcotraficantes. No podemos sorprendernos
ante la indiferencia de los extraños, cuando en el país hay tanta complicidad
de parte de fiscales, jueces, congresistas, columnistas y comunicadores de
medios masivos, jefes políticos y centenares de bodegas bien pagadas.
Por
todo lo que acabamos de considerar a vuelapluma, es conveniente que entendamos
que, si no somos capaces ahora —sin esperar prodigios electorales dentro de dos
años, cuando la mayor parte del país esté controlada por las guerrillas, y la
Registraduría por la izquierda—, el país caerá en el abismo sin retorno.
Desde
hoy debemos reconocer que, si no se soluciona el problema a través de los
mecanismos constitucionales, incluyendo el mandato de la Carta que obliga a los
militares a mantener y defender el Estado de derecho, nadie vendrá a salvarnos
de la tiranía, la barbarie y el hambre.
***
¿Existirá
mayor maldad que perjudicar a todos los enfermos actuales –como es ya
inocultable— y a todos los venideros, con la destrucción del sistema sanitario?
La obligación de todo gobernante es mejorarlo. Por eso, destruirlo es, quizá por
fin, algo nuevo bajo el sol, hecho que hará la fama imperecedera de su ejecutor.
martes, 23 de julio de 2024
Por qué deberían apoyar la reestructuración
María Cristina Isaza
Palabras dirigidas a los colectivos feministas sobre la Secretaría
de la Mujer
¿Sabían que, durante siglos, las mujeres hemos sido las
encargadas de sanar y cuidar de la salud en nuestras comunidades? ¿Que estas
mujeres fueron las primeras médicas de Occidente? ¿Que, según el DANE, del total
del tiempo que dedica la población colombiana a proveer cuidados directos no
remunerados para otros integrantes de sus hogares, 76.2% lo proporcionan las
mujeres y 23.8% los hombres? ¿Que unas 800.000 mujeres en nuestro departamento
se dedican al cuidado?
Mi nombre es Cristina Isaza y hoy, como vocera de Mujeres
por Colombia, quiero compartirles por qué me alegra que esta administración
reconozca las labores del cuidado, busque retribuirlo y que la Secretaría de la
Mujer amplíe funciones y se transforme en la Secretaría de la Mujer y el
Cuidado.
Durante siglos, las mujeres nos desempeñamos como
comadronas, enfermeras, farmaceutas, alquimistas y consejeras.
Transmitíamos nuestros conocimientos de generación en
generación, visitábamos enfermos y creamos la medicina popular y comunitaria.
Las antecesoras fueron llamadas brujas y fueron perseguidas, pero seguimos
siendo las guardianas de la salud.
En la alquimia, la energía femenina está conectada con el
cuidado: somos sacerdotisas y curanderas.
Hoy la violencia económica es una realidad en muchos
hogares y muchas veces esta violencia económica desemboca en otras violencias.
Remunerar las labores de cuidado permitirá a más mujeres
ser libres y no depender completamente de otros.
Aplaudimos que esta secretaría esté planteando reconocer
nuestro trabajo.
La retribución nos aliviaba la carga y brinda oportunidades
para capacitarnos en otras áreas y profesiones, si así lo queremos.
Pensar en las mujeres no se traduce solo en discursos
bonitos, secretarías y cargos, sino en acciones concretas que se derramen y
beneficien a las mujeres más necesitadas de nuestra sociedad.
En el siglo XXI, las mujeres cuidadoras y sanadoras ya no
son perseguidas como brujas. Nos reconocen y remuneran por nuestra labor. Es un
derecho ganado por las luchas de las mujeres.
En una sociedad que no ha exaltado el cuidado, no lo ha
valorado y se da por hecho que lo hagamos, qué bueno que llegue una
administración que lo replantee y exalte.
Yo actualmente no soy cuidadora, pero soy empática con mis
congéneres que sí lo son, por eso solo puedo celebrar esta decisión que nos
hará más libres. Nos dignifica el que hoy se les reconozca su gran aporte, nos
empodera. Esta es una conquista social más, un avance.
Esta transformación en la secretaría nos ayudará a cerrar
brechas.
Pensemos en cómo usar los recursos ahorrados en burocracia,
para que programas sociales lleguen a quienes cumplen este importante rol en
nuestro departamento y el camino a la equidad.
Así que desde Mujeres por Colombia damos la bienvenida
a la Secretaría de la Mujer y el Cuidado, completamente compatible con nuestra
historia y esencia.
lunes, 22 de julio de 2024
Editorial: sucesos de la semana No. 57
En su nuevo editorial para El Pensamiento al Aire, Antonio Montoya H., analiza los siguientes temas que fueron noticia durante la semana: inicio de sesiones del Congreso; la reforma pensional y las demandas que enfrenta; las dificultades que motivaron los aficionados en la final de la Copa América; las declaraciones de Olmedo López que empañan a ministros y congresistas; el fallo tecnológico de Microsoft; elecciones en Venezuela, y concluye con el atentado contra Donald Trump y su elección como candidato de los republicanos. No dejes de verlo.
viernes, 19 de julio de 2024
De cara al porvenir: temario
En estos días, en lo regional y
en lo nacional, se han presentado algunos acontecimientos dignos de resaltar
dentro del millar de situaciones a los cuales nos tiene acostumbrados nuestro
día a día.
En lo local, el gobernador,
cumpliendo una promesa electoral, presenta una propuesta de “racionalización”
de la estructura administrativa, subjetiva como todas las que se presentan pues
cada uno tiene su forma de administrar. En esta ocasión fue costosa en términos
del desgaste. Frustró del trabajo conjunto que se ha realizado por años entre
el sector privado, el sector social y el sector público, que tuvieron que
convencer a varias administraciones de que se requería elevar a la categoría de
secretarías el tema de relacionamiento entre la Gobernación y los empresarios a
través de la Secretaría de Productividad y Competitividad, la puesta en primer
nivel del tema de la minería, principal producto del PIB antioqueño teniendo su
propio interlocutor en la Secretaría de Minas, y la apuesta racional por la
economía de los servicios focalizados en el turismo, teniendo una Secretaría de
Turismo. Estos grandes esfuerzos se pueden perder si el Gobernador, con mirada
torpe y cortoplacista insiste en desmontar estas estructuras organizacionales,
que una vez abandone el cargo, habrá que volver intentar a reconstruir.
Lo anterior soportado en el
peregrino argumento de ahorrar 69 mil millones de pesos al año, lo cual ante un
presupuesto anual de 5.81 billones de pesos resulta ridículo e insignificante
para el daño que se va a ocasionar.
Esperemos pronto nuevos e importantes
anuncios como el ahorro en luminarias, restricción del consumo de café y
aromáticas, y eliminación del papel higiénico de los servicios sanitarios.
No me focalizo sino en estas dependencias,
a sabiendas de que existen otras que también corren el riesgo de desaparecer o de
ser intervenidas o sus funciones reasignadas con sus respectivos y
correspondientes costos sociales y de todo tipo.
Para ponerle el moño al fiasco,
ahora resulta que también se va a poner en venta el inmueble donde está la Casa
de Antioquia en Bogotá, verdadera embajada paisa en la capital. No falta, si no,
que traten de vender el helicóptero de la Gobernación.
Decisiones “inteligentes” con
impactos positivos mínimos o inexistentes, donde se demuestra una vez más que
“cada gobernante manda en su año”.
Cada vez esto se parece más a
una parroquia donde a punta de vacas y macheteadas a la estructura
organizacional, se pretende conseguir ahorros sin pensar en la posibilidad de
generar ingresos nuevos, por ejemplo, vía la plusvalía que pareciera ser
una herramienta que no ha sido posible que se entienda para qué es lo que
sirve.
Mientras esto ocurre, estoy a la
espera de que se anuncie el impulso y el nombramiento de gerente para la venta
de empanadas, de las rifas, de los bailes, de los bazares y de los bingos como
nueva estrategia de generación de ingresos como parte innovadora en el manejo
de las finanzas públicas.
Un segundo asunto es la
frustración y el desencanto que ha producido el nombramiento del nuevo ministro
de Educación, que, sin entrar en detalles, es un funcionario no solo inexperto
en el tema, sino además mal educado y vulgar, no digno de ser la cabeza de este
tema, el más importante de hoy en el mundo.
Un verdadero descache del presidente,
igual que la forma como se ha intervenido de manera arbitraria y al parecer
ilegal en la elección del Rector de la Universidad Nacional, sin hablar de la
improvisación del nuevo sistema médico para los maestros, resultado de no tener
una agenda pública, sino una agenda electoral que todos los colombianos vamos a
tener que pagar en algún momento.
Me parece extraño que un
político tan curtido y hábil, alborote y les dé argumentos de inconformidad a unos
públicos tan sensibles y potencialmente revoltosos como lo son los estudiantes
y los maestros. Recordemos lo sucedido en la Francia de De Gaulle, en 1968.
Un tercer asunto es la
incapacidad de aquellos que, en medio de ambientes oscurecidos por la
corrupción, dejan muy mal parada a la ingeniería colombiana.
El tema de “Caregato” en la
Mojana se ha convertido en un proyecto de inversión continuado, o más bien un
barril sin fondo –por varios períodos presidenciales– para fomentar y financiar
a la corrupción y a los corruptos, sin solucionar los problemas que deben ser
solucionados.
Personalmente sugiero que se
haga una licitación internacional o se emplee la figura de emergencia económica
y ambiental, y que sean los Países Bajos –que son lo que saben del asunto como
nadie en el planeta– o de los chinos –que hoy realizan obras monumentales de
ingeniería– para que se encarguen de darle una solución definitiva al problema,
ahí sí, cueste lo que cueste y con toda la voluntad política necesaria.
En cada invierno, –y esta
situación lamentablemente ya hace parte del calendario anual de Colombia– se
habla de alrededor de 80.000 hectáreas afectadas y cerca de 8.000 familias que
no saben qué camino coger, sin contar la catástrofe ambiental por las
afectaciones a la flora y a la fauna, y cada presidente y cada ministro, siendo
reiterativos mostrando y evidenciando su ineptitud e incompetencia, desarrollan
una nueva modalidad de corrupción por omisión o por acción errática.
Recordemos que, según la FAO, La
Mojana en uno de los 5 lugares más fértiles del planeta, ensuciado y afectado permanentemente
por los residuos de la minería ilegal del nordeste antioqueño… y no pasa nada…
y nadie hace nada.
Nota final: podemos
seguir insistiendo en Colombia en aquello de que “los buenos somos más”,
pero es absolutamente vergonzoso el comportamiento de cientos o miles de
coterráneos que evidenciaron su condición de cafres y generaron desmanes y
destrozos en la entrada de la final de la Copa América.
Otro ingrediente más dentro del
proceso continuado de pérdida de imagen que está sufriendo el país desde varios
aspectos en los años recientes.
Parecer ser nuestro sino
trágico… lo que escribimos con la mano, lo borramos con el codo.
En la basura y en la letrina quedaron
los hermosos y emocionantes “banderazos”, así como el canto multitudinario y
estremecedor de nuestro Himno Nacional.
Desamparo de la familia y la niñez
Luis Alfonso García Carmona
En pasadas columnas nos
hemos referido a las flagrantes infracciones del régimen al orden
constitucional en aspectos de tanto calado como el respeto a la democracia en
las urnas, la protección del derecho a la vida, el mantenimiento del orden
público, la seguridad de la población, la corrupción, el despilfarro de los
recursos públicos, el crecimiento económico, la generación de empleo, la
seguridad social, el problema del narcotráfico y la reforma a la justicia. Pero
también en la protección de la familia y la niñez, este Gobierno viola el orden
constitucional.
Consagra nuestra
Constitución el deber de proteger de manera especial a la familia, como núcleo
fundamental de la sociedad y a la niñez, no sólo por su estado de
desprotección sino, también, porque representa el futuro de la nación.
Artículo 5. “El
Estado reconoce, sin discriminación alguna, la primacía de los derechos
inalienables de la persona y ampara a la familia como institución básica de
la sociedad.”
Contraviniendo
absolutamente la primacía ordenada por la carta constitucional, se ha dedicado
el régimen actual, de inspiración materialista, a patrocinar por todos los
medios a su alcance toda iniciativa que atenta contra la vigencia y protección
debida a la institución básica de la familia tradicional, compuesta por el
hombre y la mujer e instituida con el noble propósito de perpetuar la especie
humana.
Se dedican esfuerzos
presupuestales y programas oficiales a la difusión de la ideología de género,
el cambio de sexo y otras teorías que destruyen el concepto de la familia. Se programan
eventos y festividades del “orgullo gay” con financiación oficial y
participación de menores de edad. Se reparten cartillas promoviendo la
ideología de género en los establecimientos escolares.
Con infracción de
tratados internacionales suscritos por Colombia, se promueve el aborto,
que permite el asesinato de miles de seres en el vientre materno, con el
patrocinio del Estado.
La Convención Americana
sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica, del 22 de noviembre
del 1969), suscrita por Colombia, que hace parte de nuestro bloque
constitucional, estableció:
Artículo 4. Derecho a
la vida
“1. Toda persona
tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la
ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede
ser privado de la vida arbitrariamente.”
La institución del
matrimonio, pilar de la familia, sufre también la descomposición que se ha
apoderado del régimen, y está siendo sustituida por el remedo de matrimonio
entre personas del mismo sexo, que atenta gravemente contra el núcleo
básico de nuestra sociedad, la familia tradicional.
Artículo 44. Son derechos
fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad
social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una
familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la
cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos
contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta,
abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán
también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en
los tratados internacionales ratificados por Colombia.
La familia, la sociedad
y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su
desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos.
Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción
de los infractores. Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de
los demás.”
Las funestas
consecuencias del desmoronamiento del núcleo familiar afectan en primer lugar a
los hijos, quienes, desde temprana edad, se convierten en víctimas sin derecho
a un desarrollo armónico integral y al ejercicio pleno de sus
derechos.
Otro de los generadores
de desamparo y de negación de los derechos básicos de la niñez es la guerrilla
aliada del régimen que nos gobierna. Aún después de haber suscrito el
espurio pacto de La Habana, continúa practicándose el reclutamiento forzado
de menores y jóvenes por parte del ELN y las FARC, que, como es bien
sabido, implica separación de la familia, torturas, obligación de
participar en trabajos riesgosos, explotación económica y sexual
a los reclutados, tal como ellos mismos lo han narrado dramáticamente ante las
autoridades y los medios de comunicación.[1]
Ninguna acción por
parte del Gobierno se ha adelantado para erradicar estas bárbaras prácticas,
que ya no se aprueban ni en los países menos civilizados. Es, pues, una de las
violaciones más execrables a nuestra Constitución que debe desaparecer a la mayor
brevedad.
Corresponde a la
ciudadanía salir en defensa de lo más preciado, nuestra familia y el futuro de
nuestros hijos, para lo cual será necesario el derrocamiento por la vía
constitucional del actual régimen, bien sea por el juicio político de que trata
el art. 109 de la Constitución Política, o mediante solicitud a las Fuerzas
Armadas para que cumplan con su función primordial de devolver el orden
constitucional a la República, en ejercicio de los arts. 217 y 218 de la Constitución
Política. Asimismo, debemos unirnos los indignados que protestamos contra Petro
en una gran fuerza, independiente de las viejas castas políticas que están
aliadas con el actual régimen para aprobar sus proyectos a cambio de sobornos, para
recuperar el poder y reinstaurar los valores y principios que nos quiere
arrebatar este régimen comunista y mentiroso.
Ladrones muy honestos
José Leonardo Rincón, S. J.
No
lo duden, estamos evolucionando como país. Nuestros delincuentes, por ejemplo,
cada vez se sofistican más. Había que verlos entrando al estadio de Miami en la
final de la Copa América, con boletas falsificadas, otros sin boleta muy
orondos y otros metiéndose como salvajes tumbando cercas, saltando muros, mejor
dicho… Lo más granado de nuestra delincuencia criolla se dio cita en La
Florida, con lo cual evidenció que tuvo para llegar al país del Tío Sam, pero
no para pagar la entrada. Claro, si pasaron el Darién podían pasar los
controles de seguridad y si entraron a USA sin visa, podrían entrar sin boleta
al estadio.
Mientras
eso acaecía en los predios cercanos a Disneylandia, en Macondo, nuestros
honorables ladrones, haciendo de las suyas como siempre, han esquilmado el
erario robándose todo lo que pueden. Bueno, eso siempre lo han hecho y todos lo
sabíamos, lo que pasa es que antes no se dejaban pillar y si por mala suerte
los agarraban, juraban por toda la corte celestial ser seres angelicales revestidos
de inocencia y candor. Hoy día eso ya no importa. Si los descubren, saben muy
bien que no va a pasar nada. Unos días de escándalo mediático y después a
disfrutar los dolaritos en otras latitudes. A los de malas, casa por cárcel
unos meses y después a gozar el fruto de su genial esfuerzo.
Pero
la cosa mejora. Antes los agarraban y negaban sistemáticamente tener que ver
con el delito. Hoy, más frescos, viendo
cómo fue la suerte de sus refinados predecesores, seguros de que no les va a
pasar nada, ya no solo no lo niegan, sino que reconocen sus bellacos actos,
cuentan todo ante los medios y aceptan no solo ser ladrones que hurtaron miles
de millones de pesos, sino que además hacen el listado completo de las decenas
de personajes beneficiarias a quienes sobornaron repartiéndose parte de la marrana.
¿Cómo les parece? No lo duden, estamos ante unos ladrones muy honestos, que
dicen la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, denuncian a sus compañeros
y se sienten los chachos del paseo porque saben que aquí no ha pasado nada. Y
efectivamente, no va a pasar nada. Quizás se puedan sonrojar al comienzo, pero
en realidad están felices y tranquilos. Ya pronto tendrán para disfrutar sus
recursos.
jueves, 18 de julio de 2024
Los malos y los peores
José Alvear Sanín
El regreso a la escena
de Juan Manuel Santos, reflotando a Petro con el apoyo a todas sus perversas
iniciativas, presagia la consolidación de un régimen atroz, que ahora contará
con la experiencia torcida de un falso Cristo.
Desde hace 716
interminables días, con sus noches, los colombianos vivimos entre la zozobra y
la angustia con la única certeza de que las jornadas venideras serán peores.
Los desatinos políticos y morales superan, en las amargas conversaciones
actuales, los intereses que antes dominaban los amables coloquios. Los temas
tradicionales, como las mujeres, el fútbol y los carros ya no animan las
tertulias.
Por tanto, en la mía se
suscitó la pregunta de si Santos es más malo que Petro. La disputa fue
acalorada, pero terminó con el empate de ambos candidatos a la máxima
execración. Sin embargo, en medio de la comparación entre los daños ocasionados
por Santos y los desastres ya generados por Petro, escuchamos una observación
original:
—¡Tantos malandros como
hay!,
dijo uno de los contertulios, y añadió: —En efecto, ya conocemos lo que
ha hecho Santos, mientras que los horrores del petrismo apenas empiezan a dar
su emponzoñado fruto. No nos apresuremos a contabilizar sus torpes hazañas,
para lo que habrá, por desgracia, tiempo de sobra. Entre tanto no
olvidemos que nuestro deber es el de impedir, cada cual dentro de sus
capacidades, que este desgobierno se prolongue por incontables cuatrienios. Si
Petro se queda en la casa de Nariño, alcanzará, y hasta dejará atrás, a muchos
de los peores tiranos de la historia universal, porque para eso sí tiene
suficientes capacidades.
Otro de los
contertulios, de seguro inspirado por esas consideraciones, tomó la palabra
para decirnos:
—Ni Juan Manuel ni
Gustavo hubieran podido hacer lo que han hecho, ni lo que pueden hacer en el
futuro, si no hubiera tantos tipos que, siendo peores que ellos, pasan
desapercibidos.
—¡Imposible que los
haya!,
exclamamos los demás, pero nuestro amigo continuó:
—El primero contó, y el
otro cuenta, con docenas de sigilosos malvados, sin cuya cooperación es
imposible hacer daño. Santos es pérfido y artero manipulador, y Petro, un
déspota en ascenso, que no puede ocultar su prontuario ni si ideal
marxista-leninista, del que se ufana. En eso es coherente, franco y veraz (en
eso solamente). En cambio, nadie recuerda los nombres de los congresistas que
aprobaron lo que el pueblo rechazó en el Plebiscito, ni el de los magistrados
que “legalizaron” todas las violaciones en torno a la entrega del país a las FARC,
en 2016.
–Tienes razón, saltó
otro, —porque ahora hay unos personajes igualmente funestos que colaboran
desde las sombras, con acción solapada o por omisión deliberada. Consideremos
los jueces prevaricadores, los fiscales flexibles y alcahuetas; los
comunicadores fletados y mendaces; los parlamentarios costosamente sobornados,
y los jefes políticos, que permanecen mudos y brazicruzados mientas sus
bancadas se dejan comprar..., todos ellos, en mayor o menor medida, son peores
que Petro y Santos, porque sin su hipocresía, disimulo y codicia, sin su
concurso clandestino y su traición remunerada, el proceso hacia el poder
totalitario no podría alcanzar su propósito.
La reunión que narro
terminó concediendo a los miembros de la Comisión de Acusaciones de la
“Honorable” Cámara de Representantes el primer puesto en el reconocimiento a la
perversidad, porque, con la omisión del deber de poner en marcha los mecanismos
para destituir, de acuerdo con el Artículo 109 de la Carta, a quienes se
hicieron elegir violando con creces todos los topes, se está consolidando el
régimen putrefacto que nos conduce hacia la reelección y el establecimiento de
la República Soviética y “Bolivariana” de Colombia.
***
Como cada día trae
nuevos escándalos, el de los inmensos latrocinios en la UNGRD se limita a ser
otra banal noticia de relleno en la creciente lista de ministros y altísimos
funcionarios que ordenaron entregar enormes sumas a congresistas para asegurar
la aprobación del paquete legislativo de Petro, sin que nadie pregunte quién
ordenó a los ministros y a los grandes alfiles del régimen, corromper
congresistas, desfalcar la Tesorería y hasta preparar contratos para financiar
al ELN en su filantrópica labor en pos de la paz.
***
¿No será este el
momento para recordar a la incomparable Sor Juana Inés?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
el que peca por la paga,
o el que paga por pecar?
***
Si las reformas sanitaria y pensional costaron $ 90.000´000.000,
¿cuánto costará la “legalización” del poder constituyente y de la nueva Carta?
***
Los agitadores que hace
unos meses se peleaban por un puesto en Transmilenio, ahora se disputan un
ministerio...