miércoles, 31 de julio de 2024

Entrevista con Luis Guillermo Echeverri Vélez

Antonio Montoya H.
Nuevamente invitamos al doctor Luis Guillermo Echeverri Vélez a la entrevista de la semana de El Pensamiento al Aire, para que nos comparta su visión del país en estos momentos, conceptos que expresa en sus diversos artículos para nuestro blog. No dejes de verlo.

Hijo de fallecido empresario Fabio Echeverri Correa quien presidió por varios años la Asociación Nacional de Industriales. Se graduó como abogado de la Universidad Pontificia Bolivariana, y luego hizo una maestría en economía agrícola en la universidad de Cornel, en los Estados Unidos, además de varias especializaciones. Fue jefe del presidente Iván Duque en el BID y desde allí cultivaron una muy buena amistad. Cuenta con más de 20 años de experiencia en el desarrollo, mercadeo, promoción y conducción de negocios internacionales, exportaciones e importaciones y se le reconoce su interés por promover la agricultura colombiana y en general la agricultura tropical en los mercados mundiales. Profesionalmente se ha desempeñado como empresario privado, intermediario comercial, consultor independiente en negocios internacionales, consultor del Fondo Nacional del Café y la Federación Nacional de Cafeteros, como empleado público y diplomático en calidad de agregado agrícola, comercial, como rejoneador y domador de caballos e inspector de policía, entre otras actividades. Ha vivido en Argentina, Colombia, España, Portugal y Estados Unidos.

Señores ya se sabía: la moda es la tiranía de las minorías

Luis Guillermo Echeverri Vélez
Luis Guillermo Echeverri Vélez

La región incendiada y seguimos hablando de una lánguida democracia, de la cual todos abusan como les da la gana, muchos protestan, pero no pasa nada.

Hay que entender que Venezuela y Colombia, aunque tienen diferencias, conforman la misma región, tienen el mismo origen fundacional, son naciones hermanas, comparten una gran frontera donde pasa de todo, sufren exactamente los mismos males, y tienen al comando del Estado gobiernos de truhanes de la misma calaña.

Venezuela ha estado arrasada por el socialismo del siglo XXI por veinticinco años seguidos; allí y aquí, hay territorios totalmente dominados por el narcoterrorismo encabezado por el Cartel de los Soles, las FARC-EP, el ELN, el Tren de Aragua, el Clan del Golfo, y súmenle las mafias de corrupción en los poderes administrativo, legislativo, judicial y en los organismos de control del Estado.

En Venezuela toda esa delincuencia impune la representan Maduro, Padrino, Diosdado y sus secuaces locales e internacionales. Aquí son los narco-partidos los que conducen el Estado, con el nuevo M-19 representado por Gustavo Petro a la cabeza del poder, en abierta unión de hecho con esas mismas inhumanas y violentas organizaciones terroristas, apoyado por un sartal de mamertos criollos e internacionales, y respaldado por una cleptocracia y unos contratistas estatales totalmente corruptos.

Nuestros congresistas y magistrados no se atreven a secundar el pueblo que clama “Fuera Petro”, y eso los convierte en cómplices. Quedó demostrado el pasado 20 de julio, cuando nadie le pidió la renuncia, ni reclamó que se cumpla la ley ante la flagrante ilegitimidad del Gobierno y su confesa asociación para delinquir con buena parte del Congreso, las cortes y criminales de cuello blanco.

Muchos líderes gremiales, de la difunta sociedad civil y los partidos políticos, dicen que quedan dos años, y que la democracia prevalecerá en 2026 porque este es un país con una sólida institucionalidad. Pero, como pasó en Cuba, Nicaragua y Venezuela hace ya varias décadas, la mediocridad, la cobardía y el acomodamiento del liderazgo, es el factor que puede permitir que Colombia pase a ser un totalitarismo de hecho bajo la máscara de una democracia nominal.

¿Para qué nos decimos mentiras? Se expanden el caos económico y la desesperanza social propagada por la inseguridad total, y aquí la moda, bajo amenaza de una explosión de terrorismo urbano, es la imposición tirana de las agendas de las minorías a la gran mayoría.

La historia da cuenta de que los tiranos sólo caen derrocados por la fuerza. Y estamos en manos de tres tipos de bichos políticos y gusanos burocráticos: los lánguidos mamertos voltearepas de siempre; los corruptos que hoy conforman una cleptocracia abierta y generalizada, y los criminales de lesa humanidad indultados por la estupidez y la hipocresía de nuestros políticos que hablan de paz donde no la puede haber.

Aquí se terminó la entereza, la honorabilidad y la justicia. Los principios los vendimos en el bazar de un poder estatal que no respeta el Estado de derecho.

Somos víctimas de permitir la mediocridad mamerta de los “políticamente correctos” que sólo hablan de democracias porque les conviene. Cómplices por permitir la instauración de la cultura mafiosa asociada al narcotráfico y una cleptocracia corrupta y clientelista que sólo multiplicó los problemas que no fuimos capaces de solucionar antes de que aquí también llegara el proyecto revolucionario bolivariano al poder en manos del M-19 y apoyado por el narcoterrorismo en 2022.

La desesperación es el producto de una ruina estatal y de una inseguridad maquilladas e inmanejables que se multiplican frente a una justicia y unas fuerzas armadas castradas mental y físicamente cuando el enemigo de la ley subió al poder de manera ilegítima, y el país político al igual que en 2017 se entregó a un narco comunismo terrorista disfrazado de alianzas políticas democráticas.

Hoy existen todos los elementos para sacar del poder al tirano con careta de presidente electo democráticamente. Pero aquí nadie de los que por obligación tienen que hacerlo, se atreve a proceder conforme a la Constitución y las leyes vigentes.

Si no nos ponemos las pilas ya mismo, anoten bien lo que nos espera por tibios, cobardes, mediocres y cómodos: Un acuerdo nacional entre todo tipo de delincuentes. Una constituyente a la medida del neo estalinismo narcoterrorista, una ley de punto final, y otra elección fraudulenta en 2026.

Lo demás es paja. Moriremos en el narco comunismo y serán otras generaciones, tal vez después del 2050, las que vean cómo, de la ruina total, rebroten la libertad y el orden en estos pueblos que liberó Bolívar y que hoy han resuelto esclavizarse.

martes, 30 de julio de 2024

Gobierno del mal y la inmoralidad

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

Asistimos en medio del estupor –y también de la ingenuidad– al denigrante espectáculo que brinda una camarilla delincuencial instaurada en el poder para ejercer libre e impunemente toda clase de acciones perversas e inmorales, en nombre del “cambio” que se ha vendido a las ignaras masas despreocupadas por los temas de la política.

Con el claro propósito de acelerar la conversión del país en otra nación esclava del sistema marxista-leninista y, de paso, enriquecer a manos llenas, a sus aliados, el régimen de turno se ha ideado toda clase de artimañas para extraer recursos de la corrupción, como si de un pozo sin fondo se tratara, y aplicarlos a esas bien definidas metas en las que se ha comprometido toda la acción gubernamental.

E inventó “el cacas”, los programas de las “ollas comunitarias” y de los “carro-tanques” para suministro de agua a la población de La Guajira. Lo demás, fue coser y cantar: sobrevalorar el costo de los contratos y equipos, escoger los parlamentarios que deberían beneficiarse a cambio de votar favorablemente los proyectos del Gobierno o empantanar el proceso del juicio por indignidad contra el presidente, designar los contratistas que se prestarían para el robo descarado a las comunidades y ordenar a los funcionarios el trámite de las transferencias presupuestales y la elaboración de los actos administrativos y contratos correspondiente, en los que todos a una se beneficiarían jugosamente. Mientras tanto, ¿dónde quedan las necesidades del pueblo? Sólo como una imaginaria referencia de los buenos propósitos del “cambio” que nunca se cumplieron. Pura mentira e inmoralidad.

Esta es la historia, a grandes rasgos, del escándalo llamado de la Unidad de Riesgos, una de las mayores defraudaciones conocidas en la historia criminal de Colombia.

Inicialmente, la actitud del camarada Petro fue la de culpar a los funcionarios, como si no supiéramos que pertenecen a su más cercano entorno. Luego, como buen discípulo de Maquiavelo, cambió su estrategia y pidió perdón al Congreso, admitiendo que solo le cabe en todo este asunto una responsabilidad política por haberlos nombrado. Pero la Constitución, la misma que juró cumplir y defender y que viola a diestra y siniestra, es muy clara al respecto: “Art. 198. El presidente de la República, o quien haga sus veces, será responsable de sus actos u omisiones que violen la Constitución o las leyes.”

En consecuencia, la restauración del orden que más temprano que tarde tendrán que avocar los altos mandos militares en cumplimiento de su función primordial, pasa, en primer lugar, por la separación del cargo de quien lo ejerce y de quien lo acompañó en la extralimitación de gastos por encima de los señalados por la ley.

Pero más allá de lo que el presidente afirme un día, o cambie de táctica al otro, a la hora de revisar las evidencias se podría decir que hay fuertes indicios de que Gustavo Petro es el gran responsable del descalabro. No solo por ser el jefe de Estado, sino porque de cierta manera ha sido el articulador de todo el engranaje que condujo a que cientos de miles de millones de pesos, y tal vez billones, que debían dedicarse a mitigar riesgos, se hayan gastado en darles a congresistas prebendas para aprobar reformas en el Legislativo.

Y, más grave aún, para dar contratos al ELN en Arauca, según lo reveló el propio Olmedo López ante la Corte Suprema y lo conoció el país gracias a Noticias Caracol.

“La plata que parafraseando a Petro se debía utilizar para calmar la sed de los niños de la Guajira, se habría destinado a darle contratos a un grupo armado criminal.” ¿Así o más escandaloso?

Pero volviendo a la responsabilidad más directa de Petro, una pregunta clave es ¿cómo llegó una dependencia relativamente menor como la Ungrd a manejar una caja billonaria?

No estamos hablando de chichiguas. Atención a este dato: en el presupuesto aprobado en 2022 para 2023 se destinaron 657.000 millones de pesos a la Ungrd, pero el cierre presupuestal de 2023 mostró que en realidad esa unidad de riesgos se gastó 2 billones 263.000 millones de pesos. ¡Casi 4 veces más! ¿De dónde salió tanta plata?

El propio presidente Petro fue el que movió las clavijas de la opinión y del Estado para que llegaran billones de pesos al bolsillo de la Ungrd.

Recordemos que Petro estaba con la idea, que para ese entonces parecía absurda, de decretar una “emergencia económica y social” desde antes incluso de que lo eligieran. En marzo de 2022, dijo que la “catástrofe social del hambre” debía mitigarse decretando la emergencia económica.

Pero lo del hambre no le cuajó. Y ya como presidente, en septiembre de ese mismo 2022, comenzó a sugerir que debía declarar emergencia por la crisis climática que traería muchas lluvias. Pero lo de las lluvias tampoco le cuajó.

Y después, en 2023, sacó de la manga otra carta: el supuesto impacto del fenómeno de El Niño sobre la Guajira. Era la emergencia más extraña que se hubiera decretado en Colombia, porque se ha declarado ante eventos catastróficos como la pandemia del covid o la tragedia de Mocoa. Nunca se había decretado una emergencia con base en un pronóstico como lo hizo Petro: “Es absolutamente pertinente decretar la emergencia porque se avecina una calamidad pública. Porque los modelos climáticos nos anuncian la cercanía de una sequía que nunca antes se había visto en La Guajira”.

Era tan evidente el despropósito que la Corte Constitucional tumbó esa emergencia. Hasta ese momento se pensaba que el embeleco de Petro en declarar una emergencia era para poder hacer decretos sin tener que pasar por el Congreso. Pero la historia nos demostró que tal vez lo que buscaba era poder tener plata contante y sonante para poder gastarla según sus intereses.

En el contexto de la narrativa de la emergencia comenzó a lloverle plata a la Unidad de Riesgos. El senador Juan Diego Echavarría, del equipo de Julián Bedoya, propuso que le adicionaran $200.000 millones a la Ungrd, y dicho y hecho.

El modus operandi al parecer les quedó gustando porque luego el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, hizo dos adiciones presupuestales por $700.000 millones cada una: una el 22 de septiembre de 2023 y otra el 11 de diciembre de 2023”. (El Colombiano, Editorial)

Es la consecuencia necesaria de un proceso en el cual quienes tuvieron la potestad de orientar a la opinión pública toleraron la avanzada de las ideas materialistas, la destrucción de nuestros valores tradiciones y el abandono de los derechos fundamentales de la persona humana. Como bien lo expresa Jacques Maritain: Aquí nos hallamos en presencia de ese maquiavelismo impetuoso, irracional, revolucionario, violento y demoníaco, para el que la injusticia sin límites, la violencia sin límites, la mentira y la inmoralidad sin límites, son los medios políticos normales, y que extrae una abominable fuerza de ese carácter ilimitado del mal. Y bien podemos advertir qué clase de bien común es capaz de aportar a la humanidad un poder semejante, que sabe perfectamente cómo no ser bueno, y cuya hipocresía es una hipocresía consciente y feliz, una hipocresía ostentosa y gloriosamente promulgada, cuya crueldad aspira tanto a destruir las almas como los cuerpos y cuya mentira es una perversión total de la función misma del lenguaje”.

De cara al porvenir: opinión e información

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

Enorme compromiso y responsabilidad tienen los medios de comunicación, sus dueños, sus directivos, sus periodistas y sus comunicadores cuando se trata de divulgar sucesos, eventos o noticias que deben reflejar la verdad de los acontecimientos y no contentarse con divulgar rumores, consejas o situaciones no confirmadas debidamente a través de una fuente fidedigna o de una investigación seria.

En algunos casos se debe distinguir entre lo que es un dato y lo que es información.

En palabras simples un dato es el registro de algo y la información es la aplicación de la inteligencia sobre los datos.

De igual manera no se puede caer en el error de aceptar –por más importante que sea el emisor–, que una opinión es per se información, lo cual subjetiva y trastoca el contenido de la realidad.

No todos pertenecemos a los medios de comunicación ni todos tenemos acceso a ellos, lo cual genera una postura de dependencia ante estos que no debe ser empleada en favor de nadie.

El derecho o la capacidad de réplica no es equilibrado con respecto a la capacidad de los medios de divulgar noticias que involucren a una persona o a una institución, partiendo siempre del principio de la buena fe.

La creación y divulgación de noticias falsas es un fenómeno que se ha venido incrementando en el planeta soportado en el crecimiento desmesurado de las denominadas redes sociales, cuyos usuarios están expuestos a recibir mensajes de cualquier tipo, masificados a través de la vinculación a grupos que sirven como multiplicadores casi que en tiempo real sin que se tenga la posibilidad inmediata de verificar la veracidad o exactitud del contenido desplegado, lo cual genera pánicos informacionales ante la avalancha de descripciones forzadas, subjetivas o falsas de la realidad, generando para-realidades o para-verdades que dificultan la distinción fácil entre la verdad y la mentira, lo correcto y lo incorrecto, lo exacto y lo inexacto, lo cierto y lo incierto.

Tan grave y perjudicial es el exceso de información como la poca información, lo cual se ve agravado si la veracidad de dicha información es incierta.

Hoy por hoy se aboga por el derecho a estar informado, complementariamente con el derecho a ser respetada la intimidad.

Existe una línea muy delgada para lograr el equilibrio y el respeto por estos dos derechos, derechos que hacen parte del nuevo mundo, de la nueva realidad, del mundo globalizado en el cual estamos desenvolviendo y desarrollando nuestros proyectos de vida.

La moral, la ética, la legalidad y el respeto son principios irrenunciables que debemos acatar y ejercer a conciencia.

Los datos y la información son los insumos básicos para la toma de decisiones de cualquier tipo y a cualquier nivel. A estos insumos debe sumarse el buen criterio, el buen juicio, el conocimiento y la experiencia para poder minimizar las equivocaciones al momento de la toma de decisiones.

Es deber de todos garantizar que los emisores, los receptores, los medios y los canales de comunicación permitan un fluido intercambio de información entre los distintos grupos de humanos, permitiendo que la convivencia y la coexistencia sean un poco más amables.

lunes, 29 de julio de 2024

Editorial: sucesos de la semana No. 58


En esta nueva entrega de sucesos de la semana para El Pensamiento al Aire, Antonio Monotoya H. comenta los siguientes acontecimientos: la instalación del Congreso y el discurso de Gustavo Petro; la formulación de cargos de la Fiscalía a los corruptos de la UNRGD; el irregular traslado de jefes de las FARC en camionetas de la UNP; el nuevo escándalo de Armando Benedetti; la caída del recaudo tributario; la parcialidad de la Fiscalía en los casos que afectan a los cercanos a Gustavo Petro; el incremento en el Diesel, y concluye con las elecciones en Venezuela y la amenaza de fraude.

viernes, 26 de julio de 2024

Mejores días para Venezuela

José Leonardo Rincón Contreras
José Leonardo Rincón, S. J.

Este domingo habrá elecciones presidenciales en nuestro hermano país y debo decir desde la barrera, el estar a la distancia y desconocer al detalle de lo que allí pasa, que la incertidumbre es muy grande. Por un lado, el régimen chavista está anclado, inquistado, en el poder desde hace más de dos décadas y quisiera perpetuarse allí. Por otro lado, la oposición, a pesar de todos los obstáculos que les han puesto, parece encontrar en esta ocasión la mejor oportunidad para recuperar la democracia.

Cuando yo era niño, Venezuela, para muchos, no solo era un atractivo destino turístico y comercial, sino que muchos compatriotas emigraron hacia allá queriendo encontrar un mejor futuro. Era un país rico y pujante. La exportación del petróleo lo convertía en un país poderoso. Los colombianos allí, para muchos, no éramos bien vistos y la xenofobia se enfocaba contra nosotros: estábamos invadiendo masivamente el país, estábamos quitándole el empleo a los nacionales, la inseguridad se incrementó por delincuentes criollos que fueron a robar… Nunca nadie imaginó que décadas después la torta se voltearía.

Y si hoy afirmamos taxativamente que el paso del chavismo ha sido una desgracia para Venezuela, sería insensato ignorar que tamaña desgracia se dio porque el capitalismo rampante, los partidos políticos tradicionales, ignoraron la pobreza y miseria de muchos, alimentaron la corrupción en el Estado, enriquecieron a pocos a costa del hambre de las mayorías y generaron una desigualdad social que fue el perfecto caldo de cultivo para la así llamada revolución bolivariana. Estuve en Caracas en los primeros años de Hugo Chávez y el júbilo y el optimismo que se transpiraban en las calles eran generalizados. Las intenciones primeras fueron buenas, sus primeros resultados también, pero el poder que endulza y gusta, termina corrompiendo y dañando los corazones. Les pasa a todos, a los de derecha y a los de izquierda. Con razón, la historia demuestra que esas grandes ideologías, tan opuestas por fuera, son la misma cosa por dentro. Al fin y al cabo, son ideas, constructos mentales, discursos, teorías, detrás de los cuales están seres humanos igualmente equívocos y falibles que las gestionan y que sucumben ante las mieles tentadoras del propio confort por encima del bienestar común.

Aquí en Colombia mirábamos con espanto aquel devenir, aquella desgracia, pero imaginamos que eso era problema de ellos. El asunto es que, poco a poco, con esa arrogancia, con esa indolencia, con esa corrupción, con esa falta de empatía, se ha allanado el camino para que la historia pueda repetirse. Y ahora, cuando estamos sintiendo los pasos de animal grande, nos miramos desconcertados, porque, aunque algunos quieran negarlo, la historia puede repetirse. Y se dirá: “se le dijo, se le advirtió, se le recomendó…”.

Venezuela está ad-portas de sacudirse de un régimen nefasto que hizo emigrar a ocho millones de sus ciudadanos de todas las clases sociales, que huyeron buscando un mejor mañana. Si los patriotas con dignidad, la frente en alto y aguerrida decisión esta vez logran superar con sus votos a los manipuladores de siempre, estoy seguro, vendrán mejores días para Venezuela.

jueves, 25 de julio de 2024

La seguridad: valor democrático

Félix Alfazar González Mira
Félix Alfazar González Mira

El concepto de seguridad ha evolucionado desde la protección física frente a amenazas externas e internas, como invasiones y delincuencia, hasta incluir aspectos económicos, sociales y ambientales. En estados democráticos, también abarca la protección de los derechos humanos y las libertades civiles, garantizando que el poder del Estado no se utilice arbitrariamente. La relación entre democracia y seguridad es intrínseca, ya que asegura el ejercicio de derechos y fortalece la democracia misma. En este contexto, es fundamental para el desarrollo y estabilidad de la sociedad, y debe ser integral, abordando tanto amenazas tradicionales como nuevas, como el crimen organizado, la corrupción, el terrorismo, las amenazas cibernéticas y el cambio climático.

Durante su gestión como alcalde de Medellín, el Dr. Álvaro Uribe Vélez creó el Fondo Metropolitano de Seguridad, conocido como "Metroseguridad", financiado mediante una sobretasa a la telefonía fija de los 10 municipios que conforman el Valle de Aburrá. Esta medida fue implementada a través del acuerdo municipal 025 de 1982, que lo autorizó para tal propósito.

Recordemos que en esa época existían organismos con dudosa institucionalidad y legalidad que ofrecían servicios de seguridad a la ciudadanía desde el ámbito civil. Un ejemplo de ello es el Departamento de Orden Ciudadano (DOC), encargado de la vigilancia y seguridad ciudadana. Todo ello se consolidó en la institución Metroseguridad, que aún existe bajo el nombre de ESU, Empresa de Seguridad Urbana. Las iniciativas con impactos positivos en las comunidades logran sostenibilidad debido a la evidente y persistente necesidad que satisfacen.

Durante su mandato en el Gobierno nacional, y en medio de la crisis económica más grave que enfrentaba el país, se recurrió al impuesto al patrimonio para fortalecer el Plan Colombia con recursos propios. Este enfoque permitió iniciar la recuperación de territorios controlados por el terrorismo, transformando al país de un "estado fallido" en 2002 a una destacada "estrella latinoamericana" en 2010, en gran medida gracias a la Política de Seguridad Democrática.

El señor gobernador Andrés Julián Rendón, con buen juicio, con la necesidad sentida ante la ausencia total de articulación integral con el Gobierno nacional y ante el incremento permanente de actos y hechos delictivos en el territorio; ha propuesto un esfuerzo regional colectivo para asegurar recursos hacia el propósito superior de la seguridad, que garantice mayores y mejores condiciones para la inversión alentadora del empleo y el ingreso de los antioqueños. En el entendido que la seguridad es de efecto transversal que rebota sobre todos los sectores económicos, además de la convivencia ciudadana y la violencia intrafamiliar. No se comente por sabido en la nueva economía que representa el turismo en ascenso, necesario para que por todas las venas y arterias viales se inunden todos los municipios de Antioquia de nacionales y extranjeros, en su aspiración de conocer todas estas tierras arrugadas con sus historias, sus gentes y costumbres.

En ese sentido el señor gobernador requiere, en estos momentos de abandono del Gobierno nacional y de dificultades en ascenso todo el apoyo y aliento de la totalidad de la sociedad antioqueña, todos sus sectores y gremios, para avanzar en el plan de seguridad que busca fortalecer las instituciones, promover la participación ciudadana, prevenir el crimen, combatir el crimen organizado, derrotar al narcoterrorismo, proteger los derechos humanos, mejorar la seguridad cibernética, apoyar los organismos de justicia y gestionar los riesgos de manera efectiva, asegurando así un entorno seguro y democrático para todos los habitantes de Antioquia.

¿Cucos rosados? ¡Qué buen primor!

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

En medio de la batahola que se armó por el incumplimiento del presidente al llegar con más de dos horas de retraso a la ceremonia oficial más importante del año, la parada militar del Día de la Independencia apareció por fin con facha de amanecido y enguayabado, y con el ropaje más inadecuado para una ceremonia de homenaje a nuestros símbolos patrios y a nuestras fuerzas militares. La ajada y casi transparente guayabera permitía ver que usaba unos interiores femeninos o “cucos” de color rosáceo, seguramente acordes con su reciente confesión de heterosexualidad.

Para nada nos interesa la nada edificante vida del mandatario, pero sí las ofensas que su actuación causa al pueblo colombiano, a sus soldados y a su bandera. Coincide este desaguisado con su confesión ante el Congreso de que fueron sus funcionarios los responsables del multimillonario ilícito cometido en la UNGRD para pagar el apoyo de los parlamentarios que están votando a favor de los proyectos del Gobierno y en contra de la investigación que se le adelanta por indignidad en la Comisión de Acusaciones. Reconoce su responsabilidad política por haberlos designado, pero nada más. Como es obvio, quienes delinquieron, lo hicieron a cambio del dinero que la administración Petro les pagó para que votaran según sus instrucciones. Por si acaso lo ha olvidado, es el propio art. 198 de la Constitución que dispone:

El presidente de la República, o quien haga sus veces, será responsable de sus actos u omisiones que violen la Constitución o las leyes.” Es, ni más ni menos, una nueva violación a la Constitución que juró defender y lo convierte en reo por indignidad en el cargo.

Lo de menos es lo de los cucos. Lo grave es que quienes tienen la capacidad decisoria para terminar con este calvario no actúen y continúen tan campantes. Ahora, ¿quién podrá defendernos?

La Selección Colombia al poder

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

En medio de las terribles vicisitudes que vivimos en Colombia, fue un bálsamo de relax, de optimismo y esperanza, la heroica actuación de nuestra selección de fútbol profesional en el torneo de la Copa América.

Pero fue, además, la oportunidad para extraer conclusiones aplicables a nuestro diario vivir y a los problemas que enfrentamos.

¿Qué nos hizo llegar tan alto y llamar la atención mundial sobre nuestro valor en un deporte tan popular como el fútbol? Me atrevería a señalar dos factores determinantes: una impecable dirección técnica y un desempeño extraordinario por parte de la plantilla seleccionada de jugadores. Se demostró, una vez más, que, en el fútbol, como en los deportes en general, el trabajo constante, la disciplina, la entrega a la hora de participar, el coraje, el profesionalismo, el trabajo en equipo, la lealtad, la generosidad, son las que cuentan para dar resultados. Estoy seguro de que hoy, después de la Copa, el valor de nuestros jugadores ha subido de precio, el respeto por Colombia deportivamente hablando, por lo menos en el fútbol, va en ascenso y nos esperan para el futuro grandes satisfacciones que apenas empezamos a imaginar.

Contrasta este panorama con el de nuestro futuro en los campos de la democracia, el Estado de derecho, la economía, la justicia, la lucha contra el crimen, la protección de los colombianos en sus vidas y en sus bienes, la educación, la seguridad social y otros aspectos vitales para la convivencia y el bienestar de los asociados.

Si tenemos al frente el modelo de nuestra Selección Colombia, ¿por qué hacemos lo contrario en temas tan fundamentales? En lugar de una dirección técnica ejemplar, elegimos un secuestrador y terrorista como presidente. Ahora, en vez de celebrar sus éxitos como mandatario tenemos que maldecir la hora en que fue elegido. Y, para mayor vergüenza nuestra, lo posesionamos a pesar de que no podía ser elegido por haber sido condenado por delito doloso y existir evidencia de que estuvo preso y salió por pena cumplida.

Por supuesto, en el poder, en lugar de llamar a los mejores hombres y mujeres para el manejo de los problemas del país, se rodeó de delincuentes, corruptos, narcotraficantes, guerrilleros y los aliados de estos. Para ministro de Defensa no designó una persona experta en seguridad que pudiera manejar los graves problemas de desorden y criminalidad que existen en el país. Prefirió traer a Iván Velásquez, un oscuro personaje que solo se ha distinguido por su odio contra el ejército y la policía, y su enfermiza persecución contra quienes se opongan a la ideología marxista-leninista que practica. Tal como lo hizo en Guatemala donde fue expulsado del país y declarada persona non grata. ¿A quién se le ocurre nombrar como ministro de Defensa a un enemigo declarado de las fuerzas del orden? Es como si Lorenzo hubiera escogido un “tronco”, pagado por sus rivales, para que pierda los partidos, como centro delantero de la selección.

Y así sucesivamente, quienes en esta aciaga hora para Colombia llegaron a los más altos puestos del ejecutivo y el legislativo, no llenan las más mínimas exigencias de probidad y capacidad de gestión. Basta con leer el siguiente informe sobre el escándalo de la UNGRD para adivinar hacia donde se dirige nuestra amada patria en manos de quienes tienen el mando.[1]

¿Por qué no decidimos ya conformar una gran Selección Colombia que se tome el poder por la vía constitucional y cambie este entable de mediocres y corruptos por un equipo independiente de las viejas castas políticas, respaldado por los millones de colombianos que gritan “fuera Petro” en estadios y en las vías públicas? ¿Por qué no llevamos al poder nuestra Selección Colombia con los mejores hombres y mujeres para manejar al país por los senderos del orden, la democracia, la justicia, el crecimiento económico, el respeto a la familia y a la vida, la protección de la propiedad, la generación de empleo, la protección a los enfermos y a los ancianos con adecuados sistemas de salud y de pensiones, la guerra al narcotráfico y a la corrupción, la ayuda solidaria a los más vulnerables y la gestión pública al servicio del bien común y no de los intereses políticos de la extrema izquierda?

miércoles, 24 de julio de 2024

Entrevista con Luis Guillermo Suárez Navarro


Antonio Montoya H.
En la entrevista de la semana para El Pensamiento al Aire nuevamente conversamos con el empresario y líder cívico Luis Guillermo Suárez Navarro y hablamos sobre el reto de reconstruir Medellín en parte reconstruyendo el enfoque del vínculo entre sector público, empresa privada y academia. No dejes de verlo.

En Eafit obtuvo su título en administración y dirección de empresas, y su carrera profesional la ha desarrollado en áreas de la construcción, la energía y la iluminación.

Es propietario de la empresa Propymex, organización que ha dirigido desde 2001 y que está dedicada al suministro de eléctricos, principalmente en el campo de la iluminación, lo que le permite estar muy vinculado al sector de la construcción.

Desarrolló proyectos de iluminación en Coper Lighting; se vinculó con EYPO Colombia S.A.S., empresa colombo mexicana de productos de iluminación y eléctricos; fue profesor del taller de iluminación, Universidad Pontificia Bolivariana UPB y asesor del alcalde de Medellín. Se ha desempeñado como miembro de juntas directivas de EPM TICSA de México, EPM ENSA de Panamá y EPM Adasa de Chile y de sus comités de auditoría. También ha sido miembro de la junta de la Cámara de Comercio de Medellín, presidente y miembro de la junta de Camacol, Tecnova, SENA, Auteco, Asciende Inmobiliaria, Restrepo Hermanos, Propymes S.A.S., Bodecol, Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, Zoológico Santa Fe y Fundación Ferrocarril de Antioquia.

Además, ha sido columnista de opinión en el periódico El Colombiano. En Eafit obtuvo su título en administración y dirección de empresas, y su carrera profesional la ha desarrollado en áreas de la construcción, la energía y la iluminación. Miembro de juntas directivas de carácter público y privado, también ha ejercido como columnista de opinión en el periódico El Colombiano. 

¡Escandaloso hasta en Sodoma y Gomorra!

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

A quienes no estén familiarizados con la historia de “las ciudades de la planicie” (que desde un punto de vista no bíblico han merecido dos tomos de A la recherche du temps perdu), me permito ofrecerles un modesto recuento:

Pues bien, Sodoma —de los gays—, y Gomorra —de las lesbianas—, eran unas ciudades tan invertidas como ahora puede ser San Francisco (California). El castigo merecido había sido puesto en suspenso porque Lot había obtenido merced si en Sodoma se encontrasen 50 justos.

Pero como este patriarca no los hallase, obtuvo rebaja: primero hasta 45, y así sucesivamente, hasta que Lot dijo a Yahvé: “Tenga a bien no enojarse mi Señor, que aún hable esta sola vez: ¡Quizá se encuentren allí diez!” Y respondió el Señor: “No la destruiré, por amor a los diez” (Génesis, 18, 26-33).

Mientras Lot seguía buscando justos, recibió la visita de dos ángeles. Deslumbrados por su belleza, los sodomitas le exigieron la entrega de los visitantes, para lo que sabemos.

A continuación, el capítulo 19 de este primer libro de la Biblia narra los desesperados esfuerzos de Lot por defender a sus visitantes, la intervención milagrosa de estos y la huida de Lot y su familia, antes de que cayera la lluvia de fuego que consumió la planicie.

Ahora bien, no faltaría hoy, en Colombia, quién esté interesado en hacer contacto con ángeles, para invitarlos a un lujurioso balneario isleño..., según nos permiten intuir recientes acontecimientos ocurridos en nuestro país, que serían escandalosos aún en Sodoma y Gomorra.

Solo nuestra es la responsabilidad

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

Es muy difícil que ocurra algo nuevo en la historia universal. Varían los actores. Los imperios poderosos declinan antes de desaparecer. Ascienden y descienden países. La guerra, siempre presente, pero con armas cada vez más letales... y así sucesivamente. ¡Por tanto, podemos decir que nada nuevo hay bajo el sol!

Las guerras sacan a flote lo peor de los humanos; y hasta en las justas (bien escasas, por cierto), las mejores causas se contaminan de salvajismo.

En las últimas décadas se ha tratado, sin mayor éxito, a través de organismos y tribunales internacionales bien intencionados, castigar los crímenes que en ellas se cometen, pero a esas instancias casi siempre llegan muy tarde y solo algunos líderes políticos y militares de los bandos derrotados. Ningún déspota, mientras esté en el poder, tiene nada que temer, con excepción de la desaprobación de críticos impotentes, nacionales o foráneos.

Pero si hay alguna posibilidad de juzgamiento para líderes derrotados en conflictos de guerra exterior o en extremos aterradores de genocidio, pocas hay para los tiranos que condenan sus países a la esclavitud, a la persecución de los inconformes, el destrozo de sus economías, el saqueo de sus recursos o a la entrega del Estado a grupos criminales.

Cavilando sobre esos asuntos me vienen a la cabeza personajes como Pol-Pot, el criminal más aterrador, que muere tranquilo en su cama; o Maduro, campeón mundial de la expulsión de sus conciudadanos, 25% de los cuales han tenido que salir a mendigar en otros países, mientras Castro apenas pudo expatriar al 10% de los cubanos.

La “comunidad internacional”, si alguna vez ha existido, es indiferente ante los monstruos que hacen atroz la vida en sus países. La posición triunfante siempre es la de la “no intervención” en los asuntos de países ajenos. Al fin y al cabo, los tiranos siempre pueden exhibir resultados de elecciones fraudulentas, que pasan siempre como credenciales de democracia. Además, las grandes potencias imperiales de todos los tiempos apoyan siempre los gobiernos de sus satélites, mientras favorezcan sus intereses o los negocios, sin importarles nada más. (No olvidemos nunca aquello de “our bastard”).

Ahora bien, hay un catálogo de delitos de lesa humanidad que no prescriben y reclaman la solidaridad de la comunidad internacional con los pueblos subyugados, esclavizados, empobrecidos o hambreados por gobiernos criminales... y bla, bla, bla...

¡Pura paja! Los tiranos más abominables, desde la más longeva y aterradora de las dictaduras, la de Norcorea, y las espantosas como las de Cuba, Venezuela y las incontables de África, perduran sobre la desgracia de sus pueblos. Y esta lista es bien incompleta.

En Colombia vamos rápidamente a ser convertidos en otra Venezuela, a menos que el 28 de julio suceda un milagro, la salida de Maduro, porque si este se roba las elecciones, la comunidad internacional mirará para otro lado.

Entretanto, a nadie le aterra cómo Petro va entregando el espacio aéreo y jirones del territorio a sus guerrillas o a los narcotraficantes. No podemos sorprendernos ante la indiferencia de los extraños, cuando en el país hay tanta complicidad de parte de fiscales, jueces, congresistas, columnistas y comunicadores de medios masivos, jefes políticos y centenares de bodegas bien pagadas.

Por todo lo que acabamos de considerar a vuelapluma, es conveniente que entendamos que, si no somos capaces ahora —sin esperar prodigios electorales dentro de dos años, cuando la mayor parte del país esté controlada por las guerrillas, y la Registraduría por la izquierda—, el país caerá en el abismo sin retorno.

Desde hoy debemos reconocer que, si no se soluciona el problema a través de los mecanismos constitucionales, incluyendo el mandato de la Carta que obliga a los militares a mantener y defender el Estado de derecho, nadie vendrá a salvarnos de la tiranía, la barbarie y el hambre.

***

¿Existirá mayor maldad que perjudicar a todos los enfermos actuales –como es ya inocultable— y a todos los venideros, con la destrucción del sistema sanitario? La obligación de todo gobernante es mejorarlo. Por eso, destruirlo es, quizá por fin, algo nuevo bajo el sol, hecho que hará la fama imperecedera de su ejecutor.

martes, 23 de julio de 2024

Por qué deberían apoyar la reestructuración

María Cristina Isaza
María Cristina Isaza

Palabras dirigidas a los colectivos feministas sobre la Secretaría de la Mujer

¿Sabían que, durante siglos, las mujeres hemos sido las encargadas de sanar y cuidar de la salud en nuestras comunidades? ¿Que estas mujeres fueron las primeras médicas de Occidente? ¿Que, según el DANE, del total del tiempo que dedica la población colombiana a proveer cuidados directos no remunerados para otros integrantes de sus hogares, 76.2% lo proporcionan las mujeres y 23.8% los hombres? ¿Que unas 800.000 mujeres en nuestro departamento se dedican al cuidado?

Mi nombre es Cristina Isaza y hoy, como vocera de Mujeres por Colombia, quiero compartirles por qué me alegra que esta administración reconozca las labores del cuidado, busque retribuirlo y que la Secretaría de la Mujer amplíe funciones y se transforme en la Secretaría de la Mujer y el Cuidado.

Durante siglos, las mujeres nos desempeñamos como comadronas, enfermeras, farmaceutas, alquimistas y consejeras.

Transmitíamos nuestros conocimientos de generación en generación, visitábamos enfermos y creamos la medicina popular y comunitaria. Las antecesoras fueron llamadas brujas y fueron perseguidas, pero seguimos siendo las guardianas de la salud.

En la alquimia, la energía femenina está conectada con el cuidado: somos sacerdotisas y curanderas.

Hoy la violencia económica es una realidad en muchos hogares y muchas veces esta violencia económica desemboca en otras violencias.

Remunerar las labores de cuidado permitirá a más mujeres ser libres y no depender completamente de otros.

Aplaudimos que esta secretaría esté planteando reconocer nuestro trabajo.

La retribución nos aliviaba la carga y brinda oportunidades para capacitarnos en otras áreas y profesiones, si así lo queremos.

Pensar en las mujeres no se traduce solo en discursos bonitos, secretarías y cargos, sino en acciones concretas que se derramen y beneficien a las mujeres más necesitadas de nuestra sociedad.

En el siglo XXI, las mujeres cuidadoras y sanadoras ya no son perseguidas como brujas. Nos reconocen y remuneran por nuestra labor. Es un derecho ganado por las luchas de las mujeres.

En una sociedad que no ha exaltado el cuidado, no lo ha valorado y se da por hecho que lo hagamos, qué bueno que llegue una administración que lo replantee y exalte.

Yo actualmente no soy cuidadora, pero soy empática con mis congéneres que sí lo son, por eso solo puedo celebrar esta decisión que nos hará más libres. Nos dignifica el que hoy se les reconozca su gran aporte, nos empodera. Esta es una conquista social más, un avance.

Esta transformación en la secretaría nos ayudará a cerrar brechas.

Pensemos en cómo usar los recursos ahorrados en burocracia, para que programas sociales lleguen a quienes cumplen este importante rol en nuestro departamento y el camino a la equidad.

Así que desde Mujeres por Colombia damos la bienvenida a la Secretaría de la Mujer y el Cuidado, completamente compatible con nuestra historia y esencia.

lunes, 22 de julio de 2024

Editorial: sucesos de la semana No. 57


En su nuevo editorial para El Pensamiento al Aire, Antonio Montoya H., analiza los siguientes temas que fueron noticia durante la semana: inicio de sesiones del Congreso; la reforma pensional y las demandas que enfrenta; las dificultades que motivaron los aficionados en la final de la Copa América; las declaraciones de Olmedo López que empañan a ministros y congresistas; el fallo tecnológico de Microsoft; elecciones en Venezuela, y concluye con el atentado contra Donald Trump y su elección como candidato de los republicanos. No dejes de verlo.

viernes, 19 de julio de 2024

De cara al porvenir: temario

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

En estos días, en lo regional y en lo nacional, se han presentado algunos acontecimientos dignos de resaltar dentro del millar de situaciones a los cuales nos tiene acostumbrados nuestro día a día.

En lo local, el gobernador, cumpliendo una promesa electoral, presenta una propuesta de “racionalización” de la estructura administrativa, subjetiva como todas las que se presentan pues cada uno tiene su forma de administrar. En esta ocasión fue costosa en términos del desgaste. Frustró del trabajo conjunto que se ha realizado por años entre el sector privado, el sector social y el sector público, que tuvieron que convencer a varias administraciones de que se requería elevar a la categoría de secretarías el tema de relacionamiento entre la Gobernación y los empresarios a través de la Secretaría de Productividad y Competitividad, la puesta en primer nivel del tema de la minería, principal producto del PIB antioqueño teniendo su propio interlocutor en la Secretaría de Minas, y la apuesta racional por la economía de los servicios focalizados en el turismo, teniendo una Secretaría de Turismo. Estos grandes esfuerzos se pueden perder si el Gobernador, con mirada torpe y cortoplacista insiste en desmontar estas estructuras organizacionales, que una vez abandone el cargo, habrá que volver intentar a reconstruir.

Lo anterior soportado en el peregrino argumento de ahorrar 69 mil millones de pesos al año, lo cual ante un presupuesto anual de 5.81 billones de pesos resulta ridículo e insignificante para el daño que se va a ocasionar.

Esperemos pronto nuevos e importantes anuncios como el ahorro en luminarias, restricción del consumo de café y aromáticas, y eliminación del papel higiénico de los servicios sanitarios.

No me focalizo sino en estas dependencias, a sabiendas de que existen otras que también corren el riesgo de desaparecer o de ser intervenidas o sus funciones reasignadas con sus respectivos y correspondientes costos sociales y de todo tipo.

Para ponerle el moño al fiasco, ahora resulta que también se va a poner en venta el inmueble donde está la Casa de Antioquia en Bogotá, verdadera embajada paisa en la capital. No falta, si no, que traten de vender el helicóptero de la Gobernación.

Decisiones “inteligentes” con impactos positivos mínimos o inexistentes, donde se demuestra una vez más que “cada gobernante manda en su año”.

Cada vez esto se parece más a una parroquia donde a punta de vacas y macheteadas a la estructura organizacional, se pretende conseguir ahorros sin pensar en la posibilidad de generar ingresos nuevos, por ejemplo, vía la plusvalía que pareciera ser una herramienta que no ha sido posible que se entienda para qué es lo que sirve.

Mientras esto ocurre, estoy a la espera de que se anuncie el impulso y el nombramiento de gerente para la venta de empanadas, de las rifas, de los bailes, de los bazares y de los bingos como nueva estrategia de generación de ingresos como parte innovadora en el manejo de las finanzas públicas.

Un segundo asunto es la frustración y el desencanto que ha producido el nombramiento del nuevo ministro de Educación, que, sin entrar en detalles, es un funcionario no solo inexperto en el tema, sino además mal educado y vulgar, no digno de ser la cabeza de este tema, el más importante de hoy en el mundo.

Un verdadero descache del presidente, igual que la forma como se ha intervenido de manera arbitraria y al parecer ilegal en la elección del Rector de la Universidad Nacional, sin hablar de la improvisación del nuevo sistema médico para los maestros, resultado de no tener una agenda pública, sino una agenda electoral que todos los colombianos vamos a tener que pagar en algún momento.

Me parece extraño que un político tan curtido y hábil, alborote y les dé argumentos de inconformidad a unos públicos tan sensibles y potencialmente revoltosos como lo son los estudiantes y los maestros. Recordemos lo sucedido en la Francia de De Gaulle, en 1968.

Un tercer asunto es la incapacidad de aquellos que, en medio de ambientes oscurecidos por la corrupción, dejan muy mal parada a la ingeniería colombiana.

El tema de “Caregato” en la Mojana se ha convertido en un proyecto de inversión continuado, o más bien un barril sin fondo –por varios períodos presidenciales– para fomentar y financiar a la corrupción y a los corruptos, sin solucionar los problemas que deben ser solucionados.

Personalmente sugiero que se haga una licitación internacional o se emplee la figura de emergencia económica y ambiental, y que sean los Países Bajos –que son lo que saben del asunto como nadie en el planeta– o de los chinos –que hoy realizan obras monumentales de ingeniería– para que se encarguen de darle una solución definitiva al problema, ahí sí, cueste lo que cueste y con toda la voluntad política necesaria.

En cada invierno, –y esta situación lamentablemente ya hace parte del calendario anual de Colombia– se habla de alrededor de 80.000 hectáreas afectadas y cerca de 8.000 familias que no saben qué camino coger, sin contar la catástrofe ambiental por las afectaciones a la flora y a la fauna, y cada presidente y cada ministro, siendo reiterativos mostrando y evidenciando su ineptitud e incompetencia, desarrollan una nueva modalidad de corrupción por omisión o por acción errática.

Recordemos que, según la FAO, La Mojana en uno de los 5 lugares más fértiles del planeta, ensuciado y afectado permanentemente por los residuos de la minería ilegal del nordeste antioqueño… y no pasa nada… y nadie hace nada.

Nota final: podemos seguir insistiendo en Colombia en aquello de que “los buenos somos más”, pero es absolutamente vergonzoso el comportamiento de cientos o miles de coterráneos que evidenciaron su condición de cafres y generaron desmanes y destrozos en la entrada de la final de la Copa América.

Otro ingrediente más dentro del proceso continuado de pérdida de imagen que está sufriendo el país desde varios aspectos en los años recientes.

Parecer ser nuestro sino trágico… lo que escribimos con la mano, lo borramos con el codo.

En la basura y en la letrina quedaron los hermosos y emocionantes “banderazos”, así como el canto multitudinario y estremecedor de nuestro Himno Nacional.

Desamparo de la familia y la niñez

Luis Alfonso García Carmona
Luis Alfonso García Carmona

En pasadas columnas nos hemos referido a las flagrantes infracciones del régimen al orden constitucional en aspectos de tanto calado como el respeto a la democracia en las urnas, la protección del derecho a la vida, el mantenimiento del orden público, la seguridad de la población, la corrupción, el despilfarro de los recursos públicos, el crecimiento económico, la generación de empleo, la seguridad social, el problema del narcotráfico y la reforma a la justicia. Pero también en la protección de la familia y la niñez, este Gobierno viola el orden constitucional.

Consagra nuestra Constitución el deber de proteger de manera especial a la familia, como núcleo fundamental de la sociedad y a la niñez, no sólo por su estado de desprotección sino, también, porque representa el futuro de la nación.

Artículo 5. “El Estado reconoce, sin discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona y ampara a la familia como institución básica de la sociedad.”

Contraviniendo absolutamente la primacía ordenada por la carta constitucional, se ha dedicado el régimen actual, de inspiración materialista, a patrocinar por todos los medios a su alcance toda iniciativa que atenta contra la vigencia y protección debida a la institución básica de la familia tradicional, compuesta por el hombre y la mujer e instituida con el noble propósito de perpetuar la especie humana.

Se dedican esfuerzos presupuestales y programas oficiales a la difusión de la ideología de género, el cambio de sexo y otras teorías que destruyen el concepto de la familia. Se programan eventos y festividades del “orgullo gay” con financiación oficial y participación de menores de edad. Se reparten cartillas promoviendo la ideología de género en los establecimientos escolares.

Con infracción de tratados internacionales suscritos por Colombia, se promueve el aborto, que permite el asesinato de miles de seres en el vientre materno, con el patrocinio del Estado.

La Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica, del 22 de noviembre del 1969), suscrita por Colombia, que hace parte de nuestro bloque constitucional, estableció:

Artículo 4. Derecho a la vida

“1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.”

La institución del matrimonio, pilar de la familia, sufre también la descomposición que se ha apoderado del régimen, y está siendo sustituida por el remedo de matrimonio entre personas del mismo sexo, que atenta gravemente contra el núcleo básico de nuestra sociedad, la familia tradicional.

Artículo 44. Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia.

La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores. Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.”

Las funestas consecuencias del desmoronamiento del núcleo familiar afectan en primer lugar a los hijos, quienes, desde temprana edad, se convierten en víctimas sin derecho a un desarrollo armónico integral y al ejercicio pleno de sus derechos.

Otro de los generadores de desamparo y de negación de los derechos básicos de la niñez es la guerrilla aliada del régimen que nos gobierna. Aún después de haber suscrito el espurio pacto de La Habana, continúa practicándose el reclutamiento forzado de menores y jóvenes por parte del ELN y las FARC, que, como es bien sabido, implica separación de la familia, torturas, obligación de participar en trabajos riesgosos, explotación económica y sexual a los reclutados, tal como ellos mismos lo han narrado dramáticamente ante las autoridades y los medios de comunicación.[1]

Ninguna acción por parte del Gobierno se ha adelantado para erradicar estas bárbaras prácticas, que ya no se aprueban ni en los países menos civilizados. Es, pues, una de las violaciones más execrables a nuestra Constitución que debe desaparecer a la mayor brevedad.

Corresponde a la ciudadanía salir en defensa de lo más preciado, nuestra familia y el futuro de nuestros hijos, para lo cual será necesario el derrocamiento por la vía constitucional del actual régimen, bien sea por el juicio político de que trata el art. 109 de la Constitución Política, o mediante solicitud a las Fuerzas Armadas para que cumplan con su función primordial de devolver el orden constitucional a la República, en ejercicio de los arts. 217 y 218 de la Constitución Política. Asimismo, debemos unirnos los indignados que protestamos contra Petro en una gran fuerza, independiente de las viejas castas políticas que están aliadas con el actual régimen para aprobar sus proyectos a cambio de sobornos, para recuperar el poder y reinstaurar los valores y principios que nos quiere arrebatar este régimen comunista y mentiroso.

Ladrones muy honestos

José Leonardo Rincón Contreras
José Leonardo Rincón, S. J.

No lo duden, estamos evolucionando como país. Nuestros delincuentes, por ejemplo, cada vez se sofistican más. Había que verlos entrando al estadio de Miami en la final de la Copa América, con boletas falsificadas, otros sin boleta muy orondos y otros metiéndose como salvajes tumbando cercas, saltando muros, mejor dicho… Lo más granado de nuestra delincuencia criolla se dio cita en La Florida, con lo cual evidenció que tuvo para llegar al país del Tío Sam, pero no para pagar la entrada. Claro, si pasaron el Darién podían pasar los controles de seguridad y si entraron a USA sin visa, podrían entrar sin boleta al estadio.

Mientras eso acaecía en los predios cercanos a Disneylandia, en Macondo, nuestros honorables ladrones, haciendo de las suyas como siempre, han esquilmado el erario robándose todo lo que pueden. Bueno, eso siempre lo han hecho y todos lo sabíamos, lo que pasa es que antes no se dejaban pillar y si por mala suerte los agarraban, juraban por toda la corte celestial ser seres angelicales revestidos de inocencia y candor. Hoy día eso ya no importa. Si los descubren, saben muy bien que no va a pasar nada. Unos días de escándalo mediático y después a disfrutar los dolaritos en otras latitudes. A los de malas, casa por cárcel unos meses y después a gozar el fruto de su genial esfuerzo.

Pero la cosa mejora. Antes los agarraban y negaban sistemáticamente tener que ver con el delito.  Hoy, más frescos, viendo cómo fue la suerte de sus refinados predecesores, seguros de que no les va a pasar nada, ya no solo no lo niegan, sino que reconocen sus bellacos actos, cuentan todo ante los medios y aceptan no solo ser ladrones que hurtaron miles de millones de pesos, sino que además hacen el listado completo de las decenas de personajes beneficiarias a quienes sobornaron repartiéndose parte de la marrana. ¿Cómo les parece? No lo duden, estamos ante unos ladrones muy honestos, que dicen la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, denuncian a sus compañeros y se sienten los chachos del paseo porque saben que aquí no ha pasado nada. Y efectivamente, no va a pasar nada. Quizás se puedan sonrojar al comienzo, pero en realidad están felices y tranquilos. Ya pronto tendrán para disfrutar sus recursos.

La pregunta es, ¿hasta cuándo estaremos así? Nuestros ladrones ya reconocen públicamente su delito, pero el paso que tienen que dar ahora es que devuelvan lo robado. Así debería ser, pero uno ve que la justicia, además de darles su merecido castigo, se empeñe en recuperar los dineros públicos, esos mismos que son del pueblo que pagó impuestos y que ve, impávido, cómo se los robaron. Como esta mala lección se repite y no pasa nada, por eso mismo la gente se anima a robar tan pronto como pueda o le den papaya, así después, con toda honestidad deba confesar que ha sido un ladrón muy decente, muy correcto.

jueves, 18 de julio de 2024

Los malos y los peores

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

El regreso a la escena de Juan Manuel Santos, reflotando a Petro con el apoyo a todas sus perversas iniciativas, presagia la consolidación de un régimen atroz, que ahora contará con la experiencia torcida de un falso Cristo.

Desde hace 716 interminables días, con sus noches, los colombianos vivimos entre la zozobra y la angustia con la única certeza de que las jornadas venideras serán peores. Los desatinos políticos y morales superan, en las amargas conversaciones actuales, los intereses que antes dominaban los amables coloquios. Los temas tradicionales, como las mujeres, el fútbol y los carros ya no animan las tertulias.

Por tanto, en la mía se suscitó la pregunta de si Santos es más malo que Petro. La disputa fue acalorada, pero terminó con el empate de ambos candidatos a la máxima execración. Sin embargo, en medio de la comparación entre los daños ocasionados por Santos y los desastres ya generados por Petro, escuchamos una observación original:

—¡Tantos malandros como hay!, dijo uno de los contertulios, y añadió: —En efecto, ya conocemos lo que ha hecho Santos, mientras que los horrores del petrismo apenas empiezan a dar su emponzoñado fruto. No nos apresuremos a contabilizar sus torpes hazañas, para lo que habrá, por desgracia, tiempo de sobra. Entre tanto no olvidemos que nuestro deber es el de impedir, cada cual dentro de sus capacidades, que este desgobierno se prolongue por incontables cuatrienios. Si Petro se queda en la casa de Nariño, alcanzará, y hasta dejará atrás, a muchos de los peores tiranos de la historia universal, porque para eso sí tiene suficientes capacidades.

Otro de los contertulios, de seguro inspirado por esas consideraciones, tomó la palabra para decirnos:

—Ni Juan Manuel ni Gustavo hubieran podido hacer lo que han hecho, ni lo que pueden hacer en el futuro, si no hubiera tantos tipos que, siendo peores que ellos, pasan desapercibidos.

—¡Imposible que los haya!, exclamamos los demás, pero nuestro amigo continuó:

—El primero contó, y el otro cuenta, con docenas de sigilosos malvados, sin cuya cooperación es imposible hacer daño. Santos es pérfido y artero manipulador, y Petro, un déspota en ascenso, que no puede ocultar su prontuario ni si ideal marxista-leninista, del que se ufana. En eso es coherente, franco y veraz (en eso solamente). En cambio, nadie recuerda los nombres de los congresistas que aprobaron lo que el pueblo rechazó en el Plebiscito, ni el de los magistrados que “legalizaron” todas las violaciones en torno a la entrega del país a las FARC, en 2016.

–Tienes razón, saltó otro, —porque ahora hay unos personajes igualmente funestos que colaboran desde las sombras, con acción solapada o por omisión deliberada. Consideremos los jueces prevaricadores, los fiscales flexibles y alcahuetas; los comunicadores fletados y mendaces; los parlamentarios costosamente sobornados, y los jefes políticos, que permanecen mudos y brazicruzados mientas sus bancadas se dejan comprar..., todos ellos, en mayor o menor medida, son peores que Petro y Santos, porque sin su hipocresía, disimulo y codicia, sin su concurso clandestino y su traición remunerada, el proceso hacia el poder totalitario no podría alcanzar su propósito.

La reunión que narro terminó concediendo a los miembros de la Comisión de Acusaciones de la “Honorable” Cámara de Representantes el primer puesto en el reconocimiento a la perversidad, porque, con la omisión del deber de poner en marcha los mecanismos para destituir, de acuerdo con el Artículo 109 de la Carta, a quienes se hicieron elegir violando con creces todos los topes, se está consolidando el régimen putrefacto que nos conduce hacia la reelección y el establecimiento de la República Soviética y “Bolivariana” de Colombia.

***

Como cada día trae nuevos escándalos, el de los inmensos latrocinios en la UNGRD se limita a ser otra banal noticia de relleno en la creciente lista de ministros y altísimos funcionarios que ordenaron entregar enormes sumas a congresistas para asegurar la aprobación del paquete legislativo de Petro, sin que nadie pregunte quién ordenó a los ministros y a los grandes alfiles del régimen, corromper congresistas, desfalcar la Tesorería y hasta preparar contratos para financiar al ELN en su filantrópica labor en pos de la paz.

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¿No será este el momento para recordar a la incomparable Sor Juana Inés?

¿O cuál es más de culpar,

aunque cualquiera mal haga:

el que peca por la paga,

o el que paga por pecar?

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Si las reformas sanitaria y pensional costaron $ 90.000´000.000, ¿cuánto costará la “legalización” del poder constituyente y de la nueva Carta?

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Los agitadores que hace unos meses se peleaban por un puesto en Transmilenio, ahora se disputan un ministerio...