martes, 30 de julio de 2024

De cara al porvenir: opinión e información

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

Enorme compromiso y responsabilidad tienen los medios de comunicación, sus dueños, sus directivos, sus periodistas y sus comunicadores cuando se trata de divulgar sucesos, eventos o noticias que deben reflejar la verdad de los acontecimientos y no contentarse con divulgar rumores, consejas o situaciones no confirmadas debidamente a través de una fuente fidedigna o de una investigación seria.

En algunos casos se debe distinguir entre lo que es un dato y lo que es información.

En palabras simples un dato es el registro de algo y la información es la aplicación de la inteligencia sobre los datos.

De igual manera no se puede caer en el error de aceptar –por más importante que sea el emisor–, que una opinión es per se información, lo cual subjetiva y trastoca el contenido de la realidad.

No todos pertenecemos a los medios de comunicación ni todos tenemos acceso a ellos, lo cual genera una postura de dependencia ante estos que no debe ser empleada en favor de nadie.

El derecho o la capacidad de réplica no es equilibrado con respecto a la capacidad de los medios de divulgar noticias que involucren a una persona o a una institución, partiendo siempre del principio de la buena fe.

La creación y divulgación de noticias falsas es un fenómeno que se ha venido incrementando en el planeta soportado en el crecimiento desmesurado de las denominadas redes sociales, cuyos usuarios están expuestos a recibir mensajes de cualquier tipo, masificados a través de la vinculación a grupos que sirven como multiplicadores casi que en tiempo real sin que se tenga la posibilidad inmediata de verificar la veracidad o exactitud del contenido desplegado, lo cual genera pánicos informacionales ante la avalancha de descripciones forzadas, subjetivas o falsas de la realidad, generando para-realidades o para-verdades que dificultan la distinción fácil entre la verdad y la mentira, lo correcto y lo incorrecto, lo exacto y lo inexacto, lo cierto y lo incierto.

Tan grave y perjudicial es el exceso de información como la poca información, lo cual se ve agravado si la veracidad de dicha información es incierta.

Hoy por hoy se aboga por el derecho a estar informado, complementariamente con el derecho a ser respetada la intimidad.

Existe una línea muy delgada para lograr el equilibrio y el respeto por estos dos derechos, derechos que hacen parte del nuevo mundo, de la nueva realidad, del mundo globalizado en el cual estamos desenvolviendo y desarrollando nuestros proyectos de vida.

La moral, la ética, la legalidad y el respeto son principios irrenunciables que debemos acatar y ejercer a conciencia.

Los datos y la información son los insumos básicos para la toma de decisiones de cualquier tipo y a cualquier nivel. A estos insumos debe sumarse el buen criterio, el buen juicio, el conocimiento y la experiencia para poder minimizar las equivocaciones al momento de la toma de decisiones.

Es deber de todos garantizar que los emisores, los receptores, los medios y los canales de comunicación permitan un fluido intercambio de información entre los distintos grupos de humanos, permitiendo que la convivencia y la coexistencia sean un poco más amables.