lunes, 28 de febrero de 2022

Umbral, cociente electoral y cifra repartidora

Gabriel Jaime Hurtado Restrepo*

Por Gabriel Jaime Hurtado Restrepo*

En mi anterior columna, referida a las elecciones del Congreso que se realizarán el próximo 13 de marzo, abordé los temas de las listas cerradas y abiertas y de las circunscripciones nacionales y territoriales.

Decía al final de ese artículo que, concluidas las votaciones, empieza el escrutinio o conteo de votos, y que el umbral, el cociente electoral y la cifra repartidora son los métodos a través de los cuales se asignan las curules, escaños o puestos.

En esta oportunidad explicaré dichos métodos de la manera más sencilla posible; espero lograrlo.

El procedimiento es independiente para cada corporación y circunscripción, y como bien lo expone la Cartilla de la Misión de Observación Electoral -MOE-, podría resumirse en los siguientes pasos:

1.     Determinar el número de curules a repartir

2.     Calcular el umbral

3.     Definir si se aplica la cifra repartidora o el cociente electoral

4.     Distribuir el número de curules de cada lista según su tipo (cerrada o abierta)

Lo primero que debemos tener claro es que, por regla general (hay algunas excepciones), para que candidatos que integran una determinada lista resulten elegidos, la lista debe alcanzar el umbral, esto es, obtener en la respectiva elección un número mínimo de votos. Dicho de otra manera, las listas cuya votación no supere en número de votos el umbral cuando este aplique, no serán tenidas en cuenta para la asignación de curules.

Para el Senado el umbral es el tres por ciento (3 %) de los votos válidos sufragados por esa corporación en la respectiva elección. Los votos válidos son los de todas las listas más los votos en blanco (se excluyen los votos nulos y los tarjetones no marcados).

El umbral es diferente para cada Cámara ya que depende del número de curules que se eligen por cada circunscripción. Así, si se eligen más de dos miembros el umbral equivale al 50 % del cociente electoral, si se eligen dos miembros corresponde al 30 % del cociente electoral y si se elige un miembro la curul se asigna a la lista mayoritaria.

El cociente electoral, que también es diferente para cada circunscripción de la Cámara, se computa dividiendo el total de votos válidos, por el número de curules a proveer. Calculado el cociente, se obtiene su 50 % o su 30 %, según el caso.

El umbral y el cociente son diferentes para cada Cámara porque recordemos que la Cámara de Representantes se elige por circunscripción territorial. En Colombia existen 33 circunscripciones territoriales, una por cada uno de los 32 departamentos del país y otra por el distrito capital. Cada una tiene derecho a un mínimo de dos curules y una más por cada 365.000 habitantes, o por una fracción mayor de 182.500.

Pasemos ahora a la cifra repartidora.

Esta se aplica en las elecciones a Senado y también a las Cámaras en las que se eligen más de dos curules, que son la mayoría.

Para calcular la cifra repartidora, se toman las listas que hayan superado el umbral respectivo y se ordenan decrecientemente, es decir, en el primer lugar se ubica la lista que obtuvo mayor cantidad de votos y en el último lugar la lista con la menor cantidad. Luego se divide el número de votos de cada lista por uno, dos, tres o más, hasta que se obtenga un número total de resultados igual al número de curules a proveer. El resultado menor se llamará cifra repartidora. Cada lista obtendrá tantas curules como veces esté contenida la cifra repartidora en el total de sus votos.

De esta manera con la cifra repartidora se determina la cantidad de curules o escaños que le corresponden exactamente a cada lista.

Si la lista es cerrada (o no preferente), el número de curules que le correspondieron se asigna a los candidatos que la integran en orden descendente tal como se haya conformado e inscrito la lista. Por ejemplo, si una lista cerrada tiene derecho a siete escaños, les corresponden a los siete primeros candidatos de esa lista en su orden.

Si la lista es abierta (o con voto preferente), el número de curules que le correspondieron se asigna a los candidatos que la integran que hayan tenido mayor votación, independientemente del orden o número que tenían en la lista, es decir, el orden se reorganiza. Por ejemplo, si una lista abierta tiene derecho a siete escaños, les corresponde a los siete candidatos de esa lista con mayor votación individual.

En algunos casos, cuando se vayan a elegir solo dos curules o cuando ninguna lista alcance el umbral, no se aplica la cifra repartidora sino el sistema de cociente electoral, que resulta de dividir el total de votos válidos por el número de cargos a proveer. A cada lista se le asignan las curules correspondientes al número de veces que su votación estuviera contenida en esa cifra. Si quedaren puestos sin proveer se asignarán a los residuos más altos en orden descendente.

Termino reiterándoles mi insistente invitación a votar masivamente en las elecciones del próximo 13 de marzo y a fomentar la votación en el círculo de influencias de cada uno. El Congreso es una institución crucial, quizás la que más, para nuestras libertades, democracia y futuro. Hagámoslo conscientemente por los candidatos que de verdad compartan y defiendan nuestros valores y convicciones. Un voto sí cuenta. Mi voto marcará la diferencia.

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domingo, 27 de febrero de 2022

Insisto...

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

En continuar hablando del Pacto Histórico, de sus figuras predominantes, aspirantes al Congreso que están impregnados de historias nefastas y acusaciones que enturbian su accionar, del mal que le hacen a Colombia y de las consecuencias  económicas y sociales que tendremos si es elegido presidente del país Gustavo Petro.

Me decían desde niño, en mi casa y en el colegio, que uno se debía formar para capacitarse adecuadamente en los saberes que por gusto decida, pero más aun para contribuir al crecimiento y fortalecimiento de las comunidades donde se vive y por ende buscar que los ciudadanos tengan mejor calidad de vida. Ello sin duda alguna es el deber ser, crear condiciones de bienestar, pero trabajando y aportando al Estado y por consiguiente al desarrollo de los pueblos.

Escuché este fin de semana pasado algunas entrevistas al candidato Petro, en varios medios periodísticos nacionales y en todo ellos da grima, tristeza oírlo, siempre atacando la institucionalidad, a los empleadores, y en general expresando claramente su animadversión sobre el capital como fuente de ingresos para el país y de sustento para los que trabajan allí.

Se le pregunta si va a iniciar un proceso de expropiación y dice que no, pero a continuación dice sin sonrojarse que subirá los valores de los prediales y que aquellos que tengan más de una vivienda, estas se le comprarán, es decir no habrá incentivo para que las personas crezcan el patrimonio. Posiblemente procederán a vender sus bienes y se retirarán del país.

Yo insisto en expresar con claridad a los ciudadanos el peligro latente, real, que existe que este señor Petro sea presidente de Colombia, país que no se lo merece. Es un hombre con un pensamiento absoluta y totalmente contrario a los valores democráticos, los mismos que atacó como guerrillero del M-19, como promotor de la primera línea en las mal llamadas expresiones populares que se realizaron en el 2021, y que regresan nuevamente, en estos días, al escenario público. También, con sus palabras, en los diversos eventos que realiza por todo el territorio nacional, se evidencia que es un autoritario, que no sé por qué razón las juventudes menores de 25 años le copian.

Él dice abiertamente y sin titubear, que “la riqueza es de quien la necesita, no de quien la crea y quien posee riqueza en cualquier medida es en esencia enemigo del pueblo”, por ello, basta con leer esta frase, y no puede quedar duda alguna en la mente ciudadana que el camino de Colombia será el de la expropiación, la perdida de la propiedad privada, la destrucción de la empresa privada y por consiguiente el empobrecimiento generalizado del pueblo colombiano.

Remata diciendo que “la propiedad es casi siempre un hurto a los pobres, y la Colombia Humana se encargará de redistribuir en bien de ellos, lo que otros injustificadamente aluden como propio”. Además de mentir, va en contra del empresarismo, de esos hombres y mujeres que, por décadas, con esfuerzo y sufrimiento, han construido empresas, que acompañados de sus familiares y empleados se han mantenido en el tiempo y pagan impuestos, salarios, prestaciones sociales, aportan desarrollo y sostenibilidad a Colombia. Si solo pudiera decirnos que han construido ellos, bastaría para conformarnos, pero no, mienten, dan como verdades lo que no es cierto y entonces se convierten en los adalides de la justicia y el orden social, cuando desde su niñez ha construido violencia y odio, ese es el verdadero aporte de este ciudadano colombiano, que encarna la maldad.

Es pues un horror el solo pensar que sea posible la debacle para nuestro país. Estemos atentos, analicen con detalle el accionar de Petro y se darán cuenta de que no es posible votar por él y su grupo, ni en las elecciones de marzo 13, ni en las presidenciales. Ojo abierto que se acaba la democracia y el país de bienestar que podemos construir combatiendo la corrupción, y teniendo una mejor justicia y un legislativo serio, preparado y constructor de una mejor sociedad.

Están avisados.

viernes, 25 de febrero de 2022

Unos ganan, todos perdemos

José Leonardo Rincón, S. J.

Por José Leonardo Rincón, S. J.*

Sucedió casi simultáneamente con el fallo de la Corte. Deyanira, nombre ficticio para esta historia real, me fue remitida el fin de semana pasado por una amiga para que yo la aconsejara porque estaba en una crisis muy profunda pues estaba embarazada, quería tener el bebé, pero su novio le exigía abortar si quería continuar con él. Ella lo amaba, pero no podía entender cómo le podía pedir algo tan absurdo. Llegué tarde. Ya había abortado. Su novio le dijo que seguir con el embarazo era perjudicar su vida para siempre, que eso no era amarlo, que él no quería ser papá porque tenía planes de estudiar en el extranjero, que se sentía el hombre más infeliz, etcétera. En el culmen de la confrontación, le dijo que la abandonaría, que no la amaba, que de seguro ese hijo no era suyo… Cuando ella accedió finalmente, obrando contra su conciencia, pero temerosa de perderlo, él volvió a ser tierno y cariñoso y le dijo que la acompañaría al procedimiento médico. El quedó feliz, ella quedó desecha.

Llámenme retrógrado, anticuado, conservador, católico medieval, oscurantista, anacrónico, lo que quieran, pero tengo que decirlo en conciencia: no estoy de acuerdo con el aborto.

Veo a cientos de manifestantes bailar de alegría por esta victoria jurídica con la sentencia de la Corte Constitucional y a la par el dolor y la congoja de miles que tendremos que aceptar ese despropósito. En apariencia han triunfado. En realidad, han perdido. Todos hemos perdido. La moral ha quedado por el suelo.

Embriagados por lo que consideran un paso adelante en la conquista de derechos para las mujeres que defienden la tesis de que con el propio cuerpo se puede hacer lo que se quiera, dicen admirar a Canadá pues es un país que tiene despenalizado totalmente el aborto de modo que se puede practicar en cualquier momento. Se enorgullecen pues somos un país muy avanzado que está a la altura de Inglaterra, Gales y Escocia donde se puede abortar el feto con seis meses de embarazo.

Como Deyanira, conozco decenas de casos de mujeres destrozadas emocionalmente por haber abortado. Se sienten egoístas, mezquinas, asesinas. De poco sirve decirles que Dios las ama y las perdona misericordiosamente. Cargan insoportablemente con su culpa. Y debo decirlo, detesto esos machos reproductores que engañan mujeres incautas, les endulzan el oído, las ilusionan y después de preñarlas como objetos sexuales las dejan tiradas. Por eso no entiendo a las mujeres sin educación afectiva, que tienen sexo sin protección, que se dejan embarazar de cualquiera y les importa un bledo abortar, como si nada.

Si como país estábamos mal, creo que ahora estamos peor. Tampoco me cabe en la cabeza que la sensibilidad exacerbada entre lágrimas proteste por el maltrato animal (causa noble de respeto por estos seres que comparto) y lo convierte en un grave delito, en tanto no ve problema en el aborto como derecho a asesinar un ser humano indefenso a pocas semanas de nacer. Eso lo que muestra es que estamos moralmente enfermos. Y no dudo de que pronto estaremos aprobando la eutanasia para quitarnos de encima a esos viejos improductivos y estorbosos. Como lo señalé en otra ocasión, corremos desbocados hacia el abismo.

Nuestra Constitución dice en el artículo 11 que “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.”, pero en realidad ya ha sido decretada. El aborto no es un derecho, es un homicidio. Lo dice José Gregorio Hernández, expresidente de la Corte Constitucional al criticar el fallo de sus colegas. Lo dicen los médicos espantados de saber que a los 6 meses está ya bien formado el ser humano.

Si tan dueños de la vida se sienten los proabortistas, otros podrían también, esgrimiendo el mismo argumento y con todo derecho abortarlos a la vida, porque no merecen vivir. De pronto protestan y dicen que, si quieren vivir, porque es muy fácil decidir por otros, pero no que les decidan a ellos. Un tal Putin por estos días y con otros pretextos está segando vidas humanas en Ucrania sin que eso le preocupe lo más mínimo. De seguro se siente ganador como estos nuestros; lo que no ha caído en cuenta es que con su supuesto triunfo todos perdemos.

jueves, 24 de febrero de 2022

Reflexiones acerca del aborto libre hasta los 6 meses

María Cristina Isaza
Por: María Cristina Isaza

En la semana 24 el feto ya puede oír, tiene cejas, parpadea, sonríe, da volteretas, se estira y bosteza…

Mi cuerpo mi decisión: no es tu cuerpo, sí es tu decisión. El feto depende de ti, pero es otra vida, otro cuerpo, con otro ADN, la vida de un ser que está en completo estado de indefensión… ¿Quién habla por esa vida? Mi cuerpo, mi decisión es cuando decido mantener relaciones, cuando decido usar un método anticonceptivo, cuando decido que no mantengo relaciones sin usar condón, cuando uso varios métodos de anticoncepción o decido hacerme una ligadura de trompas. Cuando no pude decidir porque fui forzada, hay tres causales ya establecidas desde el año 2006.

¿Qué alguien dependa de ti te hace merecedor de que puedas matarlo?

En Colombia hay tres causales que hacen que el aborto sea prácticamente libre durante las primeras 10 semanas, pues la mujer puede recurrir a Profamilia y aducir que mentalmente no está preparada, entonces ¿por qué esperar hasta los 6 meses para interrumpir un embarazo no deseado? Hay métodos anticonceptivos temporales (incluso gratuitos a los que se pueden acceder desde los 13 años) y definitivos, pastillas de emergencia, tres causales y centros de adopción…

Entonces… ¿Qué necesidad hay?

Con esta ventana de tiempo lo que sí estamos creando es una narrativa y un colectivo imaginario alrededor de que la vida del feto es desechable, estamos normalizando el aborto al hacerlo pasar como un procedimiento quirúrgico cualquiera, sin mayores consecuencias (porque la nueva narrativa anula que realmente estás decidiendo terminar con la vida de otro ser al decir que es tu cuerpo), además de que le decimos a esta sociedad… no tienen que responsabilizarse en la vida por sus acciones, sólo quiten lo que estorba.

Según los colectivos feministas los hombres no deberían opinar en temas como el aborto (lo que me parece una completa falacia), pero siendo así, por qué una decisión que fue tomada mayoritariamente por los hombres y minoritariamente por las mujeres (de las 4 magistradas, solo una votó a favor) es celebrada con júbilo por las feministas… ahora, siendo coherentes, deberían componer un canto agradeciendo al patriarcado de la corte.

Colombia está en manos de unas cortes que no permiten la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños, no permiten fumigar cultivos ilícitos y pasan por encima de la democracia para dar curules en el Congreso a guerrilleros, violadores, reclutadores y maltratadores de mujeres. Estas cortes además usurpan las funciones del Congreso elegido por el pueblo.

Por último:

Dicen … “La maternidad será deseada o no será”, pregunto ¿igual para la paternidad?, ¿aplican las mismas reglas?

Me inquietó que una entidad llamada Profamilia celebre tan eufóricamente esta decisión, en vez de promover un llamado a la sexualidad responsable y enaltecer a la familia.

Soluciones reales: más y mejor cobertura en salud, más educación para todos; pero no solo la sexual, también en valores y en responsabilidad individual.

miércoles, 23 de febrero de 2022

¿Inocuos los debates en televisión?

José Alvear Sanín

Por José Alvear Sanín*

Las cosas han llegado tan lejos que se esperan milagros de los debates de los candidatos en televisión. Vale entonces la pena contemplar ese tipo de confrontaciones en la Colombia actual, para analizar hasta dónde pueden influir en la próxima elección presidencial.

En 1956, Adlay Stevenson retó al incumbente, Dwight Eisenhower, a un debate por televisión. El presidente rechazó el encuentro. El primer debate en televisión se dio entonces en 1960 entre Richard Nixon y John F. Kennedy y estuvo dividido en cuatro sesiones. Se dice que para los televidentes el triunfador fue Nixon y para los radioescuchas el vencedor fue Kennedy. Ese sí fue un verdadero debate, que permitió a los ciudadanos formarse una idea más o menos realista sobre los pros y los contras de ambos.

Desde entonces, en multitud de países se organizan debates entre los candidatos. Pero no es lo mismo cuando se enfrentan dos pesos pesados, que cuando un candidato fuerte y experimentado se mide con media docena de personajes más o menos conocidos.

Lo que se está viendo en Colombia es inocuo. En la pantalla aparecen diez o doce aspirantes. Cada uno de ellos tiene que contestar preguntas cuidadosamente formuladas para no irritar a nadie. Estas se despachan en los dos o tres minutos que se les conceden cada vez. Así, en una hora, cada participante habla, si mucho, dos o tres veces, unos seis o siete minutos en total, y por eso los espectadores se quedan sin formarse una idea clara sobre lo que piensan realmente estos señores sobre el país y su futuro.

En cada debate, el moderador se esmera en ser eso precisamente, un conductor “moderado” y simpático con todos sus invitados…

Hasta el próximo 13 de marzo, los precandidatos seguirán saliendo casi como en los realities, o en las eliminatorias del Concurso Nacional de Belleza. Después de ese día quedarán Petro y los siete enanitos para disputar la primera vuelta. En los dos meses siguientes habrá, desde luego, “debates”, siempre en el terreno de los buenos modales, donde no habrá ni tiempo ni deseo de deliberar sobre los verdaderos problemas nacionales.

En cambio, lo que el país requiere es confrontar a Petro y desenmascararlo. Nadie en los medios, por desgracia, es capaz de acorralarlo, de increparlo sobre su pasado terrorista, sus estrechos vínculos con Chávez y Maduro, su espantosa Alcaldía, su benigno y fugaz “cáncer”, su prodigiosa mendacidad, su impreparación, las bolsas de dinero, las mansiones en cabeza de testaferros, su verdadero ideal económico de corte comunista, la irresponsabilidad de sus propuestas, sus extraños viajes y sus entrevistas con sospechosos operadores electorales, etcétera…

En realidad, Petro sería el candidato menos difícil de vencer, si el país lo conociera, pero en vez de atacar a la víbora por la cabeza, el establecimiento político-judicial-mediático lo viene pintando desde hace varios años como un señor de centro-izquierda, un senador normal, común y corriente, por el cual pueden votar sin temor, desde los curas y las ancianos, hasta los hijos de papi del estrato 7.

Así como no se habla de los antecedentes ni de los propósitos del candidato de las izquierdas, también en el actual momento político hay otros temas tabúes, empezando por Venezuela. Es increíble que con millones de venezolanos mendigando en nuestras calles, a Petro no se le pregunte por los consejos que dio a sus íntimos amigos Chávez y Maduro para destruir ese país, antes de que se le dé la oportunidad de destruir el nuestro. En cambio, ahora se organiza una falsa discrepancia entre él y Maduro, para dar la impresión de que ya no comulga con la revolución bolivariana de la que él fue uno de los principales y bien remunerados actores.

Ese no es el único tabú. Hay preguntas que no se harán en la carrera hacia la Presidencia, como:

¿Trajo la entrega a las FARC paz en Colombia? ¿Y cuál es la situación actual de orden público?

¿Debe negociarse con el ELN la entrega de lo que queda de la institucionalidad?

¿Conviene tener tres poderes públicos separados, o debe el judicial seguir usurpando los demás?

¿Puede el país cambiar el petróleo por los estupefacientes?

¿Debemos acabar con la ganadería?

¿Conviene hacer una reforma agraria al estilo de las que han dejado sin comida a varios países?

¿Conviene tener una policía inerme?

¿Será que la corrupción puede erradicarse eligiendo a los más corruptos?

¿Los alcaldes mamertos deben seguir a cargo del orden público?

¿Conviene ahogar la iniciativa privada con impuestos confiscatorios?

¿Convendrá seguir aumentando sin límites el gasto público y la burocracia?

Y estas no son todos los graves interrogantes que podrían hacerse.

Mientras el país no encare adecuadamente sus grandes y verdaderos problemas, nuestro futuro no podrá ser peor, porque vendrán a “resolverlos” quienes mayor responsabilidad tienen en su creación: los violentos, los fanáticos, los ignorantes, los corruptos, los narcos y los políticos revolucionarios. Quienes no comprenden que la revolución siempre ha sido el gobierno de los criminales, no entienden lo que se juega en Colombia en medio de un electorado en buena parte desorientado, apático, y donde el abstencionismo sigue superando el 50% del potencial electoral.

***

Comprendo a Herman Tersch: pietra… pétreo… petro…

martes, 22 de febrero de 2022

De cara al porvenir: nosotros los humanos

Pedro Juan González Carvajal

Por Pedro Juan González Carvajal*

Nosotros los humanos, los reyes de la creación, somos una especie particular, con rasgos y comportamientos de alto nivel que fácilmente podemos acompañar con posturas irracionales y a veces rastreras.

Una especie como los otros seres vivos, compuesta por una mezcla particular de carbono, nitrógeno, hidrógeno, oxígeno, fósforo y calcio, creamos y destruimos dioses, y no contentos con ello, llevamos la soberbia a su máxima expresión hasta considerarnos sus criaturas preferidas.

Descendientes de los neardenthales, los erectus, los rudolfonsis y los sapiens, nosotros, los sapiens sapiens, somos los únicos seres vivos que llevamos la depredación a su máxima expresión, muchas veces no sabiendo cuidar y respetar a los críos de los propios humanos, y mucho menos cuidando el entorno en el cual vivimos y del cual vivimos y que hoy estamos a punto de llevar al colapso.

Violentos por naturaleza, y la historia así lo demuestra, pues hemos vivido en medio de diferentes tipos de conflictos y de guerras, nos gusta competir por todo y después de triunfar, imponer nuestras condiciones por absurdas que puedan parecer.

Somos seres sociales, que nos gusta convivir y coexistir con otros y somos capaces de organizarnos con figuras que evolucionan como la familia, la tribu, la nación, y alrededor de condiciones como la raza, la religión, la humanidad, la naturaleza y el planeta.

Dominados por las furias interiores y exteriores, cuando somos conscientes de ellas y somos capaces de aplacarlas o de extirparlas, damos rastros innegables de civilización y de cordura.

Egoístas por naturaleza, creamos nuestros propios universos, llenos de situaciones comunes que consideramos exclusivas y que nos permiten sobrevivir de generación en generación. Nada más común y corriente que tener un hijo, pero nada más promocionado y disfrutado como gran suceso. Que el sexo, que el primer diente, que el primer paso, que la primera palabra, que el colegio, que la enfermedad, que el trasegar por la vida, cada uno lo maneja de manera íntima como si fuera cosa excepcional, reconociendo, a medias, que para todos los casos es más o menos lo mismo.

Cualquiera puede ser papá, cualquiera puede ser mamá, cualquiera puede ser hijo o hija y así todas las relaciones posibles. Una cosa son las funciones biológicas y fisiológicas comunes a cada especie y otra la forma como se comportan ante cada una. Se es madre biológica o se es madre formadora o criadora, y ojalá ambas funciones de manera concurrente.

Lo mismo sucede con todos los ciclos cronológicos hasta llegar a la muerte. Que el grado en cualquier área de conocimiento es lo máximo, que el primer trabajo y jefe son excepcionales, que la pareja elegida es única, y así sucesivamente, nos vamos yendo, considerándonos únicos e irrepetibles, lo cual puede ser relativamente cierto. Una cara tiene unos pocos componentes, y no existen dos caras iguales. Tenemos cientos de miles de neuronas, y esto posibilita el que todos pensemos y razonemos distinto.

Muchas de nuestras relaciones son impuestas: no escogemos al papá o a la mamá o a los hermanos. Pero sí tenemos la posibilidad de seleccionar a nuestra pareja o a nuestros amigos.

En medio de una época de cambios como la que estamos viviendo y de los diferentes tipos de turbulencias que esto suscita, es bueno rescatar a Bertolt Brecht cuando dice: “La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”.

“Conócete a ti mismo” y de ahí en adelante, pues vamos viendo, como sugeriría nuestro amigo Sócrates.

No quiero todavía darme por vencido y no quiero pensar que el proyecto humano es un proyecto fracasado.

 

lunes, 21 de febrero de 2022

Algo de pedagogía electoral sobre el Congreso

Gabriel Jaime Hurtado Restrepo
Por Gabriel Jaime Hurtado Restrepo*

El 13 de marzo de este año tendremos en Colombia las llamadas votaciones parlamentarias, en las que elegiremos el nuevo Congreso y se realizarán las escogencias de algunos candidatos a la presidencia mediante las consultas interpartidistas.

El Congreso constituye la rama legislativa del poder público y está integrado por el Senado y la Cámara de Representantes. Las otras dos ramas son la judicial y la ejecutiva, cada una con sus funciones particulares.

Las principales funciones del congreso son: hacer reformas a la constitución, elaborar las leyes, ejercer control político sobre el ejecutivo, elegir ciertos funcionarios (magistrados de la Corte Constitucional y de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, procurador general de la nación, defensor del pueblo, contralor general), juzgar excepcionalmente a los altos funcionarios del Estado, etc.

El 13 de marzo cada votante podrá recibir y marcar varias tarjetas electorales o tarjetones, la del Senado, la de la Cámara correspondiente y la de la respectiva consulta presidencial (si fuere a hacerlo).

Para la inmensa mayoría de las curules o puestos, el Senado se elige por circunscripción nacional y la Cámara por circunscripciones territoriales. La circunscripción nacional es una sola, lo que significa que cualquier colombiano, apto para votar, en cualquier lugar del país o del exterior podrá hacerlo por cualquier lista o candidato al Senado. Las circunscripciones territoriales son una por cada departamento, o sea, 32, más otra por Bogotá. En estas circunscripciones territoriales el elector solo podrá votar por listas o candidatos a la Cámara correspondientes a su territorio, a su circunscripción.

En total el nuevo Congreso estará conformado por 295 congresistas, que se elegirán de la siguiente manera:

108 senadores, distribuidos así:

  • 100 elegidos por circunscripción nacional
  • 2 por las comunidades indígenas
  • 1 para el candidato que quede de segundo en la elección presidencial (opcional a su escogencia)
  • 5 para el Partido Comunes (Farc - Acuerdo de Paz)

187 representantes a la cámara, según el siguiente detalle:

  • 161 elegidos por circunscripciones territoriales (32 departamentos más la de Bogotá)
  • 2 por las comunidades afro
  • 1 por las comunidades indígenas
  • 1 por los colombianos en el exterior
  • 1 para la fórmula vicepresidencial que quede de segunda en la elección presidencial (opcional a su escogencia)
  • 5 para el Partido Comunes (Farc – Acuerdo de Paz)
  • 16 nuevas curules transitorias especiales de paz para las víctimas

La Registraduría informó que quedaron inscritos 2.835 candidatos para participar en las elecciones parlamentarias de este año 2022.

Para las elecciones del Congreso las agrupaciones políticas (partidos, movimientos o grupos significativos de ciudadanos) pudieron inscribir listas cerradas o abiertas. Las cerradas también se denominan no preferentes y las abiertas son con voto preferente.

Las listas cerradas o no preferentes son aquellas en las que el elector vota por la agrupación política en su conjunto, sin poder seleccionar ninguno de los candidatos que integran la lista, y por tanto no tiene influencia en el orden en que quedarán elegidos los integrantes de esa lista; el orden es determinado por la agrupación política al momento de configurar e inscribir la lista. En este caso el elector marcará solo el logo de la agrupación política por la que vota.

Las listas abiertas o preferentes son las que le dan la opción a los electores de escoger el candidato de su preferencia o votar únicamente por el partido o movimiento político. En este evento el elector marcará el logo de la agrupación política y/o el recuadro con el número del candidato de su preferencia.

Para la circunscripción nacional del Senado se inscribieron un total de 16 listas, de las cuales ocho son cerradas y ocho abiertas. Para la Cámara se inscribieron 328 listas, más 203 para las nuevas 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz.

El Movimiento de Salvación Nacional, que recuperó su personería jurídica el 1 de diciembre de 2021, inscribió al Senado una lista cerrada, de la cual hago parte, y a la Cámara inscribió 18 listas cerradas y una abierta.

Concluidas las votaciones, empieza el escrutinio o conteo de votos. Para que candidatos de una lista alcancen a ser elegidos, deberán obtener como mínimo un número de votos equivalentes a lo que se denomina el umbral.

De esa figura, del cociente electoral y de la cifra repartidora, que son los métodos a través de los cuales se asignan las curules, me ocuparé en una próxima columna.

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domingo, 20 de febrero de 2022

Salto al vacío

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

Se da cuando no hay esperanza, después de estudiar alternativas, de buscar luces en el futuro, de haber sentido en el interior el fuego del desasosiego, el miedo, el dolor de los acontecimientos que lo han rodeado en la vida, la angustia. Al final el salto es la solución, no hay otra, es el final de todo, es la única forma de que la mente descanse y el cuerpo se relaje, ya no es posible cambiar el futuro, ni arreglar el pasado, es pues un salto sin retorno.

En esta disyuntiva estamos los colombianos, por un lado somos muchos los que creemos y pensamos que es posible, viable enderezar el presente y el futuro, que para superar las dificultades del pasado debemos encontrar las formas posibles, que las hay, para no continuar en ese despeñadero de la violencia, muerte, destrucción, corrupción, desconfianza ciudadana, indisciplina social y desorden, que han conllevado a que la democracia esté en jaque, esa posición del ajedrez que indica que el rey está riesgo y es así donde todo puede suceder: o se salva con una hábil jugada o queda en mate.

Pero, antes de perder la partida y considerando que estamos en riesgo, quiero de corazón y con la razón invitar a los ciudadanos colombianos que día a día dan todo por su familia, por el trabajo, por construir una buena forma de vida a que entiendan que el juego de la democracia es ahora o nunca, si se pierde perderemos todo lo que se ha construido en décadas y no se recuperara sino en 20, 30 o más años, cuando todo sea complicado y casi imposible de recuperarlo, cuando ya no quede nada de esta forma de vivir, porque estaremos en la pobreza absoluta, sin norte, ni brújula que nos permita tener un buen panorama, no existirán empresas, los capitales se irán lejos y aquí no existirá sino la oscuridad, el miedo, el terror y el acabose. Pellizquémonos, defendamos nuestro sistema que es bueno y aunque tiene problemas juntos las superaremos.

Invito a que pensemos en familia, con los amigos, en el trabajo, que los principios en los que se sustenta la democracia están en vilo, la libertad, la propiedad privada, la libre empresa, la libre determinación, el respeto por las instituciones, inclusive hasta las mismas amistades porque ellos se encargan de crear desunión y desconfianza entre nosotros mismos.

No se puede olvidar que la izquierda nunca puede mostrar resultados positivos, la economía es un fracaso, el apoyo social inexistente, el agro se pierde, las empresas desaparecen a una velocidad increíble ya sea por causa de las expropiaciones, o del mal manejo que le dan a las que adquieren, el deterioro de las familias se acrecienta, se alejan algunos, otros se odian por causa de la política, en fin. Ustedes tienen que recordar, leer sobre esos sucesos, entender que lo que ocurrió en Rusia después de la abdicación del zar Nicolás II, fue un desastre y generó desde ese mismo día la entrada del comunismo a esa región, y luego Stalin quien en el poder asesinó a más de 50 millones de rusos. Así reinó en esos largos años la pobreza y el desabastecimiento en el que vivió Rusia hasta que se tumbó el muro de Berlín, símbolo de la libertad. Pueden observar que fueron varias generaciones las que sufrieron el oprobio, la persecución y la muerte, sin posibilidades de defenderse.

Textualmente copio la frase recogida en una grabación de archivo de la BBC que dice así: “la revolución rusa llegó como un ladrón en medio de la noche. Sabíamos que iba a llegar, pero no teníamos idea cuándo. Y de pronto ya estaba ahí”.

En Colombia sí sabemos que ya están trabajando en la revolución, esperan simplemente el resultado de las elecciones, para ver si por las buenas o por las malas se toman el poder. Espero que no sea por la buenas y que por las malas sea imposible, porque estaremos los ciudadanos en pie de lucha para defender lo que no fuimos capaces de hacer cuando la primera línea intentó causar el caos y actuar como se actúa en las revueltas, con destrucción, terror y causando miedo.

Los comunistas liderados en El Pacto Histórico, por Petro, Bolívar, Roy Barreras y otros más no pueden ganar, nunca han tenido una buena idea, no construyen empresas, ni han generado un solo empleo, atacan el Estado y viven de él.

Basta ya. ciudadanos colombianos los invito a escoger con serenidad, apoyando a la democracia y sin miedo de ejercer el derecho al voto. Hoy o nunca.

viernes, 18 de febrero de 2022

Dar papaya

José Leonardo Rincón Contreras

Por José Leonardo Rincón, S. J.*

Con mucha gracia nuestra gente ha aumentado a 12 los mandamientos: el undécimo, no dar papaya. Y el duodécimo: no desperdiciar papaya. Y su colofón es: A papaya servida, papaya partida, papaya comida.

Un papayaso o dar papaya es un colombianismo que en realidad alude a una metida de pata o equivocación que da ocasión o da razón a otro para aprovecharse de esa fragilidad y obtener alguna ventaja.

Hay papayasos muy simpáticos que se prestan para una buena tomadura de pelo: son papayasos jocosos que nos hacen reír a carcajadas. Pero hay también papayasos infelices que a veces tienen un final desafortunado.

Los primeros se disfrutan en el círculo de amigos y conocidos. De los otros, de pronto uno los ve cuando va por la calle y estupefacto observa el sinnúmero de personas ingenuas que deambulan por ahí. Lo más triste es que estos personajes no acaban de aterrizar en nuestro planeta: parecieran marcianos recién desembarcados.

Por ejemplo, no entiendo al pelao que va con su celular de marca costosa charlando desprevenidamente por el andén, como si nada… ¿cuántas personas han matado por robarse uno de estos aparatos? Si se chicanea de esta manera, ¿por qué lamentarse luego? Le pasa igual al que exhibe joyas o prendas costosas en el lugar equivocado.

Me cuesta entender la joven adolescente que con su gran escote y corta falda se pavonea provocativa y provocadora alborotando hombres por doquier y después se queja de las miradas morbosas, acoso sexual y tocamientos.

Con rabia observo a ciertos peatones literalmente lanzándose a los autos en marcha con actitud retadora y como diciéndoles “atropélleme si quiere”. Luego, mueren arrollados por su imprudencia que no siempre les sale exitosa y resultan embalando al conductor que no tuvo la pericia para esquivar su atrevimiento. Esto pasa con ciclistas y motociclistas que serpentean por andenes y calles con riesgosa osadía, jugando con la que pareciera su aburrida vida.

Pasa también con aquellos que, por comodidad, o por la pereza de pagar un parqueadero dejan el carro en la calle y después impotentes lloran porque se lo robaron, los desvalijaron o le robaron una parte importante del vehículo.

Todos dieron papaya y hubo terceros que intencional o accidentalmente se aprovecharon de la ocasión. Objetivamente fueron situaciones que pudieron haberse obviado, problemas esquivados, dolores de cabeza evitados. Pero a nuestra gente le gusta las emociones fuertes, la acción intrépida y la aventura riesgosa. Hay que subir la adrenalina y dar papaya es insustituible. Habrá otros muy felices a la caza de los papayasos que les damos. Después no nos quejemos.

martes, 15 de febrero de 2022

De cara al porvenir: cambio de formato

Pedro Juan González Carvajal

Por Pedro Juan González Carvajal*

Ante una campaña electoral por la Presidencia de la República completamente desabrida, sin propuestas sobre ningún tema y enfocada solo a tirarle piedra al candidato que puntea en las encuestas, pues nada más acorde que insistir con el formato obsoleto, trasnochado, anacrónico y farandulero de los llamados “debates presidenciales”, donde los candidatos sufren pánico escénico pues no saben y no tienen nada que decir, cayendo todos en una retórica bobalicona, llena de lugares comunes, sin comprometerse con nada y en medio de un estrafalario ambiente propio de un reality.

Hago la precisión que esto es a nivel planetario, no solamente colombiano. Recordemos los grandes osos peludos de Trump y Biden en esos cuadriláteros anodinos y, luego, iguales situaciones con sus respectivos candidatos a la vicepresidencia.

Es por eso por lo que me permito proponer un nuevo formato: el de SÍ o NO, en el cual los candidatos, una vez decantado el abundantísimo número de precandidatos, sean invitados a participar, advertidos de que las preguntas que se harán solo tienen la posibilidad de ser respondidas con un SÍ o con un NO, y que a quien se salga del formato, le será retirado el sonido de manera inmediata.

Se me ocurren de manera preliminar, las siguientes preguntas:

¿SÍ o NO se compromete con los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-?

¿SÍ o NO tendrá en cuenta el mapa de riesgos planteado por el Foro Económico Mundial para los próximos 10 años?

¿SÍ o NO sacará adelante los compromisos con la OCDE?

¿SÍ o NO está usted de acuerdo con el aborto bajo cualquier circunstancia?

¿Sí o NO está usted de acuerdo con la pena de muerte?

¿SÍ o No está usted de acuerdo con la libre elección de la opción de la eutanasia?

¿SÍ o No, restablecería inmediatamente las relaciones diplomáticas con Venezuela?

¿SÍ o NO restablecería las relaciones diplomáticas con Cuba?

¿SÍ o NO aplicará la paridad de género en su gabinete?

¿SÍ o NO lideraría una campaña mundial por la legalización de las drogas?

¿SÍ o NO está dispuesto a impulsar el Acuerdo de Paz con las FARC?

¿SÍ o NO tendería puentes de diálogo con el ELN?

¿SÍ o NO autorizaría el uso de fumigaciones con glifosato?

¿Sí o NO autorizaría la explotación minera en los páramos?

¿SÍ o NO apoyaría el uso del fracking?

¿SÍ o NO impulsaría una reforma estructural al Congreso de la República?

¿SÍ o NO apoyaría la idea de tener un Congreso unicameral?

¿SÍ o NO impulsaría una reforma estructural a la justicia?

¿SÍ o NO impulsaría un cambio estructural de los impuestos en Colombia?

¿SÍ o NO promoverá las alianzas y coaliciones necesarias en el Congreso con sujetos de comprobada mala conducta?

¿SÍ o NO destituirá inmediatamente a los funcionarios de su gobierno que realicen actos ilegales?

¿SÍ o NO va a vender los pocos activos que le quedan al Estado?

¿SÍ o NO le mentirá al país como lo han hecho los candidatos en períodos anteriores anunciando que durante su gobierno no habrá reformas tributarias?

¿SÍ o NO impulsará el tránsito de las Fuerzas Militares y de Policía de un concepto de Seguridad Nacional -donde los enemigos son internos- a un estado de Defensa Nacional -defensa de la Soberanía Nacional-?

¿SÍ o NO sacará de la pobreza y del atraso al Departamento del Chocó?

¿SÍ o NO se compromete a cuidar y proteger nuestro territorio insular, llevando presencia del Estado en todos los campos?

¿SÍ o NO se compromete a impulsar una verdadera reforma agraria?

¿SÍ o NO se compromete a respaldar la aplicación de la Ley de restitución de tierras?

¿SÍ o NO dejará sin terminar los miles de obras inconclusas que hay en el país?

¿SÍ o NO se compromete a financiar la educación pública en todos los niveles para todos los colombianos?

¿SÍ o NO utilizará los cargos diplomáticos para pagar favores políticos?

¿SÍ o NO se compromete a promover e instrumentar el mandato constitucional de la descentralización con autonomía fiscal?

¿SÍ o NO se compromete a que durante su gobierno no morirá un solo niño de hambre?

¿SÍ O NO presentará al Congreso un proyecto de reforma al sistema de salud eliminando las EPS?

¿SÍ o NO garantizará la independencia de los órganos de control?

¿SÍ o NO, respetará las decisiones de las altas cortes sin utilizar la gastada frase: “la respeto y la acato, pero no la comparto”?

¿SÍ o NO liderará una reforma pensional sin importar el desgaste político?

¿SÍ o NO gobernará a nombre propio y no de sus padrinos y patrocinadores?

¿SÍ o NO respetará y hará respetar los estatutos de la oposición sin acolitar “jugaditas”?

¿SÍ o NO respetará y hará respetar la libertad de prensa sin ejercer ninguna forma de censura directa o indirecta?

¿SÍ o NO, expedirá otros nuevos e inútiles estatutos anticorrupción y estatutos antitrámites?

¿SÍ o NO utilizará los canales públicos para promover su imagen a costa del presupuesto nacional?

A partir de aquí amable lector, precise usted sus propias preguntas e inquietudes.

 

NOTA: recordemos a Alejandro Magno cuando decía: “De la conducta de cada uno depende el destino de todos”.

lunes, 14 de febrero de 2022

Reforma integral a nuestro sistema de justicia

Gabriel Jaime Hurtado Restrepo
Por Gabriel Jaime Hurtado Restrepo*

“Hemos llegado a una situación escandalosamente paradójica en la que nuestro sistema de justicia parece estarse pasando al bando de los criminales”

Álvaro Gómez Hurtado (1919 – 1995)

Desafortunadamente la anterior afirmación hoy está más vigente que en su momento. Veamos por qué:

La vida en sociedad genera conflictos entre las personas, son inevitables. Una de las principales funciones del Estado, a través de su aparato judicial, es solucionarlos oportunamente.

Eso no lo estamos logrando, los colombianos nos sentimos totalmente desprotegidos, indefensos, ante la descarada impunidad que se pavonea en el país. Crímenes, desfalcos, torcidos, componendas, atracos, raponazos, robos, estafas, sobornos, extorsiones, secuestros, vandalismos, etc., se han generalizado en nuestra sociedad.

Y es que, duele decirlo, tenemos ineficiencias en la fiscalía, en las cárceles, en los juzgados, en las superintendencias, en los tribunales, en las cortes; además de otros complejos asuntos como episodios de corrupción, activismo político judicial y extralimitación de funciones.

En mi opinión la inoperancia de nuestro sistema de justicia es, sin duda, la causa de los principales males de Colombia: corrupción, narcotráfico, delincuencia, incumplimiento de la ley y de los contratos.

Dentro de ese estado de cosas preocupa de manera especial el rol que han asumido las Altas Cortes, particularmente la Constitucional.

Nuestra Carta Política en su artículo 113 establece que “Son ramas del poder público, la legislativa, la ejecutiva, y la judicial”. La rama legislativa reforma la constitución y hace las leyes, la rama ejecutiva gobierna y la rama judicial aplica las leyes de manera particular a cada caso concreto.

Las Altas Cortes en ciertos eventos se han salido de su cauce. En algunas reprochables decisiones judiciales, por la forzada vía de reglas de carácter general, han ejercido funciones ajenas, la legislativa que es del Congreso y la administrativa que es del ejecutivo. Cuando las aguas se salen de su cauce, anegan, hacen estragos.

Algo adicional que pareciera de menor importancia pero que genera un inmenso y nocivo impacto, es la absurda e inexplicable práctica de dar a conocer sus decisiones por medio de comunicados o ruedas de prensa, aún antes de tener listo el texto completo y definitivo de sus sentencias.

Esta descripción nos lleva a concluir que en nuestro sistema de justicia estamos en déficit. Tenemos que reformarlo para que funcione, opere, sea eficaz, resuelva pronta y acertadamente nuestros conflictos, y sea despolitizado.

Tengo el honor y la responsabilidad de ser candidato al Senado de Colombia por Salvación Nacional. Me propongo ayudar a impulsar una reforma integral a nuestro sistema de justicia, que realmente proteja la vida, honra y bienes de todos y garantice el acceso efectivo de toda persona. Pondré mi experiencia profesional de más de 30 años en el sector privado, como abogado, docente, conciliador, secretario y árbitro, para tratar de lograrlo.

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domingo, 13 de febrero de 2022

Sucesos de la semana

En su editorial para esta semana, el doctor Antonio Montoya H., revisa y se pronuncia sobre cinco temas que hoy son noticia: (1) la guerrilla que siempre hace presencia con sus actos terroristas cuando estamos en época de elecciones debe ser enfrentada con toda contundencia, (2) el Movimiento de Salvación Nacional que sigue los pasos del líder Álvaro Gómez Hurtado se está convirtiendo en una importante alternativa, (3) a pesar de lo que diga el alcalde Daniel Quintero, su proceso de revocatoria continúa, (4) se espera que el diario El Colombiano siga trabajando por la ciudad y el departamento a pesar del cambio de accionistas, y, (5) El mal camino que le da Fecode a la educación pública y la amenaza de un nuevo paro nacional. No dejes de escucharlo.


viernes, 11 de febrero de 2022

¿Y hoy sobre qué escribo?

José Leonardo Rincón Contreras

José Leonardo Rincón, S. J.*

Me ha pasado más de una vez. Hay semanas en las que uno tiene como cuatro temas sobre los que le gustaría escribir y otras en la que no se le ocurre nada.

En algunas ocasiones el texto está listo el miércoles y otras apenas a las 5:55 a. m. del viernes. Hay días en los que uno está inspirado y la pluma fluye y otros en los que uno está seco y no se le ocurre nada. Artículos que uno creería gustarían mucho por lo sugestivos y bien pulidos no tienen tanta acogida y otros de los que se espera poco, resultan llenos de likes. El artículo “Al meollo del asunto”, increíblemente viralizado, fue escrito una hora antes de su publicación.

Con ocasión del cumpleaños, más de uno me hizo saber que leía mis escritos. Muchas gracias. En realidad, mantener los viernes esta “columna” privada y destinada a mis amigos y conocidos no es fácil por lo que acabo de decir, no siempre hay tema, no siempre fluyen las palabras. Pero es también verdad que me gusta hacerlo, agradezco sus reacciones y comentarios y me alegra saber que esas líneas pueden servir de algo. Soy consciente de que hay temas complejos, difíciles, donde no siempre podríamos estar de acuerdo, pero siempre he agradecido el disenso respetuoso e inteligente. Es cierto que uno escribe con un propósito y no necesariamente para un público determinado. Por eso se corre el riesgo de gustar o no gustar.

Mirando hacia atrás las centenas de escritos, los encuentro muy variados en sus temáticas. Todos son de opinión y sin rigurosas pretensiones académicas. Son un collage de temas personales, religiosos, deportivos, políticos, educativos. Muchos sobre la coyuntura del contexto y otros de asuntos no tan perecederos. Siempre expresando mis personales ideas. Algunos con cierto toque jocoso, otros más serios, en todos confluyen tanto ideas como sentimientos.

No sé si escribir es un arte o solo una buena práctica, pero lanzarme a hacerlo ha tenido motivaciones externas. Comencé a hacerlo desde mediados del bachillerato en pequeños boletines de grupos juveniles, más adelante en el Mensajero del Corazón de Jesús y en El Catolicismo. Cuando inicié mi rectorado en el colegio Javeriano de Pasto, el entonces director del Diario del Sur, me abrió un espacio en la página editorial todos los miércoles. Al volver a Bogotá y durante muchos años dejé de hacerlo. En Medellín, quizás dos veces escribí para El Colombiano y más recientemente fue mi amigo Antonio Montoya quien me insistió enviarle semanalmente mis escritos para su blog de El Pensamiento Libre que ahora se llama El Pensamiento al aire. He escrito periódicamente editoriales y artículos en las revistas de las instituciones que he dirigido y también para libros y revistas de corte más académico sobre asuntos de educación y espiritualidad.

Esa disciplina ha sido tan interesante como exigente. Uno no escribe para sí, uno escribe para los demás. Y debe hacerlo con autenticidad, expresando lo que realmente piensa y siente, de manera conversada, es decir, suelta, sin demasiadas artimañas o protocolos, sin acartonamientos. Creo que van mejor así. Y bueno, ya vieron que como hoy no sabía sobre qué escribir, por eso escribí sobre el escribir en mi vida.