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viernes, 31 de mayo de 2024

Cambiar por cambiar

José Leonardo Rincón Contreras
José Leonardo Rincón, S. J.

Siempre he creído en el valor del cambio. Connota evolución, mejora, dinamismo. Nada más dañino que el estancamiento, el apoltronamiento, el dormirse en los laureles, vivir de la renta. Pero también he aprendido que no se trata de cambiar por cambiar. Hay asuntos en la vida que merecen también estabilidad, conservación, mantenimiento. Quizás requieran ajustes, mejoras, pero que no se pueden desechar sin más. También la vida me ha enseñado que las cosas no cambian de la noche a la mañana y que si se quieren cambios de fondo, que valgan la pena y que sean de largo aliento y duración hay que pensarlos muy bien, prepararlos con tiempo, verificar su real pertinencia, implementarlos juiciosamente y garantizar en lo posible su bondad y beneficio por el positivo impacto que tendrán. De entrada, se descarta que obedezcan a caprichos personales y satisfacción de egos.

Sin duda alguna, este país nuestro tiene muchas cosas para cambiar. Tiene, como todo, cosas maravillosas como su estratégica ubicación geográfica, sus tierras, cultivos y paisajes, su fauna y flora, el estar bañado por dos mares y contar con ricas fuentes hídricas, gente alegre, buena y acogedora, por mencionar algunas pocas de esos tesoros, pero también tenemos muchos asuntos realmente vergonzosos, todos ellos provenientes de nuestras taras, defectos, complejos y males que en lo individual y cultural poseemos. Como cantaba Piero en su canción “Yo soy”: somos “un montón de cosas santas mezcladas de cosas humanas, como te digo, cosas mundanas”.

Lamentablemente, el propósito del cambio en que nos han embarcado traumáticamente, porque los quieren hacer todos al tiempo, tiene errado el foco. La reingeniería social que ineludiblemente hay que hacer, no comienza cambiando de tajo y abruptamente las instituciones si no se ha previsto un cambio en las personas que están tras ellas, pues el resultado ya evidente es que con esa vuelta canela quedamos en el mismo sitio o peor. El giro de 360 grados, tan revolucionario como parece, simple y llanamente nos deja en el mismo lugar, solo que mareados y con náuseas.

El cambio debe comenzar en el ámbito personal y hecho a fondo. En tanto no cambien las personas, no van a cambiar las instituciones. Y el Estado, propiamente que digamos, no es modelo de virtudes éticas. Por eso se equivocan también buscando cambiar la educación para dejarla bajo el control del Estado. Ese es un modelo fallido que históricamente ha sido equívoco. La libertad de enseñanza ha sido una bandera de la escuela católica, precisamente porque se ama apasionadamente el ser libres y auténticos, bien diversos y plurales y no todos clonados bajo el mismo modelo. Un tema para seguir conversando, pero ya es hora de publicar estos pensamientos en voz alta. ¡Hasta pronto!

martes, 8 de agosto de 2023

De cara al porvenir: de coyuntura en coyuntura

Pedro Juan González Carvajal
Por Pedro Juan González Carvajal

Con ligereza y un fuerte componente de ignorancia, algunos siguen sin reconocer los efectos colaterales que hoy aún vivimos por culpa de la reciente pandemia.

El tema del cambio climático continúa teniendo detractores a pesar de los fenómenos extremos que a todos nos está tocando sobrellevar.

Las posturas bélicas de algunos Estados y de algunas ideologías o movimientos, genera zozobra en diferentes puntos del planeta.

El ejercicio globalizador, con sus efectos positivos y negativos, nos evidencia un proceso creciente de concentración de riqueza, unos mercados consolidados y emergentes que hoy atraviesan por dificultades, y una tormenta financiera que ha desestabilizado los mercados financieros a lo largo y ancho del planeta y ha puesto a todas las economías a vivir permanentes expectativas, en medio de una realidad cada vez más volátil, incierta, compleja y ambigua.

Se define el concepto de coyuntura como la combinación de factores y circunstancias que caracterizan una situación en un momento determinado.

No es sino ver los noticieros de televisión o escuchar la radio para encontrarnos ante una serie de acontecimientos que usualmente son relacionados con “la coyuntura actual”, saliendo del paso, pues en definitiva es cada vez más improbable conocer los verdaderos orígenes de los distintos fenómenos que nos impactan.

Se va pareciendo el argumento a cuando se habla de “casos aislados” que cada vez son más frecuentes, desvirtuando de entrada su validez y su significado.

Hoy casi todas las organizaciones hablan de transformación y de innovación para aparentar, primero, que saben que es lo que está pasando y segundo, para dejar constancia de que al menos hacen algo para poder paliar las “coyunturas” que las afectan.

¿Qué es el concepto de la transformación?

La transformación, implica la creación de nuevas condiciones de vida interna que permitan una adaptación activa a las exigencias del entorno. La particularidad de los sistemas sociales es que la calidad de las emociones define el resultado del proceso de transformación y el modo de adaptación.

¿Qué es el concepto de innovación?

Innovación es la aplicación de nuevas ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas, con la intención de ser útiles para el incremento de la productividad y la competitividad. Un elemento esencial de la innovación es su aplicación exitosa de forma comercial.

No es por estar a la moda que las organizaciones deben incluir dentro de sus dinámicas estos conceptos. Es una forma seria de tratar de viabilizar su permanencia en el tiempo.

Para enfrentar con éxito estos retos, debemos tener una absoluta claridad de objetivos, una voluntad férrea y una estrategia clara. A partir del libre pensamiento, despojarnos de las tradiciones y aquellas experiencias que pueden llegar o no a tener validez en el futuro. El proceso de cambio implica aceptar que habrá que renunciar a algo y que se deberán aceptar situaciones nuevas que deban incorporarse.

viernes, 17 de diciembre de 2021

El futuro está en la transformación, no en la revolución

Luis Guillermo Echeverri Vélez
Por: Luis Guillermo Echeverri Vélez*

“Toda transformación surge siempre de un liderazgo auténtico, visionario y estratégico que respete los principios fundacionales de las naciones y construya futuro a partir de los mismos. La revolución destruye los cimientos de los pactos sociales y engaña al pueblo con la retórica de un discurso demagógico y populista de odio de clases, del cual hoy se vale el comunismo narcoterrorista para alimentar el descontento social y proteger su negocio, manteniendo estados de anarquía, caos e ilegalidad que solo pueden producir miseria y desesperanza”.

Mientras la transformación agrega valor, la revolución lo destruye. Es la gran conclusión que resulta después del análisis de las realidades de nuestra región en contraste con las grandes transformaciones en las últimas siete décadas de naciones como Japón, Corea de Sur, Singapur, Hong–Kong y Emiratos Árabes Unidos. Los números y los hechos no mienten, demuestran la razón del desarrollo de estas naciones.

En este lado del mundo, desde la revolución francesa, quienes, sin logros propios, se adueñaron de la intelectualidad, nos vendieron la basura revolucionaria comunista, que en siglos pasados los propios europeos nunca aplicaron más que como herramienta para reemplazar un sistema opresor o un autoritarismo por otro.

Hoy, Cuba y la retrograda izquierda Iberoamericana, nos siguen empaquetando como socialismo del siglo xxi, el virus revolucionario del comunismo opuesto a la libertad de mercados que sostiene las democracias. Única forma de justificar la esclavización de naciones enteras que pierden la esperanza, la moral y la ilusión que alimenta el espíritu libre de nuestros pueblos.

Pongámonos las pilas y salgámonos del ring de boxeo entre izquierda y derecha. Como están las cosas en la geopolítica actual, respetando los principios fundacionales con que iniciamos hace doscientos años sobre los conceptos de libertad y orden, hoy más que nunca, Colombia vuelve a tener la oportunidad de abordar con unidad de visión, estrategia y profesionalismo, una transformación histórica para atraer inversión global y salir del subdesarrollo.

El país debe aprovechar el relevo generacional e ideológico que representó el triunfo de Duque en 2018 por más de dos millones trecientos mil votos sobre la absurda presencia de un candidato guerrillero con un claro pasado antisocial.

Le queda ahora a la sociedad y a la clase dirigente nacional la tarea de encontrar una unidad de visión para proteger la institucionalidad y continuar el camino del desarrollo y el progreso. Colombia unida debe desechar la devastadora propuesta atada a las ideas revolucionarias, y construir sobre las “Políticas de Estado transformacionales” que le deja la presidencia de Duque al país como doctrina de progreso para la construcción de un mejor futuro para todos en materia de legalidad, emprendimiento y equidad.

Está en manos del pueblo, del nuevo parlamento, del sistema judicial y de quien llegue a conducir al país; elegir entre el costo y el poder destructivo de una revolución que lleva al caos totalitario, y el camino de la transformación productiva responsable marcado por el gobierno de Duque.

Anexo. Ocho políticas de Estado que le deja el gobierno de Duque al país

1. Gratuidad en la Educación para los jóvenes más necesitados

Con visión y audacia en el momento económico más crítico del país, Duque logró establecer esta política de Estado, como la única vacuna de equidad a largo plazo contra la pobreza. Ello garantiza elevar el nivel cultural de la sociedad en función de una convivencia civilizada y la continuidad futura de los procesos transformacionales.

2. Vacunación masiva ejemplar y fortalecimiento del sistema de Salud

Los resultados son el producto del trabajo del gran capital humano con que cuenta el sistema de salud colombiano y la dedicación constante, profesional y personal del presidente y su equipo, a la protección “igualitaria y equitativa” de todo el pueblo colombiano frente a una pandemia.

3. Asistencia humanitaria sin precedentes en las crisis migratorias mundiales

Al lograr solventar, con herramientas de formalización y solidaridad social, la llegada de dos millones de desplazados por la dictadura venezolana, con poca solidaridad internacional, Duque le hizo frente a este problema migratorio con un sentido humanitario sin precedentes en ninguna otra crisis similar en el mundo.

4. Formación de una verdadera cultura de la legalidad

El gobierno de Duque, con profundo respeto de los derechos humanos, se ha dado a combatir la violencia por medio de la formación de una verdadera cultura de la legalidad. No ha negociado con la ilegalidad ni con las organizaciones criminales. Sin necesidad de cambiar constituciones en favor de la impunidad, ni poner en riesgo los derechos de las víctimas ni las libertades de todos los ciudadanos que cumplen sus obligaciones, rompió toda una tradición de diálogos, que de antemano se sabe que son estériles mientras las organizaciones criminales no se sometan voluntariamente al respeto y la observancia de la Ley.

5. El Estado al servicio del emprendimiento económico, la inversión, los mercados y del sector privado como principal generador de empleo y reactivación económica

Duque ha defendido sin cálculo político, el sistema de libertades y la economía de mercado solidaria, razón por la cual ha sido constantemente atacado por todo tipo de opositores, y de alcahuetas o defensores de las economías clandestinas y el crimen organizado.

Veamos que ha hecho Duque con los empresarios:

5.1. Se recuperó la confianza inversionista y las cuentas deficitarias recibidas en 2018.

5.2. Enfrentó la depresión causada por el COVID con transferencias a los más necesitados.

5.3. Ayudó a los empresarios a mantener empleos y evitó el desplome del sector productivo.

5.4. Ayudó al sector financiero a poder mantener su papel de articulador de actividad económica.

5.5. Llevó al país a una franca recuperación del PIB y el ingreso real de los ciudadanos.

5.6. Se protegieron las finanzas de los servicios públicos y el suministro energético. (Electrocaribe, EPM).

5.7. Se preservó la propiedad de ISA en cabeza del Estado creando un conglomerado energético regional.

6. Protección a la biodiversidad y el medio ambiente, y transformación energética

6.1. Ejerciendo un liderazgo diplomático que parte de la responsabilidad compartida, Duque posiciona a Colombia como líder global en protección y mitigación ambiental.

6.2. Concientiza al mundo de la correlación entre la producción de cocaína, la pérdida de biodiversidad por medio de la deforestación que acelera el calentamiento global y el cambio climático amenaza la capa de ozono y la existencia de la atmosfera.

6.3. Propone sellar gradualmente la selva tropical húmeda y las zonas de producción natural de agua, e inicia una dinámica de mitigación ambiental que no afecte la explotación y utilización de los recursos naturales, multiplicando la generación y utilización de energías limpias, economías circulares y la modernización y tratamiento en el manejo de aguas y desastres naturales.

6.4. Propone un cambio de enfoque en la lucha contra la deforestación, reemplazando la teoría de la sustitución de cultivos por la relocalización del desarrollo socioeconómico y la generación de empleos rurales con cercanía a los mercados, en función de la protección del ecosistema Andino-Amazónico y la modernización y tecnificación de la producción extractiva.

6.5. Promueve la educación en materia ambiental, la cultura de la siembra de árboles y la reforestación natural y programada, mientras combate la deforestación, la colonización, el desarrollo ilegal y siembra y producción de coca y el narcotráfico como principales causas de destrucción de la biodiversidad del país y el medio ambiente del planeta.

7. Transformación digital del Estado y construcción de incentivos a la innovación y la creatividad de la mano de la construcción de infraestructura física con una ejecución transparente sin precedentes

La digitalización del Estado y la conectividad han avanzado mucho más que nunca, lo cual habilita el desarrollo de la innovación en las industrias y economías creativas y los procesos productivos. Al tiempo el país avanzó mucho en: conclusión de obras de infraestructura física, vías 4-G, secundarias y terciarias, eficiencia en puertos, vivienda y propiedad habitacional, calidad de los combustibles y del aire en las grandes urbes.

8. Ejemplo presidencial de manejo responsable y transparente del Estado y la hacienda pública

Duque ha conducido el Estado con voluntad de servicio, conocimientos, seriedad y sensatez, sin comprometer la transparencia en la utilización de los recursos del Estado, combatiendo las prácticas clientelistas generalizadas, y trabajando por garantizarle al país niveles altos de seguridad nacional y ciudadana, respetando la independencia de poderes, combatiendo la criminalidad, y soportando una oposición violenta apoyada y financiada por el crimen organizado narcotraficante.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Hacia una ética mundial

Por José Leonardo Rincón,S.J.*

José Leonardo Rincón
Vengo reflexionando sobre el fenómeno global que estamos viviendo, en medio de este cambio epocal, cada vez más evidente, que nos sumerge en la posmodernidad. Más que estresarse ante los caos que se presentan históricamente en este tipo de coyunturas, habría que ver más bien las sensatas  estrategias para responder a sus retos.

Leyendo al teólogo Alemán Hans Küng en su obra “Ética mundial en América Latina” (Cfr. Editorial Trotta, Madrid, 2008) encuentro que se recogen los grandes elementos que hacen parte de lo que él llama la “Declaración de una ética mundial”. 

Parte Küng de la constatación de la crisis de alcance radical que experimenta el mundo, pues permea todas las situaciones de la vida del hombre haciéndola más compleja y difícil.  Se lamenta que en ese escenario las religiones inciten al fanatismo, los odios y también la violencia.  Por eso se postula un consenso básico en torno a valores vinculantes, criterios inalterables y actitudes morales fundamentales.

En este camino de adviento, como preparación para la navidad, sin dar el brazo a torcer en la conciencia crítica a la que no podemos renunciar, indignado por la actitud indolente e indiferente de muchos que no ven más allá de sus propias narices, pero también buscando ser propositivos y constructivos, identificado con la propuesta que nos hace Küng: 


  1. No es posible un nuevo orden mundial sin una ética mundial: y todos somos responsables de esa tarea, para ello contamos con un bagaje espiritual y religioso grande que puede hacer frente a las tensiones étnicas, nacionalistas, sociales, económicas y religiosas. Se necesita entonces una visión de la convivencia pacífica.
  2. La condición básica es que todo ser humano reciba un trato humano: se apela a los seres humanos de buena voluntad para encontrar lo que nos es común, partiendo de la conciencia de la dignidad inviolable que se posee y la necesidad de transformación del corazón con una renovación espiritual que invite a hacer el bien y evitar el mal. De ahí la regla de oro: no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
  3. Se presentan cuatro orientaciones inalterables: el compromiso a favor de una cultura de la no violencia y el respeto a la vida; el compromiso a favor de una cultura de la solidaridad y de un orden económico justo; el compromiso a favor de una cultura de la tolerancia y un estilo de vida honrada y veraz; el compromiso a favor de una cultura de la igualdad y de respeto y cercanía entre hombre y mujer.
  4. Ese cambio esperado a nivel mundial no es posible en tanto no haya un cambio de mentalidad y una conversión de corazón tanto en la persona como en la colectividad.  Es verdad que no es fácil un consenso en cuestiones éticas concretas cuando muchas de ellas están en discusión (bioética, ética sexual, ética en los medios de comunicación, la ciencia, la economía y la política).  Pero es verdad que muchas profesiones han ido elaborando exitosamente sus propios códigos de ética y de ello nos felicitamos.  Finalmente, las diversas religiones pueden contar con una ética más específica.  La invitación es a todos los seres humanos, religiosos o no, a apoyar esta causa.
Los mínimos éticos hoy más que nunca se hacen necesarios y eso se construye desde el hogar, desde la escuela, desde la sociedad, los tres. El mejor fruto de esta crisis estructural de la sociedad y de su sistema económico sería un replanteamiento de fondo para enlistar y poner en práctica los valores básicos esenciales que nos deben movilizar. El acuerdo sobre lo fundamental nos puede ayudar a repensarnos y re-crearnos, buscando un mejor futuro.  Es utopía pero también es posible acercarnos a ella. Solo se necesita buena voluntad y es a esos seres humanos a los que se dirige el mensaje de navidad: gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.