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jueves, 2 de marzo de 2023

Vigía: política armada y cocaína

Coronel John Marulanda (R)
Por John Marulanda*

En junio del 2014, el entonces máximo jefe de las FARC, alias «Timochenko», declaró a los medios: “El gobierno puede decirnos: ‘entréguenos las armas y desmovilícense’. ¿Y qué les decimos nosotros? ‘Pues entréguenos el poder’. En esa simplona lógica, el matasiete de las FARC definió su posición frente a las propuestas sencillas del gobierno de Uribe Vélez. Años más tarde el viejo «Timo» sigue al frente de una facción fariana, con el título de Partido de los Comunes, luego de rendirse a un Estado burgués.

Hace pocos días, en la segunda ronda de conversaciones ELN-Gobierno, en México, se ha emitido el comunicado número 5, punto 1, literal a), que aclara que el ELN tendrá una “Caracterización jurídico legal (…) como organización política armada rebelde (…)”.

Amadrinado con sus 59 años de experiencia político-militar, nada mejor que una buena demostración de fuerza para darle sustento a la argumentación política. La lógica fariana del 2014, y la del radical Pablo Beltrán, en una entrevista de televisión, parecen hacerse realidad con la actual declaración de la mesa de conversaciones en México. ¿Política armada?

La inteligencia policial ha denunciado la amenaza de este grupo narcoterrorista para atacar unidades militares y policiales en 15 ciudades del país. La fuerza pública está en alerta previniendo atentados terroristas contra sus bases. Sería bueno escuchar de viva voz a alias “Pablo Beltrán” aclarando que lo dicho por la policía no es cierto y no oírlo a través de su mensajero, el senador comunista Cepeda. Claro que el conflicto actual está alimentado por el narcotráfico sin olvidar los drones iraníes fabricados en Venezuela.

Y hablando de cocaína

Según expertos, se necesitan 200 mil toneladas de hojas de coca para producir 1.400 toneladas métricas de cocaína, lucro anual de Colombia para un mercado con demanda al alza. Para febrero de este año, la policía, argumentando ausencia de contratos, no erradicó una sola hectárea de coca mientras el mismo mes de 2022 se eliminaron 2.982 hectáreas; se incautaron 3 toneladas, cuando el promedio era de 30, y se destruyeron 45 laboratorios, cuando el promedio eran 250 mensuales. El expresidente Iván Duque ya nos alertó: el ELN sigue con su mamadera de gallo mientras vamos rumbo a las 300 mil hectáreas de cultivos ilegales.

La viceministra de Asuntos Multilaterales de la Cancillería dijo que Colombia apoyará a Bolivia en la solicitud a la Oficina Contra las Drogas y el Delito, sesión 66 de la ONU, para despenalizar el cultivo de la hoja de coca, por su tradicional uso sagrado. Se entiende que Perú no los acompañe, por haber declarado persona no grata al actual presidente colombiano, a pesar de lo que diga AMLO.

Con recursos que, según expertos, pueden alcanzar el 4.5% del PIB, no es de extrañar que Petro anhele el deseo “progre” de libre consumo y repela la judicialización de Pedro Castillo: era su socio en la triple alianza de principales productores de cocaína en el mundo.

lunes, 27 de diciembre de 2021

Chile y su enseñanza

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.

Recientemente, en Chile, obtuvo el triunfo en las elecciones presidenciales el candidato de la izquierda Gabriel Boric, estudiante de derecho, manifestante en las calles por mucho tiempo, hombre que no ha ocupado cargo público alguno y sin experiencia empresarial. Así, representando a la izquierda, quiere cambiar el destino de ese país, resultado que veremos con el trascurrir de los meses y años siguientes.

Allá se tuvo la experiencia en el año 1970, con un hombre preparado, médico, intelectual y de izquierda, un soñador que fue candidato a la presidencia tres veces antes de obtener el triunfo. Hablamos de Salvador Allende, quien impetuosamente instauró el cambio y se perdió la industria, se cerraron los hospitales, se encareció el costo de la vida, se abandonó el agro productor, en fin, en pocos años se dio un golpe de estado y los militares encabezados por Augusto Pinochet, se tomaron el país. Y se originó una desbandada de la izquierda por todo el mundo. Pinochet gobernó con mano fuerte, fue reelegido y luego dejó el poder, pero continuó con el mando del ejército y, como siempre ocurre, luego de estar muchos años idolatrado por su pueblo, cayó en desgracia, fue sometido a juicio, perseguido y condenado. Hoy no se reconoce su trabajo en defensa de la institucionalidad, en la creación de empleo e industria, se habla del como si fuera ave de mal augurio.

Espero y deseo que no se repita la historia y este presidente logre mantener el crecimiento y desarrollo de Chile, y termine con la vandalización de las ciudades, que tanto daño hace a una nación, crisis de la que fue parte activa.

¿Por qué un país como Chile cae nuevamente en la izquierda?, es una pregunta difícil de explicar, pero puedo decir que influyó mucho la pandemia, que generó desempleo, hambre y cierre de empresas, además, también se debe considerar la caída en las encuestas del presidente Piñeres y la promesa de una nueva constitución que se está formalizando a través de la constituyente que allí se aprobó.

Esta enseñanza, deseo traerla a colación en este articulo porque nosotros, en Colombia, hemos sido gobernados por personajes de izquierda en Bogotá y Cali, y los mal llamados independientes, en otras ciudades como Medellín y Pasto, sin olvidar el departamento del Magdalena, con resultados desastrosos en sus gobiernos, sobre todo en Bogotá y Cali, terrible, sin coherencia administrativa, despilfarro, empobrecimiento de las ciudades, promoviendo manifestaciones, cierre de vías, daños a la propiedad. Ellos, así y todo, quieren gobernar el país, qué esperanza.

Tengan claro y no se les olvide que la izquierda, el comunismo, llegan al poder para quedarse, entronizarse y no soltarlo sino por las malas. Cierran Congreso, cambian la Constitución y viene el acabose. Sin miedo se los digo si llega a ganar lo que representa Gustavo Petro, el país, se divide, viene el conflicto y se acaba.

También digo sin temor que Antioquia no admite gobiernos que nos vulneren los derechos, nos acaben con el tejido empresarial, con la innovación, con el respeto por la propiedad privada, la libertad de movimiento, la libre expresión, el empleo y el desarrollo social. Puede verse reflejada esa vocación de liderazgo e independencia en la lucha que se tiene con el proceso revocatorio para sacar un alcalde que no genera confianza, ni respetabilidad.

Ciudadanos, es hora de reflexionar y pensar con seriedad en qué país desean vivir, en el que promete y no cumple como el liderado por la izquierda populista, que no ha generado a través de sus líderes una sola empresa, no ha generado un solo empleo, porque han vivido de la burocracia, la misma que desean acabar, la que ellos utilizan para vivir y allí, devengando como congresistas, sin pagar un solo día de cárcel, los que secuestraron, mataron, violaron, extorsionaron y que ahora se hacen pasar como demócratas cubiertos en las sombras de la democracia que ellos mismo combatieron y quisieron destruir. Es un oscuro futuro el que nos depara Petro y sus secuaces, Timochenko y su banda de terroristas protegidos por la JEP; vaya país el que vamos a tener, sin democracia, sin libertades.

Tenemos la opción del otro país en el que vivimos hoy, al que sin duda alguna hay que hacerle reformas de fondo, quieran o no quieran los congresistas actuales, en el que la justicia opere, que las cortes sean independientes y no elegidas por el Congreso, que no existan ternas del presidente, en fin, donde la rama judicial sea independiente, piense en Colombia y no en intereses propios, que sea aquella justicia que dé tranquilidad y confianza.

Que el congreso se disminuya a la mitad, que existan una serie de requisitos para ser elegido congresista, la sola edad no basta, que trabajen todo el año, que se castigue la inasistencia, y que estudien y analicen qué es lo que sirve en miles de leyes que se aprueban sin sentido y no tienen ningún interés para el ciudadano, es decir, que tengamos menos leyes pero que sean eficaces se cumplan.

Que tengamos más autonomía en las regiones, administrativa y fiscal, que el centro no sea Bogotá, sino que las regiones o departamentos tengan sus propios tributos y de ellos envíen un porcentaje a la capital, pero no todo, o casi todo, como ocurre hoy, y que las asambleas y concejos sean el centro del gobierno, fortaleciendo la vida en los municipios.

Hay que estar de acuerdo todos en lo fundamental, que es que la corrupción tanto pública como privada se extirpe de la mente de cualquier persona, que el que sea funcionarios públicos es porque quiere servir al país.

Si hacemos esto y actuamos en orden y disciplina tendremos un país democrático, respetuoso de la ley y con desarrollo social, un país donde todos tengamos espacio, y la muerte y la violencia desaparezcan.

Que lo que pasó en Chile, Perú, Nicaragua, Cuba y Venezuela, y lo que va a suceder en Brasil, no nos asuste, y nosotros tomemos decisiones contrarias a las impuestas en dichas naciones.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Vigía: licantropía política

Coronel John Marulanda (RA)
Por John Marulanda*

El fraile Francisco, en los siglos II y III de nuestra era, pleno medioevo, logró, con gran dosis de autoconfianza, dominar el lobo de Gubbio. Este animal feroz, rabioso, sangriento, inclemente, está presente en el Santoral cristiano (San Columbaro, San Patricio, San Froilán, San Eustaquia, Santiago Apóstol, Santa Quiteria y otros) pero es el Santo de Asís el que con mayor frecuencia se cita, como ejemplo de la bondad dominando la maldad.

De Asís a Bogotá

No pude menos que recordar a este símbolo de mi religión cuando en un foro, el jesuita Francisco de Roux me increpó por mis dudas sobre la sinceridad de los lobos del partido de los comunes. Mi duda racional, como lo manifesté en una sesión de la ilegítima Comisión de la Verdad, se basa en que lo que dice alias «Iván Márquez» en un video coincide con uno de los artículos del estatuto del antiguo partido FARC encabezado por alias «Timochenko». La sospecha, sin paranoia, forma parte de la saludable duda razonable que recomendaba Descartes para llegar a la verdad. Y ahí están las pruebas para sustentar la sospecha. La coincidencia señala la estrategia diseñada desde los 60 por su apóstol mayor alias «Tirofijo», la combinación de todas las formas de lucha que está en el ADN del marxismo leninismo. Y es que, en su paroxismo, los comunistas giran alrededor de una obsesión: la toma del poder. Y si hay que mentir, secuestrar, asesinar o narcotraficar, lo harán con tal de lograr este objetivo, que en su fantasía será el comienzo del arreglo de todos los problemas. La realidad monda y lironda, demuestra que es al revés. Ahí están Cuba, Nicaragua y Venezuela como una demostración palmaria del desastre que son los comunistas en el poder. Los talibanes de Afganistán, al menos son francos y claros en su atroz actuar, a diferencia de nuestros “talibanescos” comunistas, como bien lo explica José Alvear en un reciente artículo.

Sabiendo que la Iglesia es tradicionalmente una de las tres instituciones de mayor confiabilidad en la opinión pública colombiana, los arquitectos de la falaz Comisión de la Verdad, parida mal en La Habana, colocaron a un sacerdote a su cabeza, pero uno que abiertamente ha confesado sus simpatías por el grupo narcoterrorista del ELN, que tiene a sus cabecillas requeridos por la policía internacional y protegidos por Cuba y Venezuela.

Curas y lobos versión Colombia

Las narcofarc durante 60 años han sido los lobos de Colombia, asesinando, secuestrando, violando, siempre abrigados con la excusa de “por y para el pueblo y contra el imperialismo, la burguesía criolla y la oligarquía explotadora”. Y aunque algunos de ellos se ponen abrigos de oveja, sus orejas los delatan. La impunidad y el premio político y fiscal que obtuvieron en los acuerdos habaneros, generan aversión de la opinión pública: una reciente encuesta los condena con un escaso 8% de aceptación (el ELN registra un 2%) y la reacción de doña Carmenza López, en agosto del año anterior, al negarse a recibir un abrazo de la senadora narcofariana alias Sandra Ramírez, expresa un sentimiento nacional.

“«Timo» ha reconocido que ha asesinado y ha pedido perdón, yo he estado a su lado en estos eventos”, me sermoneó de Roux. ¿Le habrá puesto la pata en su mano, mansamente, como se relata en el capítulo 21 de “Las florecillas de San Francisco” y se muestra en la iconografía estándar?

En este torbellino de emociones negativas, el Íñigo Francisco de Roux, imposta a Francisco de Asís buscando una verdad que se sabe por todos viciada desde el principio, pues el sacerdote es adicto a la Teología de la Liberación, doctrina que justifica asesinar con tal de buscar un pedazo de pan para los pobres. Robinhoodismo tropical, y si no fuera por los antecedentes del clérigo, me atrevería a pensar en un fenómeno de licantropía política.

La paz no se ve en Colombia y el horizonte pinta complicado. Crimen organizado transnacional, corrupción en metástasis, justicia venializada, fortalecimiento de grupos armados ilegales apoyados desde Venezuela, debilitamiento de las fuerzas de seguridad del Estado. Y para rematar, una Comisión de Roux con un informe final perverso que, a como dé lugar, quiere convencer al mundo de que el Estado democrático es pecado, el socialismo es el paraíso y que los lobos son vegetarianos.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Timo y Santos nos anuncian su reforma agraria

José Alvear Sanín

Por José Alvear Sanín*

Los 31 minutos 11 segundos del video de la amistosa charla entre dos compinches, compadres o socios, Timo y Santos, es estremecedor, porque nos permite ver su identidad de propósitos.

Entre mutuas sonrisas y falacias transcurre ese diálogo inquietante, en el que quizá la única verdad que se expresa es cuando Rodrigo –así trata el expresidente al terrorista—afirma que Manuel (es decir Tirofijo), alguna vez le manifestó “si esta oligarquía fuera inteligente, estaríamos perdidos” (¡en eso sí estoy completamente de acuerdo!).

Tanto Rodrigo como Juan Manuel afirman que después de la JEP, lo más importante es lo que ellos llaman “reforma agraria integral” o “el problema de la tierra”.

Esa declaración es ominosa, porque con ella conminan al actual gobierno (que se ufana de estar cumpliendo el AF, mientras las FARC nada cumplen), para que lo siga cumpliendo con su tal “reforma agraria”.

Seguir esas instrucciones equivale a la destrucción de la agricultura y la ganadería colombianas en aras de uno de los más perversos dogmas leninistas, el que exige colectivizar la agricultura, proceso que tiene lugar pocos años después de engañar a los “despreciables” campesinos (como los calificaba Vladimir Ilich), con la entrega de las tierras ajenas.

A cada reforma agraria comunista solo la sigue el hambre, como en Rusia en 1919, el Holodomor en Ucrania en 1932, la penuria alimentaria durante toda la historia de la URSS, el hambre siempre insatisfecho durante el maoísmo y en Norcorea, la pobre Cuba y la martirizada Venezuela. La próxima víctima será Colombia, si desde el año entrante empezamos con la reforma agraria de los dos responsables máximos del AF, y si sus seguidores, en 2022 ganan las elecciones…

El futuro económico de Colombia requiere indudablemente una reforma agraria, no la comunista, sino la que ponga a producir alimentos para dejar de importarlos, y que nos permita exportar inmensas cantidades de ellos para poder mejorar la suerte de todos, en vez de copiar los experimentos atroces e improductivos de la misérrima Cuba.

El progreso de nuestro país no vendrá de la industria, sino del campo, si escogemos un modelo rural adecuado. La superficie de Holanda equivale a la mitad de la de Antioquia, lo que no le impide haberse convertido en el principal exportador mundial de productos agropecuarios, mientras Cuba, que la triplica en superficie y la supera en calidad de suelos, debe importar el 80% de la comida para su pobre e insuficiente dieta.

Pero Timo y Santos, los dos jefes políticos más poderosos de Colombia, nos ordenan ejecutar la fórmula cubana, la misma que ha producido el Holodomor venezolano, precursor del que tendremos bajo Petro, Claudia o Cepeda (¿cuál ha de ser…?, ¿cuál ha de ser…?)

Con la “reforma agraria integral” pasa lo mismo que con la “paz”. Ambas son palabras bellas y seductoras. Por ese motivo, quien se atreve a decir que lo que salió de La Habana no fue la paz sino la entrega del país, es estigmatizado, denostado y descalificado. De la misma manera procederán contra quienes consideren que la reforma agraria comunista es inconveniente, tóxica y fatal para Colombia.

La “reforma agraria integral” del AF creará, primero, un conflicto sangriento, y luego, hambruna, atraso y miseria. Por tanto, si el gobierno a partir de 2021 se decide por la resolución timo-santista del “problema de la tierra”, habrá que perder toda esperanza, porque, además, los colombianos no tendremos la suerte de los venezolanos, que encontraron un país dónde mendigar.

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Sin duda alguna, el país ha llegado a una situación de ingobernabilidad, por el efecto combinado del desorden constitucional y la aplicación del Acuerdo Final. La realidad es que enfrentamos al dilema “reconstrucción o catástrofe”.

Tanto el Foro Atenas http://www.lalinternaazul.info/2019/08/21/analisis-de-la-situacion-politica-de-colombia/ como la Alianza para la Reconstrucción de Colombia (ARCO), orientada por el doctor Luis Alfonso García Carmona, están convocando a todas las fuerzas democráticas de Colombia para que se unan, obtengan una amplia mayoría parlamentaria en el 2022 y logren la elección de un presidente que, con debido respaldo, pueda enderezar al país. Si esto no se logra, Colombia caerá en el abismo.

Así pues, invitamos a nuestros amigos a ingresar también a https://www.alianzareconstruccioncolombia.org,  donde se encuentra información actualizada diaria sobre el avance de la subversión y cómo contrarrestar esa aterradora ofensiva, de la que muchas personas no se han dado cuenta o no quieren ver, porque “aquí, eso no va a pasar”.

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“La sobreproducción intelectual, educativa, psicológica y artística, justamente con la superproducción económica, amenazarán la civilización. La gente se verá inundada, cegada, ensordecida, y mentalmente paralizada por un torrente de externalidades vulgares que no dejará tiempo para descansar, pensar o divertirse”.

J.K. Chesterton (1931)

jueves, 12 de septiembre de 2019

...Y ahora sin antifaces


Por José Alvear Sanín*

José Alvear Sanín
Ante la reunión, en el confortable apartamento del senador Iván Cepeda, entre el máximo jefe de las Farc y Juan Manuel Santos, no puedo dejar de recordar las sesiones de los Chicos Malos S. A., de las inolvidables historietas de Walt Disney. En ellas, estos personajes, llevando todos ellos negros antifaces, siempre se reunían en oscuros ambientes para planear sus fechorías. Ahora, ya los chicos malos salen de las sombras y no tienen empacho en exhibirse a plena luz del sol.

Varios de los asistentes a ese ágape han sido amnistiados y elevados a la proficua dignidad de congresistas. Pero esto no impide a la generalidad de los colombianos recordar el nutrido prontuario y los centenares de años de penas privativas de la libertad que pesaban sobre estos culpables de incontables delitos de lesa humanidad. Por tal razón, casi nadie es capaz de estrecharles la mano, repugnancia que debería ser mayor en quienes han representado la majestad de la república.

Dejemos de lado, entonces, el deber ser, para situarnos en la realidad del momento: ahora los chicos malos se reúnen sin necesidad de antifaces. La desfachatez, desvergüenza y desparpajo en esa impúdica exhibición es alarmante.

Probablemente Timo y Santos se han reunido con frecuencia, porque de lo contrario no se entiende la perfecta sincronización de movimientos de las fuerzas del desorden. Pero hasta ahora estos encuentros han debido estar rodeados del mayor sigilo, para poder seguir haciendo creer al país que lo convenido en La Habana fue un acuerdo entre el gobierno y una guerrilla para hacer la “paz”, y no el encuentro entre dos alas del mismo movimiento, la subversiva y criminal del campo, y la solapada, perversa y traidora de la capital, infiltrada y dominante en un gobierno que entregó el Estado a sus enemigos.

Si fue lo segundo, el público maridaje entre Timo y Santos se explica; en cambio, si insisten en presentarse como fuerzas políticas diferentes, ese notorio ayuntamiento es inadmisible.

Se ha dicho que ese encuentro tenía dos propósitos: el primero, permitir a ambos grupos conocerse y —supongo— tejer amistades… El segundo, deliberar acerca de la manera de preservar “la paz”, después del segundo Caguán anunciado por comunes amigos.

Ambos fines son plausibles únicamente si todos los asistentes están identificados en el mismo plan político del Foro de Sao Paulo, para convertir a Colombia en otro régimen marxista-leninista.

Timochenko y su grupo nunca han desmentido ese propósito, y por desgracia para Colombia, el comportamiento de Santos a partir del 7 de agosto de 2010 indica su compromiso indisoluble con las FARC. Su participación en este amistoso five o´clock tea con chicos malos, malísimos y peores, equivale al destape más desvergonzado, a actuar “a calzón quitao”, como decimos en Antioquia, en favor de la agenda revolucionaria que su gobierno favoreció, impulsó y consagró por encima de la Constitución y la ley.

No puedo terminar sin preguntarme si ese eufórico convite no se relaciona con los preparativos finales para el golpe de octubre, cuando se debe producir la decapitación judicial del expresidente Uribe, verdadero regicidio llamado a catalizar la revolución, notificando claramente al país quiénes son verdaderamente sus amos.

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Ominosa la amenaza de aquel senador desestigmatizado, cuando le dice a su contradictor: “Ya estamos cansados con usted”.

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Interesante la reunión en La Habana del gobierno de ese país con Adán Chávez, embajador de Maduro en la isla, Iván Márquez y Santrich.

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Después de 37 años de represión, inflación galopante y miseria, muere Robert Mugabe, el Maduro africano. ¡Ojalá el Mugabe suramericano no dure otro tanto!