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viernes, 12 de agosto de 2022

Señales de esperanza

José Leonardo Rincón Contreras
Por José Leonardo Rincón, S. J.*

El inicio de un nuevo gobierno y, más este, genera expectativas que se mueven desde la preocupación, la ansiedad y la incertidumbre, hasta la esperanza de que al pais le vaya bien y la alegría de ver sus primeros aciertos.

Indudablemente, un pacto histórico, como se le ha denominado, como pacto no deja de ser frágil, conociendo los antecedentes de sus compromisarios, entre los cuales hay de todo, desde exguerrilleros y comunistas radicales hasta la rancia clase política bipartidista tradicional, pasando por reconocidos politiqueros, auténticos camaleones que se mimetizan según el terreno que pisan. Todos ellos, curiosamente, se subieron en el bus de la victoria, unos cuando vieron que rodaba rápido y los otros cuando declinaron ser oposición. Me imagino el berenjenal de la repartición de cuotas. Esa coalición frágil efectivamente será histórica si se mantiene, si no, caerá cual castillo de naipes.

Con todo, no se puede negar que ha habido un número importante de nombramientos que mandan señales de esperanza. Nuestro exalumno berchmans José Antonio Ocampo, generó un parte de tranquilidad desde la estratégica cartera de Hacienda. Fue un primer respiro importante y un mensaje de alivio en medio de un contexto global económico muy complejo. Personalmente, me ha alegrado saber que a su lado hay dos profesores javerianos reconocidos no solo por su alta competencia profesional sino también por sus calidades éticas: Gonzalo Hernández, en el viceministerio técnico y Luis Carlos Reyes al frente de la DIAN. El primero era nuestro director de investigación y el segundo el director del observatorio fiscal.

Supimos en estos días del nombramiento de Cesar Ferrari en la Dirección del DNP y nuestra alegria no fue poca. César, además de contar con una aquilatada hoja de vida académica y profesional, es un hombre ético y así lo pueden corroborar sus estudiantes javerianos. Peruano de nacimiento, nacionalizado colombiano, conoce como pocos nuestra realidad del país y prestará un excelente servicio.

* De Álvaro Leyva sabemos de su pasión de antaño por la paz y desde su cartera de relaciones exteriores seguramente buscará que Colombia en el contexto internacional sea ahora reconocida como un país de paz.

* Un primo muy cercano trabajó al lado de Cecilia López, la nueva ministra de Agricultura, y de ella y sus capacidades me ha dado siempre las mejores referencias.

* De Patricia Ariza en Cultura se oyen los mejores comentarios por parte de quienes han sido sus colegas en el medio. Es importante siempre que estos retos sean asumidos por conocedores del tema.

* Alejandro Gaviria en educación, después de ser rector de Los Andes, genera positivas expectativas.

* Ivan Velásquez, en Defensa, suscita controversia, pero es clara su rectilínea posición frente a los no-negociables en materia de derechos humanos y lucha anticorrupción, dos temas hoy día tan sensibles como ineludibles.

Aquí ha habido aciertos y yo los comparto. Para mi son señales de esperanza en medio de tanta desazón y desencanto. No hablo de los otros ministros porque o no los conozco o solo tengo referencias vagas. Lo que sí es claro es que el país necesita funcionarios cualificados y honestos. Un descache sería no solo desalentador sino escandaloso y el palo no está para cucharas. Se necesita igualmente durabilidad y estabilidad en estos servicios al país. Por lo pronto seguimos atentos a la conformación del equipo y a que el presidente trabaje en equipo, un reto nada fácil pero absolutamente necesario.

jueves, 4 de agosto de 2022

Vigía: “Respeto los símbolos” nuevo mindefensa colombiano

Coronel John Marulanda (R)
Por John Marulanda*

Durante el gobierno de César Gaviria, en 1991, Rafael Pardo fue el primer civil de los tiempos modernos en el Ministerio de Defensa, que incluyó la actual vicepresidente y canciller Marta Lucía Ramírez, en el 2002. Hace una semana, el gobierno entrante designó un nuevo ministro de Defensa civil, Iván Velásquez. Venezuela mantiene al general Vladimir Padrino López como ministro del ramo desde 2014.

Velásquez no la tiene fácil: 26 asesinatos por cada 100 mil habitantes, 210 hectáreas sembradas de coca y la inseguridad urbana disparada. Antier tuvimos otra masacre con cuatro indígenas aiwa muertos en Barbacoas, Nariño. Fue la masacre 58 en lo que va del año.

Pero el nombrado ministro se equivoca al reclamar que “Nuestro propósito es rescatar absolutamente esa buena imagen de las fuerzas militares…”, cuando las recientes estadísticas ubican a los militares como la institución de mayor credibilidad en la opinión pública, en una encuesta que pone a los grupos armados irregulares, al Congreso y a los partidos políticos, entre ellos el Pacto Histórico, en la parte más baja de la confiabilidad ciudadana.

Decir que el título de héroes no les pertenece a los soldados, que son simples cumplidores del deber, como él mismo, es ridículo: quisiera verlo empuñando un fusil hasta la muerte, para defender la seguridad ciudadana y la nacionalidad.

Rechaza el servicio militar obligatorio, el término “neutralización” y califica al Clan del Golfo como autodefensas gaitanistas, seguramente pavimentando el camino para una próxima negociación. Pero el problema persistirá: 300 mil hectáreas sembradas con hojas de coca se anuncian para un futuro inmediato de la “paz total” de Petro.

Que la policía salga del Ministerio de Defensa con destino a un nuevo Ministerio de la Paz, Convivencia y Seguridad, es una decisión tomada dijo el funcionario, quien no explicó cómo será el tren administrativo del nuevo cargo. Y añadió: “con seguridad, es que este Esmad, como se ha conocido, no puede continuar”. ¿Un nuevo escuadrón antivandálico? Pregunta en suspenso hasta nuevas indicaciones.

El pasado 29 de julio, el presidente electo en reunión con la Federación Nacional de Departamentos (FND) a la que asistieron 29 de los 32 gobernadores del país, aclaró que “el Ejército no debe perseguir a la oposición, el Ejército debe perseguir la corrupción y eso haremos”, aunque para luchar contra la corrupción están la Fiscalía General y la Policía. “Yo espero tener la confianza de que todos los miembros de fuerza pública van a actuar con absoluto respeto en estas labores de inteligencia y contrainteligencia. (…) “Cada persona encargada de la inteligencia, cada persona encargada de la información que permita esa filtración de inteligencia tendrá consecuencias” dijo Velásquez en su entrevista del pasado 30 de julio.

“Puedo asegurar es que estoy por la institucionalidad, estoy por la defensa y fortalecimiento de un Estado social y democrático de derecho. No hay enemigos en la fuerza pública. Las fuerzas militares no son enemigas, son garantes también de la estabilidad en el país”. No podemos menos que recordar, lo que sentenciosamente dijo El País, periódico español de izquierda: es “el hombre encargado por el presidente Gustavo Petro de desmontar uno de los ejércitos más poderosos de América Latina”. Y el principal problema del funcionario que pertenece al mayormente desconfiable de los sectores del país, es que como dijo que respeta los símbolos, mañana puede hacer lo contrario.

Coincidente con la entrevista del nuevo miembro del gabinete, la Comisión de la Verdad presentó su informe, “anacrónico y parcializado…” según uno de sus exmagistrados; el nombrado ministro de Educación, Alejandro Gaviria declaró que impondrá el estudio de ese informe en escuelas y colegios; la JEP llamó de nuevo al general Mario Montoya, supuestamente máximo responsable de las ejecuciones extrajudiciales y al coronel en retiro Iván Ramírez por la desapariciones del Palacio de Justicia; volvió a meter a la cárcel al General Arias Cabrales y un nuevo grupo de militares fueron llamados a responder ante la JEP por crímenes de guerra en Urabá. Y la pregunta es: ¿de la cúpula de 60 generales, se deberían excluir a 39 investigados por diversas causas? “El mensaje que quiero darles a todos los miembros de la fuerza pública es que no habrá tolerancia ni con la corrupción, ni con la violación de derechos humanos”, dijo Velásquez.

Aquí algunos conceptos de quien será el ministro de defensa en Colombia:

* “No hay enemigos en la Fuerza Pública”

* “No habrá revanchismo”.

* “Generar un ministerio del tamaño que se necesita”.

* “…vamos a actuar con responsabilidad y vamos a actuar con decisión”.

* “Yo respeto los símbolos”.

* “…nunca he marchado”.

El pasado martes, Petro dejó plantados 190 alcaldes municipales, quienes lo esperaron infructuosamente. La razón: dizque estaba definiendo la nueva cúpula militar junto a su nombrado ministro de defensa y otros asesores.

jueves, 28 de julio de 2022

Vigía: del ministro de defensa y otras yerbas

Coronel John Marulanda (R)
Por John Marulanda*

El recientemente designado ministro de Defensa, Iván Velásquez, es una muestra de lo que espera a la mayor empresa del país: Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Policía Nacional. Las reacciones han sido emocionales frente al nombramiento de Velásquez, que nos cogió por sorpresa a todos, aunque como dicen, en el desayuno se sabe cómo va a ser el almuerzo.

Dos precisiones: la institución de mayor confiabilidad en el país, según las encuestas, son las Fuerzas Militares. Baste recordar las demostraciones de admiración y cariño en las horas de la mañana, el 20 de julio, durante el desfile militar, para contrastar con la algarabía congresional, entidad que junto con los partidos políticos están en la última escala de las mismas encuestas; y la Policía Nacional de Colombia no es policía militarizada, como cacarean los petristas: es “…un cuerpo civil, armado…” dice la constitución; que imite los uniformes y los grados militares es otra cosa.

El País, periódico de la izquierda española, aclaró que Velásquez es “el hombre encargado por el presidente Gustavo Petro de desmontar uno de los ejércitos más poderosos de América Latina”.
Sobran los comentarios.

La Asociación Colombiana de Oficiales de las FFMM en Retiro, ACORE, ha iniciado aproximaciones con el nuevo Mindefensa, para intentar conocer sus intenciones, después de que ha sido expulsado de Guatemala por su imprudencia y que ha denostado con más frecuencia de la debida contra la Policía y en grado menor contra los militares. Su visión, sus proyectos y las líneas políticas que marcarán el rumbo de los militares y los policías, son claves para entender desde ya cuáles serán sus actitudes al respecto.

Por supuesto que se esperaría que el ministro de la Defensa actúe con la magnanimidad que proclama en un reciente tuiter, aceptando de hecho que su experiencia en el Crimen Organizado Transnacional le permitirá judicializar a los militares involucrados en corrupción, casos conocidos de los cuales no están exentos suboficiales, soldados y patrulleros.

Velásquez pasará a la historia como el funcionario que sacará a la Policía Nacional del Ministerio de Defensa, para trasladarla: a.) a otro ministerio ya existente, como el de Gobierno, lo cual reiniciaría un proceso de politización de nuestros queridos patrulleros o b.) al anunciado nuevo Ministerio de la Paz y Seguridad Social, lo cual implicaría un gasto excesivo de recursos y funciones. La eventual división del Ministerio de Defensa en dos viceministerios, el de Defensa para los militares y el de Seguridad Social para los policías y otras organizaciones de fuerza, plantea un nuevo escenario en donde los militares y policías retirados de Acore, Acorpol, Fecolsure, Acosipar y las demás organizaciones de retirados, tendrán mucho que opinar, comentar y decir.

Exigen los retirados, eso sí, que, de manera pragmática, se mantengan las asignaciones de retiro ganadas en buena ley, tanto como el respeto por las tradiciones, rituales y procedimientos que datan de 212 años de antigüedad y que constituyen el corazón de la moral institucional, regada con la sangre de héroes anónimos desde 1810. Cualquier alteración a los símbolos patrios, a los himnos, a las reglas ceremoniales y otros rituales, serán mirados como una afrenta.

Dicho lo anterior, no es menor importante aclarar que la fuerza pública colombiana en general es civilista y con seguridad que el domingo 7 de agosto, rendirá los honores correspondientes al presidente electo, ceremonia de la cual estaremos ausentes, naturalmente.

Los probables diálogos con las bandas criminales como el ELN, las FARC, el Clan del Golfo, están siendo analizados con perspicacia y prudencia por los retirados, como se hizo con los diálogos de La Habana, a lo que hay que añadir los comentarios, críticas y observaciones de los suboficiales, agentes, soldados y civiles pensionados del sector defensa, que se han comunicado con la opinión pública a través de una articulación de 53 estructuras de retirados que insisten en observar toda la fenomenología militar, policial, de seguridad y defensa del país. Creemos que dialogar con esas organizaciones narcoterroristas, le traerá problemas de seguridad no solo a Colombia sino también a nuestro vecino Venezuela, que las ha acogido y repotenciado con cocaína y minería ilegal, nombrándolas retaguardia estratégica de la revolución.

Adendo: el nuevo comisionado de Paz, Danilo Rueda, es director de la ONG Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, que en su página web declara: “La existencia de diversas organizaciones armadas guerrilleras son la expresión del ejercicio del Derecho a la Guerra, a la rebelión armada reconocida en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en los Derechos de los Pueblos, en tratados de humanistas y de iglesias en el mundo”. Rueda fue protagonista, junto al hermano del primer mandatario electo, de una visita de 6 horas a los presos de La Picota, cuando se les ofreció el “perdón social” del que habló el presidente elegido. “Me ofrecieron asilo en Suiza o en Francia. (…) De hecho, la persona encargada de tramitar todo y de estar pendiente de hacer todo en Medellín era un señor Danilo Rueda…”, aseguró “el Tuso Sierra” en agosto de 2020. Así van las cosas por Colombia, gemelo de Venezuela.