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lunes, 28 de abril de 2025

El Puente de los Suspiros

Luis Alfonso García Carmona

Existe en la ciudad de Venecia una construcción del siglo XVII que consiste en un pasadizo cerrado y elevado sobre el Rio Di Palazzo, que une el Palacio Ducal con la prisión de la Inquisición (Piombi). Se ha conocido como Ponte di Sospiri (Puente de los suspiros), ya que, a través de unas ventanas del pasadizo, podían los condenados a muerte mirar por última vez el cielo y el mar antes de ser ejecutados.

Destino similar al de esos desdichados padecemos los colombianos, aunque optamos por ignorar nuestra desgracia o por esperar que otros nos libren de ella.

Luis Alfonso García CarmonaCuando se suscribió el humillante pacto de La Habana con los más crueles criminales de nuestra historia comenzamos a advertir sobre el ominoso peligro que se cernía sobre nuestra Patria y chocamos con una apatía generalizada. Algunos argumentaban que el fatídico acuerdo era necesario para que no siguiéramos matándonos. No recuerdo haber matado a nadie, pero mi mente sí ha registrado las masacres y atentados que durante seis décadas han perpetrado los bandoleros de la guerrilla.

La cobardía, la tolerancia con el delito y la impunidad repartida a manos llenas entre los terroristas, narcotraficantes y vándalos durante los gobiernos de transición (Santos y Duque) insuflaron nuevas fuerzas a una guerrilla que, al terminar el mandato de la Seguridad Democrática estaba derrotada, exilada en países limítrofes u oculta en lo más profundo de la selva. Apoyada en esa irregular fuerza y en la apatía de nuestra clase dirigente fue construyendo la extrema izquierda su camino hacia el poder que, finalmente conquistó, con el empuje de los dineros sucios y de un monumental fraude electoral, en el 2022.

Aunque el panorama es cada vez más oscuro y las perspectivas más tenebrosas, inexplicablemente persiste la complicidad de la clase política con este desastre ético y político. Ninguno de los caciques electorales se ha preocupado por el avance del terrorismo y de la izquierda totalitaria con todas las herramientas del poder a su libre disposición. Más grave aún: cuando el pueblo colombiano, haciendo uso de un derecho constitucional, inició el juicio político contra Petro por haber violado los topes económicos de su campaña, la misma dirigencia se ha encargado de entorpecer el proceso y de negarle su apoyo a los demandantes.

Dos años y medio de constantes violaciones a la Ley y a la Constitución, de sucesivos escándalos de corrupción protagonizados por la camarilla gobernante, de entrega del territorio nacional a los grupos irregulares, de saqueo de los dineros públicos a través del crecimiento exagerado del Estado y del derroche sin límites, de destrucción del sistema de salud, de obstaculizar las funciones de las fuerzas armadas y de cometer toda clase de torpezas en el manejo de todos los asuntos públicos , no han bastado para despertar la conciencia nacional.

Nos emascularon de pie y ni siquiera reaccionamos. Miremos por última vez el cielo y el mar de esta Colombia bella, antes de que nos envuelva la aterradora noche como a los pobres transeúntes del Puente de los Suspiros.

miércoles, 3 de julio de 2024

Rastrera, sí... ¡pero superioridad al fin y al cabo!

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

A partir de la Primera Guerra Mundial se ha tenido la superioridad aérea como medio fundamental para doblegar al enemigo. En la Segunda, la supremacía aérea conseguida finalmente por los aliados fue determinante. A partir de 1945, en todas las confrontaciones, quien domina el espacio aéreo tiene las mejores cartas.

Las guerrillas tienen más capacidad de dañar que de triunfar, porque no pueden aspirar a la superioridad aérea; a lo sumo adquieren proyectiles antiaéreos de limitado alcance, porque los aviones de combate y las flotas de helicópteros solo pueden ser adquiridos y costeados por los Estados.

La práctica eliminación de las guerrillas colombianas tuvo mucho qué ver con la supremacía aérea, que se mantuvo e incrementó a partir de los gobiernos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe. El posterior triunfo de las FARC no se debió a cosa distinta que la entrega del Gobierno a la subversión, es decir, mediante traición a la patria.

Como la capitulación bajo Santos fue parcial, con la llegada al poder de Petro empezó un proceso bilateral de entrega: el Gobierno cede y cede, y el ELN recoge. Además, esto tiene un vector militar y otro institucional. En ambos, el Gobierno renuncia a continuar la guerra: en lo militar, “la paz total” implica en realidad un cese unilateral del fuego; y en lo civil, se prepara la sustitución del orden constitucional por acuerdos “vinculantes” y obligatorios para transferir el poder del Gobierno a la guerrilla.

Llegamos así al tema del dominio del espacio aéreo. En primer lugar, no se reemplazan los obsoletos cazabombarderos Kfir, y los pocos que quedan, ni son operacionales ni repotenciables. Y privados de mantenimiento, los helicópteros que no se han caído, ya no pueden volar, a menos que sigan condenando a muerte a sus tripulaciones.

He aquí otro capítulo de traición a la patria. Con toda la aviación inoperante y en tierra, las guerrillas y los narcos son dueñas del aire, porque ya no hay ni reconocimiento, ni interdicción ni bombardeo.

Sobre nuestro espacio aéreo ya no se ejerce soberanía. Entonces aparece una superioridad aérea “rastrera”, es decir la que ejercen desde tierra las guerrillas, con proyectiles antiaéreos de 1.800 m de alcance y con la utilización de drones civiles, adaptados para porte y descarga de explosivos por parte de los intuitivos “ingenieros” de la subversión.

Hasta donde se sabe las guerrillas ya tienen algunos proyectiles modernos de cercano alcance, pero aún no tienen costosos y eficaces drones militares (UCAV= Unmaned Combat Aerial Vehicles).

Mientras no dispongan de UCAV, su superioridad aérea es rastrera y de corte amateur pero terrible, porque la defensa aérea ha sido desmantelada por el Gobierno.

Como la producción de drones militares está muy demandada por las guerras en Gaza y Ucrania, las guerrillas colombianas permanecen en la lista de espera de los fabricantes iranios, rusos y norcoreanos... ¡Pero ya les llegarán!

Sospecho que el status quo aéreo continuará favoreciendo a las guerrillas, porque el Gobierno no tiene afán de contratar el overhaul de los helicópteros (que tardaría meses), ni para adquirir cazabombarderos, sea en Francia, USA o Suecia (con entrega entre 20 y 30 meses).

Entretanto avanza rauda la “negociación” con el ELN, como indica el éxito de la guerrilla en la ronda que acaba de pasar en Caracas, para apoyar el proceso constituyente de Petro, patrocinado por ELN, FARC, Pacto Histórico y todos los idiotas útiles y los compañeros de ruta que infestan el país

***

En vez del coloquial dron (de drone: zángano, cucarrón), debemos distinguir entre RPA (Remotely Piloted Aircraft), UNV (Unmaned Aerial Vehicle) y UCAV (Unmaned Combat Aerial Vehicle).

En cuanto a los drones civiles, útiles en docenas de actividades, los hay desde $158.000= hasta $5´000.000=, de tal manera que las guerrillas pueden seguir convirtiéndolos en instrumentos para causar daño y muertes en blancos a corta distancia.

¿Cuándo les llegarán los costosos drones militares para aterrorizar las ciudades y amenazar la infraestructura con su impresionante capacidad explosiva, mientras se les sigue facilitando el predominio aéreo?

domingo, 1 de septiembre de 2019

Los desertores


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
Los desertores del proceso de paz lograron poner de acuerdo en algo a todos los actores del país.

Todos estamos de acuerdo en que se deben perseguir, capturar y dar de baja, inmediatamente. Todos estamos de acuerdo en que traicionaron el acuerdo y traicionaron al país. Todos estamos de acuerdo sobre el patrocinio venezolano. Todos estamos de acuerdo en que son narcotraficantes y bandidos. Todos estamos de acuerdo en qué hay que cumplirle a esa mayoría llamada guerrillerada, para que no se deje cautivar por esa minoría llamada bandidos desertores, narcotraficantes, incumplidores de los acuerdos de paz.

La amenaza de estos bandidos, de que no van a secuestrar, pero que sí van a extorsionar, la tendremos que enfrentar con mucho valor y decisión, con una ventaja muy grande sobre ellos, la vamos a enfrentar unidos. Las declaraciones de todos los partidos y movimientos políticos, viejos y nuevos, de todas las autoridades judiciales, incluida la JEP, generan muchas esperanzas al país.

Definitivamente, no hay mal que por bien no venga.

Estoy seguro de que si este episodio lo manejamos con humildad, sin meterle la cizaña de ganadores y perdedores, de quienes tenían o no la razón, va permitir abrir puertas para enfrentar unidos todos los otros males que nos tienen jodidos, como la corrupción a todos los niveles en los sectores público y privado, la inequidad que no ha permitido satisfacer las necesidades básicas de los más pobres, las reformas a la justicia para garantizar que todos los colombianos podamos acceder a un pronto y cumplido mecanismo que solucione los conflictos entre particulares y con el Estado, a la urgente necesidad de que las vías que conecten al país física y virtualmente, se desatranquen, permitiendo el anhelado desarrollo agrícola, industrial, comercial y de servicios, para nuestro autoabastecimiento y la exportación, generadores de riqueza y empleo para todos los colombianos; a que todos seamos cuidadores responsables del medio ambiente, recordando siempre que el cambio climático se convirtió en un sobrecosto muy grande en todas las actividades de los humanos.

Llenémonos de optimismo, humildad y solidaridad, trabajemos duro en la búsqueda de acuerdos en todo lo que nos une, que mejorará la calidad de vida de todos. Dejemos la angurria, se puede, los desertores nos unieron, no perdamos el impulso, todos vamos a ser más felices, todos cabemos, todos podemos, la unión hace la fuerza.

¡Viva Colombia la nuestra, la de todos y para todos!

Llegó el momento para que gobernantes y dirigentes, luzcan sus calidades de verdaderos colombianos para colombianos.

Llegó el momento del interés general sobre el interés particular.