Por Antonio Montoya H.
Es posible que muera antes de lograr convertir mi sueño
recurrente de muchos años en una realidad, que no es otro que ver a Colombia,
nuestro país, salir de la violencia, de la muerte, la venganza y el odio. Quiero
verlo transformándose en lo contrario: amor, respeto, tolerancia y crecimiento,
alejándose de ese sino trágico que nos acompaña posiblemente desde la época de
la Conquista y que se fue enquistando en los genes de nuestra raza, que nos
impide ver las cosas y solucionarlas de una manera diferente. Nadie escapa a
esa herencia maldita, que arruga y aniquila nuestras vidas; por eso, a
violencia física y moral la debemos erradicar en todas las esferas sociales de
nuestra tierra.
Lo expreso frecuentemente en reuniones y en mis opiniones
cotidianas, trasformar el país es imposible lograrlo desde arriba, ese proceso debe
iniciarse desde el hogar, el colegio y la universidad, claustros que hoy
lamentablemente tienen muchos estudiantes, que deambulan por las aulas, sin
interés real por cambiar costumbres y comportamientos. También, ese cambio,
debe darse en los amigos de barrio, de empresa o sociales, allí, surge la
solidaridad, la amistad y posiblemente la compañía para toda la vida.
Los gobernantes en general, ya sea el mismo presidente, los
ministros, gobernadores y alcaldes, si no tienen un amplio y basto sentido
social cimentado en valores no lograrán nada, porque sin ellos caen en la
corrupción, la ambición y el desastre. Podría poner casos específicos de
gobernantes perversos desde la moral, el conocimiento y en el desarrollo de sus
planes de trabajo, que al final han traído solo miseria, angustia y
desesperación.
Como me diría un hombre de principios, positivo como el que
más, hay que trabajar con lo que tenemos, y por ello atendiendo esa sugerencia planteo
algunas soluciones simples y lógicas, pero efectivas que, si todos nos
comprometiéramos a ejecutarlas desde ya, iniciaríamos el cambio, no basado en
promesas si no en comportamientos, y ellos nos llevarán a la transformación social
que es el objetivo mayor. Por ello diría que podemos iniciar el cambio así:
* En el hogar, padres cariñosos, respetuosos, que
enseñen valores, que los inculquen, que inspiren amor, pero a la ves tengan
autoridad y disciplina, que comprendan que la tarea de acompañar a los hijos es
la que dará resultados posteriores, porque ellos se comportarán igual y
sintiéndose queridos responderán positivamente, tendrán creatividad y
desarrollarán sus aptitudes serenamente. No a los padres violentos, celosos,
que convierten el hogar en un ring de boxeo, odio y muerte.
* En el colegio,
disciplina, orden, respeto, tolerancia y valores, y los resultados se verán, formarán
hombres y mujeres para servir sin egoísmo y con dedicación desde la profesión
arte u oficio que escojan. No debemos olvidar que se requiere volver a traer a
las aulas el pénsum de historia, geografía, ética, que enfocará a los
estudiantes en la realidad en la que viven y en la responsabilidad de
trasformar la sociedad para mejorar las condiciones de los ciudadanos. No dar
cabida a los acosadores, violadores, torcidos de mente y espíritu. Entiendan
que si hay control y seguimiento a los estudiantes no prosperará la maldad y de
allí huirán quienes promueven el mal.
* En la universidad,
se debe buscar encauzar en el proyecto de vida que quieran desarrollar, en
encontrar el sentido de vida y de profesión, cualquiera que esta sea, pero que tenga
pertinencia con las necesidades de la región donde viven.
* En el trabajo, respeto, solidaridad, trabajo en equipo y
sentido de pertenencia.
Miren como son actividades que no requieren que el
gobernante nos las enseñe, se necesita valor para actuar con honorabilidad, sin
robar, sin pretender el beneficio personal y con mucho sentido social.
Dirán que esto es carreta, que no se logrará nada, pero, me
aferro a pensar diferente, a entender que el problema está en la raíz, en el
origen y que aún podemos encauzar el desarrollo social de este país.
Por otro lado, en cuanto a formas de obtener resultados
desde abajo, creo que si empezamos por los municipios podremos ver avances sustanciales
rápidamente y es una tarea que le corresponde a los gobernadores, siempre y cuando
tengan capacidad de liderazgo, que se conviertan en los impulsores del cambio partiendo
de:
* Construir o reparar las sedes de las escuelas o colegios, tener profesores bien formados,
bien pagados, aulas de clase con internet, impartiendo clases de geografía,
historia y civismo. También, enseñando desde los inicios de su formación artes
u oficios que puedan aprovechar en su vida adulta.
* Construir o reformar centros
de salud que permitan atender las necesidades de los habitantes, dotados de
equipos adecuados, con médicos y enfermeras bien pagados.
* Cuarteles
de policía bien dotados, que protejan a los ciudadanos, que inspiren
respeto y que apoyen a los alcaldes en labores preventivas que eviten el robo,
la violencia y la muerte.
* Alcaldes
preparados, que entiendan su responsabilidad, que sean inspiradores para que los habitantes se contagien y apoyen el
trabajo, que no estén aislados de los ciudadanos. Deben liderar ante los
propietarios de tierras y fincas las alternativas para cultivar dando trabajo a
los campesinos, evitando la miseria y el hambre.
* Medio
ambiente protegido, con cuidadores de ríos y quebradas, pagados por
el municipio, que limpien, siembre árboles y cuiden las cuencas.
* Empleados de la rama judicial, con sentido de
pertenencia, que rápida y eficazmente cumplan con su función, que no llenen los
anaqueles de expedientes, dilatando la aplicación de justicia.
* Ciudadanos, serios, empoderados
de su domicilio, que trabajen y aporten al municipio, que lideren procesos de
emprendimiento que generen empleo y calidad de vida.
* Promover la
cultura, con bibliotecas virtuales o físicas, tener espacios para la danza,
la música, el teatro y también el deporte motivando la competencia sana entre
los barrios, o colegios. Así se evitan el ocio, el vicio, y en general, se
cuida a la juventud, teniéndola ocupada.
Respetados lectores, todo esto no es cuento, ni algo iluso,
pidamos que los gobernantes se comprometan a cumplir con su función que no es
otra cosa que cuidar, proteger, incentivar y motivar a la comunidad.