Por John Marulanda*
La “blitzkrieg” rusa a Ucrania, ha puesto sobre el tapete la
posibilidad de que Moscú envíe maletines nucleares tácticos a sus aliados de esta
parte del mundo, para llevar perturbación a las fronteras de su archí enemigo tradicional,
los Estados Unidos. Tal eventualidad, insinuada por el propio Putin y al parecer
confirmadas por uno de sus vicepresidentes, el pasado febrero en Caracas, Managua
y La Habana, plantea un riesgo real de una nuclearización total del mundo, poniendo
en entredicho las capacidades militares tradicionales de países como Colombia, la
“joya de la corona” de la región. Y es tal, por tres razones fundamentales: es el
único país de la región que ha soportado cerca de 70 años de guerra irregular contra
organizaciones comunistas, ha sido desde hace un siglo el gran amigo de Washington
y posee una situación geoestratégica de gran valor para el subcontinente.
Colombia en la mira
Precisamente el presidente Duque alista su segundo viaje a EEUU
este jueves para encontrarse con Biden, condecorarlo y probablemente plantearle
la problemática geopolítica regional y la eventualidad electoral de este domingo
13. Esperemos que el mandatario norteamericano honre su disposición de hacer de
Colombia su mejor aliado, tan como lo propone Bob Menéndez en su proyecto de “Colombia,
principal aliado de US para la OTAN”. La reciente aparición de un submarino
nuclear norteamericano que junto con un barco de guerra de ese país maniobraron
en el mar Caribe al frente de Cartagena, acompañados por dos fragatas de la Armada
colombiana, parece ser un buen indicio de lo que se puede esperar en este sentido.
Gran parte de la parafernalia militar ruso-venezolana se movió en abril del 2021
al Apure, estado limítrofe con el Arauca colombiano, en otro capítulo de la guerra
que enfrentó a células narcoterroristas de las FARC contra el ejército patriota.
Ayer no más, un vasto desplazamiento de aprestos y hombres de las FANB en la “Operación
Escudo Bolivariano 2022 Vuelvan Caras” fue denunciada en su página web por las
FFMM colombianas, justo cuando una delegación de Washington visitó Caracas.
Amenaza a Brasil
Por otra parte, Brasil, el quinto país más extenso del mundo,
ofrece una gran oportunidad para el espíritu belicista venezolano que ha movido
tanques, helicópteros y mercenarios rusos a la frontera con Roraima, en donde las
FARC han mantenido un campamento. Así pues, con Colombia en la mira y amenazando
a Brasil, Miraflores le hace el juego al Kremlin mientras países como Cuba y Nicaragua,
ayudan a conformar un triángulo pro ruso de gran impacto en Latinoamérica, especialmente
por el diferendo fronterizo marítimo entre Managua y Bogotá, que puede llevar a
algún tipo de confrontación armada en cualquier momento, con el apoyo inmediato
de Venezuela y Cuba.
La pregunta que ronda en todos los centros de pensamiento y
las academias del mundo es si habrá una nueva guerra fría en la región. Ese temor
se extiende por todo el continente, particularmente con las demostraciones de las
fuerzas militares venezolanas. La presencia de radares rusos P-18 en los estados
Zulia, Táchira, Apure y Falcón y de militares de esa nacionalidad, han sido denunciadas
por viejos amigos del régimen de Maduro, quien parece estar sacando su país de la
tradicional hiperinflación.
El TIAR, la Convención de Palermo y la R2P, parecen formar parte
del complejo ajedrez que tenemos al frente, en espera que la invasión a Ucrania
se resuelva de alguna manera y podamos volver a un escenario previo, algo que parece,
por ahora, imposible de predecir.
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