Por Julio Enrique González Villa*
El final de la guerra mundial en 1945 desató en la URSS
una sicosis sobre una tercera guerra mundial alimentada por Occidente y decide
“invadirlo” aprovechándose de las desigualdades en América Latina exportando el
marxismo leninismo a través del partido comunista.
El oscuro asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, que
era acusado por los comunistas de ser fascista, por haber sido educado en la
Italia de Enrico Ferri, ministro de Mussolini, y su profesor de derecho penal, posibilita
la teoría de que el comunismo podría tener responsabilidades en el mismo.
Varios hechos servirían para poner sobre el tapete esa posibilidad: a) Gaitán
había fundado la UNIR y afirmó en un discurso del 16 de agosto de 1934: “Nosotros,
los uniristas, somos enemigos del comunismo”. “El PCC tenía pues en
Gaitán a un verdadero enemigo. Ese partido constataba con inquietud cómo Gaitán
atraía las masas populares urbanas, las que antes llenaban los mitines
comunistas. Ese partido llegó a acusar a Gaitán de ser un ‘fascista’”.
b) En el momento en que se conoce el asesinato, en cuestión de instantes, los
comunistas toman parte activa en la dirección de la insurrección popular. Fidel
Castro está en Bogotá y se conocen testimonios de su participación armada
(Véase entrevista realizada por Arturo Alape y difundida por Radio Caracol de
Bogotá el 9 de abril de 1981).
c) La intención comunista de hacer fracasar la Conferencia Panamericana
auspiciada por Estados Unidos y que da origen a la OEA. Véase la carta que
encontró la policía en el hotel Claridge, en la habitación donde estuvo alojado
Castro. Carta de Francisco Calderío, alias Blas Roca, detallando todos los
hechos encaminados al fracaso de la conferencia Panamericana.
d) La intervención venezolana a través de su presidente Rómulo Betancur quien
había anunciado los acontecimientos del 9 de abril antes de que ellos
ocurrieran: “El Popular, diario de Barquisimeto, informó en su edición de la
tarde del 9 de abril que Rómulo Betancourt había desempeñado un papel activo en
el asesinato de Gaitán.”
Lo cierto es que después del asesinato de Gaitán, el
intento de enjuiciar al presidente Ospina por la mayoría liberal del Congreso,
destituirlo y colocar en su reemplazo al Designado que era elegido por el
propio Congreso, de origen liberal, para facilitar el acceso al poder del
liberalismo por lo que quería adelantar las elecciones, ocasionaron el cierre
del congreso y el comienzo de una violencia política que fue llevada
irresponsablemente por los jefes liberales a las provincias y al campo.
Esa violencia política dio lugar a la creación de
guerrillas liberales, las llamadas especialmente guerrillas del llano
(Guadalupe Salcedo y Dumar Aljure) y otras. Dentro de ese desorden aparecen guerrillas
de orientación comunista.
Sube a la presidencia Laureano Gómez por la abstención
decretada por el Partido Liberal ante la opinión de la falta de garantías. La
violencia entonces se recrudece. Viene el golpe de estado del general Gustavo
Rojas Pinilla y el país liberal se calma. La mitad del conservatismo (Mariano
Ospina Pérez) acepta la realidad. La guerrilla liberal entrega las armas.
El Frente Nacional, creado en 1957 por los dirigentes de
los Partidos Conservador y Liberal para volver a la institucionalidad perdida
por el golpe militar de Gustavo Rojas Pinilla a Laureano Gómez en 1953, dejó
desconcierto dentro del ejército y dentro de las guerrillas: “Con la
reconciliación de los dos grandes partidos finaliza la actividad de la mayoría
de las guerrillas. Las que siguen en pie degeneran en bandas… Es la aparición
de los jefes bandoleros, como «Sangrenegra», «Tarzán», «Chispas», «Mariachi» y «Desquite»”..
Muchos de estos bandidos fueron soldados que pagaron su servicio militar y se
prepararon en el mundo de las armas, las tácticas y las estrategias.
Jair Giraldo, un soldado que pidió la baja en 1957 por “los
terribles hechos que lo tumbaron, me produjeron una honda pena”, según
escribió en una carta,
refiriéndose a la caída de Rojas Pinilla, expresó: “Ustedes se habrán podido
dar cuenta que la oligarquía se unió por lo alto y nosotros somos los únicos
pendejos que nos seguimos dando bala por el partido liberal o el conservador. A
partir de este momento el país, mediante el Frente Nacional, se propone
adormecer las conciencias y cogernos corticos y liquidarnos. Acuérdense de mí.
Jair Giraldo.”
Efráin González, buscando ubicarse, después de la muerte
de Jair Giraldo y su estancia por Santander y Boyacá, analizó si hacerlo
nuevamente en el Partido Conservador o en la Anapo para las elecciones de 1964 “pero
en el fondo no quería volver a servirle al Partido Conservador que, al hacer
parte del Frente Nacional, había desvirtuado la esencia de su doctrina y
defraudado las esperanzas de millones de compatriotas al fundirse con su
encarnizado rival de todos los tiempos. Recelaba también de la Anapo, aunque
creía que el general Rojas Pinilla había sido el mejor presidente de los
colombianos. El único que había puesto orden, restaurado la paz y la concordia
entre las gentes”.
“En 1963, en inmediaciones de Calarcá, un campesino desesperado
se acerca al batallón Cisneros y muestra una carta en la cual «Chispas» lo
amenazaba de muerte si no cedía a sus pretensiones. Estaba enamorado de su hija
y dispuesto a secuestrarla si no se la entregaba por las buenas”.
«Chispas» era admirador de Fidel Castro y del Che Guevara. Cuando lo mató el
ejército llevaba un pequeño folleto llamado “Guerra de guerrillas” del
Ché Guevara. «Chispas» había llegado al Tolima y al Quindío “por petición de
hacendados liberales, para hacer frente a las bandas de ‘pájaros’ de esa parte
del país”..
Los llamados “pájaros” eran otros bandidos contratados por los finqueros para
defenderse de la chusma liberal ante la ausencia de Estado. Lo que hoy
podríamos llamar “las autodefensas.
«Desquite», nacido en 1936, en Guadual, vereda de Rovira,
Tolima, hijo de campesinos liberales, en 1952 “vio asesinar a su padre,
Samuel Antonio Ángel, a manos del alcalde conservador Ovidio Hinojosa, quien
comandaba en aquellos contornos una temible horda chulavita”.
Se hizo recolector de café en Sevilla, Caicedonia, Cartago. Asesinó a Hinojosa,
su esposa e hijas vengando a su padre. Fue a la cárcel por asociación para
delinquir, pues hizo parte de la banda de “La Gata”. En la Picota se politizó deslumbrado
por los discursos de Jorge Eliécer Gaitán y los escritos de Eduardo Franco
Isaza sobre las guerrillas del Llano .
Con la caída de Rojas Pinilla en 1957 se fugó de la cárcel. Fue de la banda de «Chispas»
e hizo banda aparte con «Veneno» y «Peligro». Este «Capitán Veneno» fue quien
posteriormente dirigió la llamada República Independiente del Ariari.
«Desquite» entró en desavenencias con «Chispas», se
apoderó de El Líbano (Tolima) y se “planteó la defensa de los campesinos de
su partido contra los atropellos oficiales, las incursiones de los ‘pájaros’ y
la falsa paz armada pregonada por el Frente Nacional. Líbano era, a su modo de
ver, el sitio más indicado del Tolima para la acción guerrillera, por razones
geográficas y políticas”.
«Sangrenegra» y «Tarzán» tenían sus bandas por la misma zona. Afirmaba «Desquite»
que “lo que indudablemente más lo exasperaba era la proclive tendencia de
los secuaces de «Sangrenegra» y «Tarzán» a cometer abusos sexuales con las
mujeres (sobre todo maestras rurales) que secuestraban”.
«Desquite» conoció a Pedro Brincos y su banda. Este “especialista
en la formación de cuadrillas, un hombre que sacaba provecho de la situación
para convencer a los campesinos de que la solución para América Latina era la
misma que había asumido la revolución cubana. Pedro Brincos hacía parte del
Movimiento Obrero Estudiantil Campesino MOEC, uno de los primeros intentos por
alinear la revolución cubana en el marco internacional con la Unión Soviética”..
Se sabía entonces que el MOEC era “un brazo disimulado del Partido Comunista
que acechaba en la sombra”..
“A finales de 1962, «Desquite» recibió una carta de Pedro
Brincos en respuesta a otra que este le había enviado. Estaba fechada en
Bogotá, suscrita a nombre del MOEC, movimiento que desde meses atrás propiciaba
una reunión nacional con los representantes de todos los focos dispersos por el
país y que, según él, luchaban a brazo partido sin un plan estratégico y sin
una coordinación centralizadora”.
Y la mediación de la Iglesia no era cosa de ahora, pues «Desquite»
le escribe una carta a «Sangrenegra»: “…hay cosas más importantes que
debemos lograr. Una de ellas es hasta qué punto las propuestas del Padre Raúl
López nos convienen”, “Y era que, efectivamente, desde tiempo atrás el
Padre López, cura párroco de Armero, venía actuando como mediador entre las
cuadrillas y la Sexta Brigada en busca de un cese de hostilidades”.
Se da entonces la unión de todos los bandoleros de este
país en las montañas de Salento, departamento del Quindío, aunque hayan sido enemigos
entre sí: Efraín González, «Chispas», «Desquite», «Sangrenegra»:
“los gobiernos lo único que pretendían era sacar tajada del erario público y
sentarse a manteles, mientras ellos se daban plomo en el monte como unos
idiotas. No, compañeros, debemos tener claro que, de ahora en adelante, nuestro
enemigo no es el pobre campesino que sufre como nosotros, sino el Estado,
representado por sus Fuerzas Armadas. Ellos son nuestros verdaderos enemigos.
No más sangre conservadora o liberal. Nuestros enemigos son los detectives, los
soldados y los policías que sirven al sistema. Nadie más. Hacia ellos debemos
enderezar los fusiles y las metralletas”..
De todo esto quedó constancia en la prensa internacional: “Jules Dubois, un
reportero del Chicago Tribune, firma el 20 de noviembre de 1961 un artículo
intitulado “Armed guerrilla forcé: a threat to colombians”. Revela la
existencia de organizaciones armadas que están apoderándose de varias regiones
del centro del país para construir un Estado dentro del Estado. Tres días
después, el periódico conservador El
Siglo trata el mismo tema y publica un mapa con información precisa
sobre las llamadas repúblicas independientes, once en total.”
“Las ‘repúblicas independientes’ repertoriadas por la
prensa colombiana en 1961 son once: Viotá (o Tequendama), Sumapaz, Planadas (la
futura Marquetalia), Rionegro (Ríochiquito), Miraflores (El Pato-Guayabero),
Ariari, Vichada, Herrera, San Juan de la China, Cimitarra y Urrao”..
Juan de la Cruz Varela que controla el territorio del Sumapaz “en mayo de
1960… forma parte de una delegación comunista que viaja a La Habana. En una
reunión con Fidel Castro y Ernesto Guevara, son informados de que Cuba está
dispuesta a ayudarlos con armas, dinero y entrenamiento”..
Varela se había levantado en armas en nombre del partido liberal con ocasión
del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán durante el gobierno de Mariano Ospina
Pérez. La de Miraflores (El Pato y Guayabero) fue dirigida por Óscar Reyes, por
«Richard» y «Diamante». En la Herrera estaba «Peligro». La de Urrao dirigida
por gentes del MRL (Movimiento Revolucionario Liberal) creado por Alfonso López
Michelsen para enfrentar el Frente Nacional, al igual que las de Cimitarra y
Carare que son el hogar de lo que después fue el ELN (Ejército de Liberación Nacional).
En Planadas estuvo «Mariachi» y en ese territorio, Marquetalia, se hicieron
conocer Pedro Antonio Marín (Tirofijo) y su amigo indígena Isauro Yosa, alias «Mayor
Líster», lo mismo que “«Charro Negro».
Los bandoleros del país entonces se tratan de legitimar
bajo el amparo del comunismo: “Esa tentativa de investir a esos bandidos
irrecuperables de una legitimidad política, dándoles de hecho un mayor poder
sobre las poblaciones indefensas, fue una jugada coherente. ¿Acaso eso no era
permitido y hasta recomendado por los manuales soviéticos que explicaban cómo
utilizar el lumpenproletariat en la construcción del comunismo…?” “El 30
de noviembre (de 1961), el senador Álvaro Gómez Hurtado, hijo del expresidente
Laureano Gómez, denuncia ante el Senado la existencia de esas “repúblicas
independientes” y destaca el peligro que esos enclaves representan para la
supervivencia de la democracia y para la unidad del país, ya que en esas
extensas zonas el ejército y la policía son impotentes ante la actividad de las
bandas armadas que habían logrado erigirse más o menos en contrapoder ante el gobierno
central…”. “El embajador de Francia en Colombia, Bertrand de la Sablière,
hace su propia investigación… “Allí no solo se ridiculiza la autoridad del Estado,
sino que esas bandas, perfectamente organizadas, administran los distritos que
dominan, imparten justicia y perciben impuestos naturalmente. Es probable que
el gusto por el saqueo y el asesinato los anima esencialmente pero también que
numerosos agitadores se incorporan a ellos con la esperanza de utilizarlos en
el momento oportuno”. El diplomático añade una información importante que
la prensa colombiana no desea destacar especialmente: “se puede divagar
sobre la naturaleza de esas organizaciones, bandas armadas de ladrones,
organizaciones comunistas o filocomunistas; sin embargo, el gobierno central
tolera su existencia en tanto que comunidades separadas”. (Despacho No.
2618/am del 4 de diciembre de 1961. Archivos del Quai d’Orsay, París)”
“Pero ese sueño de constituir a bajo precio un Ejército
revolucionario con esa gentuza se hunde ya que los gobiernos de Alberto Lleras
Camargo (1958-1962) y Guillermo León Valencia (1962-1966) reaccionan y liberan
poco a poco el país de los bandoleros más detestables. Con todo, uno de estos
consigue pasar entre las mallas del ejército. La guerrilla de Tirofijo, aunque
reducida, sobrevivirá”.
¿Quién era Tirofijo? Pedro Antonio Marín “no formaba
parte de ningún movimiento agrario. No representaba a nadie, excepto a algunos
primos y amigos. Su decisión de ‘tomar las armas’ no tiene nada que ver con la
lucha social. Según el investigador Fernando Franco Ceballos, Pedro Antonio
Marín, alias «Tirofijo», ya había constituido en 1950 una banda con la cual
robaba armas en el pueblo de Génova. Entra en la clandestinidad después de
haber asesinado a Miguel Hincapié, un funcionario de la Alcaldía. Luego, para
intimidar a quienes investigaban ese asesinato, Marín ataca a Génova. Balance:
siete muertos. Así comienza su carrera el famoso Pedro Antonio Marín. Su
guerrilla ulterior será un proyecto público forzado sin base popular, una
mezcla de odio anticonservador y mesianismo estalinista. Su ‘comisario político’
será algunos años más tarde Luis Alberto Morantes Jaimes, alias «Jacobo Arenas»”.
Posteriormente, después de los famosos bombardeos de
Marquetalia, Río Chiquito, Guayabero, nacen las FARC, quienes se pierden en la
espesura de las selvas hasta que Belisario Betancur en 1982 las saca de sus
guaridas de bandidaje y les da connotaciones de fuerza armada beligerante.
Bandoleros que se refugiaron en la cocaína para subsistir ante la liquidación
económica y política de la Unión Soviética y añadieron a su calificativo de
bandoleros el de narcotraficantes.
Esa es la verdad: Las FARC son un grupo de bandoleros que
violaron, que secuestraron, que asesinaron, que desplazaron, y hoy están en el
Congreso de la República ostentando el título de “Honorables” Congresistas. Las
FARC nacen de una partida de bandoleros que hicieron los mismo: Chispas, Efraín
González, Mariachi, Jair Giraldo, Charro Negro, Mayor Líster, Tarzán,
Sangrenegra, Capitán Veneno, Desquite, Tirofijo.