Andrés de Bedout Jaramillo
Algunos
amigos me han preguntado de dónde saqué la teoría de que la segunda vuelta será
entre Abelardo y Fajardo. Paso a explicar:
Colombia
tiene 53 millones de habitantes, de los cuales 41 millones están en capacidad
de votar. El 51 % son mujeres y el 49 % hombres. La estratificación
socioeconómica está dividida así:
•
Estrato 1 → 22%
•
Estrato 2 → 38%
•
Estrato 3 → 28%
•
Estrato 4 → 8%
•
Estrato 5 → 3%
•
Estrato 6 → 1%
Las
tendencias políticas se ubican en los siguientes porcentajes: derecha 28 %,
izquierda 27 % y centro 45 %.
La
abstención en los diferentes estratos socioeconómicos es la siguiente:
•
Estrato 1: ~60 % → el más alto.
•
Estrato 2: ~55 % → también muy elevado.
•
Estrato 3: ~50 % → participación intermedia.
•
Estrato 4: ~40 % → mayor involucramiento.
•
Estrato 5: ~30 % → baja abstención.
•
Estrato 6: ~25 % → el grupo con más participación proporcional.
La
abstención total es del 52,5 %.
Los
19,5 millones de votos quedarían distribuidos así:
•
Centro: 8,8 millones → bloque
mayoritario, pero necesita unidad para capitalizarlo.
•
Derecha: 5,5 millones → fuerte en
estratos altos, con baja abstención.
•
Izquierda: 5,3 millones → depende de
movilizar estratos bajos, donde la abstención es más alta.
Hice
un sondeo con unas 200 personas de estratos altos, principalmente de derecha.
Solo 50 manifestaron sus preferencias: 60 % derecha, 40 % centro y un solo voto
por la izquierda. Las otras 150 personas aún no han decidido por quién votar,
un caso muy extraño en la población con menor abstención, mayor oposición y
menor porcentaje de votantes.
Todos
los datos los obtuve de la I.A., que a su vez los tomó de censos poblacionales,
el DANE, la Registraduría, etc.
Si
bien el centro atrae el mayor número de votantes, hoy está muy dividido. Con la
posible llegada de Paloma y seguramente Pinzón, que le quitarán votos a la
derecha de Abelardo, las cuentas podrían variar. Sin embargo, todo esto me
permite ratificar que, si votamos inteligentemente, tendremos en segunda vuelta
la competencia entre Abelardo y Fajardo. Muy seguramente ganará Fajardo y, si
la segunda vuelta es con Cepeda, también ganará Fajardo.
El
panorama sigue muy enrarecido. Los estratos 1 y 2 se ven favorecidos por la
esperanza de subsidios para los ancianos, la posibilidad de tierras para los
campesinos y otras gabelas que difícilmente llegarán y, de hacerlo, serían
insostenibles. Esa esperanza, sin embargo, puede movilizar el voto de los
estratos 1, 2 y hasta 3. Además, el concepto de estratos está mutando hacia la
clasificación poblacional por ingresos, lo que ampliaría la base de posibles
beneficiarios de subsidios. Lo que no está mal, lo triste es el engaño a que se
someten los más desfavorecidos, cuando estas promesas no son sostenibles y
muchas veces, ni realizables y se descuidan programas más eficaces, realizables
y prácticos como lo son los de la alimentación y la vivienda.
Mientras
tanto, los estratos 4, 5 y 6 esperan los decretos de ajuste fiscal que expide
el Gobierno Nacional para conjurar el déficit que ellos mismos han venido
generando. Esto también disminuirá la abstención, pero con el agravante de que
ahí no está el mayor volumen de la población votante y se aumentará el
creciente desánimo en la inversión y por ende la creación de empleos formales,
dignos.
La
situación de orden público se sigue agravando, con miras a una posible
conmoción que podría suspender elecciones y prolongar el periodo de Petro.
Incluso, llegando a elecciones, podría darse un desconocimiento de resultados
para anularlas y prolongar el periodo, o bien, al perder Petro se activarían
las primeras líneas, junto con los grupos violentos que patrocina y alimenta
día a día. Esto podría hacer invivible nuestro país en los días posteriores a
las elecciones, con una fuerza pública diezmada en más de 60 000 unidades y
requerimientos superiores a 40 billones de pesos en equipos y funcionamiento
para la defensa del país, programados para los próximos 10 años.
El
panorama es muy sombrío. Votemos con inteligencia, no permitamos más la
desunión entre las fuerzas opositoras. Tenemos colombianos de todos los matices
que podrían llegar a un acuerdo sobre lo fundamental, para enfrentar el cáncer
petrista que nos corroe a pasos agigantados.
Hoy
más que nunca debemos implorar la ayuda de nuestro Señor Jesucristo para
superar lo que nos espera.
Cuidémonos
mucho, cuidemos a nuestras familias y amigos. Cero pólvora, cuidado con los
excesos en licores, comida y otros placeres mundanos.
Feliz
Navidad y un buen 2026. En nuestras manos y en las de Dios depositamos todas
las esperanzas.
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