Andrés de Bedout Jaramillo
Podríamos enumerar los grandes riesgos a los que
está sometido el mundo en los actuales momentos, riesgos que nos producen miedo
al futuro próximo y nos reta a buscar soluciones inmediatas y efectivas.
1. Riesgo a una tercera guerra mundial. Parece increíble,
pero los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, y entre Israel y Hamas, ya generan
tensiones que encienden alarmas nucleares, entre los países que cuentan con este
tipo de súper destructivos armamentos, que no son muchos, pero están tomando partido
en los conflictos mencionados. Desafortunadamente, hasta el momento, no encuentran
soluciones de fondo, que permitan su terminación, generando inclusive desesperos
entre aliados, por el escalamiento paulatino al que se va llegando en los países
implicados, en destrucción y muertes, donde cualquier error en atacar estructuras
muy sensibles, puede generar una irreversible activación nuclear, que detonaría
la que sería la peor de las guerras.
Los países implicados, sufren una crisis de confianza
entre las partes y mantienen una sed de venganza, que alientan a la victoria con
dominación y ocupación, y a la derrota con sometimiento y humillación. Hoy, más
que nunca, las partes en conflicto deben explorar posibles arreglos a las dificultades
que generaron los conflictos, ojalá dentro de un cese al fuego prudencial, temporal
y verificable, que no pueda ser utilizado para que las partes tomen un nuevo aire
de reagrupamiento, de rearme y fortalecimiento. El objetivo debe ser el fin del
conflicto, que beneficie a las partes, que tendrán que cargar con la pérdida de
seguramente algunos beneficios.
Lo otro sería la guerra hasta el final, con rendición
del perdedor y alto riesgo de que el conflicto degenere en una guerra mundial. Tremendo
reto tenemos como humanidad, para evitar nuestra autodestrucción.
2. El azote de los fenómenos naturales: inevitables
son las fuerzas de la naturaleza, el agua, el fuego y el viento, vitales para nuestra
existencia, se enfurecen y asechan a la humanidad con inundaciones, incendios y
huracanes, dejan grandes destrucciones a su paso y solo podemos hacerles frente
con alertas tempranas, planes de evacuación y atención de desastres, refugios y
programas de reconstrucción y reubicación.
3. Las pestes, las pandemias y las enfermedades
incurables y mortales, que llegan para quedarse, mientras la ciencia encuentra la
cura a tan graves males. Curiosamente los aportes de los científicos de Israel,
una de las fuerzas enfrentadas, han contribuido sustancialmente a la medicina, para
bien de la humanidad.
Estas terribles amenazas, para la humanidad, tienen
en común, el hecho de ser eventos súbitos, en la mayoría de las veces impredecibles
y todos generadores de destrucción y muerte, además de la migración de millones
de personas.
A estos riesgos agregamos los conflictos internos,
en los países donde las dictaduras se vienen imponiendo, a través de gobiernos de
la izquierda comunista, fracasada como modelo en todo el mundo, que están generando
un fenómeno de migración masiva de millones de personas, que buscan mejores oportunidades
en nuevos territorios, algunos ávidos de mano de obra laboral, que ya no tienen,
por el envejecimiento de su población y la negación de las nuevas generaciones a
formar familias formales, con hijos, habida consideración de los esfuerzos físicos,
económicos y de la mucha valentía, que ello exige.
Incluir en la fuerza laboral a los migrantes, genera
un fenómeno de competencia con la mano de obra local, que, aunque escasa, termina
quitándole puestos de trabajo, por ser más eficientes y baratos, además de que muchos
oficios, ya no los quieren ejercer los locales, por ser considerados difíciles y
de mucho sacrificio, yo diría que este fenómeno se está dando en todos los países,
inclusive en los subdesarrollados como el nuestro.
El otro fenómeno de la migración es el de la cantidad
de delincuentes que trae el proceso migratorio, terminan haciendo daños en sus nuevos
países de destino, lo que genera esa xenofobia, donde como siempre, por unos pocos
malos, terminan pagando las consecuencias, muchos buenos.
Resulta prácticamente increíble, que varios países
estén utilizando el mecanismo de la migración, para liberar presos con destino específico.
En nuestro caso se dice que Venezuela ejerce esta práctica desafortunada, que termina
desacreditando a la gran cantidad de venezolanos, buenos elementos, que ya se han
asentado en nuestro país, lo sienten como propio y conviven normalmente con nosotros.
Qué más podíamos esperar de Maduro, expulsa a los
suyos y nos encarta con sus delincuentes. Entre a menos gente le toque dar mantenimiento
súper precario, más se puede enriquecer; por algo será que hasta Brasil ha perdido
la confianza en Maduro y sus secuaces.
En nuestro país, cada vez más débil para enfrentar
estos grandes riesgos y realidades, que se ciernen sobre el mundo, habida consideración
del propósito auto destructor que viene ejerciendo el gobierno de Petro y sus secuaces,
colocándonos en inferioridad de condiciones para enfrentar los efectos extremos
de estos riesgos y realidades, generadores de migración, con efectos socio políticos
y económicos, que requieren de gobiernos muy eficientes y responsables, capaces
de mantener sus economías a flote, en la generación de los recursos necesarios para
enfrentar estas realidades.
En Colombia, con un ejército debilitado y desmotivado,
una unidad de atención de riesgos y desastres totalmente saqueada y debilitada y
un sistema de salud inducido a la quiebra, va a ser muy difícil hacerles frente
a estos riesgos que se ciernen sobre el mundo.
Solo nos queda acercarnos mucho más a Dios, creador
de cielos y tierra, para que nos proteja frente a estos grandes riesgos.