Por Alberto Avelino Saldarriaga P.
Decrecimiento, pésimos indicadores de gestión, apatía,
caída de la inversión, desempleo con crecimiento negativo y exponencial a muy
corto plazo, desánimo, muy pobre emprendimiento por falta de confianza, quejas
y más quejas.
Cabe el gracejo paisa con tintes escatológicos…
“vamos de culos pa´l estanque parce”.
Nada logramos con la quejadera y no dejemos que
el pesimismo se apodere de todos; hay mucho por hacer y no hay mal que dure 100
años ni cuerpo que lo resista…
Este Gobierno va muy mal y se está enredando en
las espuelas. Con mayor razón si violó los topes de campaña.
No bajemos la guardia y sigamos luchando cada
uno en su cuento, y seguro de que llegarán tiempos mejores. Hay mucho por hacer
y tenemos un país lleno de oportunidades y de gente que han logrado muchas
cosas para bien de todos.
El emprendimiento en medio de la tormenta es
más que meritorio y necesario.
Hagamos que retorne el optimismo; en cañadas
más oscuras nos ha cogido la noche, como decía la difunta Piedad Córdoba.
Por el momento es imperioso evitar que este Gobierno
corone con sus tres propuestas; salud, pensiones y laboral, con las cuales
Petro se llenaría de billete para repartir mermelada y perpetuarse en el poder.
Hagamos, por todos los medios, que el Congreso
y la Corte no aprueben semejante despropósito.
Recordemos que Antioquia, así como un buen toro
de lidia, ¡se crece con el castigo! No la podemos dejar caer.
¡Mucho menos el autoexilio, peor que la pena de
muerte!
Desenfundemos el “hacha de mis mayores”
cuanto antes, es mi modesto mensaje para no perder el optimismo.
A pesar de que la democracia está amenazada ¡no
permitiremos el raponazo!