Por Félix Alfázar González Mira
Se empieza la última y definitiva
etapa de consolidación de candidaturas hacia la elección de gobernadores y
alcaldes en Colombia. Cruciales son las que vienen por el rumbo que puedan
tomar los territorios. Definitivas son las del 29 de octubre próximo para
rencauzar el país desde las regiones o avanzar por los senderos de la
incertidumbre sobre nuestro sistema político. Reafirmamos en los poderes
locales y regionales el respeto por nuestra democracia con todo lo que comporta
o caminamos hacia un propósito estatizante de producción de bienes y servicios
definitivos para la vida cotidiana de los ciudadanos. En definitiva y como
decía Simón Bolívar en el Congreso de Angostura… “la forma de Gobierno que
vais a adoptar debe ser para la felicidad del pueblo”. O avanzamos en la
construcción del camino que nos conducirá a la miseria y el sufrimiento del
pueblo. No es de poca monta lo que definiremos los colombianos de las regiones
sobre la política de gobierno que tendremos en los próximos cuatro años.
Antioquia, que se crece en las
tormentas, sobradamente demostrado en el transcurso de su acontecer histórico;
en esta oportunidad también lo hará. Los que saben dicen que “las cometas se
elevan contra el viento” y eso hará esta tierra ante los huracanes nacionales
que la vienen asistiendo: intervenciones a Savia Salud, Comfenalco, Junta del
Metro, cuatro megaproyectos mineros y el anuncio de cortar los recursos para
terminar las vías 4G en nuestro territorio.
Tenemos, y es nuestra obligación
vital, que estar en campaña política permanente con el vecino, con el del lado,
el amigo, el compañero de trabajo y de estudio; en las redes sociales como que
es la tribuna de expresión moderna, en los cafés, en todas nuestras
manifestaciones respetuosas; ayudando en el debate a construir posiciones en
defensa de nuestro departamento, de nuestro desarrollo y de nuestras
instituciones. Y buscando candidaturas a la gobernación y en todos los
municipios de Antioquia que interpreten lo mejor de esta comarca, que tengan
claridad de propósitos, que no van a contribuir al aterrizaje de esos vientos
que soplan desde el nivel nacional.
Las fortalezas, formación, la
epigenética de las gentes de esta tierra, nos llevará a tomar decisiones
acertadas hacia quienes son los indicados para, en la coyuntura histórica que
acontece, convertirlos en los timoneles más pertinentes y adecuados para
atravesar este mar proceloso que está ocasionando los huracanes del Gobierno
nacional.
El Uribismo y el partido Centro
Democrático es la única expresión política monolítica que, de manera respetuosa
pero contundente, ha venido señalando los abismos a los que nos conduce las
reformas de toda naturaleza que viene impulsando el Gobierno nacional en
materias altamente sensibles para la vida cotidiana de los ciudadanos. Y no es
propiamente para, como nos enseñaba el Libertador… “la felicidad del pueblo”.
Los amigos de la Autonomía
Territorial nos reafirmamos en la necesidad imperiosa de profundizar en el tema
autonómico que sería el contrafomeque ante los desmanes del centralismo que nos
ahoga.