domingo, 26 de junio de 2022

La esperanza está viva

Andrés de Bedout Jaramillo
Por Andrés de Bedout Jaramillo

En las elecciones presidenciales se impuso un mandato a la unidad, a la austeridad, a la lucha contra el abuso y la corrupción, en la búsqueda permanente del bien común, del interés general, dentro de un ambiente de polarización extrema y de un 50% de desconfianza en el nuevo gobierno definido democráticamente; la incertidumbre está presente y la esperanza está viva, la invitación de Petro al diálogo, ha sido escuchada por casi todos los colombianos de los diferentes partidos y movimientos, inclusive por el Centro Democrático, o mejor, por Álvaro Uribe, su máximo líder y opositor, quien en un acto de grandeza y en contra de muchos de sus más cercanos seguidores, aceptó la invitación a un diálogo encaminado a encontrar los puntos en que pueden estar de acuerdo y la forma en que podrían sacarlos adelante.

Yo diría que el tema principal gira en torno al dinero requerido para solucionar el problema más urgente, el hambre. Ese dinero en mi humilde opinión y en la de muchos colombianos está fácil de conseguir rápidamente, a través de una gran cruzada por la austeridad en el gasto irracional y desmedido en los gobiernos nacional, departamentales y municipales de las tres ramas del poder público y de los organismos de vigilancia y control; el gran pacto por la austeridad.

Yo estoy seguro de que este necesario actuar, inmediato, permitiría ubicar los recursos para alimentar esos veinte millones de colombianos, se recuperaría en muy buena parte la confianza en las instituciones y en sus funcionarios, mientras se definen y tramitan las reformas requeridas por el país, donde todos tendremos que ceder para evitar desgastes, incremento en la desconfianza y en la polarización.

En el cruce de Twitters entre Petro y Uribe, yo le doy mucho valor a los términos: el mismo país y un país común, ahí ya hay una identificación que permite iniciar el diálogo, que repito con un pacto de austeridad total, permitirá los recursos para satisfacer la primera necesidad de nosotros los humanos: el hambre.

Los demás temas vendrán por añadidura, concertados y alimentados por la sabiduría de nuestros líderes, que ya tienen la lectura exacta que busque conciliar lo que queremos los colombianos, unirnos dentro de las diferencias para poder salir adelante.

Démonos la oportunidad, depongamos las agresiones, las desconfianzas, el proceso de recuperación económica va por buen camino según los indicadores, hay que frenar la salida de capitales, hay que formalizar la economía, hay que generar muchas oportunidades de empleo, educación, salud, etc. Para lograrlo hay que quitarles el hambre a los que lo están padeciéndolo, la plata está en la racionalización del gasto público, cojan los presupuestos, estúdienlos, retiren todo lo superfluo, lo innecesario, lo que solo satisface intereses personales y pásenlo urgentemente para alimentación sería, responsable y de buena calidad para nuestros niños, nuestros jóvenes y nuestros adultos mayores.

Llenémonos de optimismo, nuestro señor Jesucristo no nos desampara; si todos mejoramos nuestro comportamiento, saldremos adelante. La unión hace la fuerza. La esperanza está viva, no la matemos.