Por Antonio Montoya H.
Llegó la hora de reflexionar y actuar, pero con
orden, después de que cada uno de nosotros los que perdimos la elección,
hagamos el duelo y podamos analizar el presente y el futuro con serenidad, con
estrategia y planeación para proyectar la forma de actuar coherente y masiva.
Debo expresar varias cosas para que ustedes y yo,
en conjunto, podamos definir el camino a seguir, a saber:
*No olvidemos que los votos de la derecha
fueron 10.454.000, que se perdió por 700 mil votos y que podemos afirmar que el
país no solo tiene una división política, sino, también una división territorial,
17 departamentos con Gustavo Petro y 16 con Rodolfo Hernández. Esto nos lleva a
concluir que el presidente no podrá actuar con total libertad cuando no cuenta
con mayorías suficientes de ciudadanos y ello, lo hará reflexionar sobre la
forma de acometer las reformas que pretende.
*La derecha está dividida a la vez en partidos
y movimientos por firmas que obedecen a liderazgos individuales, no de grupos,
lo cual conlleva a que las acciones de cada grupo serán diferentes entre sí y
cada uno se creerá el dueño de la verdad. Esto hoy impide que se piense en
forma colectiva, bajo unos criterios claros.
*A la vez, al interior de cada grupo o partido
existen diferencias entre los miembros lo que conlleva a que su fuerza y
liderazgo se pierda en la maraña de las discusiones haciendo imposible
construir proyectos e ideas de largo plazo, por cuanto estas duran hasta las
elecciones, no se trabaja la fuerza de unos principios coherentes y fijos que
enmarquen el rumbo y que todos se sometan a ellos.
*Hoy, a ocho días del triunfo electoral de
Gustavo Petro, se están efectuando reuniones entre el candidato elegido, los
partidos políticos y sus líderes, buscando alianzas y un acuerdo nacional que
permita tener gobernabilidad lo cual en sí mismo es válido, pero, puede traer
consecuencias funestas el que los partidos se entreguen de una al gobierno de
turno.
Lo que se pretende es tener un mejor país,
generando confianza y dando estabilidad jurídica, económica y social, pero sí
debemos ser sigilosos ya que la izquierda radical del candidato ganador, no da
nada gratis y pueden obtener todo.
A pesar de los acuerdos, y de algo de estabilidad, es necesario que nos
preparemos en las regiones, y por ello, debemos
pensar de una forma diferente, protegiendo el entramado social que representan
los departamentos y sus habitantes, no contando con los partidos que ya no
existen, ni con los movimientos por firmas que es son el principio del fin de
las democracias, sino contando con todos los ciudadanos, un movimiento cívico fuerte, con ideas
precisas, con fundamentos que hagan parte inequívoca del movimiento, en el que
quepan todas las personas porque el objetivo es el de fortalecer las regiones, no
el de buscar independencia o separación del estado Colombiano, se respeta y
acata la soberanía, la autoridad del ejército nacional, las relaciones
internacionales, pero se busca dar fuerza económica a las regiones
fortaleciendo sus ingresos disponiendo en forma directa de ellos y entregándole
al Estado una menor participación. Así fortalecemos la economía, damos fuerza a
la política con alcaldes y gobernadores elegidos popularmente, pero con un
sentido de acción regional con más recursos a disposición y obviamente con
diputados y concejales que realmente puedan promover normas y gravámenes
propios que ayuden al desarrollo de la región.
Las regiones o comunidades autónomas son
claramente una forma de descentralización política, financiera y administrativa
en la que sus habitantes tendrán más competencias para aprobar sus propias
leyes. Será un gran cambio que facilita que las regiones se desprendan del
centralismo que agobia.
En Antioquia existe un grupo de ciudadanos,
como bien lo dijo Bernardo Guerra en su
artículo de hoy en las páginas del Colombiano, de diversas profesiones y
oficios liderado por ciudadanos prestantes como Jesús Vallejo, Héctor Quintero,
Félix Alfazar, Rodrigo Sanín, Julio González, Luis Fernando Duque, Óscar Urrea
y otros más, grupo del cual hago orgullosamente parte, que está luchando y
promoviendo la autonomía de las regiones incluyendo a Antioquia y que en próximos
días fijará el rumbo y la invitación a los ciudadanos a que hagan parte de esta
propuesta de cambio económico, político y social en Colombia.
Propongo que el siete de agosto los antioqueños
en muestra de acompañamiento al movimiento autonómico, se vista de verde para
mostrar de una forma inequívoca que cree en la autonomía y en el
fortalecimiento de la región de Antioquia.
Que viva la autonomía. Que viva Antioquia la
grande.