domingo, 13 de diciembre de 2020

Nos toca cambiar

Andrés de Bedout Jaramillo
Por Andrés de Bedout Jaramillo

Si no queremos ni comunismo, ni socialismo, ni castro chavismo, nos toca cambiar rápido y trabajar duro.

Los gobiernos nacionales, departamentales y municipales, entendidos como los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, deben presentar y poner en práctica un plan de economía de guerra, para encontrar la mayor cantidad de dinero vía ahorros, economía en todo tipo de gastos, reduciéndose los sueldos altos para que nadie gane más de $15.000.000 de pesos mensuales, incluido el sector privado, acabar con gastos y vehículos de representación, pensando en que lo que le ahorremos al Estado puede salvar vidas.

Todos nos debemos convertir en veedores de la buena y útil disposición de los dineros públicos, desafortunadamente las costosas entidades de vigilancia y control no han podido y entre todos tenemos que cuidar los exiguos recursos.

Se debe pagar como salario mínimo legal vigente la suma de $1.000.000 mensuales; la jornada laboral debe ser de 40 horas semanales, comprometiéndose los trabajadores a mejor su productividad, para la sostenibilidad de la medida.

La flexibilidad laboral para contratos por horas, días, labor, etcétera, debe ser amplia y se deben flexibilizar y facilitar las posibilidades de despido de los trabajadores que no quieren trabajar.

Se debe establecer una ruta clara, fácil y rápida de tributación; entiendo que está construida hace muchos años y se debe poner a funcionar.

Se debe propender por todos los medios incluir, ojalá a todos los colombianos, en la formalidad.

Se debe tener un inventario muy claro de las personas y familias que requieren Sisben, subsidio de desempleo, familias y jóvenes en acción, etcétera, para que estos recursos lleguen a donde deben llegar, buscando impedir estar en el sector formal, por ser más cómodo el sector informal.

Los partidos políticos y las iglesias, especialmente la nuestra, la católica, deben ser más asistencialistas sociales, formando roperos, bancos de alimentos, grupos de ayuda en educación, construcción de caminos, viviendas, etcétera, inclusive impulsar emprendimientos y negocios; tienen que pasar de ser los intermediarios empleadores del Estado, a verdaderos trabajadores de sus adherentes, copartidarios y amigos; que usted valla a un directorio político, a una iglesia y lo atiendan, le ayuden a solucionar su problema.

La justicia debe ponerse al día, hacer un plan de choque, no sé si deben ser 20 o 30 jueces por cada 100.000 habitantes, pero necesitamos pronta y cumplida justicia, para poder descongestionar las cárceles y buscar mejores condiciones, por lo menos más rehabilitadoras de la gran cantidad de presos que hay en el país y hacerle frente a la creciente delincuencia.

Seguramente habrá que hacer mucho borrón y cuenta nueva en muchas materias, que se han convertido en actividades normales, formales, legales e ilegales, para que puedan llegar a la legalidad, a la formalidad, generando empleos flexibles pero dignos, mejor dicho, abogados y economistas deben encontrarle una rápida salida a este crecimiento imparable de la economía de la informalidad.

El cuidado del agua, del medio ambiente y de la fauna en general debe ser remunerado, como los guardabosques de otras épocas.

El desarrollo del potencial agropecuario del país debe obedecer a planes, tipos, épocas, especies y semillas de siembras y cultivos, mucha capacitación y apoyo para que prime lo orgánico.

Se podría quedar uno acá enumerando mil cosas por hacer, pero todo depende de la voluntad de cambio y el acelerador que se le ponga, si no lo hacemos rápido, el terreno estará abonado para la llegada del comunismo, del socialismo, del castro chavismo y ya será muy tarde reaccionar.

Pienso qué hay que canalizar esfuerzos, muchas entidades haciendo lo mismo, que podrían unir sinergias para mayores rendimientos en los mejoramientos de calidad de vida.

Hay que apoyar a este gobierno, pero tiene que ser mucho más austero, más eficiente.

Que nuestro señor Jesucristo nos ilumine, nos dé las fuerzas suficientes, el valor y la tranquilidad para enfrentar toda la problemática y poder evitar la llegada del comunismo, del socialismo y del castro chavismo. Pero eso sí, esto depende de todos los colombianos, especialmente de los más poderosos, si es que quieren conservar el poder, si no, lo van a perder.