domingo, 3 de noviembre de 2019

Las decisiones de los pueblos son sagradas


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
En Colombia las mayorías decidimos nuestros gobernantes locales, quienes se convierten en los gobernantes de todos y los que no votamos por ellos tenemos la obligación de aceptarlos como nuestros gobernantes.

Yo personalmente no me voy a llenar de amargura, ni de negativismo, ni a perder tiempo pensando en que llegó el Castro - Chavismo, el comunismo, el socialismo del siglo 21, el pacto de São Paulo financiado por Soros. Yo no voy a acelerar los trámites ante las autoridades españolas para lograr su nacionalidad porque ni siquiera los inicié, teniendo la línea de sangre que me lo permitía.

Yo le creo al discurso de los nuevos gobernantes, me ha parecido de mano tendida, me ha parecido que se van a entender muy bien con el presidente Duque, me ha parecido que la juventud, la inclusión, la tolerancia, el sentido social, el emprendimiento, la ecología, el transporte público eléctrico, Hidroituango, la educación, la salud, el empleo, la ayuda a la satisfacción de las necesidades más apremiantes de los más pobres, la lucha contra la corrupción, la austeridad y transparencia en el manejo de los escasos recursos estatales, estarán en las agendas nacionales, departamentales y municipales.

Yo no me voy a poner a llorar y a morir de la rabia por que ganaron jóvenes, independientes, que surgieron desde abajo con mucho esfuerzo y hoy nos van a gobernar.

Yo, desde mi posición de abuelo jubilado, me pongo a disposición para servir en lo que pueda ser útil, pero tengan en cuenta que tengo compromisos como servidor de Emaus, caminante por las montañas de Antioquia del grupo de los Jubilosos, integrante de la tertulia del Sheraton, participante de todos los foros y conferencias a los que me inviten, cuidador y amigo de mi pequeño nieto, de mi esposa y mis amigos, visitante permanente de mi anciana y querida madre, mensajero y chofer de la familia, entre otras ocupaciones. Mejor dicho, no hay nadie tan ocupado como un jubilado en ejercicio.

Seguiré rezando todos los días para que nuestros gobernantes no pierdan el norte del interés general, para que mantengan autocontrolados sus egos, para que le den la importancia requerida a sus familias, como ejemplo de su importancia como núcleo de la sociedad, para que no caigan en el desafortunado juego excluyente y dañino de la polarización que quieren mantener algunos integrantes del Centro Democrático y de la Colombia Humana, polarización que ya pasó de moda, que ya no queremos las mayorías. Deseamos es que todos trabajemos en los temas importantes y urgentes del país, con el ingenio y la verraquera que nos distingue, un país que entre más lo recorro, a pie, en bicicleta, a caballo, en carro, más me enamoro de él, porque es absolutamente hermoso y su gente absolutamente querida y auténtica.

Estoy absolutamente convencido de que juntos podemos avanzar, no más delincuencia, no más corrupción, no más abusos a mujeres y niños, que nos distinga la unidad, la generosidad, la solidaridad, así mejoraremos la calidad de vida y encontráremos la felicidad.

Así leo yo el mensaje del pueblo en estas recientes elecciones. Ojalá todos estemos de acuerdo y ayudemos a nuestros gobernantes, que suponemos no van a ser inferiores a los retos que enfrentarán, con la valentía, honradez, austeridad y dedicación que ofrecieron en sus campañas.