Andrés de Bedout Jaramillo
La gran mayoría de colombianos opuestos al terrible gobierno de Petro estamos
convencidos de la necesidad de llegar unidos a la primera vuelta para, ojalá,
en esa etapa electoral, lograr derrotarlo.
Bajo la única condición de ser opositores reconocidos de este Gobierno y con el
único objetivo de evitar la continuidad en el desastre, todos los precandidatos
de oposición deben disponerse a participar en la consulta interpartidista del 3
de marzo de 2026, que se realizará de forma simultánea con las elecciones parlamentarias.
Los partidos y movimientos de oposición que tengan varios precandidatos, deben
acelerar sus procesos de selección, procurando no utilizar el mecanismo de la
consulta partidista en octubre de 2025, para economizarle dinero al Estado y
evitar que esta elección pueda ser interpretada como una exclusión en la
participación en la consulta interpartidista de marzo de 2026, restándole
fuerzas a la unidad de oposición.
Los movimientos de oposición de los llamados *outsiders* tendrán que
apresurar sus procesos de recolección de firmas o, en su defecto, avalarse en
partidos de oposición que no tengan candidato a la presidencia para presentarse
en la primera vuelta en mayo de 2026.
Los partidos y movimientos políticos de oposición, con sus candidatos
presidenciales, solo estarían adelantando la elección de primera vuelta un par
de meses, de marzo de 2026 a mayo de 2026, con una estrategia que disminuiría a
su mínima expresión, el riesgo de llegar a la primera vuelta, en mayo de 2026,
con varios candidatos de oposición enfrentados a un solo candidato del Pacto
Histórico, donde las posibilidades de éxito de la oposición se verían muy
afectadas.
En el proceso de oposición propuesto, es muy importante que nosotros, los
ciudadanos opositores a este nefasto gobierno, nos definamos por el candidato
de nuestras preferencias, luego de un análisis con la razón frente a la extensa
gama de precandidatos existentes, buscando lo mejor para nuestra patria en el
proceso de reconstrucción al que tendrá que ser sometida a partir del 7 de
agosto de 2026.
Las encuestas jugarán un papel muy definitivo en las decisiones de los
electores de oposición, tanto en las escogencias al interior de los partidos y
movimientos opositores como en las votaciones de la consulta interpartidista de
marzo de 2026.
Esta sencilla y modesta propuesta de unión de la oposición, solo depende de la
grandeza de nuestros hombres y mujeres que se consideran presidenciables y
están absolutamente convencidos de la necesidad de un nuevo gobierno que
corrija el equivocado rumbo por el que vamos.
De no unirnos todos los opositores, perderemos la oportunidad de ganar en 2026
y quedaremos con una oposición destrozada, donde las culpas de los unos contra
los otros nos dejarán en manos de un petrismo y/o Pacto Histórico robustecido,
dispuesto a continuar el proceso de exterminación de las instituciones,
copándolas para evitar la separación de poderes, que hasta hoy todavía medio
funciona en Colombia. Nada más parecido a un Venezuela.
Aprovechemos esta Semana Santa para reflexionar y pedirle a nuestro Señor
Jesucristo que nos ilumine y ayude para lograr la unión de la oposición, en pro
de tener un solo candidato escogido en la consulta de marzo de 2026.