Luis Guillermo Echeverri Vélez
Señores,
lo que vivimos es un atraco al Estado de parte de la criminalidad que llegó al
poder. Y nadie hace nada para detenerlos.
Para
contrarrestar lo que le pasa al país hoy, hay que entender que hay que plantear
y llevar adelante un combate contra las organizaciones criminales y la
corrupción política que las patrocina, promueve y ayuda a cometer todo tipo de
delitos, violaciones y destrucciones. Y ese combate permanente tiene que darse
en dos planos: El digital y el territorial o físico, y tiene que ser antes de
que se tomen las ciudades que es lo que está por ocurrir.
Le
rogamos al Gobierno de 2018 a 2022 que continuara con el modelo de “Centro de
Control o War-Room Digital” que se montó durante la campaña, y que lo
fortalecieran con recursos y nuevas herramientas para defender la democracia y
combatir la corrupción. Pero les dio miedo de la crítica mediática. Les rogamos
fortalecer la comunicación digital, pero fue en vano.
Les
rogamos nos ayudaran a hacerlo desde el sector privado, no quisieron. Tratamos
en tres oportunidades de que los empresarios se unieran a patrocinar un equipo
y una comunicación digital bien estructurada basada en la experiencia del 2018
pero no nos quisieron hacer caso.
Cuando
Petro y Bolívar incendiaron el país, con la misma metodología de los disturbios
chilenos y quisieron bajar a Duque del poder, insistimos, pero no quisieron
escuchar. Salió Bolívar en YouTube a mostrar dos celulares y a decir que con
esas dos ametralladoras iban a tomarse el poder. Y miren bien a dónde van esos
facinerosos con su engaño populista del cambio y la paz total. Aterrorizaron al
país, dejaron pasar un año y se treparon al poder.
¿Culpa
de quiénes? Pues de los que no fuimos capaces de defender la democracia y hoy
solo lloramos todo el día como nenas. En 2021 le presentamos toda la evidencia
digital de la autoría dolosa y delictiva de lo ocurrido en la primavera del
2021 a las IAS y nada, no pasó nada, nadie los quiso investigar y menos
procesarlos. En 2021 no se tomaron el poder a las malas por lo mediocres que
son ellos, no porque el Estado se los impidiera. No los combatimos. Pero luego
fuimos tan bolsones de entregarles el poder voluntariamente y por las buenas
sabiendo que eran criminales y que estaban delinquiendo.
Petro
subió al poder porque la estupidez y la arrogancia de nuestra clase dirigente
pública y privada superó nuestra mediocre incapacidad de exigirle a la
justicia, al parlamento y al Gobierno para que obren legalmente. Y eso explica
porque no somos capaces de manejar nada político adecuada y efectivamente y
quedamos a merced de la prudencia acobijada en lo políticamente correcto. Nos
comió el individualismo, la egolatría, la actitud cobarde, medrosa, timorata,
solapada y pusilánime que nos caracteriza.
Si
estoy mintiendo en algo que alguno me desmienta.
Y
les digo que el daño es tan profundo, que no podemos seguir mintiéndonos a
nosotros mismos, con la misma disculpa del borracho que siempre recurre a la
negación y al autoengaño y cada viernes recae ante la copa.
Este
país solo se arregla sin conformismos y con determinación de lucha frontal y
unificada, y eso por aquí escasea. No le sigamos cargando los muertos a la
democracia cuando las fuerzas armadas hasta ahora solo han dado la vida para
defendernos.
La
grave problemática colombiana solo se conjura; en el plano digital poniendo un
gran equipo de nuestros mejores hombres y mujeres a defender la democracia con
todas las herramientas que existen en la tecnología de punta actual y
metiéndole mucho billete. Y en el plano real o físico, con una fuerza armada
totalmente desvinculada del narcotráfico que les de bala como ellos le dan a la
ciudadanía y al ejército y a la policía, y con inteligencia y capacidad táctica
que logren apretarlos de manera que entre las propias organizaciones criminales
se den bala en su disputa por el control de los territorios.
Otra
cosa aquí no hay. Y nadie está planteando soluciones. No más experimentos
fallidos de paz como los de Belisario, Pastrana y Santos. Eso no es viable.
Seamos realistas, solo nos queda como al novillo de los jueves en los pueblos,
esperar atados al cepo y maniatados a que todo esté totalmente destruido y
descuartizado, como ya pasó en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Solo ahí nos
veremos obligados a empezar a montar una resistencia civil, que quien sabe si
ya sea una reacción muy tardía.
No
pensemos señores que los gringos ni nadie va a bajar de los cielos a hacernos
el favor de ayudarnos a solucionar los problemas de nuestra sociedad, del país
y del Estado. Ni esperemos que nadie nos vuelva a colaborar, hasta que le
demostremos al mundo con acciones ante el Gobierno destructor y las
organizaciones narcoterroristas que efectivamente estamos dando una lucha
abierta como lo ha tenido que hacer la gran mayoría del pueblo ucraniano. De lo
contrario no nos van a volver a creer nada, y simplemente no tendremos cómo
encajar lícitamente en la lista de las prioridades de las democracias
occidentales.