viernes, 10 de enero de 2025

Venezuela libre

José Leonardo Rincón, S. J.
José Leonardo Rincón, S. J.

Escribo estas líneas a pocas horas del viernes 10 de enero, fecha crítica, señalada como el día tope para que Nicolás Maduro entregue el poder absolutista que ha venido ostentando desde que fuera ungido por el finado Hugo Chávez, que evidentemente perdió en las elecciones y que no ha querido aceptar, convirtiéndolo ante todo el mundo en un descarado fraude.

La ilusión de la revolución bolivariana ha resultado un fiasco, como infelizmente resultaron también siéndolo la bolchevique o la sandinista, por citar solo dos, cuando instalados los señores del poder se apoltronaron en regímenes de terror y de muerte, iguales o peores a los que derrocaron.

Qué fracaso termina siendo un sueño trastocado cuando los nobles ideales que lo impulsaron se desdibujan contaminados por egos apasionados e insaciables que develan lo frágiles que somos los seres humanos cuando Dios está ausente y no hay principios y valores espirituales trascendentes.

Es increíble que la historia de la humanidad se repita porque las lecciones no han sido aprendidas. Qué ceguera, qué cerrazón mental, qué terquedad, qué estupidez. Y lo más grave: el precio que toda una nación, todo un pueblo, tienen que pagar.

Aferrados como están al poder Maduro y su séquito, dudo que finalmente acepten su derrota en las urnas y den un paso al costado. Qué tristeza ver su obcecación marchando irreversiblemente hacia un final infelizmente trágico, que es el destino donde desembocan las dictaduras y las tiranías.

Ocho millones de patriotas dejaron su tierra huyendo de la debacle. No hubo por años una oposición organizada y fuerte. También los egos fueron más fuertes. Ahora María Corina Machado se yergue altiva, valiente y retadora, y dado que no la dejaron ser candidata apoya a Edmundo González para que habite Miraflores.

No sé qué pase en las próximas horas, pero tarde que temprano Venezuela será libre y tendrá que rehacerse en un nuevo amanecer. Habrá dicho ¡basta! como lo hiciera hace dos centurias el auténtico Bolívar. "Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando la virtud y honor".