jueves, 12 de septiembre de 2024

A mayor delirio más poder

José Alvear Sanín
José Alvear Sanín

El diario espectáculo de un individuo que combina los galimatías de Cantinflas con la profundidad del doctor Goyeneche no despierta nada distinto al cansancio o la resignación. El país es testigo de un creciente delirio que nos deja estupefactos. ¿Cómo es posible que ese sujeto continúe dando tan grotesca función, sin que lo detengan, destituyan o recluyan?

Si fuese apenas escándalo diario, podría pensarse que, bajo el clown, el Estado continúa funcionando, pero al mismo tiempo, la Constitución y la ley son violadas y multitud de actuaciones del Ejecutivo, fronterizas con el Código Penal, ocasionan efectos desgarradores en el orden público, en la economía y en las finanzas nacionales.

El país, conducido por la banda presidencial de prontuariados, amnistiados ignorantes y rapaces incompetentes, avanza hacia el abismo, sin que las “sólidas” instituciones hayan funcionado en los últimos dos años. Si estas actuasen, el actual Gobierno no duraría 24 horas más; pero mientras el Ejecutivo dispensa raciones de mermelada, cada vez más costosa, a congresistas de todos los partidos, magistrados, y a grandes medios, especialmente audiovisuales, nada le pasará. Y como si lo anterior fuera poco, los grandes jefes políticos, en vez de unirse en un movimiento de recuperación nacional, siguen cultivando sus menguantes parcelas electorales o promoviendo docenas de candidaturas condenadas a la repetición de la farsa electoral de 2022, o a presenciar en 2026 un proceso a la venezolana.

Nada se está haciendo para despertar de la pesadilla, porque se da por sentado el triunfo electoral dentro de dos años, ¡con la mitad de los municipios en poder de las guerrillas petristas y bajo un Gobierno comunista!

No basta, pues, con la lección de Venezuela. ¡Dos años son un corto tiempo para vivir, pero muy suficiente para completar la destrucción del país!

Petro nunca ha estado más desprestigiado y perturbado mentalmente, pero mientras mas tonterías, chorradas y amenazas profiere, más discursos de odio pronuncia y más pataletas y vulgaridades protagoniza mayor poder acumula.

En los pocos días que nos separan del 20 de julio vienen avanzando proyectos aterradores que serán aprobados por un Congreso embadurnado: 1. Reforma de la Salud (para consolidar su dominio del sector); 2. Reforma Política (hacia el voto electrónico y el favorecimiento del fraude); 3. Jurisdicción Agraria (para la expropiación masiva de fundos productivos), y 4. Reforma Tributaria (para desactivar la economía).

A lo anterior se suman decretos, inconstitucionales desde luego, como el que crea las ATEA (Autoridades Territoriales Económicas y Administrativas), para entregar el poder político, sobre una tercera parte de Colombia, a las organizaciones indígenas; y el que organiza la Dirección de Inteligencia, para controlar y vigilar a los ciudadanos, germen del Sebin colombiano, otra Stasi criolla.

¡Y se nos olvidaba el acuerdo con los bancos para dilapidar 55 billones!

Si solamente con la ocupación de la Fiscalía por una mandadera del régimen, estamos viendo cómo se judicializa la política (caso del Dr. Uribe Vélez); cómo se omite la indagación adecuada de la astronómica e inocultable corrupción del régimen, y cómo se diluyen las investigaciones y procesos de ciertos amigos y descendientes, pensemos entonces en el poder de que dispondrá Petro cuando tenga en su bolsillo procurador, toda la Corte Constitucional y la junta del Banco de la República.

A él no se le olvida ningún despropósito. Basta ver su obsesión con el metro subterráneo, la obstrucción de las dobles calzadas (para las cuales piensa extraer 20 billones por valorización), y la reforma prevista para desfondar y politizar las empresas de servicios domiciliarios.

¡Preparémonos, entonces, para la emisión de centenares de billones, cuando se apodere del Emisor para acabar con la moneda capitalista —eterno ideal comunista—, completando la revolución, que avanza rauda mientras el país solo se percata de las babosas excentricidades diarias del tirano demente!

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¿Mermelada?: ¡Ciento catorce procesos sobre irregularidades de Petro reposan en los polvorientos anaqueles de la Comisión de “Acusaciones”! ¿Y qué hay del Art. 109 de la Constitución Nacional?

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¡No más tolerancia culpable! ¡Fuera Petro, ya!

Dentro de dos años será demasiado tarde.