martes, 6 de agosto de 2024

De cara al porvenir: el mundo de las emociones

Pedro Juan González Carvajal
Pedro Juan González Carvajal

Gracias a un dilecto amigo ha llegado a mis manos el libro Homo Emoticus de Richard Firth-Godbehere, que trata de la historia de la humanidad contada a través de las emociones predominantes en ciertos períodos de tiempo y que impactaban e influían en ciertas sociedades imperiales particulares.

Aun cuando hay una gran cantidad y variedad de emociones, se pueden rescatar al menos 6 que permanentemente están presentes en nuestras vidas: la felicidad, la tristeza, la sorpresa, la ira, la repugnancia y el temor.

Bajo otra perspectiva, autores como Maquiavelo se concentran en el miedo, el odio y la esperanza.

Lo cierto es que estas emociones hacen parte de nuestro equipaje como seres humanos. Alguien dirá que pertenecen al espíritu, a la interacción de las ondas cerebrales, a los órganos de los sentidos y a las reacciones que generan en su interacción con la realidad.

Lo cierto es que las emociones y su impacto moldean el carácter, la personalidad, la forma de ver y de enfrentar el mundo y la manera de disfrutar o no el llamado “milagro de la vida”.

La capacidad para “administrar” las emociones y no dejarnos apabullar por ellas, generarían nuestra templanza y la fortaleza para enfrentar los retos, las vicisitudes, las oportunidades y las amenazas que se nos presentan en el día a día y el reconocimiento de este conjunto de realidades estaría soportado en la conciencia.

La racionalidad, la razón, la objetividad la ecuanimidad, podrían servir de herramientas para poder sobrevivir con y a pesar de las emociones, sin dejarnos arrastrar por ellas.

La interrelación con otros humanos genera intersecciones emocionales que determinan nuestro comportamiento con los otros, con el grupo o con la sociedad en su conjunto.

La historia la han constituido las ideas, las instituciones y la geopolítica de acuerdo con una de las tantas aristas con las cuales podemos aproximarnos a ella.

Sin embargo, quienes tiran los dados son las personas y estas constituyen, cada una, un universo particular lleno de singularidades e interpretaciones, signados por sus aptitudes físicas y mentales y sobre todo por sus intereses individuales.

Se habla del estado fiscal, del estado militar y del estado emocional para poder justificar el uso de la fuerza y el establecimiento de normas y reglas con las cuales se puedan controlar los desvíos emocionales de sus miembros de manera individual y colectiva.

Es prudente entonces saber reconocer en las emociones los detonantes de los distintos comportamientos que tenemos nosotros los humanos y que expresamos de diferentes formas.

Muchas veces no existe control sobre las reacciones que se tienen ante ciertos sucesos que estimulan emociones y generan toda una descarga de energía sobre nuestro comportamiento.

De ahí el esfuerzo necesario por tratar de conocernos a nosotros mismos, para tratar de minimizar las sorpresas que nosotros mismos nos damos.

Dice algún pensamiento que “La ignorancia atrevida, insulta”.

NOTA 1: Está en cartelera la película Intensamente 2 que puede dar una perspectiva distinta y amable sobre el tema de las emociones.

NOTA 2: Generaciones anteriores hablaban coloquialmente del dicho: “Mas duro que la plata al 20” ... dicho que lamentablemente estamos viviendo hoy en la realidad.