Luis Alfonso García Carmona
Por más que
intentamos acostumbrarnos a vivir bajo la férula de un régimen antijurídico,
antipatriota y obsesivamente destructor, no lo hemos podido conseguir. Se trata
aquí de diferencias insalvables en la concepción del ser humano con todas sus
libertades y derechos, del Estado como el escenario donde se respeten las
decisiones del pueblo como ente soberano que es, y de la gestión pública como
mecanismo al servicio del bien común de la población y no de los intereses
egoístas de la camarilla gobernante.
Parece mentira que
este desconocimiento consuetudinario de las normas constitucionales por parte
del extremista y demoledor régimen petro-madurista no haya concitado
todas las fuerzas vivas de la Nación para desterrarlo cuanto antes de los
centros donde se adoptan las maquiavélicas decisiones que nos llevan
aceleradamente hacia el abismo.
Veamos, a guisa de
ejemplo, lo que –según los medios– en un solo día representa esta execrable
gestión para el presente y el futuro del país:
A.- Las
autoridades colombianas han anunciado este sábado que han enviado al Ejército
de Liberación Nacional (ELN) una propuesta «confidencial» avalada por el
presidente Gustavo Petro para que los terroristas «la valoren y respondan»,
a fin de avanzar con las negociaciones en las que ambas partes han estado
involucradas desde hace más de un año[1].
A espaldas del
soberano, vale decir, del pueblo colombiano, Petro negocia la estabilidad del
país. No hay que olvidar que desde hace varios meses el régimen petro-madurista
instaló unas mesas de negociación con unos grupos de participación mayoritariamente
compuestos por activistas de la más radical izquierda y unos pocos representantes
del Gobierno (yo con yo) y de los gremios que han prestado sus nombres para
cohonestar la destrucción institucional de la nación. Van más allá los sombríos
propósitos del camarada Petro (alias Aureliano), quien ya señaló que todo lo que
se apruebe en esos anómalos comités “tendrá fuerza vinculante” al momento de la
firma del acuerdo con el ELN. En otras palabras, se podrá sustituir la
totalidad de nuestra Constitución sin cumplir con los requisitos que la misma Carta
exige y sin contar para nada con el pueblo soberano. ¡Es, ni más ni menos, que el
robo de Santos al plebiscito, pero mejorado y aumentado!
Otras
intervenciones del guerrillero-presidente nos indican sus torvas pretensiones
so pretexto de la firma de la “paz total”, para lo cual está dispuesto a llegar
hasta donde el pueblo se lo pida (¿A cuál pueblo se referirá?); no le concede
ninguna importancia al aspecto formal de la Constitución sino a su contenido;
de hecho, ya en el borrador de las conversaciones de Caracas con el ELN incluyó
toda clase de temas para toma de decisiones sobre los mismos; está considerando
otras posibilidades como las de aprobar un plebiscito para continuación del fraudulento
acuerdo de La Habana, asambleas populares y callejeras, etc.
B- No conforme con
cambiar la Constitución sin consentimiento del pueblo soberano, el Gobierno la
emprende ahora contra el ahorro de los colombianos anunciando que presentará al
Congreso un proyecto para establecer una serie de inversiones forzosas a cargo
de los ahorradores en las cuentas bancarias[2].
Cuando entregamos
parte de nuestros ahorros a una entidad financiera para que los administre o
los destine a futuras necesidades nuestras, no estamos autorizando al Estado
para que tome dominio sobre esas sumas para sus proyectos o pagos. Ello
equivale, ni más ni menos, a una expropiación de bienes de los habitantes que
el Estado está obligado a proteger. Si no cumple con esa obligación, incurre en
una nueva violación de la Constitución como es su costumbre.
El dinero que reciba el
Gobierno corre grave problema de perderse, bien sea por los escandalosos
antecedentes de corrupción ocurridos en la presente administración, la evidente
falta de preparación e idoneidad de quienes son designados para los más altos
cargos del Estado y, por la misma implementación de las inversiones que serán
devueltas según afirma el Gobierno, con una “tasa de intereses modesta”;
en otras palabras, el rendimiento no alcanzará ni para conservar el valor de la
moneda.
Muchos otros desastres
para la economía se derivan de tan inconsulta medida que, como ocurrió con las
reformas pensional y de salud, sólo busca acaparar un gran porcentaje del
ahorro de los colombianos para financiar el derroche administrativo, la
compulsión por realizar gastos innecesarios y la iniciación de proyectos sin
unos acertados estudios de planeación y viabilidad.
C.- Conmocionada se
encuentra la sociedad colombiana al recibir la noticia de que 98 soldados que
cumplían labores de vigilancia y protección de la población civil en el
departamento del Caquetá fueran secuestraron por unas guardias campesinas,
quienes disponen cuándo y en qué forma pueden ser liberados. Es una muestra más
de las acciones dirigidas por el régimen marxista-leninista para desmoralizar a
las Fuerzas Armadas e impedir sus actuaciones. Ya se había presentado otro
incidente similar calificado por un ministro del Gobierno actual como un “cerco
humanitario”, en el cual, desgraciadamente, fue degollado un agente del orden
por las guardias campesinas. El presidente solo intervino para prohibir que el ejército
interviniera en favor de los secuestrados. Cabe preguntar: ¿En qué país
vivimos, si hechos de esta naturaleza no mueven a actuar a los dirigentes políticos
que reciben la “mermelada” del Gobierno, ni a los líderes empresariales, ni a
la jerarquía católica?
Lo dicho al comienzo es
cada vez más deplorable. Cada vez estamos más lejos del orden constitucional y
si no actuamos ya, jamás lo podremos hacer. Veámonos en el triste ejemplo de
nuestros hermanos venezolanos.