lunes, 15 de julio de 2024

Gobernar para el bien común

Luis Alfonso García Carmona

Jacques Maritain
“Los hombres deben ser gobernados como personas, no como cosas, hacia un bien común verdaderamente humano que recaiga sobre las personas y cuyo valor principal es la libertad de desarrollo de estas.” 

Jacques Maritain

Luis Alfonso García Carmona
La dignidad de la persona humana no puede ser un concepto vacío; más bien, un principio con prácticas consecuencias en la vida real.

Somos unos seres creados a imagen y semejanza de Dios, compuestos de una parte espiritual, el alma, y una material, el cuerpo.

No es posible, por lo tanto, que sirvamos como un objeto a los fines materiales del Estado, al sustento de una organización que desconozca las necesidades espirituales del ser humano y sus derechos como persona.

Consustancial a la idea del Estado es, en consecuencia, la búsqueda del bien común verdaderamente humano, que comprenda la integridad del ser humano, su cuerpo y su alma.

Valores como la verdad o la justicia, derechos esenciales como el derecho a la vida, a la protección de la familia, a la seguridad de su propiedad privada o, a vivir en paz, y libertades como la de elegir sus propias creencias, tener acceso a un trabajo digno, expresar sus opiniones, o elegir sus representantes en el manejo del Estado, forman parte del bien común integral que el Estado debe garantizar a sus gobernados.

Cuando el envenenamiento de la propaganda, la gestión gubernamental sustentada por la mentira y el poder corruptor del dinero, y la dominación de las mentes a través de diferentes tipos de coerción, logran imponer su voluntad a la masa, nos convertimos en esclavos, abdicamos de nuestra dignidad como personas humanas y permitimos que se nos gobierne como simples cosas.

Es por eso por lo que la alternativa que se nos ofrece es única e insoslayable: nos plegamos a la esclavitud en las próximas décadas, o aplicamos nuestro esfuerzo al restablecimiento de nuestros valores, nuestros principios, y empezamos de una vez por todas a construir un Estado que trabaje por el bien común de los asociados y no por sus mezquinos y egoístas intereses políticos.