miércoles, 16 de agosto de 2023

Transición energética, desarrollo y adaptación al cambio climático como propósito nacional

Luis Guillermo Echeverri Vélez
Por: Luis Guillermo Echeverri Vélez

Ponencia presentada en el foro Sostenibilidad y Transición Energética. Pasos necesarios para tener un mejor país

Introducción

Quiero agradecer a Hassan Nassar y a la revista Alternativa por invitarme a este importante foro para plantear ideas de cómo realizar una transición energética lógica y sensata dentro del contexto de compatibilidad entre el desarrollo socioeconómico, el calentamiento global y el cambio climático.

Esta presentación se conceptualiza desde el punto de vista del sentido común, compaginado con la implantación de nuevas tecnologías como elemento necesario en todo proceso transformacional.

No soy técnico ni especialista, pero he tenido la oportunidad de aprender y conocer personalmente la diversidad colombiana y global, y los procesos relacionados con la materia. Desde el Fondo Nacional del Café y Proexport-Colombia, tuve como economista agrícola la posibilidad de hacer unos análisis de todas las regiones y la productividad nacional como país tropical andino y entender lo que ello significa. Desde el directorio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), durante 8 años, pude conocer a fondo 48 países del mundo y analizar sus realidades geográficas, ambientales, políticas y sus condiciones de vida socioeconómicas, y después tuve el gran honor de poder colaborarle al país en la Presidencia de la Junta de Ecopetrol.

En esta ponencia sobre me refiero a varios ejes fundamentales que tienen que integrarse al hablar de transición energética:

·       La compatibilidad de la convergencia tecnológica con el desarrollo humano cultural y socioeconómico.

·       El cuidado y el aprovechamiento de la biodiversidad y las forestas tropicales.

·       El recurso minero-energético en todas sus formas, empezando por el manejo hídrico y la debida exploración, explotación y mitigación ambiental de todo tipo de minerales.

Fundamentos de transición energética: la experiencia en Ecopetrol

Con miras a poder delinear un plan responsable de transición energética de corto, mediano y largo plazo para el grupo empresarial Ecopetrol, que ayudara al país y la región, desde principios del 2019 analizamos con expertos mundiales todas las variables asociadas al cambio climático, al calentamiento global y al desarrollo energético.

Lo hicimos en paralelo al desarrollo de la metodología con la cual iniciamos una transformación integral de todos los flujos de negocio sujetos de mejora; trabajamos con la administración en una arquitectura que nos permitiera un proceso de cambio tecnológico innovativo y acelerado mediante la implantación de sistemas digitales que habilitaron a la empresa a concluir su transición de ser una petrolera bajo modelos de asociación, a ser un grupo regional y global de servicios, dedicado a todo el sector energético a partir del 2021 y con metas claras a 10, 20 y 40 años, que comprendía mejoras críticas en todo el negocio de hidrocarburos, avances en gas y descarbonización e incursión en nuevas formas de generación, transporte y distribución energética.

Entendiendo la importancia de la anticipación a la velocidad del cambio y que el mundo está pasando de la “economía del conocimiento” a la “economía del comportamiento” (Behavioral Economics), emprendimos ese proceso de cambio completamente apalancados en una función tecnológica, para poder hacer mucho más eficiente todo el concepto de parámetros ESG: (Ambiente, Social y Gobernanza y Administración Corporativos).

Nos apoyamos en todos los aspectos de la convergencia digital y tecnológica aplicada en tiempo real a la recolección, proceso y analítica de datos, mediante sistemas de manufactura avanzada y economías circulares, internet de las cosas, inteligencia artificial, robótica, nanotecnología y realidad aumentada, lo cual le garantizó al grupo seguridad física, eficiencia operativa y eficacia financiera, que se vieron reflejadas inmediatamente en la forma en que logramos navegar la depresión que causó la pandemia y en los resultados económicos de los años 2021 y 2022.

Así fue como llegamos al concepto metodológico, operativo y administrativo bajo parámetros T.E.S.G. que trabajamos con denominación de SosTecniblidad®.

Apalancados en el extraordinario talento humano existente en Ecopetrol y sus casi 100 compañías y en tecnologías de punta, se logró en pocos meses terminar de implementar y fortalecer con inversiones intensivas, una transformación muy grande que ya había iniciado la empresa desde 2016, pero requería el compromiso de una junta directiva que desde la primera reunión creó un Comité de Tecnología e Innovación, con el fin de respaldar una administración completamente abierta y enfocada al cambio.

Todo esto se plasmó en la estrategia corporativa del Grupo Empresarial Ecopetrol que se aprobó bajo el nombre de “Plan Estratégico 2040”.

Hablemos de cómo se debe abordar plan lógico para Colombia en materia de transición energética.

¿Qué no podemos y qué podemos y debemos transformar, y cómo?

Empecemos por decir que todas las transformaciones y los cambios positivos, a lo largo de la historia de nuestra civilización, son cambios tecnológicos, y no pertenecen al mundo de la ideología, la retórica ni de la demagogia propia de la política.

Lo anterior quiere decir que la transición energética es un objetivo global de largo plazo, un proceso tecnológico innovativo continuo en el tiempo que requiere mucha inversión económica, y que sea constante y consistente.

Es un proceso de análisis, planeación, desarrollo de conocimiento y capacidad humana, digital y científica dedicada a la adaptación e implementación y compaginación de sistemas innovativos y nuevas tecnologías.

Entendamos también que hay dos tipos de cambios: los que nos impone la naturaleza, y aquellos que son producto de una función de conocimiento científico y tecnológico.

No existen cambios generados por los humanos que no estén relacionados con la ciencia y la tecnología. Los cambios fundamentados en ideologías, por lo general, resultan opuestos a los primeros y definitivamente no pertenecen al mundo especulativo ni a realizades factuales.

El cambio climático tiene dos factores determinantes: Unos exógenos que pertenecen a las dinámicas de la naturaleza universal y sobre los cuales no tenemos control los seres humanos. Otros endógenos que sólo podemos mitigar parcialmente mediante el desarrollo de nuevas tecnologías, su adopción cultural e implantación económica.

Los exógenos: son aquellos factores que dependen más de la rotación de la Tierra, de lo que le pase a la galaxia, de la Luna, del Sol, de en qué punto esté el planeta dentro de unas órbitas elípticas, de cuál es la inclinación y rotación sobre el mismo eje terrestre, todo lo cual determina cambios ineludibles que se van dando en periodos mucho más largos de tiempo, pero que se manifestarán en un momento determinado, de la misma forma en que hoy sabemos que ocurrió y sigue ocurriendo la transformación tectónica de planeta.

Los endógenos: son los que están dentro de la atmósfera y con relación a los cuales, los humanos sensatamente debemos comprender cómo abordar la transición energética como un proceso en el tiempo que atienda dos tendencias inevitables: la descarbonización y la electrificación.

Hablar de transición energética es un proceso complejo y costoso, que para nada se relaciona con el “Abra-cadabra” del abuso que representa un discurso políticamente correcto sobre ambientalismo. Se trata de que encontremos nuevas soluciones tecnológicas que compaginen un proceso gradual de descarbonización, con nuevas formas de proveerle a la humanidad nuevas soluciones que atiendan una creciente demanda energética, eléctrica y calórica o alimenticia.

Por tanto, la transición energética necesariamente depende de que un país tenga los recursos económicos, el talento humano y la infraestructura para implementar las nuevas soluciones de contar con esas energías, de forma compaginada con el cuidado del medio ambiente y con el bienestar y la calidad de vida que nos puede ofrecer esta era del conocimiento. Esto se complica más en países en vía de desarrollo con las complejidades presupuestales propias de un ingreso medio.

Tiene que ser un propósito global, no un tema partidista ni electoral, el propender por no alterar negativamente los ciclos y las fuerzas de esos factores endógenos que determinan la vida en los pocos kilómetros que conforman las tres capas de la biósfera.

Para una ilustración general sobre estos aspectos recomiendo un video en YouTube de “History Channel”, un programa de dos horas que cuenta la historia de la formación del mundo, expresada de una forma bastante lógica y didáctica.

¿Cuál debería ser el plan de transición energética de Colombia y cómo debe engranarse con el plan de un grupo energético que es el que está llamado a ser el abanderado de la energía en el país, a 20, 50 y a 100 años?

A mi juicio es algo que tiene que existir como política de Estado con metas realizables de corto, mediano y largo plazo, que en lugar de eliminar los ingresos estatales que le permiten una sostenibilidad energética en el mediano plazo, utilice esos recursos y los ingresos que generan el petróleo y el carbón para ir haciendo un puente, basado en gas, que conduzca al crecimiento de generación energética por medio de formas existentes y de nuevas tecnologías que aún están por desarrollarse e implementarse a niveles que puedan sustituir lo existente.

Pero aquí ningún político habla de ello con propiedad, sólo utilizan los conceptos básicos acomodándolos a su propia conveniencia. Hablan del cambio climático y la transición energética, como hacen con otras banderas ideológicas minoritarias, como una bandera ideológica sin respaldo en el mundo real para armar un movimiento o un partido desde el cual abusan del erario y engañan al elector y al ciudadano.

Y la retórica populista ideológica no debe ser el camino del cambio en materia de transición energética y menos de la mitigación del cambio climático. Estos son asuntos que tienen que hacer parte de un propósito global no de una sola nación. Debemos entender que la huella ambiental actual de Colombia es simplemente una parte pequeña, tal vez el 0,2% de todo lo que pasa en el ambiente del planeta, de manera que de poco o nada nos sirven políticos hablando por todo el mundo de que van a ser los salvadores del cambio climático y el calentamiento global, cuando nada hacen internamente por combatir aspectos tan críticos como:

a. La deforestación. Que incluye la devastación de la biodiversidad, la depredación de especies en vía de extinción, la contaminante y devastadora minería ilegal no tecnificada y sin mitigación alguna, la explotación ilegal de maderas duras y los atentados terroristas a la infraestructura de transporte de hidrocarburos.

b. La colonización. Muchas veces forzosa y engañosa de zonas aisladas con propósitos de politiqueros y de lucro individual o de colectivos legales o ilegales.

c. Los conceptos de desarrollo indeseado. Como la sustitución de cultivos en zonas aisladas y donde sólo debe haber selva tropical húmeda o proyectos de reforestación natural o comercial.

d. La deforestación para la siembra de cultivos ilícitos. Coca, amapola y mariguana, su proceso, producción y comercialización de cocaína, heroína y cannabis como drogas adictivas, que integran toda la cultura social y económica criminal asociada al narcotráfico y al narcoterrorismo.

Desafortunadamente los políticos en la civilización actual solo tienen un interés personal en el corto plazo, representado en sus políticas de gobierno y no en la formación de políticas de Estado, y ello se relaciona con que el paso por el poder es efímero y carece de la real determinación y capacidad de implementar transformaciones sostenibles.

Hay tres valores prioritarios que deben ser políticas de Estado no banderas de campañas ni simples políticas de un gobierno.

Entonces, ¿qué es lo que hay que cambiar para recorrer en el tiempo un camino a una transición energética, lógica, sensata y sostenible?

Primero. Defender la diversidad y multiplicarla;

Segundo. Defender el agua que es energía, aprender a manejar el recurso hídrico con tecnología y multiplicar la producción o transformación energética;

Tercero. Educar, como el elemento cultural, el valor más importante para que los dos anteriores puedan sostenerse. Entender que tenemos un gran capital humano, inexplotado, subestimado, falto de educación.

Como nación debemos concentrarnos en crear la cultura del mejoramiento ambiental mediante la participación de toda la ciudadanía en la siembra de árboles y en la reforestación y su cuidado, del aprendizaje de idiomas, matemáticas, civismo e ingenierías, en lugar de estar enseñando odio y resentimiento como ha hecho Fecode con la niñez y la juventud.

Debemos dejar de predicar una transición energética prohibitiva y politizada, hay que enseñarle al ciudadano del futuro cómo prepararse científica y tecnológicamente, para poder realizar cambios transformacionales positivos, como el manejo del agua y la generación de energías limpias.

Además, hay acciones que no dan espera

Y voy a tratar de terminar esta intervención, diciendo lo siguiente: en Colombia tenemos que hacer tres cosas:

Primero. Desarrollar responsable, legal, técnica y eficientemente el potencial minero-energético que nos dio la naturaleza cuando creó nuestra variada y accidentada geografía.

Si Colombia quiere tener con qué poder abordar una verdadera transición energética en el tiempo, necesita incentivar y desarrollar al máximo todo el sector minero-energético, pues es la única fuente económica de base para poder progresar y poder invertir en que la nación no sólo proteja, sino que pueda convertirse en un polo de inversión en biodiversidad y energía, y que pueda multiplicarlas, porque eso es lo que nos dio la naturaleza como país tropical-andino.

Este no es un país agrícola en términos comparativos con los subtrópicos o las zonas estacionales, nosotros somos tropical-andino o montañoso y la agricultura y las forestas de nosotros se fundamentan en la fotosíntesis y la exuberancia no en la productividad de cultivos estacionales, por ende es muy limitada y lo seguirá siendo, porque no hay las tierras tractoréales, porque lo que hay son llanos y fronteras de suelos deficientes y ácidos en montañas y en las planicies, y porque allá llega el agua de las épocas de lluvia y destruye todo, o llega una sequía y también se queda parado todo porque no tenemos los manejos de esos flujos de agua.

Segundo. Crear un sistema integrado de manejo de aguas.

Entonces, necesitamos un sistema integrado de manejo de agua y lo que eso valga es financiable en el largo plazo, pues el mundo entero lo necesita.

Primero, hay que abordar el análisis de los flujos hídricos del país y mejorar la medición y la predicción meteorológica y el análisis cuantitativo de todos estos para, sobre esa información y esa data o ese blue print, empezar a construir un sistema integrado de manejo de agua que venga del sur al norte, de las cordilleras a las planicies y a la selva.

Esto implica que haya desarrollo de una infraestructura que necesita el país para tener un manejo adecuado de los grandes flujos perdidos de agua que tiene, y aprovechar que no estamos como muchos otros países o como California llevando del bulto sin agua. Aquí lo que pasa es que la tenemos en abundancia, pero no la sabemos manejar, no tenemos la menor idea de cómo manejarla.

Entonces, aquí tendría que haber ya un sistema integrado de manejo hídrico del país que pueda administrarse en tiempo real, que integre el cuidado de las cuencas, y ello no quiere decir que no se haga minería, sino que se realice bien con tecnologías de punta y se deje de lado ya la doble moral que protege con su silencio la minería ilegal y el daño ambiental sin mitigación de ninguna naturaleza.

Tercero. Emprender el cuidado de la biodiversidad.

Mientras deforestemos para sacar madera, sembrar más coca, para abrir indebidamente fronteras ganaderas, para acabar con la vida animal y vegetal, y no tengamos identificados con información satelital en tiempo real toda esa problemática y no contemos con un verdadero sistema policivo ambiental que sea fuerte, y no empecemos a sellar territorios de selva tropical húmeda, mientras no emprendamos una política de Estado a largo plazo bajo el concepto multimodal que hemos llamado “seal the rainforest”, con tecnología de avanzada y no comprendamos que los polos de desarrollo, y la agricultura de la seguridad alimentaria deben estar cerca de los mercados y de la infraestructura de transporte, y que las poblaciones agrícolas toda la vida han sido nómadas en función de esas oportunidades, seguiremos acribillando la biodiversidad, sembrando el cultivo que mata y afectando el principal pulmón de la humanidad que es el sistema andino-amazónico.

No podemos hablar de biodiversidad cuando se tumban dos hectáreas de bosque tropical húmedo para sembrar una hectárea de coca, y cuando deforestamos las cuencas hídricas para sembrar heroína en la parte alta de las montañas.

Tenemos que entender el valor del trópico donde una foresta si se deja sola sin la presencia del ser humano se restituye y empieza a oxigenar nuevamente en 16 meses o tres períodos de lluvias.

Nada tiene que ver eso con hacer una minería legal y bien hecha y lo mismo pasa con los yacimientos no convencionales, con la extracción del gas y con todos esos elementos que son los únicos que nos pueden dar la riqueza para educar esta gente que luego es la gente que va a evitar que nos convirtamos en nuestro propio hormiguero y que, a la vez, nos convirtamos en una solución para el planeta, en materia energética y en materia de manejo hídrico.

Consideraciones finales

El agua es vida, el agua es energía, y gracias a ello tenemos la gran riqueza que representa la biodiversidad y una capacidad única y variada de generación de energías limpias que debemos financiar en el futuro con los réditos de una juiciosa utilización de la gran riqueza de recursos no renovables que nos otorgó la naturaleza.

Esos recursos enterrados no sirven para nada, por el contrario, bien explotados son el puente al desarrollo y a una sociedad del conocimiento.

Comparen cuánta biodiversidad hay en un bosque europeo o asiático, con cuánta biodiversidad hay en nuestro bosque tropical húmedo que es el ombligo y el abdomen del mundo, y verán que Colombia no solamente está localizado estratégicamente para convertirse en un gran centro (HUB) energético y de vida, de biodiversidad, de estudio, de ciencia, de desarrollo, de nuevas tecnologías, de nuevas ideas. Mientras aquí, localmente, hemos elegido proteger el negocio y la cultura de la cocaína, en los cuales solo nos darnos bala y nos llenamos de odio, dejándole el país a una parranda de delincuentes.

Nacimos como una nación minera y tenemos que poder llegar a ser una verdadera potencia minera que genere los recursos para que la nación pueda proyectarse hacia el futuro y sobre eso construir una infraestructura responsable, educar la gente, cuidar el bosque tropical húmedo, sacar los recursos naturales, hacer el mejor aprovechamiento para que esa transición que llamamos cambio climático, pueda estar acompañada de un gran cambio tecnológico y de una nación de avanzada en la era del conocimiento, en una nación que sea la que lidere todo lo que pase en este epicentro que cubre el Caribe, Centroamérica, los países andinos, incluso Brasil, en materia del manejo del territorio y sus recursos, integrado y bien hecho.

Si no se cuida la biodiversidad y a la vez se activa el sector minero-energético, si no se cuidan y administran los flujos hídricos y se genera más energía limpia por todos los métodos habidos y por haber, si aquí todo sigue sometido a las conveniencias politiqueras, no se puede llegar a nada diferente a la administración de un empobrecimiento exponencial que nos llevará a ser miserables sentados en una gran riqueza.

Ecopetrol se dejó con un plan 2040 que a mi juicio no debe ser tocado y que ya perdió un año en su debida ejecución. Cerraron los pozos petroleros, dijeron que no a los proyectos de ciclo corto, yacimientos no convencionales o el mal llamado “fracking”, les mandaron a los mercados el mensaje de que no van a hacer contratación petrolera hacia el futuro.

Es decir, en tan solo un año hicieron todo lo contrario a lo indicado y que venía siendo crítico para el Estado y el país: dijeron aquí vamos a renunciar a los principales ingresos del Estado, a vivir en la miseria y no nos vamos a abocar a ser una sociedad de conocimiento apalancada en los recursos naturales, en la ciencia y la tecnología que hoy en día tenemos disponible, no vamos a realizar el cuidado de las fuentes hídricas ni vamos a manejar los flujos de agua, ni vamos a proteger todo lo que representa la floresta tropical húmeda para el futuro de la civilización.