Por Antonio Montoya H.
Para Antioquia y Chocó, aun para Caldas,
Risaralda y Quindío, si desean trabajar unidos como en épocas anteriores de
Antioquia la grande; para la región del Atlántico, que comprende los siete (7)
departamentos, y para aquellas regiones del país que desean y añoran un poco de
autonomía, iniciar un trabajo serio, constante para lograr desarrollar un
ansiado federalismo que permita que el desarrollo se dé a través del trabajo
organizado de las regiones, manteniendo la unidad nacional y así evitamos que
gobiernos de izquierda nos arropen, abra defensa para mantener la democracia.
Observo con preocupación el panorama de
Colombia por un lado y beneplácito por otro, por cuanto Antioquia, no está
comiendo el cuento del Pacto Histórico. Aquí tuvieron poca votación y por ello
considero que seguimos firmes en mantener como base de la convivencia social, el
trabajo, la generación de empleo, la libertad de empresa, de culto y el orden y
la disciplina, que lleva asegurar que por lo menos en Antioquia, no se quiere
ni se admite la intromisión de ideologías de izquierda que solo dejan miseria y
odio.
Estamos teniendo la experiencia más amarga con la
gestión del alcalde de la ciudad, con su proceso revocatorio y con los
obstáculos de la Registraduría y CNE, y a pesar de ello no nos rendimos, porque
las actuaciones del alcalde están enmarcadas en el propósito del Pacto Histórico
y de Gustavo Petro, apoderarse de los dineros públicos e ir destruyendo el
tejido social montado en la triada de gobierno, empresarios y educación. De
esta manera pretende ir organizando el trabajo que permita vencer a los
antioqueños, raza de luchadores que no se deja, mientras más nos atacan más
garra se saca y se defenderá el terruño hasta con las uñas. Si Antioquia cae en
el populismo iniciado por el alcalde y que viene con toda la ira para arrasar
el empresarismo antioqueño, y la civilidad, perderemos por muchos años a
Colombia.
Esta actuación de los antioqueños defendiendo
su terruño, nos permite pensar que de la misma forma tenemos que ir
preparándonos para gobernarnos nosotros mismos con federalismo, con autonomía o
sin ellas, porque no podemos perder Antioquia, y si es necesario llegar hasta
el final con un proceso independentista que suena iluso, pero, puede
convertirse en la fuerza definitiva que nos eleve a otros escenarios de
desarrollo y crecimiento y para ello estoy invitando a que las regiones piensen
y demos el salto, si la izquierda se entroniza en Colombia.
Se preguntarán algunos por qué a estas horas y
en un momento tan complejo de Colombia salgo con propuestas de este tamaño, que
cambian el diario trascurrir de los colombianos. Por una sola razón, porque
permitir que la izquierda nos gobierne es perder años y años de tradición democrática,
de construcción de país, de fortalecimiento de un sector empresarial, educativo
y social que ha respetado la civilidad, pero que es pasivo ante el avance de la
oscuridad, que es el de controlar un país sin propósito diferente al de actuar
como dictador, autoritario y corrupto.
También me dirán que tenemos corrupción y la
respuesta es sí, pero, hay que atacarla entre todos los ciudadanos, acabar con
ella y los corruptos, que estos no tengan privilegios, que las cárceles sean su
vida, que no tengan relación con las familias, ni acceso a celulares, ni visitas
conyugales, ni de amigos y menos permisibilidad en los centros de reclusión, ni
casa por cárcel. Eso lo podemos lograr en democracia, todos trabajando para
ello, al que le propongan negocios que avise, que los contratos sean todos por
licitaciones públicas, con veedores externos y así se las pondremos difícil y
respetarán los dineros públicos, porque lo peor es el escarnio público para
ellos mismos y sus familias.
Que no hay justicia, no la hay, una inoperancia
del 97% indica claramente que esta no existe. Pero, si vía referéndum, hacemos
la reforma ahí no tendrán que intervenir los actuales magistrados, ni jueces
para torpedearla, ni el Congreso por que la reforma la sacamos del ámbito en el
que han actuado desde la Constitución del 91 y así lo han expuesto exmagistrados
de reconocida trayectoria en los conversatorios de El Pensamiento al Aire, que
piden referéndum o salida masiva a las calles.
Me dirán también que tenemos un Congreso de
Colombia (Senado y Cámara) que no funciona, que no se reforma, que no está a la
par de estudiar las grandes reformas sociales que se requieran y también, debo
decir, que comparto esa opinión, si el Congreso sigue igual, si no escucha, si se
hace el bobo frente a las urgentes necesidades de cambio también se reforma vía
referéndum.
Tenemos soluciones ciudadanos colombianos, la
democracia nos exige retos y acciones inmediatas, podemos trasformar el país darle
desarrollo a las regiones, generando empleo y volviendo a recuperar lo perdido
en dos años de pandemia o nos quedamos inermes ante el avance hostil de la
izquierda en Colombia que polariza y divide al país.
Creo, que este es un mensaje de urgencia, para
que apoyemos la democracia.