domingo, 27 de marzo de 2022

Llegó la hora

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.

Para Antioquia y Chocó, aun para Caldas, Risaralda y Quindío, si desean trabajar unidos como en épocas anteriores de Antioquia la grande; para la región del Atlántico, que comprende los siete (7) departamentos, y para aquellas regiones del país que desean y añoran un poco de autonomía, iniciar un trabajo serio, constante para lograr desarrollar un ansiado federalismo que permita que el desarrollo se dé a través del trabajo organizado de las regiones, manteniendo la unidad nacional y así evitamos que gobiernos de izquierda nos arropen, abra defensa para mantener la democracia.

Observo con preocupación el panorama de Colombia por un lado y beneplácito por otro, por cuanto Antioquia, no está comiendo el cuento del Pacto Histórico. Aquí tuvieron poca votación y por ello considero que seguimos firmes en mantener como base de la convivencia social, el trabajo, la generación de empleo, la libertad de empresa, de culto y el orden y la disciplina, que lleva asegurar que por lo menos en Antioquia, no se quiere ni se admite la intromisión de ideologías de izquierda que solo dejan miseria y odio.

Estamos teniendo la experiencia más amarga con la gestión del alcalde de la ciudad, con su proceso revocatorio y con los obstáculos de la Registraduría y CNE, y a pesar de ello no nos rendimos, porque las actuaciones del alcalde están enmarcadas en el propósito del Pacto Histórico y de Gustavo Petro, apoderarse de los dineros públicos e ir destruyendo el tejido social montado en la triada de gobierno, empresarios y educación. De esta manera pretende ir organizando el trabajo que permita vencer a los antioqueños, raza de luchadores que no se deja, mientras más nos atacan más garra se saca y se defenderá el terruño hasta con las uñas. Si Antioquia cae en el populismo iniciado por el alcalde y que viene con toda la ira para arrasar el empresarismo antioqueño, y la civilidad, perderemos por muchos años a Colombia.

Esta actuación de los antioqueños defendiendo su terruño, nos permite pensar que de la misma forma tenemos que ir preparándonos para gobernarnos nosotros mismos con federalismo, con autonomía o sin ellas, porque no podemos perder Antioquia, y si es necesario llegar hasta el final con un proceso independentista que suena iluso, pero, puede convertirse en la fuerza definitiva que nos eleve a otros escenarios de desarrollo y crecimiento y para ello estoy invitando a que las regiones piensen y demos el salto, si la izquierda se entroniza en Colombia.

Se preguntarán algunos por qué a estas horas y en un momento tan complejo de Colombia salgo con propuestas de este tamaño, que cambian el diario trascurrir de los colombianos. Por una sola razón, porque permitir que la izquierda nos gobierne es perder años y años de tradición democrática, de construcción de país, de fortalecimiento de un sector empresarial, educativo y social que ha respetado la civilidad, pero que es pasivo ante el avance de la oscuridad, que es el de controlar un país sin propósito diferente al de actuar como dictador, autoritario y corrupto.

También me dirán que tenemos corrupción y la respuesta es sí, pero, hay que atacarla entre todos los ciudadanos, acabar con ella y los corruptos, que estos no tengan privilegios, que las cárceles sean su vida, que no tengan relación con las familias, ni acceso a celulares, ni visitas conyugales, ni de amigos y menos permisibilidad en los centros de reclusión, ni casa por cárcel. Eso lo podemos lograr en democracia, todos trabajando para ello, al que le propongan negocios que avise, que los contratos sean todos por licitaciones públicas, con veedores externos y así se las pondremos difícil y respetarán los dineros públicos, porque lo peor es el escarnio público para ellos mismos y sus familias.

Que no hay justicia, no la hay, una inoperancia del 97% indica claramente que esta no existe. Pero, si vía referéndum, hacemos la reforma ahí no tendrán que intervenir los actuales magistrados, ni jueces para torpedearla, ni el Congreso por que la reforma la sacamos del ámbito en el que han actuado desde la Constitución del 91 y así lo han expuesto exmagistrados de reconocida trayectoria en los conversatorios de El Pensamiento al Aire, que piden referéndum o salida masiva a las calles.

Me dirán también que tenemos un Congreso de Colombia (Senado y Cámara) que no funciona, que no se reforma, que no está a la par de estudiar las grandes reformas sociales que se requieran y también, debo decir, que comparto esa opinión, si el Congreso sigue igual, si no escucha, si se hace el bobo frente a las urgentes necesidades de cambio también se reforma vía referéndum.

Tenemos soluciones ciudadanos colombianos, la democracia nos exige retos y acciones inmediatas, podemos trasformar el país darle desarrollo a las regiones, generando empleo y volviendo a recuperar lo perdido en dos años de pandemia o nos quedamos inermes ante el avance hostil de la izquierda en Colombia que polariza y divide al país.

Creo, que este es un mensaje de urgencia, para que apoyemos la democracia.