sábado, 26 de marzo de 2022

Inflación y desarrollo económico

Santiago Cossio
Por Santiago Cossio*

Hay un brote de inflación en las economías de Latinoamérica y del mundo. Hay que decir que la inflación, más que un fenómeno es un síntoma de un descuadre económico. Obviamente la pandemia afectó directamente la producción y el comercio y ya comienzan a sentirse las quejas de las familias: que la papa está muy cara, que la comida está muy cara, que todo está muy caro. Más adelante veremos la influencia del desarrollo económico en la inflación.

Primero veamos un poco de historia en las transformaciones del gobierno público en el manejo del desarrollo económico:

* Ministerio de Economía Nacional 1938

* Ministerio de Comercio e Industria.1948

* Ministerio de Fomento 1951

* Ministerio de Desarrollo Económico 1968

* Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. 2002.

Aunque el nombre no necesariamente dice la razón social, si impacta la filosofía y esencia en su quehacer diario.

Sobre la inflación hagamos un modelo simplificando la realidad para entender el proceso. Supongamos que somos 50 millones de colombianos. Y que necesitamos 50 millones de camisas. El Banco de la República estima a 100 mil pesos por camisa y emite una masa monetaria equivalente para poder transar los 50 millones de camisas. (Suponemos que no hay encajes bancarios, ni ahorro, ni velocidad del dinero etcétera) el efectivo circulante está ahí en la mano del pueblo.

Resulta que la economía al final del ejercicio solo logra hacer 25 millones de camisas. ¿Qué pasa con el precio? La puja de oferta y demanda y un exceso de efectivo circulante hará trepar los precios. Aquí es donde el Banrep sale con sus medidas paliativas de aumentar la tasa de interés para recoger efectivo.

Ahora veamos el caso contrario. Supongamos que la economía por (tecnología o productividad) logró hacer 100 millones de camisas. Hay una abundancia y prosperidad y con el mismo dinero circulante alcanza para más. O sea: "el verdadero remedio a la inflación es mayor y mejor producción".

El Banco de la República además de las medidas paliativas debe pensar en las medidas reales de crecimiento del producto.

Una de las medidas paliativas es bajar los aranceles para abaratar las importaciones y esto es un arma de doble filo, en especial la economía colombiana que hace muchos años tiene una balanza comercial deficitaria. Si la economía se acostumbra a vender comoditties y recibir más importaciones se puede mal acostumbrar a la dependencia y al desgano productivo. La inflación por costos también presiona el alza de precios. Las tierras colombianas son tierras ácidas y necesitan abonos como la urea que viene importado de Rusia. La guerra en estos países termina por afectar las importaciones de estos insumos y se ve reflejada en los precios de la agricultura.

Hoy también vivimos la llamada "crisis de los contenedores" que genera un cuello de botella en la economía mundial. Todo esto produce sobrecostos y hará subir los precios.

Hay que recordar que el hombre económico de hoy es diferente al de ayer. Las lógicas económicas no son las mismas de antes. Esto hace más impredecible la política económica. Necesitamos un Banco de la República autónomo que no solo piense en los aplausos de hoy, sino que vele por los del mañana.

P.D. Se debería recuperar el Ministerio de Desarrollo Económico. La economía colombiana necesita un timón serio y esto comienza también con planes de desarrollo económico bien fundamentados. Los planes de ahora son un revoltijo de lo social, con lo cultural y ambiental.

P.D. 2. Hoy Colombia no sabe que produce ni que debería producir. Necesitamos una comisión de "sabios" con economistas y empresarios para darle un plan de largo plazo a la economía colombiana, ojalá al 2050.