Por Pedro Juan González Carvajal*
Ya que ninguno de los
precandidatos presidenciales propone nada para ningún campo, me atrevo a
colocar sobre la mesa algunos asuntos que deben ser enfrentados con respecto al
tema de la educación en Colombia.
La educación se ha vuelto
un tema recurrente, y para estar “in”, es necesario hablar de ella en el
sentido de que es “un tema muy importante” para quedar bien con todo el mundo y
con eso quedamos satisfechos.
Sería bueno, ante todo,
dimensionar cuánto cuesta poner en operación el tema educativo como derecho
fundamental, tal como lo manda la Constitución Política. Sin este dato, no sabremos
el verdadero tamaño del problema a enfrentar y tomaremos el camino más fácil,
que es lo que hemos venido haciendo, y es, irnos por las ramas.
Solo reconociendo el
problema a resolver, será posible sugerir estrategias para resolverlo. Y solo
si se reconoce que solamente la educación permite el desarrollo de una
verdadera democracia, pues solo en ese momento la podremos valorar en su
verdadera dimensión.
Una vez definido a qué se
piensa dedicar Colombia en términos económicos, hay que convocar a una “comisión
de pedagogos”, que no de “sabios”, ni de “empresarios”, ni de “gente importante
en campos diferentes a la educación”, sino a pedagogos de altísimo nivel
nacional e internacional para que nos ayuden a definir un modelo educativo y un
modelo pedagógico de acuerdo con nuestras necesidades y nuestra realidad.
Debemos especificar
claramente cómo vamos a hacer para poder cumplir los compromisos adquiridos y asociados
a la educación previstos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS- y en la
OCDE.
Se debe modernizar el
modelo de gestión escolar, para que no terminemos simplemente diligenciando
cuadros y formatos.
Para no generar las
expectativas que no son y poder hablar con una profundidad superior a un
centímetro, se debe asegurar la incorporación de los alcances de la transformación
digital en los currículos.
Con el fin de garantizar
la presencia de maestros bien formados, es necesario replantear el funcionamiento
y alcance de las Escuelas Normales y desarrollar un proyecto intensivo de
calificación y cualificación de maestros.
Debemos garantizar que
nuestras escuelas tengan una dotación mínima digna y apropiada y superemos lo
evidenciado con la pandemia, que es que un gran número de establecimientos no
cuentan siquiera con agua potable.
Debemos propiciar la
democratización de la educación en todo el territorio nacional y garantizar que
los currículos a desarrollar sean los mismos en el campo que en la ciudad.
Universalizar y garantizar
el desarrollo de la media técnica para todos los bachilleres del país, de modo
que salgan con la doble titulación.
Repotenciar el uso del
radio como canal educativo, retomando el ejemplo exitoso de Radio Sutatenza.
Armonizar los esfuerzos
que hacen los encargados de la educación secundaria para que, entre todos, se
pongan de acuerdo con las entidades de educación superior, ya que estas
aseveran, casi siempre con razón, que los bachilleres salen mal preparados,
mientras los rectores de los colegios aseguran que sí salen bien preparados, lo
cual lleva al ejercicio del teléfono roto.
Hacer un replanteamiento
de fondo de los trabajos y las tesis de grado, orientando los esfuerzos a
resolver problemas reales.
Aprovechar adecuadamente
los tiempos asignados para trabajos sociales y alfabetización, de modo que sean
un vehículo de solidaridad con los entornos.
Colocar nodos de la
Universidad Digital en todos los Departamentos, para generar compromiso y
espíritu de pertenencia.
Hay que reconocer que los
Doctores (PH), no necesariamente deben servir para mejorar las estadísticas de
las instituciones de educación superior para evidenciar que tienen agentes
investigadores, sino que también deben ubicarse como docentes en la base de la
pirámide de los niveles educativos, es decir, en la primaria y en el sector
privado.
Resolver el conflicto que
se está presentando con el SENA y las cajas de compensación familiar, quienes,
desviando sus objetivos primeros, están incursionando en la educación superior
generando una competencia innecesaria.
Pedirles a los maestros que una vez asociados, no solo se preocupen de sus intereses particulares, lo cual es legítimo, sino del sistema educativo en su conjunto.
NOTA: “No es signo de buena salud el estar bien adaptado a
una sociedad profundamente enferma”. Krishnamurti.