domingo, 23 de enero de 2022

Sí se requiere una reforma

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

El principio de la justicia es lograr la verdad, fallar en derecho, con pautas dadas a través de la jurisprudencia, la doctrina y con criterios ciertos. Esa es la justicia que nos enseñaron en las aulas universitarias, la que obedecía a la sana interpretación de los hechos para proferir un fallo justo; obviamente una de las partes podría perder, pero el desarrollo del proceso casi que cantaba ese veredicto y al juez que lo emitía lo encumbraban sus propios colegas y su imagen era respetada por la opinión pública, lo cual le permitía subir en la pirámide judicial. De esta manera muchos de auxiliares de juzgados llegaron a ser magistrados de tribunales y luego ascendieron a las altas cortes; no era un proceso corto, era lento y llegar allí era por méritos, no por politiquería como es hoy.

La Constitución del 91, politizó la justicia, a la rama judicial, y eso ha traído grandes perjuicios a la institucionalidad. Es tan cierto que existen magistrados de la corte pagando penas de prisión por corrupción en sus decisiones, ya fuese por acción o por omisión, pero siempre, de por medio, está el dinero que los corrompió. En la rama judicial nos encontramos con hechos que conllevan procesos contra jueces, fiscales y auxiliares; esto no se veía antes y es por causa directa de la Constitución del 91, ya que no se eligen por méritos se designan a dedo y por compromisos adquiridos.

De manera que aquí se requiere un cambio profundo, estructural, que le devuelva la dignidad a la justicia y para ello hay que alejarla de la política y de los políticos.

Miren un caso reciente como es el de la revocatoria: leyes claras, procesos claros, términos precisos y resulta hoy, que después de un año, se dice que se suspenda el proceso porque se dijo que se contrató a un abogado por la suma de $1.500 millones, lo cual no fue cierto. Se certificó en ese despacho que nunca se pagó ese dinero y lo expresó el abogado. Sin prueba alguna, sin soportes, quieren torpedear un proceso a través de medios judiciales. Esa decisión de cerrar la investigación desde hace un año, fue planeada, la tenían prevista esos señores para cuando se presentara la necesidad y esta surge cuando tienen que certificar la validez de los datos contables, lo que permitiría que el presidente fije fecha de ir a las urnas para votar si el alcalde continua o se va. Canallada contra Medellín y los antioqueños, pero se persistirá hasta la victoria final.

Se han interpuesto contra el alcalde de marras, demandas penales a título penal por muchas personas, se le han puesto quejas en Procuraduría, Contraloría, Fiscalía, es decir, en todas las “ías” y no pasa nada. Entiendo que hay hasta demandas por temas sexuales y no pasa nada, entonces ¿cómo creer en la pronta y eficaz justicia? Es la respuesta que los fiscales y jueces nos deberían dar. Qué remedo de justicia, para unos sí actúa rapidez sustentada en falsedades y para otros, los procesos son lentos y dilatados en el tiempo.

Las razones para revocar están, han sido expresadas por el vocero, y a los otros ciudadanos que tenían la intención de participar les impidieron hablar. Qué equidad, igualdad y justicia… me río de ellos. Precisamente este sistema judicial es el que hay que cambiar por un sistema democrático que sea válido, al que no se le permita darse el lujo de impedir procesos legítimos. Y si el alcalde se cree tan fuerte, pues demuéstrelo en las urnas y confirme que el pueblo esta con él.

Razones para un cambio en Colombia son muchas, sí existen. Simplemente las enumero porque se hablan de ellas y nunca pasa nada por lo que considero nosotros mismos debemos empoderarnos y actuar; ellas son entre otras:

a. Reforma al Congreso (disminución de congresistas, menos tiempo de vacaciones, congelar salarios por algunos años, pagar por asistencia, mayores requisitos para ser congresista) en fin cosas concretas y no pasa nada.

b. Exigencia de requisitos para contratar con el Estado y nunca aceptar contratación directa.

c. No pagar anticipos en los contratos.

d. Que se emitan fallos en procesos pendientes de corrupción, que son miles y miles, y se dan en todo el país. Un día de estos enumeraré a muchos de ellos.

e. Que no exista casa por cárcel para nadie.

f. Que se cumpla la ley, y no es un pedido, es una exigencia.

g. Que a los militares se les juzgue con el mismo rasero de la justicia especial.

h. Que los exguerrilleros se ganen el cargo en elecciones, no regalados y sin pagar condena alguna.

i. Que los jueces fallen en justicia, con base en el ordenamiento legal colombiano y no con base en sus propios criterios.

j. Que los violadores nunca vuelvan a la calle.

k. Que los feminicidas, se pudran en una prisión, sin derecho a llamadas, ni visitas.

En fin, todos tenemos opiniones diversas que enriquezcan estos prioritarios cambios y por ello los invito a que me escriban y entre todos construyamos el país que queremos.

Pero, los invito a que iniciemos el cambio con la revocatoria del alcalde de Medellín.

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