Por Pedro Juan González Carvajal*
Aun cuando a muchas personas el término y el concepto de “país
subdesarrollado” les parece anacrónico u ofensivo, para mí sigue teniendo plena
vigencia. Otra alternativa generada gracias a un esguince gramatical sería
hablar de “país en vía de desarrollo”, lo cual nos permitiría entonces hablar
de “países incivilizados” o de “países en proceso de civilización”.
En un país como el nuestro, el del Sagrado Corazón, nos
hemos acostumbrado a que muchas acciones y decisiones hagan parte del paisaje,
lo cual nos hace indolentes, irresponsables y subdesarrollados.
Veamos algunos de los múltiples ejemplos que respaldan la
aseveración anterior:
Somos subdesarrollados porque ante los atentados constantes
contra la vida, la honra y la integridad de las personas, no reaccionamos y no
pasa nada.
Somos subdesarrollados porque no respetamos ni valoramos en
su verdadera dimensión a los jueces, a los maestros y a los policías y no pasa
nada.
Somos subdesarrollados porque aceptamos que las arbitrariedades
que cometen los diferentes actores, calificadas como “casos aislados” se
vuelvan constantes y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque nos acostumbramos a ser parte
del problema y no de la solución y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque nos seguimos descrestando con
títulos, rangos y cargos en cabeza de mediocres y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque hacemos de lo ilegal una
apología y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque el Estado recibe obras
inconclusas y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque los contratistas entregan
obras incompletas y/o de mala calidad y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque en este país no se cumple
ningún presupuesto ni ningún cronograma y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque creemos que teniendo muchos
órganos de control solucionamos la corrupción y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque no consolidamos un verdadero
sistema de justicia y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque el mal llamado sistema
educativo promueve la iniquidad, entorpece la movilidad social y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque toleramos demoras inauditas en
la ejecución de los distintos tipos de proyectos y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque aprendimos a coexistir con
las prácticas corruptas y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque pensamos en pequeñas
dimensiones y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque seguimos sin definir
objetivos nacionales y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque no tenemos ni educación
cívica ni educación política y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque no exigimos la realización de
las grandes reformas que se requieren en temas sensibles y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque seguimos creyendo en aquellos
que han desfalcado al Estado y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque aceptamos que quienes han
tenido muerte política sigan actuando abiertamente a través de terceros y no
pasa nada.
Somos subdesarrollados porque somos proclives a generar
autocompasión y a considerar que tenemos derecho a tratamientos especiales y no
pasa nada.
Somos subdesarrollados porque privilegiamos el interés
particular al interés general y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque respetamos la ley, pero no la
cumplimos y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque confundimos patriotismo con
patrioterismo y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque consideramos que los
problemas se resuelven si se tiene una norma o una ley de por medio y no pasa
nada.
Somos subdesarrollados porque no cuidamos como propio el
espacio público y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque creemos que a punta de peajes
tendremos unas estupendas carreteras y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque creemos que con decisiones
como el pico y placa solucionamos los problemas de movilidad y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque somos cortoplacistas y no
previsivos y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque no resolvemos los problemas,
sino que aplicamos paliativos y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque nos contentamos y nos
resignamos con los subcampeonatos y los virreinatos y no pasa nada.
Somos subdesarrollados porque casi siempre nos queda
faltando el centavo para el peso y no pasa nada.
¡Somos subdesarrollados porque tenemos mentalidad de
subdesarrollados!
NOTA: A algunos de los precandidatos para el Congreso o
para la Presidencia, podría aplicárseles el dicho que dice: “No rebuzna por
la configuración del pescuezo”.