lunes, 27 de diciembre de 2021

Chile y su enseñanza

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.

Recientemente, en Chile, obtuvo el triunfo en las elecciones presidenciales el candidato de la izquierda Gabriel Boric, estudiante de derecho, manifestante en las calles por mucho tiempo, hombre que no ha ocupado cargo público alguno y sin experiencia empresarial. Así, representando a la izquierda, quiere cambiar el destino de ese país, resultado que veremos con el trascurrir de los meses y años siguientes.

Allá se tuvo la experiencia en el año 1970, con un hombre preparado, médico, intelectual y de izquierda, un soñador que fue candidato a la presidencia tres veces antes de obtener el triunfo. Hablamos de Salvador Allende, quien impetuosamente instauró el cambio y se perdió la industria, se cerraron los hospitales, se encareció el costo de la vida, se abandonó el agro productor, en fin, en pocos años se dio un golpe de estado y los militares encabezados por Augusto Pinochet, se tomaron el país. Y se originó una desbandada de la izquierda por todo el mundo. Pinochet gobernó con mano fuerte, fue reelegido y luego dejó el poder, pero continuó con el mando del ejército y, como siempre ocurre, luego de estar muchos años idolatrado por su pueblo, cayó en desgracia, fue sometido a juicio, perseguido y condenado. Hoy no se reconoce su trabajo en defensa de la institucionalidad, en la creación de empleo e industria, se habla del como si fuera ave de mal augurio.

Espero y deseo que no se repita la historia y este presidente logre mantener el crecimiento y desarrollo de Chile, y termine con la vandalización de las ciudades, que tanto daño hace a una nación, crisis de la que fue parte activa.

¿Por qué un país como Chile cae nuevamente en la izquierda?, es una pregunta difícil de explicar, pero puedo decir que influyó mucho la pandemia, que generó desempleo, hambre y cierre de empresas, además, también se debe considerar la caída en las encuestas del presidente Piñeres y la promesa de una nueva constitución que se está formalizando a través de la constituyente que allí se aprobó.

Esta enseñanza, deseo traerla a colación en este articulo porque nosotros, en Colombia, hemos sido gobernados por personajes de izquierda en Bogotá y Cali, y los mal llamados independientes, en otras ciudades como Medellín y Pasto, sin olvidar el departamento del Magdalena, con resultados desastrosos en sus gobiernos, sobre todo en Bogotá y Cali, terrible, sin coherencia administrativa, despilfarro, empobrecimiento de las ciudades, promoviendo manifestaciones, cierre de vías, daños a la propiedad. Ellos, así y todo, quieren gobernar el país, qué esperanza.

Tengan claro y no se les olvide que la izquierda, el comunismo, llegan al poder para quedarse, entronizarse y no soltarlo sino por las malas. Cierran Congreso, cambian la Constitución y viene el acabose. Sin miedo se los digo si llega a ganar lo que representa Gustavo Petro, el país, se divide, viene el conflicto y se acaba.

También digo sin temor que Antioquia no admite gobiernos que nos vulneren los derechos, nos acaben con el tejido empresarial, con la innovación, con el respeto por la propiedad privada, la libertad de movimiento, la libre expresión, el empleo y el desarrollo social. Puede verse reflejada esa vocación de liderazgo e independencia en la lucha que se tiene con el proceso revocatorio para sacar un alcalde que no genera confianza, ni respetabilidad.

Ciudadanos, es hora de reflexionar y pensar con seriedad en qué país desean vivir, en el que promete y no cumple como el liderado por la izquierda populista, que no ha generado a través de sus líderes una sola empresa, no ha generado un solo empleo, porque han vivido de la burocracia, la misma que desean acabar, la que ellos utilizan para vivir y allí, devengando como congresistas, sin pagar un solo día de cárcel, los que secuestraron, mataron, violaron, extorsionaron y que ahora se hacen pasar como demócratas cubiertos en las sombras de la democracia que ellos mismo combatieron y quisieron destruir. Es un oscuro futuro el que nos depara Petro y sus secuaces, Timochenko y su banda de terroristas protegidos por la JEP; vaya país el que vamos a tener, sin democracia, sin libertades.

Tenemos la opción del otro país en el que vivimos hoy, al que sin duda alguna hay que hacerle reformas de fondo, quieran o no quieran los congresistas actuales, en el que la justicia opere, que las cortes sean independientes y no elegidas por el Congreso, que no existan ternas del presidente, en fin, donde la rama judicial sea independiente, piense en Colombia y no en intereses propios, que sea aquella justicia que dé tranquilidad y confianza.

Que el congreso se disminuya a la mitad, que existan una serie de requisitos para ser elegido congresista, la sola edad no basta, que trabajen todo el año, que se castigue la inasistencia, y que estudien y analicen qué es lo que sirve en miles de leyes que se aprueban sin sentido y no tienen ningún interés para el ciudadano, es decir, que tengamos menos leyes pero que sean eficaces se cumplan.

Que tengamos más autonomía en las regiones, administrativa y fiscal, que el centro no sea Bogotá, sino que las regiones o departamentos tengan sus propios tributos y de ellos envíen un porcentaje a la capital, pero no todo, o casi todo, como ocurre hoy, y que las asambleas y concejos sean el centro del gobierno, fortaleciendo la vida en los municipios.

Hay que estar de acuerdo todos en lo fundamental, que es que la corrupción tanto pública como privada se extirpe de la mente de cualquier persona, que el que sea funcionarios públicos es porque quiere servir al país.

Si hacemos esto y actuamos en orden y disciplina tendremos un país democrático, respetuoso de la ley y con desarrollo social, un país donde todos tengamos espacio, y la muerte y la violencia desaparezcan.

Que lo que pasó en Chile, Perú, Nicaragua, Cuba y Venezuela, y lo que va a suceder en Brasil, no nos asuste, y nosotros tomemos decisiones contrarias a las impuestas en dichas naciones.