Por Luis Alfonso García Carmona
Inspirado en “Primera Catilinaria” escrita por Marco Tulio
Cicerón (63 A. C.).
¿Hasta cuándo has de abusar de nuestra paciencia,
“Pinturita?
¿Cuándo nos veremos libres de tus malévolos intentos por
destruir nuestra ciudad?
¿A qué extremos te arrojará tu desenfrenada codicia?
¿No te arredran ni el respeto por los valores y las
tradiciones de nuestro pueblo, ni el rechazo de las gentes honradas por tus desvergonzadas
prácticas al frente de la Alcaldía, ni la ruina en que estás dejando a EPM,
patrimonio de los antioqueños?
¿No comprendes que tus mentiras están descubiertas y ya has
caído hasta en la calumnia e injuria?
¿No ves tu conjura en contra de Medellín y del pueblo
antioqueño fracasada por conocerla ya todos?
¿Imaginas que alguno de nosotros ignora lo que has hecho
para engañar a todos con tu falsa independencia política para luego repartir el
botín electoral entre los politiqueros de tu rosca; o, que te has dedicado a
polarizar a la ciudad con el viejo truco comunista del odio de clases; o que
has despreciado la calidad de los recursos humanos antioqueños para entregar el
manejo de Medellín a compinches tuyos que ni siquiera la conocen: o que despilfarras
el dinero de los contribuyentes para posicionar tu imagen y perseguir
mediáticamente a tus opositores?
¡Oh, qué tiempos! ¡Qué costumbres! Todos, autoridades y
ciudadanos, saben esto y, sin embargo, “Pinturita”, continúas en tu cargo. ¿Qué
digo continúas? Hasta te atreves a seguir mintiendo sobre imaginarios acuerdos
con tus víctimas, los subcontratistas de Hidroituango, mientras tus esbirros
espían nuestros movimientos y nos atacan por las redes con el presupuesto de la
ciudad.
¡Y nosotros, varones y mujeres fuertes, creemos satisfacer
a la comunidad previniendo las consecuencias de tus perversas maquinaciones! Ha
tiempo, “Pinturita”, que por mandato del pueblo soberano debiste ser despedido
del cargo para el que nunca debías haber sido elegido. No faltan a la
ciudadanía razones para revocar tu mandato antes de que tú y tu cuadrilla de
depredadores acaben con el esfuerzo de muchas décadas. Pero faltaríamos a
nuestro deber si no reclamamos una severa decisión por parte de cada
medellinense.
¡Nosotros, ciudadanos de Medellín, no podemos dejar
enmohecer en nuestras manos la espada que nos concede la Constitución! Ejerzamos
el derecho que la Carta nos concede, o respondamos ante la sociedad y ante las
futuras generaciones por nuestra inacción o falta de energía.
Has llenado la ciudad de enemigos que cumplen tus
dictatoriales órdenes, mientras sigues maquinando hacer más daño, pero sin que
lo adviertas, habrá, como hasta ahora, muchos ojos que miren cuanto hagas y
muchos oídos que escuchen cuanto digas.
¿Olvidas, “Pinturita”, que las tinieblas de la noche no
ocultan las nefandas juntas con tus caciques políticos, subalternos,
contratistas, parientes y cómplices? ¿Qué todo se sabe a pesar de tus esfuerzos
por ocultarlo o tergiversarlo? Cogido como estás, por todos lados, tus
designios son para nosotros claros como la luz del día.
¡Oh dioses inmortales! ¿En qué ciudad vivimos que nuestros representantes
en el Concejo Municipal no reaccionan? ¿Qué república tenemos en la que la
Presidencia no sale a garantizar la estabilidad del suministro de energía puesto
en peligro por la imprudencia del alcalde, pero sí ha entorpecido el legítimo
derecho del pueblo a revocar su mandato?
No se consentirá que por un solo hombre peligre toda la
ciudad y su patrimonio más preciado, EPM. ¿Negarás, acaso, que desde que
llegaste al poder has instaurado una dictadura desconociendo el manejo
corporativo para luego imponer una junta de bolsillo? ¿Ocultarás que
irresponsablemente has puesto en peligro su solidez financiera y no has logrado
ni siquiera dar estabilidad a un gerente en sus más críticas horas?
Nos has dejado en las manos de tus amigos, los vándalos,
que, desde tu llegada al poder, son los dueños de la ciudad. Comerciantes
honestos han visto fenecer sus negocios en los bloqueos y asonadas.
De la moral, ni hablar. Esas virtudes y tradiciones
heredadas de nuestros mayores, las has sustituido por la promoción de la
antinatural ideología de género, el culto a brujos y chamanes, la corrupción de
los menores y el materialismo ateo y marxista.
Pero tu ambición desmedida y tus criminales intenciones
serán tu perdición. Ahora pretendes destruir a quienes sólo han cumplido con su
deber contractual, privándolos de la libertad de terminar su labor en
Hidroituango. Para nada te importa que ello signifique un nuevo retraso en la
entrega de la obra, ni un castigo financiero para EPM, ni la pérdida de
centenares de empleos, ni el peligro de un apagón a nivel nacional. Tú y tus
cómplices quedaréis satisfechos repartiendo la culminación de los
multimillonarios contratos como si fuerais dueños del magno proyecto. ¿Te
atreverás a negarlo?
Llevará cada ciudadano, escrito en la frente, su
sentimiento patriótico para salvar a su ciudad y a quienes bien le han servido.
Será tanto el valor y la unión de todos los buenos que al salir “Pinturita” de
la Alcaldía, todo lo veréis claro, patente y castigado para siempre por la voluntad
soberana del pueblo antioqueño, del cual dirían siglos después de mi paso por
este mundo que “lleva el hierro entre las manos porque en el cuello le pesa”.