Por Antonio Montoya H.
Leyendo la columna del padre José Leonardo Rincón
Contreras, S. J., del viernes 5 de noviembre en el blog de El Pensamiento al
Aire, y analizando el texto al cual hace referencia del autor mexicano, me
pareció acertado y los invito a que lo lean y más la conclusión que el padre
hace al final de su artículo.
Por ello, me permito complementar en algo lo expresado allí,
y es que todo lo que se dice o se hace en nuestro país se convierte en un
problema; acusaciones van y vienen, todos y cada uno son y creemos ser mejores
que el otro, hablamos de corrupción, desfalcos, robos, crisis económica,
decrecimiento en el empleo y todo es un caos, y como dice el padre Leonardo
todo es un problema.
Hablemos seriamente, los únicos, y casi que lo afirmo sin
temor, aunque pueden darse excepciones, que son serios en el diario vivir son
los empresarios colombianos que calladamente soportan el crecimiento de la
economía, se endeudan, invierten en nuevas tecnologías, generan empleo,
trabajan duro y, además, constantemente tienen que aportar a los políticos y a sus
múltiples grupos y subgrupos, a sus empresas electorales que son las
generadoras del desfalco del Estado.
Es verdad que el Estado ayudó con el subsidio a la nómina,
pero ¿a quién no ayudó en esta pandemia el mismo Estado? Tal vez muy poco a los
autores, artistas y ejecutantes de nuestro país, pero ese será otro tema de
análisis.
No se puede negar, Colombia subsiste en su economía por el
entramado empresarial, desde pequeñas, medianas y grandes empresas que aportan
salarios, que pagan el sistema general de seguridad social, que pagan impuestos,
que sufren los paros, trancones, violencia e inseguridad, ellos son los
verdaderos salvadores de Colombia.
Los otros, los políticos, muchos de los que son diputados,
concejales, representantes, senadores, alcaldes y gobernadores, están mirando
al país desde otro ángulo, ajenos a la realidad. No hacen caso, son como
autistas, no atienden el clamor ciudadano, a esa gran población que pide a
gritos con referéndums, una gran reforma a la justicia, al congreso mismo, que
espera que prospere la autonomía regional, y otros múltiples requerimientos a
los que han sido oídos sordos porque no hay respuestas acertadas para los
colombianos. Estamos en el bla bla bla, mientras vivimos a diario conflictos
internos en los partidos, soluciones inviables de parte de algunos, y caos y
destrucción por parte de otros.
Díganme ustedes, con franqueza, ya que estamos ad-portas de
elecciones en nuestro país, ¿qué se ve en el ambiente? Nada, únicamente
personas que a título personal quieren ser presidentes de la República y para
ello buscan el aval de las firmas, otros, como Petro, intentan alianzas, quien
claramente muestra cuál será el camino del cambio tan cacareado por él: bajar
los arrendamientos, bajar el costo de los servicios, expropiar tierras, distribuir
utilidades sin obtenerlas, bonito panorama. Hay quienes quieren a monto propio
designar un candidato sin contar con el partido, como es el caso del presidente
del Partido Liberal que está obsesionado con el doctor Alejandro Gaviria y
quiere que se le designe sin discusión, ¿a cuenta de qué?
No termino la lista… otros reviven partidos como Oxígeno de
Ingrid Betancur, El Nuevo Liberalismo con la familia Galán, el de Petro, en
fin, son muchos los que quieren sus oportunidades de actuar en la vida política
a través de movimientos que perdieron su personería.
¿Cuál es el aporte ideológico de todos ellos?, ninguno y si
estoy equivocado que lo demuestren lo cual veo difícil porque no existe disciplina
dentro de los partidos: el Conservador vive dividido, el Centro Democrático tiene
en sus integrantes diversas tendencias, el liberalismo está en manos de un
mesías, demagogo y populista que se perpetuó en el cargo, a Petro el que lo
apoya luego se aleja, y sino pregúntenle a quienes lo acompañaron inicialmente
en la alcaldía de Bogotá, ¿Roy Barreras? ¿Benedetti?, veletas al viento y al
azar, en Cambio Radical, no sé qué pasa en su interior y los otros
interesados, que son varios, no dan a conocer su programa ni dicen quiénes lo
acompañan; en síntesis, no tenemos nada, pocos aportan, nadie lidera un gran
acuerdo Nacional. Con este panorama dejarán la oportunidad de conservar la
democracia por culpa de sus propios egos y facilitarán el acceso al poder de la
izquierda y luego todos estaremos sometidos al régimen que llevará al país por
el camino de la destrucción.
Por ello, invito a que todo no sea un problema,
construyamos sobre lo fundamental, no todos pueden ser presidentes, pero sí
pueden ser líderes de la democracia en los diversos cargos que puedan ocupar y
allí desarrollar el potencial para tener una gran nación.
Es la última oportunidad que tenemos, están avisados, no se
hagan como siempre los sordos, ciegos y mudos, la República está por encima.