Por Pedro Juan González Carvajal*
A medida que se recompone el camino y ya que el gobernador
Aníbal Gaviria Correa podrá resolver su situación jurídica en libertad, es
imposible pasar por alto la presencia serena, ejecutiva, comprometida y leal
del señor gobernador encargado Luis Fernando Suárez Vélez.
Durante 10 meses supo manejar con gran altura la ausencia
del gobernador titular, enfrentando con acierto los temas coyunturales y siendo
diligente en el cumplimiento de lo establecido en el plan de desarrollo Unidos por
la Vida.
Como dice el poeta, “Hay luz en la poterna y guardián en
la heredad”. Gracias señor gobernador Suárez Vélez. Antioquia tiene en
usted un gran patrimonio cívico, político y moral.
Pasando a otro asunto, impresionante la dimensión de la
reciente caída del servicio de Facebook y asociadas, lo cual demuestra a la
saciedad que todo lo humano es susceptible de tener problemas e inconvenientes,
y que se debe mantener abierta y vigente la posibilidad de alternativas y
esquemas de respaldo.
La precampaña electoral en Colombia muestra desde ahora que
nada cambiará y que todo seguirá lo mismo, lamentablemente para la viabilidad y
sostenibilidad de este sufrido país.
El circo está en plena función: los grandes temas no se
abordan, se repiten los encuentros faranduleros llenos de lugares comunes, hoy
pelean y se hablan duro y mañana se abrazan como si nada. No hay propuestas
concretas para nada y todos están enloquecidos pidiendo o negociando avales y
organizando o negociando las listas al Congreso, de cuyo resultado depende que
las maquinarias de los distintos sectores queden aceitadas o no para intervenir
en la campaña por la presidencia.
¿Qué opinan sobre el tema de Nicaragua? ¿Qué dicen con
respecto a Venezuela? ¿Cómo miran la situación con Panamá, con Ecuador, con
Perú y con Brasil, nuestros otros vecinos continentales?
¿Entienden la temporalidad del alza de los precios
internacionales del petróleo? ¿Van a apoyar con decisión el acuerdo ambiental
de Escazú? ¿Tienen alguna estrategia para mejorar las relaciones con los
Demócratas y el gobierno del presidente Biden? ¿Son conscientes de la
problemática migratoria que vive Colombia? ¿Alguna idea de qué hacer con las
criptomonedas? ¿Le imprimirán una mayor dinámica a lo acordado con el ingreso a
la OCDE? ¿Qué van a proponer para enfrentar las consecuencias del cambio
climático? ¿Cómo van a detener la deforestación intensiva y la minería ilegal?
¿Seguirán impávidos ante el crecimiento de las llamadas disidencias de las
FARC? ¿Tienen voluntad de diálogo con el ELN? ¿Cuál es la propuesta concreta de
cada precandidato para evitar que se siga exterminando a líderes sociales,
líderes campesinos, reinsertados de las FARC, entre otros segmentos
poblacionales de víctimas? ¿Tienen algún criterio por el cambio de paradigma
entre la seguridad y la defensa nacionales? ¿Cuál es el planteamiento concreto
de cada uno para acabar con la corrupción?
En esto comienza la especulación sobre las hipotéticas
fórmulas vicepresidenciales, sin que todavía sepamos muy claramente que poner a
hacer a un vicepresidente. Me imagino el criterio de selección para hacerlo
atractivo, distinto, exótico y hasta llamativo para atraer a la masa de
indecisos.
Pronto se alborotarán los discursos alrededor de que la
igualdad de las mujeres, que la inclusión, que la equidad de género, que la
diversidad, que la multiculturalidad, que todos sí, que todos no, y no pasará
absolutamente nada.
¿Cuál es la posición concreta de sí o no con respecto a la
eutanasia, al aborto y a la pena de muerte?
¿Qué piensan hacer con los maestros? ¿Qué piensan hacer con
los jueces? ¿Van a respetar la carrera diplomática al momento de nombrar embajadores
y personal de alto nivel en el servicio exterior?
¿Respetarán y desarrollarán lo acordado en el Acuerdo de
paz? ¿Respetarán a la JEP?
¿Implementarían la figura de Gobierno-Oposición?
Si los precandidatos no se atreven a enfrentar estos temas,
pues definitivamente no habrá por quién votar y seguirá siendo más importante
el futuro de nuestra Selección Colombiana de Fútbol.