sábado, 30 de octubre de 2021

A otro precio

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.

Ha pasado mucha agua bajo el puente desde que hace ya más de un año y tres meses, en Antioquia, diversas personas en forma individual, ciudadanos de a pie, que no ejercen la política, iniciaron, sin conocer a fondo la tramitología, un proceso de firmas para revocar al actual alcalde  de la ciudad de Medellín, quien  contra todo pronóstico, desde el inicio de su mandato, mostró la verdadera intención que no era propiamente la de administrar la ciudad y por el contrario utilizó inadecuadamente los recursos a su disposición.

Basta mencionar el caos generado en EPM, con sus cambios de junta directiva, el retiro y nombramiento de gerentes, vinculación de personajes sin conocimiento, sin méritos y sin cumplir requisitos, hasta las múltiples acciones devastadoras en el Jardín Botánico, Ruta N, las secretarías de despacho, el abandono de la ciudad y sus calles, el crecimiento desaforado de los habitantes de la calle, el fortalecimiento de su clan familiar en los despachos municipales, los contratos, los conflictos con silleteros, con la comunidad y la mala imagen que genera con sus decisiones en la banca nacional e internacional.

Todo ello hizo crecer el descontento ciudadano y los diversos movimientos que se formaron para el proceso revocatoria. Entendieron que la unidad hace la fuerza y después de varias reuniones se gestó dicho acuerdo que se denominó el Pacto por Medellín, que logro infundir fe y confianza en nuestros ciudadanos. Los líderes de esos grupos son Andrés Rodríguez, Alejandro Posada, Julio Enrique González Villa, Luis Fernando Duque, Yesenia Ramírez, Luis Alfonso García y otros hombres y mujeres que, con tesón, día a día, han mantenido viva la llama de la antioqueñidad, el respeto por los valores y principios que nos rigen y han logrado el objetivo ansiado en su primera etapa que es la recolección de firmas suficientes para que la revocatoria sea un hecho y se convoque a votación.

No han sido pocas las batallas que se han librado y ganado, entre las cuales enumero: a. El Consejo Nacional Electoral (CNE), b. el propio alcalde, c. los enemigos de la revocatoria en las calles insultando, arrebatando planillas y asustando a los recolectores, d. las bodegas que desinforman, e. el presidente, apoyando al alcalde, f. funcionarios públicos que consideran que no era necesaria la revocatoria, g. las dilaciones judiciales, h, las tutelas ganadas, en fin, todo un entramado que impedía la tarea de recolección, pero, esa fuerza arrolladora de la ciudadanía creció hasta obtener 245 mil firmas, que nos garantizan que se convoque a la votación para la revocatoria.

Faltan aún pasos importantes para lograr el máximo objetivo, pero lo que sí podemos afirmar es que hoy existe un deseo firme, intensó en los ciudadanos por avanzar en el proceso revocatorio lo que en su momento fue una mera expectativa, se trasformó en una ola fuerte, poderosa, que atrae y motiva y que con seguridad nos conducirá al triunfo.

Medellín, su gente, su civilidad y educación, ven con tristeza como en poco más de año y medio la ciudad parece un basurero, brillan por su ausencia el respeto el orden y la disciplina, extranjeros burlándose de nosotros paseando a su novia o amiga, como si fuera un animal, lo cual es inadmisible y la autoridad ahí esperando órdenes del jefe.

Se lograron las firmas, ahora invito a todos los ciudadanos de Medellín, sin importar raza, sexo, edad o condición que juntemos nuestras manos y unidos en una sola vos, vamos a las urnas y cambiemos el rumbo de Medellín, Antioquia y Colombia.