Por Antonio Montoya H.*
Es lo que vivimos en Medellín. Creemos que no es
realidad y lamentablemente sí lo es, nos despabilamos y no lo creemos, nos
pellizcamos tratando de despertar y al hacerlo nos damos cuenta de que no es un
sueño y nos enfrentamos a la verdad, que sí está sucediendo. Es que perdimos el
rumbo en nuestra ciudad, porque el hombre que elegimos como alcalde mintió,
engañó a sus propios electores y ha venido demostrando día a día que tiene un
objetivo diferente al que enunció en su campaña, no busca el interés general de
la ciudad y sus habitantes, sino que tiene un interés oculto previamente
concebido que nos llevará al caos y al desorden.
Volver a enumerar uno a uno los hechos que demuestran el
desastre, creo que no vale la pena, basta decir que no respeta al sector
empresarial antioqueño, que lo demerita, que los y nos cataloga de ladrones, corruptos, y por ende olvida la historia y a los miles de trabajadores que han
pasado por esas empresas y lograron vivir bien, obtener oportunidades para
establecer una familia, y así consolidar un patrimonio con vivienda,
recreación, salud y oportunidades iguales para todos.
Ningún antioqueño puede decir que su creatividad,
fue o ha sido coartada en el tiempo por los gobiernos que precedieron a este
alcalde, y el que lo diga miente. Los ciudadanos de Medellín son creativos,
nobles, trabajadores, innovadores y futuristas, porque creen y tienen la
convicción de que el día siguiente será mejor que el que pasó, no se amilanan
ante la adversidad y esa percepción no se puede perder, aunque una persona que
se alejó de la ciudad y regresa para acabar con ella lo crea posible.
Por pretender acabar y apoderarse de la empresa
insignia de Antioquia, de las demás empresas grandes y pequeñas que nos
pertenecen y muchas otras cosas ya conocidas, varios líderes iniciaron desde
finales del año pasado la conformación de grupos que pretendían iniciar el
proceso revocatorio del alcalde y a fe que lo lograron, el 4 de enero del 2021,
en la mañana, juntos, unidos por el mismo objetivo, presentaron ante la sede de
la Registraduría de la ciudad de Medellín, el escrito en el que explicaban los
fundamentos de la solicitud de revocatoria.
Una vez verificada la petición por el CNE, se citó a
la respectiva audiencia pública, en la cual no dejaron participar a todos los
que se inscribieron, pero se conocieron las razones de las partes, tanto del
señor alcalde como del grupo promotor de la revocatoria. Allí empezó la dilación,
la nefasta actuación en contra de la Constitución, de los derechos de los
ciudadanos que pone en tela de juicio a esta institución nacional, que por
todos los medios posibles pretende dilatar la entrega de formularios para las
firmas y impidiendo continuar con el proceso revocatorio, con lo cual estos
señores están incurriendo en graves faltas que debería conllevar a su
destitución, por que no cumplen con las reglas, las leyes y menos la Constitución.
Fuera con ellos.
Lo más terrible ocurrió el jueves pasado cuando, no sé
con certeza a qué horas, se presentó un documento en la sede de la Registraduría
de Medellín, aparentemente firmado por los cinco líderes de los grupos que
promueven la revocatoria, en el que retiraban la petición de iniciar el proceso.
No era sino una acción encaminada a desestabilizar el proceso y terminarlo.
Afortunadamente, tal vez por milagro de Dios, un periodista conoció de esa
información en las horas de la noche y al ver que se trataba de una falsedad,
el Comité promotor presentó en conjunto un comunicado inmediato, realizó las denuncias
pertinentes ante la fiscalía y convocó, en las horas de la tarde del viernes,
una rueda de prensa. Obviamente se logró evitar el colapso del proceso
revocatoria, pero sí queda claro que son muchos los enemigos de este y
tendremos que estar atentos para defender la democracia y la Constitución.
Debe conocerse a través de videos quién presentó esa
solicitud, quién la recibió y por qué en las horas de esa mañana estaban
prestos a dictar una resolución terminando el proceso revocatorio.
Hay intereses en el tema revocatorio, la democracia
permite ese proceso y por ende se debe respetar. Si pierde la petición de
revocatoria se acepta, pero, que no utilicen la trampa para evitar la decisión
en las urnas.