sábado, 10 de octubre de 2020

Colombia en pandemia

Andrés de Bedout Jaramillo
Por Andrés de Bedout Jaramilllo*

Parece que aprendimos a manejar y convivir con la pandemia, en la calle un altísimo porcentaje de la gente porta tapabocas, claro que a muchos hay que estarles recordando que la mascarilla es para tapar nariz y boca, no es ni bufanda ni balaca y que hasta en la casa debemos utilizarla. Es que es la única vacuna con que contamos actualmente para evitar el coronavirus, acompañado de distanciamiento y lavado permanente de manos; pero lo más importante es un muy buen comportamiento individual y colectivo, evitando siempre hacer lo que no nos gustaría nos hicieran a nosotros.

 

La pandemia ya no ocupa los primeros titulares, ha venido pasando a un segundo plano y hay temas más vendedores para los medios, temas que hoy pululan en nuestro medio, donde el amarillismo desafortunadamente sigue siendo lo de mostrar y lo que al parecer es lo que nos gusta que nos muestren.

 

En esta semana las manifestaciones pacíficas y ordenadas, de los empresarios grandes, medianos y pequeños, que no le causaron trastornos a nadie, no tuvieron una difusión siquiera parecida a las manifestaciones destructivas de los violentos, porque desafortunadamente parece que nuestros medios de comunicación, están más concentrados en captar y promover imágenes de unos pocos haciendo daño, repitiéndolas noche y día, para magnificarlas y terminar logrando, sin querer queriendo, desprestigiar instituciones tan importantes para todos los colombianos, como lo es la Policía Nacional; un hecho repetido mil veces, causa el mismo efecto que una mentira repetida mil veces, la gran mayoría termina creyéndola, independientemente del error en que se incurre, el auto perjuicio.

 

Esta semana, la juez de garantías del caso Uribe, se dio cuenta de las mañas y tretas dilatorias de los exfiscales y del senador Cepeda, para impedir la libertad del expresidente, cuando la Procuraduría y la Fiscalía, la están solicitando, con el sustento jurídico pertinente; esperemos que Uribe recupere su libertad rápidamente.

 

Esta semana no fue buena para el gobernador Gaviria, desafortunadamente la fiscalía no le levantó la medida de aseguramiento y le tocará enfrentar su proceso ante la Corte Suprema de Justicia, con detención domiciliaria. Es prematuro presagiar si habrá o no nuevas elecciones en Antioquia. Lo del alcalde Quintero requiere capítulo aparte.

 

Esta semana han estado en el congreso virtual de las empresas prestadoras de servicios públicos y las de telecomunicaciones, sectores que han sido definitivos en esta pandemia. No nos ha faltado ni luz, ni agua, ni alcantarillado, ni teléfonos, ni celulares, ni internet; los planes de crecimiento en mejoría y cobertura siguen avanzando, y los temas de energías alternativas, purificación y limpieza de aguas servidas, etc. no han sido ajenos en este congreso de Andesco. Yo me siento muy orgulloso del gremio y de haber pertenecido hace ya varios años a su Junta Directiva.

 

Esta semana, mi compañera de Universidad, Piedad Córdoba, anuncio conocer los responsables de magnicidios y otros casos al parecer cometidos por las FARC, quienes ya se atribuyeron el asesinato de varias personalidades, entre ellas la del copartidario Álvaro Gómez Hurtado, el lujo de dirigente que nos perdimos en Colombia por no haberlo hecho presidente en ninguna de las tres oportunidades en que se lanzó con sus propuestas. Perdimos la posibilidad de tener un país más avanzado que el que tenemos hoy. Necesitamos que Piedad rápidamente suelte el conocimiento y las pruebas que tiene sobre tantos hechos de los que dice conocer; si ni la comisión de la verdad, ni la JEP, ni la Fiscalía, le toman rapidito su testimonio bajo la gravedad del juramento o por lo menos una versión libre, de todo lo que públicamente viene anunciando sin puntualizarlo, que por lo menos lo cuente ante los medios, para conocimiento del país.

 

A mí, por el momento, me convencen los argumentos de Mauricio Gómez, hijo del líder asesinado hace 25 años, donde las FARC se atribuyen el magnicidio para achacárselo a algunos guerrilleros muertos y que se pueda terminar el proceso, que hasta el momento caminaba en probar la responsabilidad del narcotráfico y del expresidente Samper, como responsables, por ser los directamente afectados con los últimos editoriales de Álvaro Gómez en el periódico El Siglo, donde se pedía la renuncia de Samper, por el ingreso de los dineros del narcotráfico a su campaña presidencial.

 

Que nuestro señor Jesucristo nos ayude a mantener presente el autocuidado, para poder cuidarnos y cuidar de los demás, porque seguimos en pandemia, a pesar de la cantidad de noticias que han sucedido en esta semana.