lunes, 12 de octubre de 2020

¿Cuál es la verdad?

Antonio Montoya H.
Por Antonio Montoya H.*

Los colombianos vivimos de sorpresa en sorpresa y cada una de ellas supera a la otra en horror e incredulidad. Nunca logramos el objetivo de obtener justicia, verdad y reparación. Me pregunto qué pretenden las FARC, al venir a reconocer la autoría intelectual y material del crimen del doctor Álvaro Gómez Hurtado, veinticinco años después de haberse cometido, después de haber engañado a la sociedad, de haber permitido que personas inocentes estuvieran pagando cárcel varios años por un crimen que no cometieron, en el que la justicia no se preocupó por la verdad, y tendrá el Estado, con el tiempo, que responder por una indemnización cuantiosa a quienes pagaron cárcel sin motivo alguno, tal vez por el solo hecho de estar en el lugar equivocado o ser acusados por terceros para enredar la investigación.

Cuál será el verdadero motivo que los lleva a incriminarse y a vincular a los muertos en la responsabilidad del caso, porque dicen ellos mismos que los cuatro autores materiales están muertos, al igual que lo están el Mono Jojoy y Tiro Fijo; quedando vivo solo Carlos Lozada, es decir, la imputabilidad sería para nuestro honorable senador Lozada.

Pero los agentes deben por primera vez investigar de fondo, no la inmediatez de pruebas inventadas de antes y de ahora, si no escudriñar ¿cuál es el verdadero sentido de confesar? Tal ves para llevar el proceso a la JEP y que duerma allí el sueño de los justos, porque llevamos mucho tiempo con ese adefesio jurídico y no pasa nada.

Por otro lado, es bueno que la opinión publica entienda que en ese momento histórico de la muerte del doctor Álvaro Gómez, estábamos en grandes y graves problemas de institucionalidad, el presidente investigado y en la cuerda floja por la entrada de dinero del narcotráfico a la campaña presidencial, la guerrilla en auge, una elección espuria y un país al garete porque lo único que hacían era defenderse, y el doctor Álvaro Gómez, buscando tumbar al gobierno elegido por el narcotráfico, apunto de hacerlo estallar y el Cartel de Cali, metido en el debate.

Por ello considero que ante tantas posibilidades de encontrar al verdadero autor intelectual del crimen del doctor Gómez Hurtado, no se puede confiar en esa confesión y dejar quieta la investigación para simplemente esperar que se acceda al resultado de la propia acción de la JEP.

Ahora bien, en aras de cualquier discusión jurídica, valdría la pena pensar qué hace el senador Lozada en el Congreso, como un asesino de uno de los personajes más importantes de nuestro país, que no fue presidente por el estigma de su padre, pero tenía los méritos, la capacidad y el temple para contribuir a la salvación de Colombia en ese momento histórico. Afortunadamente apareció el doctor Álvaro Uribe Vélez y salvó literalmente del caos a Colombia. Pero volviendo al tema, creería que el senador Lozada, el otro que dirigió el ataque a Bojayá, no debería ser parte del Congreso de la República.

Todo esto nos lleva a decir qué lástima que este proceso de paz, del cual como he dicho anteriormente hasta yo lo voté, pero, cuando no respetaron la decisión popular, dije y pensé que el camino se extravió, de todo tendría menos justicia y paz.

Sin duda alguna cada día que ha pasado nos trae nuevos mensajes negativos, y lo único claro de todo este entramado es que la izquierda pretende tomarse el poder total, por que ya tiene a la justicia atrapada en su sin salida, al Congreso compartiendo curules y la presidencia, si lo permitimos, a las puertas del triunfo.

Invito a la ciudadanía a que no comamos cuento, que cada vez es más cierto que no habrá verdad, ni justicia ni reparación; que el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado, no creo yo que se les pueda atribuir y que la democracia está a punto de perderse en la maraña de quienes astutamente enmarcaron un proceso de paz para lograr el objetivo del poder y de allí en adelante quedaremos listos y sin sector empresarial, ni social organizado. Dios y la patria nos guarde.

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