Por John Marulanda*
La advertencia del presidente Duque sobre la eventual compra de misiles iraníes por parte de la nomenklatura madurista, se incluye dentro de la dinámica geopolítica global. Varios analistas serios señalan que Irán entró a la órbita del control chino, en referencia a los acuerdos firmados hace pocas semanas entre el gobierno del partido comunista chino y la teocracia chiita de los ayatolas. Peligrosa alianza, naturalmente, presente en Venezuela. También hace pocos días el Consejo de Seguridad de la ONU, terminó el embargo de armas a Irán, enviando un mensaje de inseguridad al Medio Oriente y, con la advertencia de Duque, a esta parte del mundo.
La idea venezolana de conseguir misiles surgió en octubre de 2010, cuando
se firmó un convenio entre Chávez y Ahmadinejad para establecer una base de
este tipo de cohetes en la península de Paraguaná o en isla Margarita. Serían
los Shahab-3, que alcanzan hasta 2.000 kilómetros o los Scud de
un alcance menor. Tal acuerdo fue informado por el diario alemán Die Welt.
Pero entró en escena Moscú a quien Caracas eligió comprarle tres baterías de
misiles Buk M2E, los mismos que en el 2014 derribarían sobre Ucrania un
avión civil de pasajeros de Malasya Airlines, matando a 298 ocupantes. También
le compraron a Rusia 11 baterías de misiles Pechora S-125, de mediano
alcance, que ya no se producen; 3 baterías de S-300, de largo alcance y
uno de los más modernos del arsenal ruso, aunque ya está a la venta, el S-500
cuya adquisición por Turquía ha generado advertencias y presiones de US. Y para
redondear el negocio, se adquirieron cientos de misiles portátiles Igla-S
de corto alcance.
Por efecto de las precarias condiciones locales de Venezuela, la deserción
de militares entrenados para operar este armamento y las dificultades de
mantenimiento, gran parte de este arsenal se ha deteriorado, a pesar de los
continuos envíos de técnicos rusos para repararlo y mantenerlo operativo. Lo
mismo sucede con los tanques T-72 y otro material ruso que es muy eficiente,
pero de difícil mantenimiento debido a líneas logísticas y de abastecimiento
muy largas, lentas y con funcionarios corruptos. Esa sólida defensa antiaérea,
la mejor de Latinoamérica, se convirtió en una potencial amenaza contra
Colombia, cuando en octubre del 19, Diosdado Cabello señaló los sectores
residenciales bogotanos que serían blancos de los cohetes maduristas. Ahora, a
pesar de su desbarajuste, Venezuela busca opciones armamentistas frescas e Irán
es una. Su tecnología misilera y de drones es reconocida.
De adquirir los misiles iraníes, diseñados para ataque tierra-tierra, a
diferencia de los rusos que son tierra-aire, esta amenaza adquiere una nueva
dimensión. Pasará Venezuela del modo defensivo al modo ofensivo y
sería un escalamiento significativo sobre todo por la retórica bélica de ese
país. Un verdadero polvorín regional. A lo que se debe agregar la posibilidad
de que Evo regrese al poder en las próximas elecciones, que Correa logre otro
tanto y que en Colombia la izquierda chavista haga lo propio.
US tiene las capacidades técnicas y humanas para detectar el transporte de
misiles iraníes a Venezuela, enteros o por partes. En eso confía Colombia, pero
¿sería del interés de US prevenir esto, o por el contrario, convertirlo en la
justificación total para una acción militar? ¿Y esta alerta de Duque,
confirmada por Pompeo, cómo juega en la compleja y agresiva campaña
presidencial norteamericana?
La visita de un asesor de seguridad de Washington al mandatario colombiano,
el día anterior a sus declaraciones, son parte especulativa de este juego de
presiones geoestratégicas y geopolíticas y apunta a un escenario muy complejo,
como que el gobierno brasileño le ha ordenado a sus FFMM prepararse para
intervenir en un posible conflicto regional, que pueda afectar sus intereses.
Duque también advirtió de la entrega de armas oficiales de Venezuela a las FARC
y al ELN, otro elemento perturbador que hay que mirar con detalle, pues en este
país vecino abundan los misiles rusos unipersonales Igla-S, que las FARC nunca
entregaron y se construyen drones con tecnología iraní.
Por otra parte, el país persa viene consolidando en territorio venezolano
su cabeza de playa para América Latina. Recientemente la empresa Mahan Air, de
la Guardia Revolucionaria iraní, sancionada internacionalmente por vínculos con
grupos terroristas, activó, sin ningún tipo de control aduanero ni migratorio,
vuelos de 16 horas entre los aeropuertos de Teherán, de Paraguaná y de
Maiquetía. La teocracia iraní, ha instalado en Petare el supermercado Megasis,
de 20 mil metros cuadrados de superficie, con productos como carne de cordero
enlatada, con etiquetas en persa y en inglés. Precios en dólares, claro. La
cadena televisiva iraní Hispan TV sigue propagandizando sin pausa y las células
de Hezbolá continúan con sus tareas de lavado de dineros y de inteligencia en
toda la región.