sábado, 18 de enero de 2020

El verano


Por Andrés de Bedout Jaramillo*

Andrés de Bedout Jaramillo
Pidámosle a nuestro Señor Jesucristo que llueva rápido.

Estamos a mediados y rápidamente a finales de enero y desde el 1 de enero, no cae gota de agua. Ya los agricultores empiezan a tomar medidas para salvar sus cultivos, utilizando el riego artificial, con un recurso de agua escaso y costoso de mover. Llevarlo a cada planta en los volúmenes requeridos para su cabal supervivencia y desarrollo, es obra de titanes, pero toca hacerlo para evitar el punto de no retorno, cuando la planta ya está tan débil y tan triste que se hace imposible revivirla, además de la vulnerabilidad a las plagas.

La importancia del agro, especialmente en nuestro país es inmensa, nuestra economía, cada día va dependiendo más de la explotación de nuestros campos y están bien animados los inversionistas comprando tierras para adelante proyectos agropecuarios de todo tipo.

El riesgo más grande para este importante sector de la economía, es el verano, el cambio climático, el calentamiento global, que hacen impredecibles e inmanejables los veranos y los inviernos.

Si todos empezamos a asumir costumbres sencillas que contribuyan a mitigar estos fenómenos, podremos tener comportamientos de la naturaleza, más favorables.

Como nunca es tarde, he decidido mantener a la mano el envase pet vacío de gaseosa, para irlo llenando de todo tipo de residuos de plástico: Tengo desde hace muchos años el recipiente para las baterías usadas, hoy empiezo a llenar de residuos vegetales únicamente, un tanquecito plástico mediana, para hacer abono, de tiempo atrás recogemos el agua de la ducha para vaciar el sanitario, usamos bolsas de polipropileno reutilizables para el mercado, sigo tratando de cambiar el carro por el transporte público, en fin, hay un sin número de costumbres y conductas, que si todos las adoptamos, todos nos favorecemos y viéndolo bien, es fácil, somos animales de costumbres, y debemos aprovechar la cantidad de facilidades qué hay hoy para entregar estos materiales contaminantes y de difícil descomposición, para que con ellos se hagan procesos de recuperación y/o de destrucción responsables.

El agua, es la fuente la vida, cuidémosla como el bien más preciado; las fuentes de producción de agua se deben considerar como lugares sagrados y empecemos a considerar almacenamientos de agua lluvia para nuestros hogares, empresas y muy especialmente para los cultivos.