domingo, 24 de noviembre de 2019

Vándalos


Por Antonio Montoya H.*

Antonio Montoya H.
No pensé que los sucesos del 21 de noviembre me llevarían a afirmar que en Colombia somos unos aduladores de todo lo que sucede en el exterior. Algunos de los líderes del paro consideran muy valioso replicar en nuestra tierra lo que ha sucedido en los últimos años en el mundo como La Primavera Árabe, Los Chalecos Amarillos en Francia, en Hong Kong las manifestaciones constantes, Chile, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y ahora Colombia. Somos tontos que copiamos lo malo, sacamos a la palestra nuestro odio, resentimiento, envidia, ignorancia, lo cual todo es elevado a la potencia y en las manifestaciones hace que la masa se convierta en una marea incontrolable, destruyendo todo lo que esté a su alcance.

No puedo aceptar que personas que piden mejoras para la educación, sean las que destruyan la universidad, roben los cajeros electrónicos, pongan bombas, se cubran la cara, quiebren vidrios, tumben todo a su alrededor; es un contrasentido total. Piden y no saben que piden, destruyen y no construyen; pobres estudiantes, me avergüenzo de ellos y de su destino. Son motivados por la izquierda recalcitrante, que no entiende nada y que se vale del clamor mundial para incendiar el país. No lo lograrán.

Felicito a los estudiantes que, mostrando su rostro, enfrentaron a los vándalos, les impidieron los actos de terrorismo y defendieron su universidad; ellos sí son dignos de resaltar por su valor, por lo que hicieron por su institución y por el derecho que defendieron que no es otro que el de la dignidad y respeto por la propiedad pública.

No podemos entender que los líderes y promotores del paro, acepten personas encapuchadas, que se tapan para cometer sus actos vandálicos y no son capaces de hacerlo de frente. Si son tan guapos para atentar contra el orden público, deberían ser valientes para actuar sin máscara. Les aseguro que en su casa no dañan nada y que la defenderían si alguien intentara destruir algo. Valientes enmascarados, pobre de ellos, la conciencia espero los haga recapacitar y cambiar el rumbo.

Nadie ha dicho que no se marche o proteste, pero que, si se hace, sea sin violencia. Pagarán los platos rotos de este desastre nacional como lo dije en anterior artículo, los nuevos alcaldes y gobernadores, serán ellos quienes tendrán que buscar los recursos que les permitan reparar el daño.

Es necesario expresar que si bien es cierto hoy tenemos indicadores negativos en el empleo, el cual decrece; los promotores del paro que lo motivaron con especulaciones sobre proyectos no presentados como pensión y salarios, que ni se conocen y que de ser presentados se deben estudiar y aprobar por el Congreso de la República, le están haciendo un mal irreparable al país al mentirle.

El mal ejemplo cunde. Por ejemplo, el caso de la youtuber Epa Colombia que promueve con alto grado de desfachatez y de criminalidad el daño al Transmilenio en la ciudad de Bogotá y lo hace efectivamente. Debe ser judicializada y condenada, magro ejemplo para quienes la ven.

Las redes sociales siguen mostrando una polarización gravísima para el país, lo cual perjudica la convivencia y la civilidad, debemos entender que tenemos un objetivo común que es el bienestar general.

También creo que es triste, lamentable e inadmisible que la izquierda colombiana liderada por Petro, promuevan y azuce la continuidad del paro y la parálisis del país. Perdió en las urnas y quiere crear el caos buscando su propio beneficio.

Es necesario que la ciudadanía en los barrios, en los edificios se prepare y diseñe estrategias de defensa para contrarrestar a los vándalos que quieren robar los apartamentos y generar zozobra.

Por último, insisto en la responsabilidad que tiene el gobierno y el congreso de aprobar importantes proyectos que la ciudadanía requiere: por ejemplo, que no exista la casa por cárcel, legislar definitivamente contra los violadores; los congresistas deben rebajarse el sueldo o por lo menos no incrementarlo en varios años, no permanecer más de dos periodos, condenar a los ladrones del erario público, y otros más que son necesarios para generar credibilidad en la población. Si así lo hacen y entienden que le están fallando al país, rápidamente podremos convertir esta crisis en una oportunidad para mejorar las condiciones del país.