sábado, 30 de marzo de 2019

Minga ¿geoestratégica?


Por el coronel John Marulanda*

John Marulanda
El muy visible desembarco de tropas y aprestos militares rusos el pasado sábado en Maiquetía, agrega otra dosis de riesgo a una situación hasta ahora de guerra sicológica pero que coquetea con limites prebélicos. Si Moscú decide montar una base militar permanente en apoyo a Maduro y su banda, Washington sentirá seriamente amenazados sus intereses y podría acelerar una intervención militar, antes ¨de que su oponente se asiente definitivamente en sus fronteras cercanas.

En Siria, Estados Unidos siempre quiso sacar del poder a al-Ashad, pero la presencia rusa lo impidió y se generó lo que hoy todos conocemos. Se puede pensar que el Kremlin planearía aplicar el mismo método para Miraflores, aunque no es lo mismo la logística de Rusia para Damasco que para la lejana Caracas, aun contando con el apoyo de La Habana y Managua. Si Putin solo quiere seguir pelándole el colmillo al Tío Sam y mantener una pequeña fuerza que disuada, retarde o complique una eventual intervención armada de Trump es probable que, a estas alturas, se desencadene una seria confrontación armada interna la cual, por su naturaleza y dadas las proximidades geográficas, fácilmente arrastraría a Colombia y/o Brasil, con el aliento de USA, naturalmente.

El mismo sábado se informó el desplazamiento de baterías misilísticas antiaéreas rusas de mediano alcance S-300 en Caracas, y la presencia de la vicepresidenta Rodríguez en el estado Guárico, sede principal de la artillería de campaña, de una división de blindados del Ejército y en donde, supuestamente, los rusos acantonarían sus hombres y aprestos. El lunes, el senador Marcos Rubio trinó sobre los rumores de un submarino ruso llegando a Puerto La Cruz. Solo rumores.

Por otra parte, el jueves 21 se registró el zarpe de su base en Norfolk, Virginia, del portaviones Harry S. Truman (CVN 75) y el portahelicópteros Bataan (LHD 5) que transporta una fuerza expedicionaria de Marines. Este último buque fue utilizado como prisión de terroristas (2001) y como apoyo en el terremoto de Haití (2010). Ambos navíos de guerra navegan en el Atlántico en entrenamientos rutinarios.

En este tablero geoestratégico que se enreda cada día más, es válido preguntarse si las organizaciones indígenas del Cauca, con territorio, justicia, seguridad, economía y costa marítima propios, que comparten la política chavista y la acción narcofariana, son parte incidental o estructural del anterior escenario regional, ahora que el narcoterrorista alias Iván Márquez desde Venezuela llama a una minga nacional.