martes, 2 de abril de 2019

De cara al porvenir: coyunturas


Por Pedro Juan González Carvajal*

Pedro Juan González Carvajal
Los días recientes han venido cargados de acontecimientos, de acuerdo con lo evidenciado en los diferentes medios de comunicación: Colombia obtuvo el quinto puesto a nivel mundial de muertos durante el año 2018 por armas de fuego. No sabe uno si asustarse o aterrorizarse. Las medidas y los esquemas de porte, tenencia y posesión de armas, hoy no están dando los resultados que uno esperaría.

La visita del presidente Duque al presidente Trump, lamentablemente se focalizó en dos temas sobre los cuales no tenemos el control: el narcotráfico y Venezuela. Con respecto al narcotráfico, se volvieron a narcotizar las relaciones entre los dos países, mientras en Colombia crece la extensión de áreas sembradas de coca y en USA aumenta el consumo. Nada por hacer mientras estas dos circunstancias sigan como van. Los magos de la construcción y la contratación en Colombia han aceptado de manera preliminar que la constructora española Sacyr coloque unos faldones o forros de metal para ocultar, que no corregir, las ondulaciones que se presentaron en el puente de Hisgaura. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia, eso sí, todos confabulados contra Colombia.

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Tuve la fortuna de tener como docente y presidente de tesis en la maestría en Ciencia Política de la Universidad de Antioquia a la doctora María Teresa Uribe de Hincapié. Su delicadeza, su agudeza, su pasmosa racionalidad en medio de su calidez innata hacía de las conversaciones, las charlas, las discusiones, un verdadero regodeo de encuentros y desencuentros, siempre respetuosos, siempre productivos, siempre constructivos. Sus continuos e interminables cigarrillos y las tasas ininterrumpidas de su tinto del alma, acompañaban las ideas, las frases, las palabras, las interminables preguntas hacia sus interlocutores y su orientación siempre generosa, siempre asertiva.

Por su escritorio colmado de libros y de anotaciones, pasábamos todos aquellos que queríamos contar con su apreciación y su desinteresado apoyo. Siempre tenía tiempo, siempre una sonrisa, siempre salíamos con las manos llenas. Sus ojos brillaban ante las ideas bien presentadas. Su compromiso profesional e intelectual con la Universidad y con Colombia era absoluto, así como con sus colegas y sus alumnos.

A su distinguida familia, mi más alta consideración por la pérdida casi simultánea del doctor Guillermo, otro hombre excepcional y de la doctora María Teresa.

¡Gracias, mi muy querida Maria Teresa y hasta siempre!

Nota final: cuando se ha logrado la excelencia, conservar el nivel es muy complicado. Por eso llamamos la atención a la dependencia encargada del alumbrado público de EPM, pues cada vez es más notoria la presencia de luminarias en mal estado, atentando contra la seguridad y la visibilidad nocturna.