Por Antonio Montoya H.*
Cambiando
de mis temas habituales, me referiré al tesoro del galeón San José, barco español hundido por los ingleses en el año 1708,
cerca de Barú, situado a 45 minutos en lancha de Cartagena; barco que venía lleno
de riquezas del Perú y con destino a España. En plena batalla con los ingleses el
barco explotó y se perdió en las profundidades marinas. Desde esos años hasta
1980 solo existieron especulaciones sobre sus tesoros y lugar exacto de su
hundimiento. Desde ese momento y hasta hoy buscadores de tesoros, y varios
países, han estado enfrentados al haber sido encontrado el sitio donde reposan
los restos del barco y el tesoro.
La
historia de este Galeón ha sido una novela completa, desde su construcción porque
dilató ocho años el inicio de su primer viaje marítimo. ¿La causa de esa demora
para zarpar? Fue la guerra de sucesión española. En ese entonces el rey Felipe
V, ordenó la salida del Galeón acompañada de otros 16 barcos con destino a América,
con el fin de llevar dinero para las arcas españolas.
Ese
fue el objetivo número uno y único, no interesaba más que trasladar de América,
como lo venían haciendo desde 1492, con el descubrimiento, tesoros y riquezas
que pertenecían a los moradores de esas tierras, habitantes americanos, razas
indígenas y grandes culturas milenarias que fueron derrotadas, robadas y
diezmadas por los conquistadores dejándonos lo que llamaron una nueva cultura,
religión, educación y civilización y obviamente miseria, sangre y dolor.
No
voy a entrar en discusiones sobre aspectos positivos o negativos de ese
descubrimiento y colonización; para ello tenemos escritores de la talla de Jorge
Orlando Melo, quien en el libro “Historia
mínima de Colombia” nos describe con estupenda nitidez lo ocurrido en esos
años hasta la independencia, en 1810, narraciones llenas de dolor, dominio y
duro ejercicio del poder.
Vuelvo
al cuento de piratas (ingleses), a los tesoros sacados de las tierras
americanas (oro, monedas acuñadas, etcétera), a los barcos españoles, a las emboscadas
en el mar y a la pérdida para todos de los grandes tesoros con destino a la
madre patria para llevar riqueza, y dar continuidad a las guerras, no al
desarrollo.
Es
un hecho cierto que el barco se hundió, que ni los ingleses ni los españoles
disfrutaron de las riquezas, que ninguno de esos dos países eran los dueños,
que esos tesoros salieron con destino a Europa y que de una u otra manera era un
detrimento patrimonial para América. Teniendo todas esas verdades que no son
discutibles por ningún estado, entremos a definir de quién es la propiedad de
los tesoros encontrados.
El
Galeón, construido en los astilleros españoles, sin discusión alguna es
propiedad de España, por consiguiente, los trozos de madero, ancla, timón, catalejos
y demás elementos físicos son de España. Los restos de los ocupantes (calaveras,
armaduras, espadas, mapas), también son propiedad española, no se discute desde
este punto de vista la propiedad sobre ellos. De los ingleses ni hablar, no son
dueños de nada, trataron de apoderarse del barco y no lo lograron, quisieron
todo y no obtuvieron nada.
En
conclusión, de quién es el tesoro encontrado, diría yo que a pesar de que hoy
existe una normatividad jurídica y política en Colombia que le permite
conservar, rescatar y preservar los tesoros de naufragios que están en nuestro
territorio en el fondo del mar, la razón principal de definir la propiedad del
tesoro colombiano, hallado dentro del galeón San José, es moral, y por ello son
de propiedad exclusiva de Perú y Colombia, de nadie más. Son nuestras riquezas,
nuestra historia y nuestra dignidad; nunca debieron ser sacadas a borbotones
para llevar gloria a otro mundo y desproteger al verdadero dueño, dejando muerte
y saqueo.
La
historia se debe mirar de otra forma, de una que sea justa y sirva para valorar
y respetar los derechos de quienes son los dueños, no de los que saquearon,
esquilmaron y se aprovecharon de la ignorancia y de la superioridad física y de
sus armas. No fue un asunto de inteligencia porque nuestros ancestros eran
inteligentes y hábiles, pero no tenían la experiencia. Por ello sugiero que Colombia,
España y Perú, definan este tema de la propiedad con base en las razones que
expongo y que obedecen a la razón, a la propiedad, a la la territorialidad y a
la compensación por los abusos cometidos con América.
De acuerdo con el doctor Montoya. La justicia no debería permitir que en pleno siglo XXI se siga con ese saqieo, sobretodo cultural.
ResponderBorrara Cuenta deque salio esa riqueza de America hacia España ?? nos vendieron algo ? la intercambiamos por las semillas de papa , maiz que se llevaron ? fue el intercambio de cultura y de enfermedades que nos trajeron con las que se diezmaron los indígenas nativos ? o fur el poer el intercambio de dioses ,unos verdaderos otros imaginarios , o por abuso de algunos representantes de Dios Europeo que vinieron con su supuesto poderío a abusar de su sotana ??
ResponderBorrarAcabaron con l originalidad y se llevaron las reservas de articulos preciosos elaborados durante varios siglos por manos expertas que los sacaron de la tierra y los transformaron en joyas de arte que se quisieron llevar , pero que la avaricia no lo permitio