Por Pedro Juan González Carvajal*
Ya
sea que nos ubiquemos en el 25 de julio de 1819 en la Batalla del Pantano de
Vargas, o el 7 de agosto de 1819 en la Batalla de Boyacá, o el 12 de febrero de
1820 en la Batalla de Chorros Blancos, es claro que estamos cerca de conmemorar
los 200 años de la victoria militar sobre los españoles.
Los
principales actores en cada uno de estos hitos históricos, son: Batalla del
Pantano de Vargas: Simón, Bolívar, Juan José Rondón y sus lanceros, y Jaime
Rooke de la Legión Británica, que enfrentaron a José María Barreiro como comandante
español. Batalla de Boyacá: Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander, José
Antonio Anzoátegui, Carlos Soublette, Joaquín Paris y Antonio Obando, entre
otros. Por parte de los españoles, el brigadier José María Barreiro, Sebastián
Díaz, Francisco Jiménez y José María Cancino. Chorros Blancos: Nuestro héroe
antioqueño José María Córdova y el comandante español Warleta. Cabe anotar que
son varios los hombres ilustres que no alcanzan a ser mencionados y que
derrocharon coraje y ofrendaron sus vidas por la causa emancipadora.
Ahora
bien, fuera de Bolívar, Santander y algunos de los más altos y cercanos
oficiales que se embarcaron en esa quijotada militar, y varios personajes
civiles, ¿es claro quiénes tendrían plena conciencia de para qué se buscaba la
independencia?
Una
cosa es que la Revolución Francesa trajera nuevos y renovados vientos
antimonárquicos y republicanos, otra, que Napoleón distrajera a la Monarquía
española con respecto a sus colonias, y otra, que ya hubiera llegado el momento
histórico de capitalizar casi 500 años de subordinación y comenzar a pensar y a
actuar en términos de autodeterminación.
Les
pregunto a mis alumnos de distintas universidades tanto de pregrado como de
posgrado y la mayoría no tienen claro para qué la independencia y qué se ha
logrado siendo independientes. ¿Le ocurre a usted lo mismo amable lector, o a
los integrantes de su entorno?
Mientras
la respuesta no sea clara, es imposible que podamos construir una sociedad
igualitaria, con justicia, libertad y equidad, que son los pilares
fundamentales de una república unitaria y democrática. Una vez fundada la
República, ¿Cuáles son sus objetivos?
Una
sociedad no previsiva, que poco planea y que menos planifica, no necesariamente
podrá encausar sus esfuerzos y recursos para lograr las mejores posibilidades y
condiciones de vida para sus habitantes.
Si
hemos de cumplir, sería ideal aprovechar la coyuntura de la conmemoración de
estos 200 años de Independencia para elaborar un plan estratégico o un plan de desarrollo
a 50 años, para poder orientar el destino ordenado y las ejecutorias de los
gobiernos futuros y así poder aventurarnos a soñar con que por fin nos
aproximamos a lo que se conoce como una verdadera nación.
Doscientos
años después todavía estamos buscando la paz interna y el respeto exterior. Doscientos
años después no tenemos sistema de justicia, ni sistema educativo, ni sistema de salud. Doscientos años después la
iniquidad y la pobreza nos siguen acompañando. Doscientos años después la
corrupción nos carcome. Doscientos años después somos cerca de 50 millones de
colombianos con ilusiones y esperanzas en el futuro.
Miremos
el futuro con compromiso y responsabilidad para que podamos revertir aquello
que no hemos podido alcanzar en estos primeros 200 años de vida independiente.
¡Viva Colombia!
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