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martes, 30 de enero de 2024

Se mueve la cosa autonómica

Félix Alfazar González Mira
Por Félix Alfazar González Mira

En esta Antioquia, genéticamente prendada desde los albores de la república , a la independencia, autonomía y federalismo; desde hace siete años existe un Centro de Pensamiento (Corporación Colombia Autonómica), donde actúo como director ejecutivo y que es liderado por el académico, escritor, exsenador y exembajador, doctor Héctor Quintero Arredondo (presidente de la Corporación), que alienta y fomenta el cumplimiento del espíritu autonómico de la Constitución Nacional, entendido como la capacidad de decisión política de las entidades territoriales sobre sus asuntos. Asumimos competencias, funciones y responsabilidades, pero simultáneamente tener los recursos necesarios y suficientes para atenderlas. Ello mediante la escritura de libros, documentos, artículos, eventos y reuniones sobre la materia. Todo ello ha desembocado en un borrador de proyecto de ley que recoge, en esos asuntos, todas las aspiraciones de las regiones de nuestra geografía nacional.

Desde hace dos años el señor gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, viene trabajando una propuesta de referendo que permite gravar el impuesto de renta y patrimonio por parte de los departamentos. Con su tozudez productiva explora fortalecerlos en sus rentas buscando una verdadera autonomía fiscal toda vez que la constitución de 1991 fue más municipalista y en sus rentas no tocó el nivel intermedio de gobierno.

Más recientemente el presidente del Congreso Nacional, doctor Iván Name, desde su posesión ha insistido, con todo el juicio, sobre la necesidad imperiosa de establecer las regiones autonómicas en Colombia para copar con el Estado todo el territorio de la patria, ausencia causante de tantas desgracias en la periferia colombiana.

El expresidente Álvaro Uribe ha entrado a darle más altura al debate y con su vivencia y experticia de concejal, alcalde, senador, gobernador popular y presidente apoya estos temas y llama la atención, escuchada en su permanente contacto con el pueblo, sobre los controles necesarios en las regiones ante el incremento de los presupuestos públicos territoriales.

Coincidente con sus planteamientos el partido político En Marcha del senador Guido Echeverri, ha presentado un proyecto de acto legislativo que recupera el espíritu de la Constitución que señalaba que las tranferencias de la nación a las entidades territoriales fueran crecientes hasta llegar al 46% de su totalidad. Ello fue truncado por dos actos legislativos que buscaron salvar las finanzas nacionales y el nivel de transferencias y que actualmente se encuentra en el 26%.

Y ante un Gobierno nacional derrochón, burocratizado y burocrático, las finanzas territoriales estrechas y las necesidades crecientes de las comunidades, se hace imperioso que la arquitectura tributaria del Estado incremente los presupuestos de departamentos y municipios.

Todo esto ha producido sus efectos de escalamiento en dos direcciones: el Gobierno nacional a través del Departamento Nacional de Planeación va a proponer en abril próximo que parte de los impuestos nacionales de renta y de IVA pasen a los departamentos y adicionar sus finanzas con parte del impuesto predial de los municipios. Bienvenidas las propuestas para discutir y debatir. Y un efecto bien importante es que el tema de la autonomía territorial está ya en el debate nacional y en la campaña presidencial estará presente en todos los niveles y estamentos de la sociedad colombiana. Será asunto definitivo para que la opinión pública escoja el próximo presidente de los colombianos.

En Colombia Autonómica no tenemos enemigos en estos asuntos de autonomía y federalismo. Entendemos, como en el imperio romano, que todos los caminos nos conducen a Roma: ¡autonomía o catástrofe!

jueves, 28 de diciembre de 2023

A sacudirse Antioquia

Félix Alfázar González Mira
Por Félix Alfázar González Mira

No sabe uno por dónde arrancar para expresar la angustia, impotencia, el encierro y la insensatez sentida ante el avasallador centralismo del Gobierno contra Antioquia. Y esta, que con Pastora Londoño desde El Retiro en la colonia, José María Córdoba desde Rionegro (hoy Concepción) en la independencia y con Epifanio desde Yarumal y Bello en La República, le cantó y le canta siempre a la Libertad.

La suspensión de la delegación en temas mineros al departamento que se suma a la intervención de Savia Salud, la caja de compensación Comfenalco, el monitoreo a la megaminería, la desfinanciación de las 4G, revivir Caminos Vecinales, intentos de desintegración y para redondear la faena la intención de tomarse El Metro; no se puede recibir sino como una declaración hostil del Gobierno nacional que amerita que sus mejores hombres e instituciones, con la serenidad de análisis y la inteligencia que demandan los hechos, respondan con contundencia histórica a estas decisiones en contravía de la Constitución Nacional.

En su discurso de posesión el presidente Petro señalaba, en los diez puntos a cumplir, que era inexorable la aplicación cierta del artículo primero de la Constitución al establecer que Colombia es una república unitaria, descentralizada y con autonomía de sus entidades territoriales. Y está haciendo precisamente lo contrario: construyendo un centralismo voraz y alevoso en contra del desarrollo y la prosperidad de las regiones. Con mayores veras cuando reversa decisiones tomadas al tenor del artículo 302 que señala la pertinencia de desarrollar capacidades institucionales en los territorios para delegar, de la centralidad, funciones y competencias que válidamente puedan asumir los territorios. La delegación de esa competencia en el marco de la autonomía constitucional ha ocasionado que el 40% de la exportación de oro y minerales del país al igual que el 40% de la formalización minera nacional esté en este territorio, los 1.227 contratos de concesión hayan sido transparentes, único departamento del país en donde disminuyó la deforestación rehabilitando áreas, caracterización minera del territorio permitiendo definir rutas hacia la formalización, reconversión y reubicación de mineros; fiscalización minera eficaz que condujo a 213 decisiones de terminaciones de títulos dentro de total transparencia y más resultados imposibles de generar desde el Centro. Comparemos a Antioquia con la periferia minera nacional para darnos cuenta de que la autonomía es el camino. Lo demás son argumentos pueriles, de odio, de pasar cuentas de cobro, de división, politiqueros.

La historia de Antioquia, desde milenios prehispánicos, atravesando lo que denominan el descubrimiento, la conquista, la colonia y la república; siempre estuvo ligada a la minería con las explotaciones de sal y carbón en Guaca (Heliconia) y el oro en su espacio geográfico. Robledo en 1542 fundó la Ciudad de Antiochía, hoy Frontino, tierra y contornos del cacique Nutibara, detrás de El Dorado. Después de haberla establecida en Peque en 1541.

En 1785 comienza la gobernación de Juan Antonio Mon y Velarde llamado el regenerador de Antioquia al transformar el territorio de la provincia y con Francisco Silvestre la expedición de normas hacia el aliento de la minería aurífera.

Y repasemos la vocación autonómica y federal de nuestro departamento.

En 1812 en Rionegro se promulga la nueva constitución de la provincia, en la que esta se declara república independiente.

En 1813 se da el acto de independencia que desata definitivamente los lazos de dependencia de la provincia con España.

Hacia 1856, El Estado colombiano se declara una confederación, constitución que lleva la firma de don Mariano Ospina Rodríguez. El primer Estado soberano que se organiza es Panamá y el segundo Antioquia, bajo la dirección del conservador Rafael María Giraldo. Así se llega a la Convención de Rionegro, en 1863, con la Constitución de los Estados Unidos de Colombia, con sus nueve Estados soberanos. 78 años después se empezaba a cumplir la premonición de Mon y Velarde cuando le escribía a la corona española, “Aquella provincia, la más atrasada del Reino, llegará a ser algún día la más opulenta”. Solo se necesitaba soberanía total para el manejo de sus asuntos.

Empiezan los hitos paisas con Pedro Justo Berrío al frente del Estado soberano. La educación superior consolidando la Universidad de Antioquia y la técnica creando la Escuela de Minas, los ferrocarriles, la minería de oro a gran escala, cultivo del café, la industrialización, la colonización antioqueña, los puentes sobre el río Cauca, en fin, Antioquia pasa a ser la más opulenta del país.

El subsuelo era de los Estados soberanos y la constitución de 1886 hace la gran expropiación de esos recursos por parte del centralismo avasallador pasando esa riqueza a propiedad de la nación. ¿Lo estamos repitiendo ahora 137 años después?

¡¿Qué hacer Antioquia?! Cómo los franceses en mayo del 68: ¡la imaginación al poder! No descartar la calle pura y dura. Hay que arrancarle de la garganta al centralismo los derechos constitucionales que asiste a las regiones.

Name, el presidente del Congreso señala que “esta medida desconoce el camino trazado por nuestra Constitución, vulnera el principio de progresividad de la descentralización y contradice el artículo 28 del Plan Nacional de Desarrollo”.

Vale la pena un ejercicio jurídico ante el otro poder público, la Corte Constitucional, para explorar si desde ese ángulo se obliga a cumplir la Constitución por parte del ejecutivo nacional.